C O H I B I D A

FabiolaGp

663K 125K 9.7K

"Demostrar que éramos más inteligentes fue el principio del fin. Ahora solamente podíamos aspirar a ser merca... Еще

|S I N O P S I S|
- 1 -
- 3 -
- 4 -
- 5 -
- 6 -
- 7 -
- 8 -
- 9 -
- 10 -
-11-
-12-
-13-
-14-
-15-
-16-
-17-
- 18 -
- 19 -
-20-
-21-
-22-
-23-
-24-
-25-
-26-
-27-
-28-
-29-
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
50
51
52
53
54
55
56

- 2 -

14.1K 2.5K 205
FabiolaGp



Salimos con los primeros rayos de sol al amanecer. Éramos cuatro las que habíamos salido a la misión, el principal objetivo era encontrar medicinas y de paso obtener algunos víveres y enseres necesarios para el refugio, pero todo dependía de cómo se dieran las circunstancias y el peligro que pudiéramos correr.

Java era la más experimentada de las cuatro. Solía salir en todas las misiones durante los últimos años. Olga y Kathleen en cambio se turnaban con otras, pero habían ido una decena de ocasiones, yo era la única que aún desconocía el mundo exterior y ellas me llevaban más de quince años de ventaja.

—Pase lo que pase, no dejes que el miedo te paralice. —Me advirtió Kathleen que estaba sentada a mi lado en el asiento de atrás del vehículo solar en el que nos desplazábamos.

Su voz era tranquilizadora, creo que todas entendían mi situación puesto que se habían enfrentado a su primera misión en algún momento de su vida tiempo atrás. Aunque tardaríamos casi dos días en llegar a la ciudad más cercana todavía tenía tiempo para asimilar que de verdad estaba ocurriendo.

—Todo saldrá bien Andra. —Pude ver la sonrisa de Java por el espejo retrovisor interno del vehículo y asentí mientras trataba de calmar mis nervios.

Mi mente funcionaba a la velocidad de la luz pensando en todo lo que me habían mencionado respecto a los hombres y lo que me sucedería si era apresada. No podía dejar que me atraparan, le había prometido a Amara que volvería junto a ella.

Pasamos la noche refugiadas en un pequeño bosque donde la arboleda impedía que fuésemos avistadas y al día siguiente llegamos a la ciudad, pero aguardamos a cierta distancia prudencial hasta que se hiciera de noche para adentrarnos, donde la oscuridad junto a la calma que acontecía nos facilitaría nuestro objetivo o así lo había determinado siempre Java.

La misión era fácil; mientras Olga y Kathleen recolectaban víveres, Java y yo nos adentraríamos en uno de los hospitales para conseguir los medicamentos necesarios para el refugio.

—Pase lo que pase, nos reuniremos aquí dentro de tres horas. —Les advirtió Java mientras asentían. Eso significaba que, aunque no hubieran conseguido todo lo necesario en tres horas debíamos estar de vuelta y emprendiendo el camino de regreso al refugio.

Sabía que tenía más riesgo adentrarse en el hospital, al parecer tenía siempre más vigilancia de lo normal precisamente porque las medicinas era un recurso más limitado, por eso Java se encargaba siempre de ello al tener más experiencia y por eso me arrastraba junto a ella, era la que tenía más probabilidades de sobrevivir.

—No te separes de mí, eres mis ojos en la espalda Andra, asegúrate de alertarme de cualquier mínimo movimiento.

—Si —respondí segura de mí misma mientras empuñaba el cuchillo que tan diestramente había aprendido a utilizar en mi mano derecha y respiraba profundamente para convencerme de lo que iba a ocurrir.

Por primera vez iba a ver a lo que el azambar le hacía a una mujer, las iba a ver con mis propios ojos.

Todo estaba saliendo demasiado bien, era de madrugada y nos adentraron en el edificio por una puerta lateral de carga y descarga, estaba completamente iluminado, pero no había nadie por los pasillos, como si todo estuviera absolutamente desierto y alguien nos hubiese despejado el camino.

