—¿Entonces es definitivo?— la miré de reojo sin entender a que se refería —¿le harás bromas a Reagan?
Asentí decidido de todo en absoluto.
Tengo que llamar su atención de cualquier manera, ella tiene que darse cuenta de que me importa aunque haya tantos detrás de ella.
—Eres imbécil, Christopher— rió mi amiga mientras caminábamos hacia la cafetería en busca de un buen almuerzo.
Asentí sin reproches —lo sé, lo sé. Siempre me lo repites ¿no crees que ya me quedó claro?— la miré de reojo.
Se encogió de hombros —creí que mientras más te lo decía, pararías de hacer idioteces— me miró con una mueca mientras alzaba una de sus cejas —pero veo que no funciona nada contigo. Pobre de tu mami.
Reí —cállate, mi mamá está orgullosa de mí.
Rió —lo que digas— se encogió de hombros —ella me ha dicho lo contrario— dijo entre dientes.
La miré con asombro —¿qué te dijo?
Me miró burlonamente —no lo sé, secreto de mujeres— comenzó a caminar más rápido —¡apúrate que no alcanzo puré de papa!— comenzó a correr por los pasillos.
—Quiero un mejor amigo como tú.
Giré sobre mis talones y me quedé atónito al verla sonreír así ¿desde cuándo está aquí viendo y escuchando todo?
—Christopher ¿no?
Asentí —soy yo.
—Genial— hizo una pausa para darme unas hojas que sacó de la carpeta que cargaba en sus brazos —la maestra de ciencias me pidió que te diera esto— hizo una pausa —sacaste diez— susurró viendo la nota mientras me extendía las hojas engrapadas.
Sonreí leve —gracias, Reagan.
Asintió sin más —te veo después— me saludó con la mano y una sonrisa delicada para después irse en dirección a un chico. Era el pelirrojo de Dante.
[...]
—¿Qué tanto hacías, idiota?— me miraba con los brazos cruzados.
Le enseñé las hojas —me dieron mi proyecto firmado.
Me lo arrebató —¿y el mío?— me miró con el ceño fruncido pero yo solo me encogí de hombros como respuesta.
Le quité con cuidado mi tarea de sus manos y ella solo bufó molesta.
Miré su bandeja de comida —veo que alcanzaste puré— reí levemente.
Asintió ahora cambiando de actitud. Sonreía como una niña pequeña —así es, y alcancé mucho.
Sonreí.
Miré al lado izquierdo de donde estaba Kaira y noté de nuevo a Reagan caminando por la cafetería, rodeando las mesas mientras buscaba a alguien con la mirada.
De repente miró hacia acá y sonrió, por lo que yo decidí retirar mi vista.
Kaira lo notó y con la boca llena de puré me miró confundida.
—¿Qué pasa?— habló haciendo que la comida dentro de su boca se viera.
—Trágate eso, puerca— susurré.
—¿Kaira?
Mi amiga miró a la chica y ella asintió sin entender porque le hablaba.
—Tu proyecto, la maestra de ciencias me mandó a entragarlos— le extendió las hojas.
De reojo miré la calificación en la esquina mientras mi amiga tomaba las hojas entre sus manos.
Solté una corta risa cuando vi ese grande 6 en la esquina superior izquierda.
Kaira tragó la comida y le sonrió levemente —gracias Reagan— susurró mientras tapaba la calificación y me miraba con cara de que me quería matar por burlarme.
En cambio aquella linda chica al lado de nosotros solo sonrió y se fue sin más que decir.
—Te mataré Chris...