Thea
Hace algunos días, fui a un antro a despejarme un rato tomando algo, diría que fue mala idea y algo irresponsable de mi parte, pero no fue así, conocí a un par de chicos que me parecieron realmente atractivos. Tengo ambos números y pienso en llamar a alguno para ver si algo podría suceder entre nosotros, pero es realmente imposible decidir.
—El de piercing—afirma Darla nuevamente, lleva unos minutos en mi departamento para ayudarme a escoger, invité a Abby para que ella también accediera a ayudarme pero no ha llegado.
—Aún lo dudo —menciono —El castaño también parece muy atractivo.
—No puedo discutir con eso —sonríe —Son atractivos, ambos. Pero ninguno tanto como Nathan —agrega mientras agarra otro rol de canela.
—Darla —cambio de tema al ver que es el sexto que se ha comido —Llevas seis.
—Espera un momento —agacha su cabeza hacia su vientre como si estuviera escuchando a su bebé —Esta pequeña criatura dice que necesita más.
—Hay veces que no sé si tu vientre crecido es tu bebé o la comida que comes día a día.
Antes de que ella pueda responder, alguien toca la puerta varias veces, camino hacia ésta y cuando la abro veo a Abby, luce un vestuario algo sencillo y al mismo tiempo formal —Me siento mal ahora —exclamo mientras observo lo que llevo puesto; unos pans y una blusa blanca de tirantes —Parezco una vagabunda frente a ti.
—Créeme que si pudiera, me hubiera venido en pijamas, —menciona con una sonrisa —Tengo un asunto pendiente dentro de unas horas, quería estar ya lista.
Darla se levanta del sofá y se acerca para saludar a Abby, ella le corresponde en un abrazo y le da un vistazo a su vientre —Estoy segura de que será niña —menciona.
—No lo creo —le contradigo —Será niño.
—Niña.
—Niño.
—Como sea —deja el tema de inmediato, toma un rol de canela de la mesa y se sienta en el sofá —¿Qué es lo que ocurre?
—Conocí a unos chicos en un antro, me parecieron atractivos, pero no sé con cuál salir —al escuchar mi situación, Abby comienza a toser desesperadamente con el pan en la boca.
Ella bebe uno de los vasos de la mesa y cuando se lo pasa comienza a hablar —Déjame ver si entendí ¿Estás buscando una relación?
—¿Sí? —respondo en un tono dudoso, no entiendo a qué se refiere con su pregunta, es obvio que si quiero su opinión sobre chicos es porque quiero salir con uno ¿no?
—Pero, ¿Qué hay de Dereck? —cuestiona frunciendo el ceño.
Ruedo mis ojos ante su pregunta, sé que es su hermano pero debe entender que ese intento de relación que tuve con él no funcionó —No volveré con él.
—¿Porque te fue "infiel"? —hace unas comillas con sus dedos, ¿por qué no me cree?
—¿¡Dereck te fue infiel!? —cuestiona Darla asombrada.
—Sí —menciono, pero Abby responde lo contrario al unísono.
—Conozco bien a Dereck, él no sería capaz de serte infiel. Te ama, Thea.
Lamo mis labios y ruedo mis ojos, estoy harta de escuchar esa estupidez —¿Me vas a ayudar a elegir a un chico o no? —voy directo al grano, no quiero problemas con ella por una relación que tuve con su hermano; esto es entre Dereck y yo.
—Claro —asiente insegura, ya no le queda más que decir, sé que ella tampoco quiere problemas.
-
Terminamos de recoger toda la basura de los snacks que comimos y caigo rendida en el sofá mientras enciendo la televisión —¿Qué película vemos? —cuestiono entrando a Netflix. Darla se sienta a mi lado y observa el catálogo mientras que Abby clava su vista en su móvil.
—Lo siento —guarda su móvil apresurada —Debo irme, no quiero que se me haga tarde.
Nos comentó algo sobre que hoy acompañará a Eitan a visitar a su padre después de años, me parece muy valiente de su parte, es lindo que Eitan se de cuenta que con Abby no está solo.
Me levanto del sofá y acompaño a Abby a la puerta. Cuando ella la abre, yo la detengo —Perdón —ella se dirige hacia mí con la intención de escucharme —Sé que Dereck es importante para ti y es difícil de creer lo que pasó, pero créeme cuando te digo que no quiero estar con él. Quiero conocer más chicos y divertirme con ellos, es mi decisión.
Ella lanza una sonrisa de boca cerrada —Lo sé, Thea, y respeto tu decisión. Pero no quiero que te confundas —no entiendo a qué se refiere con que no quiere que me confunda —Debes estar realmente decidida sobre lo que quieres.
—Yo sé qué es lo que quiero
—No. Debes estar segura si lo que quieres es salir con alguien o simplemente olvidarte de Dereck —sus palabras me dejan algo confusa —Piénsalo —Es lo último que dice antes de salir del departamento.
Abby
Toco la puerta del departamento de Eitan, él me abre al instante y un rostro de frustración se forma en mi cara al verlo aún en pijamas.