—¿Estás lista? —me preguntó Java justo antes de pasar la puerta.

—Si —contesté lo más segura de mi misma que me fue posible porque realmente estaba temblando por dentro.

—¿Qué harás si ves a una enfermera? —preguntó precavida.

—Nada —contesté según lo que me habían repetido tantas veces.

—¿Y si va acompañada? —insistió.

—Nos esconderemos y esperaremos a que se vayan —afirmé decidida.

—¿Y si nos descubre un hombre? —Java parecía querer asegurarse de que tenía bien asimilado lo que debía hacer.

—Le matamos —aseguré con firmeza.

—Está bien, si tenemos suerte solo nos tropezaremos con alguna enfermera que habrán dejado para satisfacer las necesidades de los pacientes y los guardias.

Sabía exactamente a que se refería con "satisfacer las necesidades" aunque la idea de por sí ya era completamente repugnante, poder verlo con mis propios ojos sería aún peor. No me imaginaba como sería ver a una de las nuestras sin un atisbo de voluntad propia y siendo un simple juguete en manos ajenas. Conforme avanzábamos sentía mi cuerpo cada vez mas tenso, tal vez ese sentimiento de congoja por ser descubiertas era normal, pero tenía la sensación de que algo malo iba a suceder. Probablemente aquel sentimiento no se iría hasta que estuviera de vuelta en el refugio y pudiera abrazar de nuevo a Amara, era la primera vez que me alejaba de ella y después de dos días la echaba demasiado en falta.

Me centré en ella, en mi hermana pequeña que después de todo era la razón de que estuviera allí haciendo aquello y por quien debía volver para cumplir mi promesa. En ese instante vi como una mujer salía de una puerta del pasillo, su mirada parecía estar perdida y se giró en nuestra dirección, nos vio sin ninguna duda, pero no hizo ningún movimiento extraño, sino que le pareció absolutamente normal que estuviéramos allí medio agachadas e incluso avanzó más rápido que nosotras por nuestro lado sin decir absolutamente nada. Cuando la perdí de vista respiré algo más tranquila hasta que Java se detuvo y como mi espalda chocaba con la suya yo también lo hice por inercia.

—Hay un guardia a pocos metros, hacia donde se dirige la enfermera —susurró mientras yo asentía.

—¡Porqué has tardado tanto en llegar! —escuché perfectamente aquella voz grave haciendo que todo mi cuerpo se tensara.

Era la primera vez que escuchaba una voz tan potente y resultaba demasiado difícil no conseguir que el miedo me paralizara.

—He venido en cuanto he sido informada. —La voz de aquella mujer carecía de emoción alguna, casi no parecía humana.

—Es perder el tiempo tratar de hablar con alguna de vosotras, al menos servís para algo. ¡Venga, entra! —gritó y poco después se escuchó el sonido de una puerta.

El camino hacia la sala de almacén donde guardaban los medicamentos estuvo vacío, era extraño teniendo en cuenta que Java siempre había dicho que había mucha más vigilancia en los hospitales. Quizá demasiado, pero Java no hizo ningún comentario y yo era nueva en aquello por lo que me limité a cumplir órdenes y seguir junto a ella.

Llenamos las mochilas con las medicinas más importantes y material de intervención quirúrgica. Habíamos cargado todo, solo debíamos salir de allí por donde habíamos entrado y descender las cinco plantas para volver al vehículo y reunirnos con las demás. Sorprendentemente había resultado mucho más fácil de lo que pensaba. ¿Dónde estaba toda la seguridad que se suponía que debía tener el hospital? Quizá solo había sido esa noche por algún motivo o tal vez solo era la suerte del principiante, me dije a mi misma mientras volvíamos.

—Vamos, hemos tenido bastante suerte a la entrada, esperemos que siga siendo del mismo modo a la salida —susurró Java.

