El amor es el amor (Albocío)

By breakofgay

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Una de las componentes de Sweet California se encuentra un poco... indispuesta. Y, si todo va bien, parece se... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 10
Epílogo

Capítulo 9

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By breakofgay

El principio de la gira llega a finales de noviembre con la fecha de Sevilla. Sonia nos acoge en su nuevo piso y, por supuesto, asiste al concierto con Danny y con su familia cercana. Tienen sitio en una zona aislada, donde ella pueda estar lo más tranquila posible, pero con buena visibilidad.

Después de la prueba de sonido, le pregunto una vez más si no quiere estar con nosotras en el momento de los meet & greets:

-¿Seguro que no quieres venir? Te echan mucho de menos, ¿eh?

-¡Quita, quita! Yo no estoy para prestar atención más de unos segundos por persona.

-De todas maneras alguien te verá a la salida o durante el concierto, tía. ¿Qué más te da una cosa que otra?

-Que en el meet tengo unas responsabilidades para las que no tengo el cuerpo ahora mismo, Alba.

Se señala la barriga y yo río levemente. Para estas fechas, después de haber concebido el bebé en primavera, está hinchadísima. Le han dicho que se pondrá de parto en Navidad, entre diciembre y enero. Todas estamos nerviosas: es el primer bebé del grupo, que es prácticamente como una rama de la familia de cada una.

En cualquier caso, acabo aceptando que no se sienta capaz para tratar con fans de la forma que requieren estos encuentros y nos despedimos hasta el final del concierto. Ella se va a su lugar de la grada y Laura nos lleva a Rocío, a Tamy y a mí al pasillo donde las fans vendrán a buscarnos en grupos pequeños.

El primer grupo es de seis personas. Reconozco inmediatamente a varias de ellas. Una es de aquí, de Sevilla, y sé que lleva toda la vida con nosotras. Es la primera que me saluda con un abrazo mientras las demás van a por mis compañeras:

-¡Hola! -En su voz hay tanta emoción que recuerdo de golpe todos los meses que llevamos sin tener un encuentro de este tipo con fans. También recuerdo su nombre: Irene.

-¡Hola! ¿Qué tal? Cuánto tiempo, ¿no?

-Sí, muchísimo. Yo genial, corazón, ¿y tú?

-Genial, también. Ya se echaban de menos estas cosas. -Sonrío.

-Dímelo a mí -ríe ella. Se saca de una bolsa que lleva colgada al hombro un pequeño lienzo y me lo da-. Mira, me ha salido un poco chungo el Manué, pero...

-¡Pero si es una pasada! -Contemplo con la boca abierta la pintura en la que nos ha reflejado a mi perro y a mí-. Me encanta, en serio. Muchísimas gracias.

-Nada, mujer. -Me da otro abrazo como despedida y se acerca a saludar a otra de mis compañeras. La siguiente fan que se me acerca no es de Sevilla. Al menos, me suena haberla visto la mayoría de las veces en mi comunidad autónoma.

-¡Hola! -Me abraza poniéndome la mano en la parte trasera de la cabeza. Sonrío: es Valentina.

-¡Hola! -La abrazo también y la miro cuando nos separamos-. ¡Qué guapa estás!

-Pues anda que tú.

-¿Qué tal todo? Te has pegado un viajecito, ¿eh?

-Sí, nos quedamos todas en casa de Irenilla. -Señala a la primera chica que me saludó-. Pero no soy la que más ha viajado, eh.

Termina la frase mirando a una de sus amigas. Sigo su mirada y se me desencaja el rostro de la sorpresa.

-¡Manu!

-Hola, cielito. -Su voz llega ahogada por las lágrimas.

-Oh... -río y la abrazo con mucha fuerza-. Pero ¿qué haces aquí?

-Consiguió una oferta de vuelos, que mira que costó -explica Valentina mientras nos mira, sonriente-. La entrada se la compramos entre muchas personas del fandom, el año pasado hicieron lo mismo conmigo.

Son de lo que no hay. El ambiente de compañerismo que se respira en este fandom es precioso. El detalle de colaborar para que una fan que no nos veía desde hace cuatro años haya podido venir a vernos desde otro continente y el hecho de que ya lo hayan hecho antes con otra persona, quién sabe por qué... me hace pensar que somos muy afortunadas de tener el público que tenemos. Beso la cabeza de Manu y froto su espalda antes de separarme y mirarla.

-Pero no me llores, que entonces lloro yo, ¿eh?

-No, chiquita, vos no llores... -vuelve a llorar y yo río de nuevo, abrazándola esta vez con un brazo.

-Espero que disfrutes mucho del concierto.

La siguiente fan también lleva toda la vida con nosotras, apoyándonos desde Madrid. ¿Es que no va a venir nadie más de Sevilla aparte de Irene? Los rizos de una de las mejores bailarinas de este fandom rebotan en su espalda mientras se acerca para saludarme.

-Hola, guapa. ¿Tú también te quedas en casa de Irene?

-Sí -ríe ella-, todo este grupo. Cómo echaba de menos estas cosas.

