SeroKami Week2020

By EijiKageyama

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One-shot dedicados a esta linda pareja que también necesita de mi amor ™Inicia el 25 de Junio y termina el 1... More

Día 1
Día 2
Día 3
Día 4
Día 5
Dia 7

Día 6

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By EijiKageyama



Libre



Tiene días viendo como golpean a ese chico, siente lástima por él pero no se atreve a interferir. Su novia sonríe al ver la escena y él siente como su pecho se estruja.

— Se lo merece — escucha que dice su novia.

— ¿Por qué lo dices? — él no sabe la razón.

— Es gay — dice ella con asco.

— Pero eso no es motivo — frunce el ceño al no comprender.

— ¿Quién en su sano juicio se enamoraría de alguien de su mismo sexo? — ella lo ve con obviedad.

— Creo que cada quien puede enamorarse de quien le venga en gana.

— Por favor Hanta, ¿Escuchas lo que dices? Si sigues así pensaran que eres igual que él — señala al joven que ahora se levanta del suelo.

Sero observa a su novia y luego al joven, se siente mal por él pero no puede hacer nada o mas bien no quiere hacer algo que enoje a Mina.

Los días transcurren con normalidad para todos, menos para él. Se encuentra buscando con la mirada al chico rubio, cuando lo encuentra suspira de alivio pero ve su rostro y su cuerpo. Esta muy maltratado.

Ve cómo los chicos de grados más avanzado se acercan a él y dejan caer la comida sobre su cabeza. Aprieta sus manos pero deja de prestar atención cuando siente la mirada molesta de su novia.

— ¿Qué tanto ves? — la molestia en su voz se deja ver.

— N-nada.

Ella no responde, vuelve a lo suyo con sus amigas. Él levanta la mirada y sólo alcanza a ver la espalda del chico que salió corriendo.

Tiene ganas de hablarle, de decirle y exigirle que se defienda que a él no le molesta que le gusten los chicos y que pueden ser amigos.

Se lo ha encontrado por los pasillos de la universidad. Ha averiguado algunas cosas sobre él como que le gustan las cosas dulces, que tiene una pequeña mascota, además de que está en el curso de psicología, viniendo de él no se lo esperaba.

— Ya no me prestas atención — los reclamos de Mina van en aumento.

— Imaginaciones tuyas.

— Aja — se molesta pero después sonríe — entonces dame cariño — pide sin dejar de sonreír.

Él la tomó por su cadera y la pega a su cuerpo. Están en casa de Sero en su habitación, sus padres no están y ella quiere aprovechar.

Se besan, él intenta demostrar que si le presta atención, ella sólo quiere dominarlo. Ashido se coloca en su regalo abrazando la cadera de Hanta con sus piernas, ventajas de traer falda.

Él lleva sus manos a los glúteos y los aprieta, ella jadea y rompe el beso.

— Vamos bebé, juguemos — dice ella. Se vuelven a besar.

Sero lleva el cuerpo de la chica a su cama, se acomoda sobre ella empezando a tocar mejor. Cuando están por avanzar y deshacerse de la ropa Hanta se detiene, ella lo mira esperando una explicación y que continúe.

— Lo siento pero no puedo — se aleja y acomoda su ropa.

— ¿Qué? ¿Por qué? — su molestia se hace ver.

— No creo que este bien, apenas llevamos unos meses saliendo.

Ella suspira con fastidio, acomoda su ropa y sale de la habitación para irse a su hogar. Sero se sienta en su cama y agarra su cabeza, muerde su labio.

— ¿Qué me pasa? — se pregunta.

Imágenes sobre el chico rubio llegan a su mente, su pequeña sonrisa, sus graciosos gestos, sus lindos ojos. Todo de él se presenta en su cabeza y no sabe porque.

Los siguientes días olvida por completo a su novia concentrándose así en acercarse al joven del cual supo que se llama Kaminari Denki.

— Debemos terminar — dijo a su novia, ambos en la habitación de la chica.

— No puedes dejarme — golpea el piso con su pie.