—¿No se supone que esta sala debía estar vigilada? —pregunté aún inquieta.

—Los hombres tienen instinto primario Andra, nosotras solo nos aprovechamos de ese instinto en nuestro beneficio —contestó tajante, pero en su voz denotaba cierta incomprensión, era evidente que le molestaba lo que había sucedido poco antes con la enfermera, pero ambas sabíamos que no podíamos hacer nada al respecto. No había cura para el azambar.

Aún así me seguía pareciendo demasiado extraño. Infinidad de veces me habían contado que nunca habían salido de una misión sin que hubiera sangre de por medio, me convencí de que debía ser normal y uní de nuevo mi espalda con la de Java para recorrer el camino de regreso.

—¿Qué es eso? —exclamé de pronto al ver que algo en una pared se movía y tenía una luz roja.

—¿El qué? —preguntó ella girándose hacia mi y lo señalé con el dedo.

—Mierda... son cámaras de vigilancia, antes no estaban. ¡Corre Andra! —gritó justo antes de salir corriendo y me paralicé al no haber nadie en los pasillos, pero imité su gesto y salí corriendo siguiendo sus pasos.

Justo cuando nos habíamos colado por las puertas que daban a las escaleras de emergencia escuchamos como por ellas se oían voces y pisadas fuertes de personas que estaban subiendo. Volvimos de nuevo a la quinta planta y Java selló el tirador de la puerta con uno de los cuchillos atrancando de esa forma la puerta para que no pudieran acceder.

—Tiene que haber otra salida. —Su voz denotaba cierta angustia y yo comencé a estar aún más nerviosa.

—Debe haber más escaleras de emergencia, es un edificio bastante grande —advertí aclarando la mente con cierta perspectiva.

—Si, hay otras dos —dijo mientras comenzábamos a avanzar, pero justo cuando estábamos llegando la puerta se abrió y de ella salieron cuatro hombres con vestimenta oscura y apuntándonos con armas de fuego.

—No... —escuché susurrar a Java y en ese momento la miré—. Lo siento —dijo justo antes de ver como cogía su cuchillo y se lo clavaba en el cuello provocando que me quedara completamente anonadada.

—¡No! —grité.

En ese instante comprendí que no había salida, vi el cuerpo de Java en el suelo rodeado de un charco de sangre a su alrededor y supe lo que debía hacer, tenía el cuchillo en mi mano, pero me temblaba el pulso.

—¡Deje el arma en el suelo!, ¡Es una orden! —gritó alguien y alcé la vista mientras notaba como se acercaban a mi lentamente. Podía escuchar los golpes al tratar de abrir la puerta que habíamos bloqueado y sería cuestión de tiempo que cediera al romper la hoja de aquel cuchillo.

No tenía el valor suficiente como Java para rasgar mi cuello. Lo sabía, pero no podía dejar que me apresaran. No podía correr ese riesgo. Tenía que acabar con mi vida y en ese momento realmente no sentía miedo por mí misma, sino por Amara, le había prometido que volvería y no cumpliría mi promesa, pero de no hacerlo, ella correría peor destino porque cuando perdiera mi voluntad revelaría donde estaba situado el refugio y les conduciría yo misma hasta la destrucción de mi hermana pequeña. Con la imagen de Amara en mi mente corrí todo lo que pude hacia la ventana que había al fondo del pasillo con la única intención de saltar. Solo esperaba que fuera una muerte rápida, fugaz y que apenas pudiera sentirla. Había cerrado los ojos en el mismo momento en el que salté, estaba segura de que con el impacto se rompería el cristal, pero en lugar de sentir el golpe instantáneo y la posterior caída, solo noté algo que me impidió llegar hasta mi objetivo y cuando abrí los ojos inmediatamente unos fuertes brazos me tenían apresada.

—¡No! —grité intentando forcejear para soltarme, pero aquellos brazos eran demasiado fuertes para mí.

—Es una rebelde —escuché decir al hombre que me había apresado—. No tiene marca.