-Y yo, eh. -Le sonrío-. ¿Sigues bailando?

-Este año ha estado difícil, pero he seguido por mi cuenta como he podido.

-Eso es, así me gusta. Tú sigue, que tienes mucho talento y en cualquier momento, quién sabe, ¿eh?

-Sí, ya... -ríe de nuevo.

Las dos chicas restantes se me acercan a la vez, bastante juntas. Aunque no le pongo nombre a ninguna de las dos, ubico la cara de una de ellas: la he visto bastantes veces en Madrid con los últimos discos, sobre todo en radios.

-¡Ay, Alba!

-Hola, ¿qué tal?

Me abrazan y yo las abrazo a ellas.

-Bien, con muchísimas ganas de...

-...de escuchar Hey Mickey otra vez.

La de pelo más oscuro le pega un codazo a la otra, que se ríe. Frunzo el ceño.

-¿Qué pasa con Hey Mickey?

-Nada, que a la señorita le gusta hacerme cobras cuando suena esa canción y tú la apoyas.

-¡Ah! ¡No me digas! -Río, recordando los tuits a los que se refieren. Es verdad: en uno de los últimos días que estuve respondiendo en Twitter antes del confinamiento, pedí que me mandaran las canciones que les gustaría escuchar en esta gira. A una de ellas, intuyo que la de mechas rubias, le contesté que me gustaba que hubiera incluido Hey Mickey entre sus opciones, y su novia me contestó diciendo que le había hecho una cobra en uno de nuestros conciertos por empezar a sonar esa canción.

-Es que eres la que mejor usa Twitter, tía. Tienes que meterte más.

-Oye, que lo estoy intentando.

-Bueno... A veces.

Un hipido a nuestro lado nos hace mirar para allá. Rocío saluda a una Manu aún más llorosa que cuando me saludó a mí. Alzo las cejas y apoyo la mano en el hombro de una de las chicas de la pareja.

-Claro, Manu nunca pudo ver a Rocío, ¿no?

-Ni yo tampoco -murmura la de mechas rubias.

Las dos miran a mi compañera como embelesadas. Yo hago lo mismo. Está guapísima, más de lo normal. Se ha rapado la parte inferior de la cabeza, siguiendo el consejo de Tamy de tomar a Halsey como referencia. Todavía no nos hemos peinado para el concierto, pero ella pretende peinárselo hacia arriba con laca y sé que me va a costar otra vez no quedarme embarazada cuando la vea.

-Todas la hemos echado de menos. -Me vuelvo hacia la más morena, que habla esa vez con voz ahogada, igual que la de Manu. Su novia le pone una mano en la espalda y se la acaricia, yo hago lo mismo con su brazo, aprovechando que me he apoyado antes en su hombro-. Para Manu y para Irene es la primera vez que la ven, pero el resto también llevamos, como mínimo, cuatro años sin verla. La noticia de que se iba fue un día antes del cumpleaños de Valentina, que es cabrerista; yo siempre me quedé con la espinita de no haber intentado ir a la última firma con ella que pude haber ido... Todas tenemos historias así.

Asiento, emocionada.

-Pues ella ahora necesita mucho apoyo. Está muy insegura, no se termina de ver lista para volver a ser parte del grupo... Así que gracias por seguir aquí con nosotras. -Las miro con agradecimiento.

Después de que la pareja de chicas haya saludado a Rocío y nos hayamos hecho la foto grupal, se van y pasa el siguiente grupo.

Así se suceden todos los encuentros y, al acabar, queda muy poco para el principio del concierto. Nos vamos a vestir con los primeros outfits y nos peinan y maquillan. Un rato después, cuando estamos en la parte trasera del escenario, nos abrazamos.

-¡Que se viene, chicas!

-¡Por fin!

Oímos mientras la presentación audiovisual que deben de estar proyectando. Al ser la gira del álbum recopilatorio de nuestros cuatro discos anteriores, lo hemos organizado por etapas. Toda la proyección se reproduce en un marco que simula ser un televisor antiguo, haciendo referencia a la simbología de este último disco. Los fragmentos que escuchamos ahora mismo son de la radio que anunció nuestra primera canción, nuestro primer disco...: todo es de la era Break of day.

Nuestras ropas también son rescatadas de lo que llevamos en la portada del primer disco: Rocío lleva la blusa de rayas horizontales blancas y negras metida por dentro de un pantalón corto vaquero, mi blusa es blanca y está sujeta por el pantalón corto negro que llevo sobre un par de medias del mismo color y Tamy lleva el vestido con vuelo color crema que llevaba Sonia.

La grabación cesa, las luces se apagan y nosotras nos damos un último apretón de manos mientras oímos al público chillar. Nos colocamos cada una en su sitio del escenario y la primera canción de la gira empieza a sonar.

Hemos decidido que la orquesta de cuerda inicial de Indigo, la manera en que las voces se van uniendo y creciendo de manera progresiva y su letra la convierten en la canción más indicada para representar el amanecer de Sweet California. Soy la primera en cantar y lo hago todavía con las luces apagadas y con cierto temblor de nervios y emoción en el cuerpo.