— Ya no podemos continuar, encontraras a alguien mejor — intenta salir pero ella lo detiene.

— Tú no me dejas así como así.

Con un poco de esfuerzo lo tumba sobre el suelo, se coloca sobre él.

— Mina, por favor.

Ella se acerca a él y lo besa. Intenta alejarla pero lo abraza del cuello. Cuando se aleja de él ambos se miran.

— Si me dejas tendrás problemas — con sus dedos empieza a desabrochar la camisa — debes cumplir mis demandas o te aseguro que te arrepentirás.

Él no dice nada, no comprende que demonios esta sucediendo. Siente las manos de la chica tocando su pecho y bajando hasta llegar a los pantalones. Ella los desabrocha.

— No lo hagas — la detiene.

— Sueltame — se safa del agarre — haras lo que yo quiera — ella lo ve.

— ¡Estas loca!

— Loca por ti pero tu por otro — ella sonríe — acaso creíste que no sabía — dice con burla — que pensaran todos cuando se enteren, tus padres, tus amigos. Imagínate que le harán al pensar que te volvió como él.

— No se de que hablas.

— Por favor — ella ríe — es tan obvio que babeas por ese.

— No es así…

— Entonces si me equivoco porque no me corriges.

Mina lo toma del cuello y lo acerca para besarlo, pero Sero ya no siente nada. Está confundido.

Ella continúa en lo suyo ahora no es detenida pero hay un problema, no logra hacer que se levante.

— Tanto te gusta que no reaccionas a mi tacto — bufó con molestia.

Sero se sonroja pero es más el sentirse atacado que no da paso a la excitación. No entiende de qué habla, solo repite lo mismo que él está enamorado de ese chico rubio.

— Eso es mentira — dice para sí.

— Te engañas tu mismo, cariño — ella apretó las mejillas de Sero con sus dedos — si te acercas a él me las pagaras.

Lo soltó y empujo su cabeza contra el piso.

— Ahora lárgate — señaló la puerta — y piensa muy bien que quieres.

Hanta se acomodo la ropa, tomó sus cosas y salió. Sabe que la chica tiene los medios para hacerle daño o más bien para hacerles daño y no se equivoca al ver como a una calle de su casa un grupo de hombres lo esperan.

Nunca se sintió tan frustrado en su vida a como se siente en ese momento. Su madre cura sus heridas pero no está tan herido ya que se defendió.

— ¿Qué harás? — le contó lo que pasó.

— ¿Estás molesta conmigo? — mira sus pies, mueve sus manos nervioso.

— No, me sorprende sí pero si tu estas feliz yo también lo estaré, sea con quien sea.

— gracias mamá.

A la mañan siguiente se presenta en clases como si nada pasara, tiene la respuesta y vaya que le costó tomar esa decisión.

Siente la mirada de todos sobre él, no les toma importancia. Busca al rubio ya que solo comparte esa clase con él pero nunca lo había notado. Lo encuentra en la parte de frente y por un momento sus miradas se cruzan, el chico le sonríe.

— Cariño, llegaste — Mina se cuelga en su brazo dándole un sonora beso, dirige su mirada al chico quien ya tiene la suya en otro lado — ¿Hay algo que quieras decirme? — pregunta sonriendo.

— Sí — dice él — pero puede ser en otro lugar y otro momento — pide.

— Hanta será mejor que me contestes ahora — murmura molesta. Ella Sonríe esperando a que el chico hable.

— De acuerdo… — suspiro — como ya dije anteriormente -terminamos- — se alejó de ella. Todos jadearon de sorpresa e incluso el rubio llevó su mirada a él.

— ¡Creo que no te quedo claro! — su enojo es elevado — tendrán que darte otra lección — dice con molestia.

— Deja de amenazarme — se aleja — si algo me pasa tú serás la del problema.

— Entonces, ¿No te importa que pueda pasarle a él? — pregunta señalando al chico.

— Dejalo en paz, él no tiene nada que ver.

Sus compañeros están atentos a los diálogos de ambos.