Antes de que pueda hablar me abre el paso —¿Sabes que no tienes que hacer esto, cierto? —es lo primero que me pregunta.
—Sí lo sé —guardo un silencio y tomo sus manos —Pero estamos juntos en esto.
—¿Qué hice para merecerte?
Sonrío torpemente por su comentario y después vuelvo a la realidad; tenemos que ver a su padre en una hora y él sigue en pijamas —No irás vestido así ¿o sí?
Él da un vistazo a su ropa y sale disparado a su habitación para cambiarse. Lo espero en el sofá, miro a mi alrededor y mi vista se fija en una estantería llena de pequeños cuadros y adornos, me pregunto dónde tiene el cuadro que yo le regalé...
Y como si me leyera la mente, él llega y me abraza por las caderas —Tranquila, nuestra foto enmarcada está en mi mesa de noche.
—Oh.
—Así cada vez que despierto, pienso en ti.
Le doy un corto beso en los labios y pronto ambos salimos del departamento. Me subo en su auto y cuando él comienza a conducir no puedo evitar notar cómo sus piernas tiemblan nerviosamente —Todo saldrá bien —tomo su mano e intento calmarlo, él asiente con la cabeza inseguro.
—No he visto a mi padre en años —menciona —Es difícil poder creer que después de tanto lo volveré a ver, lo único por lo que recuerdo su rostro, es por fotografías.
—Él te extraña, Eitan. Y aunque no lo quieras aceptar, tu también lo necesitas en tu vida.
—No lo tuve por dieciocho años y no necesité de él, no veo porqué ahora lo haría.
—Algún día esto iba a suceder. No puedes estar toda tu vida molesto por un error que cometió tu padre y del que ahora se arrepiente, las personas cambian.
—Dudo mucho que él haya cambiado.
-
El resto del camino fue un silencio absoluto, quería dejar que Eitan se despejara un poco antes de lo que sea que pueda suceder en cuanto se encuentre con su padre.
Llegamos al fin al lugar que indicaba la dirección de la carta, mis ojos se abren sorprendidos al ver una gran mansión. Estamos en una zona algo alejada de la ciudad, es un campo seguro y tranquilo, un lugar perfecto para vivir en comodidad.
Tomo de la mano a Eitan y ambos caminamos hasta la puerta de entrada, él toca el timbre y pronto una mujer con uniforme de sirvienta nos abre la puerta.
—S-soy Eitan Harper —él decide hablar primero —Vine a visitar a mi padre.
La sirvienta luce asombrada y algo contenta ante las palabras de Eitan y parece saber que él vendría —Claro, adelante —nos abre el paso y nos deja pasar —Ahora su padre está en el trabajo, no tardará mucho en llegar. ¿Se les ofrece algo para beber?
Eitan me voltea a ver, yo niego con la cabeza —No, gracias —responde con una sonrisa.
—De acuerdo. Vuelvo en un momento.
Tomo asiento en un sillón que se encuentra en la sala, mientras que Eitan observa los cuadros que se encuentran en la pared, me acerco a donde está él y observo el cuadro que ve detenidamente, es una mujer de alrededor de cuarenta años, su cabello rojo está en una coleta alta, lleva puesto un vestido de gala y su cuello está rodeado por un hermoso collar —¿Por ella reemplazó a mi mamá? —murmulla Eitan con una ceja en alto.
La sirvienta entra en ese justo momento —Su padre está por llegar —Eitan asiente y ambos tomamos asiento en el sofá. Su rostro luce nervioso, jamás lo había visto de esta forma y no lo culpo, está a punto de volver a ver a su padre después de tantos años.
Y el momento llega...
Un hombre de un cabello muy oscuro vestido en saco, de un aspecto algo mayor entra a la sala con sus ojos cristalizados, Eitan se pone de pie y lame sus labios con nervios, el hombre sonríe con tristeza y lo rodea en un abrazo creyendo que Eitan le corresponderá, sin embargo, no lo hace.
El hombre parece comprender la reacción de Eitan —Te he extrañado, hijo —menciona.
—¿Para qué me contactaste? —cuestiona él de una manera fría.
—Como lo decía la carta, te necesito en mi vida.
—Yo no necesito de ti, estuve toda mi vida bien al cuidado de mi madrina, y lo sigo estando —acota.
—¿Podemos hablar de eso en la cena? —menciona su padre queriendo evitar el tema por ahora, supongo que es algo de lo que deberían hablar solos, hay una sirvienta limpiando una estantería y estoy yo —¿Es tu novia? —cambia de tema al verme.
—Sí —se limita a contestar.
Me levanto modestamente y le extiendo mi mano —Soy Abby Miller, es un placer conocerlo, señor.
—Dime Benjamín —aclara amablemente —Permítanme presentarles a mi familia —sugiere.
—Dijiste algo de una cena, creo que sería mejor si nos presentas a tu gloriosa familia hasta que sea la cena —discute Eitan de una forma descortés, Benjamín asiente sin tener otra opción.
—Como gusten —sonríe —Siéntanse en casa —menciona antes de salir de la sala.