-Open up on a girl who's dreaming of the world. -El primer foco me apunta y me descubre sentada en una pequeña plataforma. Canto mi siguiente verso siendo visible para el público, que grita aún más que después de haber escuchado mi voz-. Never got much in her backpack, she's gonna rule the world.

-What you gonna do? What you gonna say? What you gonna do when it comes your way? Oh, oh. -El segundo foco se posa sobre Tamy, de cuclillas en una plataforma más alta que la mía y situada detrás de mí. Su voz grave llena el escenario un poquito más-. Living every day like it is the last. Looking to the front, never to the past. Oh, oh.

-Open up your eyes. -La voz de Rocío es la que arranca la mayoría de gritos del público y pienso mientras me muerdo el labio que solo una voz como la suya podría hacer crecer esta canción con la fuerza que se merece. El foco la apunta y el público la ve de pie subida en el escalón superior, por detrás de Tamy-. It's your time to shine.

-Light me up, I'm ready to go! -cantamos las tres, introduciendo el estribillo con un salto y empezando a bajar al escenario para estar a la misma altura, más cerca de nuestro público.

El concierto se da por inaugurado y la gira también.

Break of day tiene demasiados singles que no podíamos omitir en esta gira cuyo objetivo es recuperar antiguos éxitos. Por eso, para no hacer más de cinco canciones por era, nos hemos visto obligadas a fusionar algunas. La segunda canción de la gira es Comprende (it's over), pero después del primer estribillo, el ritmo cambia radicalmente al de Hey Mickey. Pienso mientras la cantamos en las fans del primer meet & greet. No soy capaz de localizarlas entre el público, pero sonrío preguntándome si habremos vuelto a provocar otra cobra.

Para introducir This is the life, no falta mi mítico grito recordándole al público que esta la conocen. Recuerdo la primera vez que la cantamos Tamy, Rocío y yo, montando a caballo a principios de verano. Es tan imprescindible esta canción en los conciertos que sentí cierto recelo cuando propusieron mezclarla con Inmortales, pero también me pareció la mejor opción para hacer la fusión.

La cuarta canción no es ninguna mezcla: a todas nos parece importante que nuestro primer single figure entero en esta gira. Quitamos Infatuated de nuestro repertorio hace muchos años, pero este es un homenaje a nuestras raíces, al principio de nuestra carrera. El público se vuelve loco y canta con nosotras el estribillo que tanto habían echado de menos.

Después de esta canción, Rocío se acerca al borde del estribillo y se dirige al público.

-¡Buenas noches, Sevilla! ¿Lo estamos pasando bien? -El público responde afirmativamente a gritos y puedo ver brillar la sonrisa de mi compañera. Siento un cosquilleo en el estómago y me pregunto cuán peligroso será sentirme feliz por verla tan feliz-. Yo estoy encantada de estar aquí... otra vez. Estas canciones me recuerdan a un momento de mi vida en el que era mucho más joven que ahora y empezaba a cumplir mi sueño. Y lo mejor de todo era que no estaba sola, que éramos tres y sentíamos lo mismo. Tamy aún no estaba... pero me acuerdo de quedar con Sonia para ir a casa de Alba a escuchar por primera vez nuestras voces como grupo sonando en una radio tan importante como Los 40. Infatuated siempre será especial por eso, y la canción que viene ahora también es muy especial para mí. A ver quién se acuerda de ella.

Mi compañera retrocede de nuevo y nuestro guitarrista empieza a tocar unos acordes iniciales difíciles de reconocer, pues nunca existieron en la versión original de la canción. No es hasta que Rocío empieza a cantar que el público suelta un sonido de asombro, reconociéndola:

-Once again, reach out my hand. Only shadows in my bed, 'cause right now you're so far.

Without you vuelve a los escenarios, rescatada del olvido por petición de la propia Rocío, que la compuso en su momento para la reedición. Sin embargo, también está a medias, pues no podíamos despedir la primera etapa del concierto sin nuestro mayor himno, Vuelvo a ser la rara, y mezclar dos baladas nos parece la mejor opción.

La era Break of day termina con linternas que se mueven al compás de la canción más mítica de nuestra carrera. Todas las luces se apagan de nuevo después de la última nota y nosotras volvemos a los camerinos mientras la gran televisión antigua se vuelve a encender, mostrando vídeos nunca vistos del viaje a Nueva York para el rodaje de Wonderwoman, las dos visitas a Argentina o los primeros conciertos con Tamy después de su incorporación, entre otros.

Para la siguiente era mezclamos outfits. Rocío lleva el de la contraportada del disco: el top negro holgado con flecos le queda tremendamente bien con su nuevo corte de pelo y los vaqueros claros rotos. Yo también llevo mi ropa de la contraportada: una camiseta blanca con letrero, pantalones negros ajustados y la chaqueta dorada remangada. Tamy, en cambio, no tiene la necesidad de adaptarse a la apariencia de Sonia en un disco donde la reedición fue con ella: lleva el top negro y la chaqueta blanca de la portada, pero cambia los pantalones rojos por una falda blanca, inspirada en uno de los vestidos que llevó para las primeras sesiones de fotos.