—¡Suéltame! —grité.

—Es evidente que se trata de una rebelde —contestó otro—. Así que tu intención era saltar... me preguntó que tratas de ocultar para preferir la muerte, tal vez seas demasiado consciente de tu destino —añadió mientras comenzaba a reírse.

Me atreví a mirarlo ya que hasta ahora había mantenido la cabeza cabizbaja y pareció sorprendido al verme, justo en ese momento le escupí en la cara.

—¡Escoria humana! —le grité.

Vi cómo alzaba la mano para sin duda alguna darme un golpe en la cara y abofetearme, pero alguien se lo impidió.

—Ni se te ocurra ponerle una mano encima. —El hombre que me tenía sujeta había hablado y vi como el tipo que me amenazaba, bajaba la mano—. Ya sabes las normas —pareció advertirle. En ese momento sentí como el hombre que me tenía sujeta me alzaba y gemí de dolor.

—La llevaré a las dependencias para ser marcada e interrogada. —Volvió a decir el tipo que me sostenía fuertemente. Noté como aflojaba su fuerza de forma sutil y lo agradecí interiormente, aunque no pensara dar las gracias en absoluto. ¿Qué se suponía que ocurriría ahora conmigo? La respuesta era obvia, iban a inyectarme el azambar, pero después, ¿Qué?

¡Dios!, Solo esperaba que Olga y Kathleen hubieran salido indemnes para regresar y alertar a las demás. No podía dejar que por mi culpa apresaran a todas, Amara no podía caer en las manos enemigas porque yo revelara el paradero del refugio.

—¡Comandante Ryan! —gritó alguien.

—¡Qué! —parecía hastiado en su respuesta.

—Han detectado un robo en unos almacenes cerca de aquí, se trataba de otras dos rebeldes por lo que han podido ver, pero se han escapado.

En ese momento suspiré aliviada.

—Que sigan el rastro. Quiero un informe completo más tarde, tal vez haya sido un ataque en conjunto.

—Si señor.

—Así que no estabais solas. —Me susurró al oído mientras me arrastraba a la fuerza para seguir sus pasos y pulsó el botón del ascensor. Sentí algo frío deslizarse en mis muñecas y de pronto noté que estaban apresadas a mi espalda sin poder moverme. Traté de hacer fuerza, pero dolía enormemente.

—No lo intentes, te dañarás sin conseguir soltarte. —Su tono, aunque directo no era déspota o hiriente, al contrario que lo que pudiera parecer, en ese momento me apartó de su espalda y pude verle por primera vez.

Aquellos ojos verdes hicieron un escrutinio exhaustivo a conciencia sobre mi cuerpo mientras lo recorría exhaustivamente hasta que se quedaron fijos en mi rostro. No sabía exactamente como sentirme al ser observada tan fijamente por aquel hombre, por una parte, me sentía intimidada y al mismo tiempo sorprendida por mí misma sin motivo aparente. Pero recordé todas las veces en las que me habían mencionado los bajos instintos que siempre albergaba el hombre y la razón principal de que la droga hubiese funcionado.

Продолжить чтение

Вам также понравится

Esencia del Astro MaribelSOlle

Исторические романы

48.9K 6.4K 7
[Ya a la venta] QUINTA ENTREGA DE LA SAGA DEVONSHIRE La más pequeña y última Cavendish lo tiene todo para ser una dama exitosa en su sociedad: excep...
Me Enamoré de un mafioso Jimenajimenez

Любовные романы

178 22 2
Libro I: De la saga "Poder" ¿Un mafioso puede llegar a enamorarse ?
1.5K 178 41
-Esta historia esta siendo editada- La tierra ha sido controlado por seres nobles y amables. Seres que quieren mejorar la vida con tecnología mejora...
17.2K 1K 69
Sandra es una chica comun, estudiante de fisioterapia, enamorada de la idea del amor, soñadora del amor perfecto Christopher Velez es un chico para n...