En cuanto éste sale, Eitan se sienta en el sofá con sus puños tensionados y golpea fuertemente el cojín —Ey —sostengo su mano y cuando logra calmarse un poco; reclamo —¿Qué demonios fue todo eso? Es tu padre.
—Créeme que a no ser de que estaba esa sirvienta ahí y tú presente, lo hubiera golpeado.
Frunzo el ceño sin entender que dice —¿De qué hablas?
—No tenía idea de que tenía una familia —frota su rostro estresado —Abby, ¡Tiene una familia con una zorra!
Sin saber qué responder, me recargo en su hombro y cierro mis ojos —Si te sientes muy afectado, nos podemos ir ya —murmullo —Viniste sólo porque te lo dije, es mi culpa. Lo siento.
Él me toma por las mejillas y me da un beso en la frente —No vine porque me lo dijiste, vine porque estás conmigo —toma un suspiro y de pronto parece estar más tranquilo, así que continúa hablando —Quisiera tratar de comprender a mi padre, ponerme en su situación, pero no puedo, cada vez que lo veo, tantos recuerdos llegan a mi mente, tanto sufrimiento que tuve que afrontar junto a mi madre...
Me levanto del sofá con mis ojos llorosos ante sus palabras —Tienes razón, y nunca debimos venir aquí, intenté alentarte a venir, pero nunca intenté ponerme en tu lugar, debí respetar tu decisión, soy una estúpida.
Él se levanta del sofá y arquea su ceja —Sí, nunca debimos venir y eres una estúpida. Eres una estúpida por arrepentirte de respetar mi decisión.
—¿Qué?
—Ya estamos aquí, Abby. Y si algo he aprendido de ti, es a no aferrarse por errores del pasado ni guardar rencor. Si hubieras respetado mi decisión, estaría toda mi vida aferrado a un error que cometió mi padre, todo por cegarme y no querer perdonarlo.
—¿Eso significa que...
Sus brazos me rodean en un reconfortable abrazo —Eso significa que nos quedaremos a cenar.
-
Nos la pasamos una hora y media conversando con la misma sirvienta que nos recibió en esta casa. Nos comentó que Benjamín estuvo muy distante con su familia durante un mes, nadie sabía la razón y su esposa estuvo muy molesta, hasta que decidió buscar la dirección del departamento de Eitan y mandarle una carta. Benjamín aseguraba que tenía que ver a su hijo para estar tranquilo, mientras que su esposa decía lo contrario.
Hace unos minutos, Eitan y su padre salieron al jardín para hablar, espero que después de su charla logren comprenderse el uno al otro.
Una sirvienta entra a la sala donde me encuentro —La cena está lista. Si gusta, puede pasar al comedor —menciona.
—De acuerdo —respondo.
Tengo que admitir que estoy algo nerviosa; nerviosa por lo que esté pasando Eitan, y por la cena, no será fácil cenar con la familia de Benjamín.
Camino hasta el comedor y tomo asiento, pronto llega Eitan y se sienta a mi lado, luce un rostro serio, pero hace un intento de sonrisa al verme.
—¿Está todo bien? —no me resisto a cuestionar.
—Intentamos entender nuestras diferencias —responde con una sonrisa de boca cerrada.
De pronto una mujer vestida elegante entra al comedor, es la mujer del cuadro que vimos hace unas horas. Benjamín le da un delicado beso en la mano y nos la presenta —Ella es mi esposa; Scarlett.
—Es un honor conocer al fin al maravilloso hijo de mi esposo —menciona con una sonrisa —Benjamín me ha hablado mucho de ti.
—El honor es mío —responde Eitan por educación, porque estoy segura que por dentro está molesto, muy molesto.
La señora se dirige a mí y me saluda con un beso en la mejilla —Y tú debes ser su novia, supongo que mi hijastro tiene buenos gustos.
—Prefiero que me llame por mi nombre —aclara Eitan.
—Oh, cuanto lo siento —menciona avergonzada mientras toma asiento del otro lado de la mesa.
—Scarlett, querida... —habla Benjamín —¿Dónde está Thomas?
—Ya no debe tardar mucho en bajar —le responde su esposa.
—Disculpen la tardanza, ya estoy aquí —un chico del que no logro ver su rostro, y con lindo cabello rubio entra al comedor. Me parece haberlo visto antes, pero no recuerdo muy bien en dónde.
Él saluda a Eitan con su mirada de una forma fría, y cuando se dirige a mí, me extiende su mano y es cuando logro ver su rostro, en ese momento es cuando el tiempo se detiene, es cuando siento que mi mundo está por caer lentamente... mis ojos se cristalizan inmensamente al momento que los pensamientos invaden mi mente de recuerdos.
Las lágrimas no tardan en ser derramadas por mis mejillas, quisiera pensar que lo que está sucediendo en este momento es un sueño; una pesadilla, una alucinación, algo creado por mi imaginación.
Pero no es así.
Todo parece tan real...
Él es real.
Es él.
El padre de Chloe.
♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡
5mentarios.
voten °3°