Cuando se dejan de suceder las imágenes en la televisión y se apagan las luces de nuevo, nos colocamos en nuestros sitios. Una nota prolongada de Rocío ilumina el escenario: la del principio de la primera versión de Good lovin'. Las luces se encienden y entramos en la segunda era de Sweet California con toda su fuerza.

Esta canción ya era de nuestras favoritas cuando sacamos el disco con Rocío y también fue el primer single que sacamos con Tamy. Es especial para todas. Head for the stars es, aparte de la que estamos viviendo ahora mismo, la única era común a las tres.

La segunda canción es un pequeño homenaje a Sonia, que la tenía por una de sus favoritas cuando salió el disco: Just one. Hacemos la primera versión, con las notas agudas de Rocío al final que arrancan los aplausos del público.

Love on the run es la siguiente, otra que teníamos olvidada injustamente. A pesar de no ser una canción lenta, sí que me parece bastante dramática, por lo que el cuarto tema de la era, ya perteneciente a la reedición, supone un gran contraste: Somebody who cares.

Siempre fue la canción sin coreografía porque, con lo arriba que nos venimos, nos basta y nos sobra. Supongo que para Rocío es nuevo este subidón, pero canta el "Oh shit" del puente con el mismo descaro que Tamy, el público y yo.

Después de terminar la canción, me toca a hablar a mí, la única de las tres que presenció esta época desde el principio hasta el final.

-Bueno, ¿cómo vamos? -Me ajusto el inear mientras dirijo el micrófono al público, esperando su respuesta-. ¿Bien? Nuestro segundo disco trajo una época difícil, no nos vamos a engañar. Pero lo empezamos con muchísima ilusión y, después de ese pequeño bajón y el gran cambio que nos trajo, seguimos con muchísimas ganas y fuerzas. Vamos a terminar esta etapa con la canción con la que la empezamos, en verano de 2015. ¿Cantamos Wonderwoman? ¿Sí? -Sonrío con la respuesta afirmativa del público-. Venga, pues vamos allá.

La versión de Wonderwoman que cantamos es la más nueva, la incluida en este último álbum recopilatorio y la que sirvió de introducción para la última gira. Aun así, Tamy canta las partes de Sonia, al ser las de Rocío casi idénticas a las de la primera versión.

Después de esa canción, nos volvemos a cambiar mientras en la gran televisión se suceden imágenes de, probablemente, nuestra época más exitosa. Hemos decidido que 3 sea la parte acústica de esta gira. Por eso, nuestro vestuario en esta ocasión imita el de la portada de la edición deluxe: yo llevo el top con cuello cruzado y los pantalones cortos blancos; Tamy lleva el top de palabra de honor y la falda, ambos blancos con el mismo estampado de dibujos, y Rocío lleva lo que llevaba Sonia: el top de tirantes y una falda más corta y con menos vuelo que la de Tamy, ambos de encaje anaranjado.

Volvemos al escenario y nos sentamos en nuestras respectivas sillas. Rocío tiene un teclado delante y se va a encargar de las partes de piano, mientras que yo me ocuparé de la guitarra. La primera canción es más de piano, por lo que Rocío empieza a tocar y también a cantar:

-Sé que no fue fácil, sé que nada puedo reprochar. Fui yo quien quiso abandonar. -El hecho de que sea precisamente Rocío quien cante esos versos para empezar la primera época en la que ella no estuvo es, cuanto menos, simbólico. También lo son los siguientes, cantados por Tamy:

-Y ahora que te alejas, ahora nada vuelve a su lugar. Debí dejarte entrar.

-Tal vez se me hizo tarde -canto yo, pensando en lo destrozada que estaba al componer esta canción que, por supuesto, tuvo a Rocío como musa-, y no sabes cuánto duele verte.

El estribillo de A salvo llena el local y las fans lo iluminan con sus linternas. Distingo caras llorosas entre el público y se me eriza el vello de los brazos al pensar que son mis letras y nuestras voces las que consiguen esas reacciones en tanta gente.

La segunda canción también es una de las favoritas de Sonia, no solo del disco, sino de toda nuestra carrera. Es una de las últimas que vamos a cantar en inglés y pienso que sirve de enlace entre este tercer disco y el siguiente, donde nos pasamos a nuestro idioma de origen. Tears on my pillow también la introduce Rocío con el piano y también la hace crecer en el pre-estribillo, igual que Indigo. Esta canción queda genial con su voz.

Es mi turno de coger la guitarra mientras Tamy introduce la siguiente canción.

-Bueno, sweeties, está siendo una noche increíble. Sevilla siempre nos ha dado todo el amor del mundo. Este disco es muy especial para mí, no solo por todo el cariño y el apoyo que recibimos durante esta época, que todavía me acuerdo perfectamente de lo que sentí la primera vez que llenamos el Wizink Center con esta gira. Esta era fue la era donde de verdad empecé a sentir que este era mi sitio y que quería llegar hasta el final con la aventura de Sweet California. -Sonríe al recibir un breve aplauso y vítores del público-. En el Ladies' tour había un momento en la parte acústica, no sé si alguien se acordará, un momento en que yo pedía silencio para una canción muy íntima. ¿Lo hacemos otra vez? ¿Guardamos silencio durante tres minutitos? ¿Sí? Muchísimas gracias, esto es Espérame.