— Entonces no te importa que haga esto… — guardó silencio — chicos les contare algo para que anden con cuidado…

— Guarda silencio.

— Éste chico el cual creí que era un hombre de verdad y con el cual salí un tiempo tiene un secreto que lo avergüenza pero como yo los quiero y soy su amiga se los diré para que tengan cuidado…

— Basta Mina, no lo hagas — pide Sero mirando a la joven.

— Es un rarito igual al chico ese — señala a Kaminari — ambos son iguales, a ambos les gusta el pene — sonríe triunfal al ver la cara de sorpresa de todos.

— No debiste decir eso… — murmura Hanta.

— Te lo advertí — golpea el pecho del chico.

Hanta no dice nada, muerde su labio tratando de contener el enojo.

— Preferible que me guste un chico como él y no alguien que cae tan bajo como tú… — se cruza de brazos.

— Por favor… — ella le resta importancia.

— Sero tiene razón — dice uno de sus compañeros — aquí la única que odia esas relaciones eres tú…

— ¡Exacto! — apoyo otro.

— ¿QUÉ LES PASA? — grito enojada.

Un alboroto se formó en la clase de Sero. Aprovechando eso se acerco al rubio y le sonrió.

— Kaminari Denki, me gustas — dice seguro de sus palabras.

— Y-yo… — se pone nervioso — ¿Estas seguro? — pregunta.

— Si.

— ¿Por qué ese cambio? Digo no es que me moleste pero no entiendo… _ su confusión se hace presente.

— Bueno es algo que sólo paso, no sabría explicarlo de algún modo entendible.

— Con eso me basta por el momento.

Se sonríen. Mina se da cuenta y se acerca furiosa al pelinegro.

— Eres un maldito idiota — grita y lo empuja. Sero va a dar contra el escritorio de su profesor.

Todos se sorprenden, Denki va a donde se encuentra para revisarlo. Hanta está inconsciente y de su cabeza sale sangre.

— Sero… — llama Kaminari.

— Se lo merece — dice ella.

— Tú… — el enojo lo invade — eres una maldita perra.

— Maldito anormal — se acerca a él y le deja caer una cachetada — a mi me respetas imbécil.

Kaminari quiere golpearla pero sabe que se meterá en problemas. Sólo debe esperar.

Sero despierta al sentir una luz de lleno en sus ojos, parpadea hasta aclarar las vista.

— ¿Amor? — Denki se pone de pie. De sus ojos bajan lágrimas.

— Que bueno que despertaste — dice secándose.

— ¿Cuánto dormí? — intenta sentarse.

— Dos días… Creí que te perdía como casi te pierdo aquella vez — se abraza a su esposo.

— Nada de eso, tu tienes que aguantarme mucho tiempo más… Además tuve un sueño o mas bien recuerdo.

— Yo también — se sienta a su lado — soñe con la vez que nos conocimos…

— ¿En serio? ¡Qué coincidencia! ¡Yo también!

— Esa vez tuve miedo a perderte — dice en medio de un puchero.

— También tuve miedo de que me perdieras…

— ¡Oye! — se queja golpeándolo.

— Ya, ya, sólo es un decir… No te lo tomes mal.

— Pues no digas eso.

— Bueno entonces debes tener cuidado al cruzar las calles, mira lo que me paso.

— P-perdón — sus lagrimitas empiezan a aparecer — no fue mi intención y-yo…

— No estoy enojado sólo ten cuidado no quiero que te hagas daño.

Se sonrieron como esa vez en su salón.

— Kaminari Denki, ¡Me gustas! — Sero toma su mano y la entrelaza con la suya.

— Ser Hanta yo también te quiero.

Se dan un pequeño beso. Kami va por el doctor para que revise al chico y asi saber cuando irse.

Los recuerdos dolorosos solo llegan en forma de sueño.




Fin




Pd: Sero tuvo un accidente salvando a Kaminari, todo lo que pasó al principio fue un recuerdo de cuando iba a la universidad y se conocieron. Tienen 3 años de casados pero esa ya es otra historia.

Pd2: Cualquier duda me la hacen saber.

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