Ya durante su discurso había empezado a tocar acordes de la canción para acompañar su voz. Los alargo durante unos segundos más a medida que el público se calma, cojo aire y empiezo a cantar la canción que tanto marcó la gira de nuestro tercer disco. Se crea una atmósfera de intimidad y melancolía que permanece hasta la última nota de la guitarra, cuando el público prorrumpe en aplausos. Damos las gracias, rompiendo el voto de silencio.

La siguiente canción es la única con una letra mínimamente alegre. Nunca estuvo en ninguna gira y, durante los ensayos, entendí por qué: es casi imposible de cantar en directo. La función requiere coros durante gran parte de la canción para mantener su esencia y por eso hemos decidido que sea yo quien cante los estribillos mientras ellas hacen las voces de fondo. Hacemos la canción a capella con el único acompañamiento de la percusión. Se queda un poco vacío al ser una única voz la que pone la letra, pero intento darle toda la fuerza posible para compensar la ausencia de sus voces. Reto aceptado y superado.

-Bueno, la última canción de esta época -vuelve a hablar Tamy- nos trajo muchas alegrías y para esta sí vamos a pedir que nos acompañen muchas voces. ¿Cantamos Vuelves?

Vuelves es el único single de esta etapa que cantamos, pero también el que más éxito tuvo. La gente se la sabe a la perfección y la canta con nosotras. Volvemos a agradecer al terminar y nos marchamos para dar paso a la siguiente era, una de mis favoritas.

Solo la ropa de la portada de Origen ya anuncia perreo. Tamy lleva un mono rojo de tirantes que acaba a mitad de la pantorrilla, Rocío lleva el top gris oscuro y los pantalones rojos de Sonia y yo llevo el vestido corto rojo de manga corta con las playeras blancas de plataforma que son, sin duda, lo mejor de mi atuendo.

Empezamos esta parte del concierto con una mezcla de los dos singles, Loca y Guay, que hacen bailar a todo el recinto. Esta es la esencia de Origen. Es un placer volver a sentir la libertad que sentí cuando entramos en esa era, aunque venía acompañada de miedo por arriesgar tanto con estilos nuevos. Me siento muy afortunada de que saliera tan bien como para poder volver a actuar con una gira propia en el Wizink Center.

Recuperamos la escenografía de Telaraña para esta gira y también la de Todo a la vez, las dos siguientes canciones. En realidad, me dan pena todas las que se han tenido que quedar atrás, pero estas dos eran necesarias.

El cuarto tema de esta era es otra mezcla, pero mucho más currada que todas las anteriores. Es la que más ganas tengo de cantar.

-Entendernos fue cosa de sabios, la misma pregunta en mi cabeza -empieza a cantar Rocío.

Hasta el primer estribillo de Amarte, todo parece normal, salvo la velocidad muy levemente acelerada. Pero yo dejo de cantar el estribillo en el último verso y, casi pisando las últimas palabras de mis compañeras, continúo con el siguiente tema de la mezcla:

-Buen intento, like that. Y qué tierno imaginarme sonriendo, es casi tan dulce como pensar en lo nuestro.

Tamy también canta su parte de Like that y el siguiente estribillo pertenece a esta canción, cantado por las tres en lugar de por el artista con el que colaboramos. Después, Rocío canta la parte de Sonia:

-Y aquí nos gusta un buen jaleo. Que tú también puedes bailar, yo te lo enseño. Este es tu momento. Pa' atrás, tra, tra, aquí suena el compás.

-Mírame, vuélvete, sabes bien que esto a ti te encanta, a mí me encanta -recupera Tamy su parte de Amarte mientras Rocío hace la siguiente parte de Like that, mucho más grave y menos audible-. Déjate, bésame, suéltate y no digamos... sh...

El último estribillo mezcla las dos canciones: Rocío y yo, las voces más agudas, cantamos el de Amarte mientras Tamy canta el de Like that. El resultado es brillante y el público lo aprueba con aplausos cuando terminamos.

La encargada de hablar de esta época es Rocío, que no habla desde la primera. Aunque no la viviera desde dentro, tiene cosas que decir desde su experiencia:

-Cuando Alba y Tamy me empezaron a enseñar las canciones nuevas que teníamos que cantar... -hace una pausa y, por las risas del público, intuyo que también una mueca-. Yo lo que pensé fue: dónde me habré metido. Claro, esto en los dos primeros discos era impensable, pero ellas ya llevaban haciendo este estilo desde este disco en el que yo no estuve. Origen es un cambiazo con respecto a lo que había sido la trayectoria anterior de Sweet California. Pero hay algo que mis compañeras me han estado diciendo desde que volví al grupo: Sweet California está en constante cambio. Esta época trajo muchos, no solo en lo musical, sino también en cómo empezaron a vivir la experiencia. Hablo desde fuera, pero es que se veía desde fuera. Origen es libertad, y este tema... cuando lo escuché, me sorprendió que me gustara tanto aun sin ser de mi estilo. Ni del mío, ni del de la Sweet California que yo conocía. Pero este tema también es libertad y me siento muy afortunada de poder cantarlo ahora. ¡Espero estar a la altura!

Se coloca de nuevo en su sitio y el patrón musical de El amor es el amor empieza a repetirse. Pasados unos segundos, cantamos los coros del principio. Al sonido de la guitarra, los bailarines empiezan a pasearse por el escenario con elegancia, sin que deje de ser un baile, pero simulando ser clientes de la especie de cafetería que se proyecta en la pantalla a nuestras espaldas: SC Café.

Debo reconocer que echo de menos lo mucho que vivía Sonia esta canción en directo. Su sector del público está demasiado oscuro como para verla, pero espero que lo esté viviendo con la misma alegría desde el asiento.

-Bueno -digo al final de la canción, sin que los músicos dejen de tocar-, nos acercamos al final de la noche y es hora de presentar a los musicazos que tenemos.

Voy diciendo los nombres de cada uno mientras ellos los acompañan con un solo de sus respectivos instrumentos. Cuando acabo la lista de nombres, dejo el micrófono apartado al igual que mis compañeras y nos dirigimos al centro del escenario a hacer el último baile de la canción con los bailarines.

Las imágenes que se reproducen mientras nos cambiamos para la última y actual era son no solo de la grabación del disco o del poco tiempo que tuvimos para hacernos promoción, sino de todo el trabajo desde casa en la cuarentena y de estos últimos meses con Rocío, desde su vuelta, siendo el trío que somos ahora.

Los vestuarios esta vez no son fieles a la portada de ninguna de las versiones del disco. Al ser la era que estamos viviendo ahora mismo y no tener que recordar nada, nos hemos dado un poquito de libertad y se parece más a lo que llevamos en el Wonder tour 2.0, cuando cada una de las tres tenía un body de distinto color, pero todas teníamos en común la falda negra. Lo que tenemos en común esta vez es un pantalón corto negro de cintura alta. Cada una lleva un top ceñido de manga corta y color liso: el mío es rosa, el de Tamy es verde y el de Rocío es blanco.

La era Hits reloaded empieza con el silbido de Me gusta y lo mucho que esa canción hace bailar a la multitud. Tengo una sonrisa de oreja a oreja mientras veo por primera vez a tanta gente bailándola, gente que, esta vez, ha venido a vernos a nosotras y no a unas invitadas de entre tantas otras en un festival o un programa de televisión.

La siguiente canción es la versión de Groove is in the heart que incluimos en el último disco. Tamy es la reina de la canción y lo mejor es que lo sabe. Es la que más partes canta y, sin duda, lo merece. Su voz de contralto y la confianza que solo el haber sido una bailarina profesional puede darle llevan la canción a lo más alto y, ahora mismo, dudo que quede una sola heterosexual en todo el edificio.

Por decisión de las tres, creemos que es justo que la cover de Just like you figure en esta gira. Es la primera que hicimos como Sweet California 3.0, la única de estas tres últimas eras donde no hay rastros de Sonia y Rocío puede cantar sin ser su sustituta. Es, ahora sí, la última canción en inglés, y su ritmo calmado sirve de enlace perfecto para la siguiente canción: Lunes, el primer single de este disco.

Lunes es nuestra balada más reciente, el género preferido de nuestra audiencia, y aporta la suavidad y la dulzura a esta última recta final. Cientos de manos se mueven a un lado y a otro al compás de la canción.

-¡Muchísimas gracias! -gritamos cuando terminamos de cantar, mientras los músicos siguen tocando. Saludamos, mandamos besos y agradecemos más veces antes de salir del escenario.

Las luces no se han encendido aún cuando nos reunimos en el backstage. Nos miramos con sonrisas traviesas.

-Qué capullas -río-. Es que ya no gritan "otra", ahora gritan Fruta dulce.

En efecto, la mayor parte del público ya se sabe nuestro truco. Saben que siempre queda una última canción después de la despedida y saben que no podemos irnos sin cantar esta canción. El título se repite una y otra vez en cientos de voces al unísono.

-Hombre, no debiste poner que teníamos muchas ganas de que la vieran en directo.

-Bueno, total...

Decidimos que ya es hora de volver al escenario y los primeros tambores de la canción que el público nos pide marcan su inicio. Hacemos los primeros coros en inglés y me adelanto unos pasos para empezar con mi parte:

-¿Dónde vas? Uno, dos y tres: estate atenta al dato. Perfect, but I see you, pero dime dónde y cuándo. ¿Sabes qué es lo que yo estoy pensando? Te digo lo que quieras si me acompañas al baño.

-Black in my heart, black, black in my head, but... -cantan Tamy y Rocío.

-Soy un ángel bueno sin pintar.

-Black in my heart, black, black in my...

-PUSSY! -grita el público. Suelto una carcajada y camino hacia atrás para dejar paso a Rocío, que se sitúa en el centro:

-No se asusten, mira: bla, bla, bla. Que con fruta sabe más rico. Blanco, afro, azul y rosa. -A medida que nombra cada color, señala a cada una de nosotras (hacia arriba, en el caso del azul) y una luz de cada uno de esos colores se enciende en la pantalla de fondo-. Desde Sevilla hasta Puerto Rico se va pa'lante, pa'lante y pa' atrás.

-This is a like, 'ta calentito. Y si algo nos gusta, repetimos -canta Tamy. Yo vuelvo a llevarme el micrófono a la boca para seguir:

-Bebe de aquí, no tiene piña na' más.

En el momento de deletrear el título en inglés, las primeras filas del público nos sorprenden levantando folios con las letras en cuestión a medida que las nombramos. En general, la canción es un subidón y un acierto para terminar la gira: una letra que nos representa al cien por cien, que demuestra que no somos lo que los prejuicios dicen que somos; y un ritmo que consigue que todo el mundo se vaya a casa contento y bailando.

Esta vez sí, el concierto termina. Nos despedimos igual que antes (aunque con más sinceridad), nos vamos y las luces se terminan de encender para que la gente pueda irse también.

Cuando nos vemos las tres juntas, nos abrazamos entre grititos de emoción. Puedo notar que están tan orgullosas y satisfechas como yo. Los bailarines y los miembros de la banda también se van reuniendo con nosotras y los vamos saludando y felicitando.

-¡Primer concierto superado! -celebra Tamy. Aplaudimos, alegres.

La siguiente parada es el camerino. Mis compañeras parecen dispuestas a cambiarse rápido para marcharnos a descansar, pero yo tengo otra idea en mente y la adrenalina aún en el cuerpo, dándome el empujón que necesito. Me acerco a Rocío y le hablo en voz baja.

-Rocío, ¿puedes venir un momento?

Ella me mira con sorpresa y el corazón me vuelve a dar un salto al ver sus ojos verdes tan de cerca. Asiente en silencio y yo me doy la vuelta para guiarla a otro sitio donde podamos hablar a solas: uno de los cuartos de los que el local dispone, pero que no nos ha hecho falta usar. Cierro la puerta cuando las dos estamos solas.

-Cuánto misterio. ¿Pasa algo?

-No, es que... -Suspiro. Estoy frente a ella, pero no me atrevo a mirarla: mis vista se mantiene fija en el suelo-. Has estado genial. Siempre lo estás, siempre lo has estado. Y en agosto, cuando terminamos de actuar en el festival de Madrid y te dije esto mismo, casi pasó algo, pero yo quería ir despacio... Pero es que ya no quiero esperar más, porque me llevas gustando mucho tiempo y creo que haber tardado siete años ya es ir lo suficientemente desp...

La distancia entre nosotras que ha ido recortando mientras yo hablaba desaparece cuando sus labios se posan sobre los míos durante unos segundos, interrumpiendo mi discurso. Siento un estallido en el pecho seguido de la más absoluta calma.

-Para no querer esperar más, mira que tardas, eh -susurra en mis labios.

-Cállate...

La vuelvo a besar, ahora con más decisión y menos miedo. Siento una revolución de emociones en el cuerpo. Nunca había sentido tanto al besar a una persona. No es mi primer beso, pero es como si lo fuera. Como si tuviera que haber sido ella desde el principio. Siempre ella.

Agarro su cintura y la acerco a mi cuerpo mientras sus manos se cruzan detrás de mi cuello, con sus brazos reposando sobre mis hombros. Podría vivir en sus besos toda la vida, pero ni siquiera me da tiempo a hacerlo durante un rato, ya que la puerta se abre con escándalo. Nos separamos igual de asustadas que en la carpa del festival y, de nuevo, es Sonia la culpable de la interrupción.

La de ojos azules nos mira con la boca abierta de par en par, alternando la mirada entre una y otra. Me noto un poco despeinada y veo el pintalabios estropeado de Rocío, intuyendo que el mío estará igual. Es obvio lo que ha pasado.

-Creo que me he equivocado de puerta.

-No vayas a parir del susto, ¿eh?

Nuestra antigua compañera se ríe y se lanza sobre nosotras para abrazarnos.

-¡Ay!

-¡Sonia, que pesas!

Sin embargo, la abrazamos con la misma alegría.

-¡Por fin, pesadas!

-Oye, déjanos en paz.

El trío original de Sweet California se abraza en un vestuario vacío porque la embarazada ha pillado a la bollera y la política comiéndose la boca. Y que digan que somos un grupo para niñas... Aunque esto ya no es Sweet California.

-¿Qué pasa? -Tamy se asoma por la puerta y Sonia se separa del abrazo momentáneamente para mirarla con una sonrisa de oreja a oreja.

-Que se han besado, Tamy. ¡Se han besado!

-¡Hombre, ya era hora!

La menor de las cuatro se suma al abrazo, dejando un beso en la cabeza de Rocío y otro en la mía. Ahora sí. Esto sí es Sweet California.

🌈

No puedo dormir. Sonia y Danny tienen dos habitaciones de invitados, ocupadas por Tamy y Rocío. A mí me ha tocado el sofá, pero no es por eso por lo que no consigo quedarme dormida.

Quiero hablar con Sonia, pero oigo los ronquidos de Danny desde aquí. Tampoco la quiero despertar a ella si está dormida, la casa entera está en silencio. Cojo el móvil y le escribo un mensaje:

Alba (02:32)
Estás despierta??

Sonia Nuevo (02:33)
Algo así
Estás bien?

Alba (02:33)
Puedes venir?

No me responde al mensaje. En lugar de eso, al cabo de unos minutos, la puerta del salón se abre y mi amiga enciende la luz antes de volver a cerrarla tras ella. Frunzo el ceño por el paso brusco de oscuridad a luz.

-Hola -la saludo con cierto remordimiento por haber hecho que se levantara. Ella viene al sofá y se sienta al otro lado-. ¿Necesitas algo? ¿Quieres tumbarte o...?

-Así estoy bien. -Echa la cabeza hacia atrás y reposa las manos sobre su barriga.

-¿Te está dando lata?

-Le gusta la vida nocturna, sí. -Ríe entre dientes-. Cuéntame tus pesares.

Suspiro.

-No me quito a Rocío de la cabeza.

-¡Bueno! -chasquea la lengua, riendo-. ¿Y para eso me haces venir? De eso va estar enamorada, Alba.

-No, joder. Es que... ¿qué vamos a hacer?

-Pues la seguirás besando después de conciertos, la invitarás a citas, le pedirás que sea tu novia... lo típico.

-Que no me refiero a eso, Sonia, joder. Tú vas a volver. En Navidad te pondrás de parto, necesitarás unos meses o el tiempo que sea de baja por maternidad. Y luego, ¿qué? ¿Echamos a Rocío? -Resoplo.

-A ver... ella sabía lo que estaba firmando.

-Ya, pero no es justo. Le hemos hecho volver a la música y a los focos después de haber anunciado que no quería, ha tenido que esforzarse mucho para volver a habituarse a este ritmo y para superar las inseguridades que le surgieron durante este tiempo y que todavía no había superado.

-Bueno, a lo mejor precisamente por eso le supone un alivio volver al anonimato.

-Ya, ¿y qué hacemos? ¿Grabamos otro comunicado diciendo que Rocío ha decidido irse por segunda vez? ¿O somos sinceras y decimos que le hemos dado la patada?

-Alba, ¿por qué nos pintas como si fuéramos las malas de la película?

Guardo silencio durante unos segundos.

-Porque ya lo fuimos la primera vez.

-Bueno -bufa-, ella tampoco lo hizo todo bien. Lo sabes.

-Sí, pero fuimos mucho más egoístas que ella. Y ahora lo estamos volviendo a ser. No sé, Sony... Siento que la estamos utilizando.

-A ver, ella nos quiere. Sobre todo a ti, que le molas. Y a Tamy, que nunca ha dejado de ser su amiga. Nos está haciendo un favor. Muy gordo, pero un favor.

-Eso no lo arregla mucho -lamento-. Nos hemos vuelto a meter en algo demasiado rápido sin pensar en cómo lo terminaríamos. Ahora que una integrante ha vuelto después de tantos años, ¿cómo le decimos que se vaya? Es que, ¡simplemente piensa en el momento de anunciarlo! "Hola, sweeties, como Sonia ya puede incorporarse, le hemos dicho a Rocío que adiós, muy buenas".

-Bueno, ¿y qué sugieres, Alba? ¿Que se quede? ¿Que seamos un grupo de cuatro? ¿O que yo me quede fuera del grupo y que siga ella hasta que se acabe Sweet California?

-No, tú tienes que volver -replico automáticamente, llevándome la mano a la boca-. No sé. No sé qué sugerir, Sonia. Nos hemos metido en un berenjenal muy jodido por no saber tratar a las personas como personas.

-Bueno -concilia ella-, mira, de aquí a que yo pueda volver todavía van a pasar unos meses. Ya se nos ocurrirá algo. Y yo creo que lo mejor para no herirla ni deshumanizarla sería no hablar de estas cosas a las espaldas de Rocío.

-Tienes razón, solo... necesitaba hablarlo con alguien antes de enfrentarlo directamente. ¿Te ha molestado que fueras tú?

-Claro que no, por dios. -Su tono se suaviza inmediatamente y me tiende la mano. Se la cojo y ella me la acaricia-. Sabes que estoy aquí para todo. Son muchos años, Albita...

-Sí que lo son, sí. -Sonrío. Si me pagaran por cada vez que Sonia ha dicho esa frase... Y cada año tiene un motivo más para seguir diciéndola.

Nos sumimos en un silencio cómodo que, sumado a las caricias que me da Sonia en la mano y a la liberación que siento por haber verbalizado mis pensamientos, consigue que me duerma pronto.

🌈

-Alba.

-Mmm.

-¡Alba!

-¿Qué quieres?

Frunzo el ceño e intento abrir los ojos, luchando contra el sueño. El salón del nuevo piso de Sonia está oscuro, pero una tenue luz entra a través de las cortinas: está amaneciendo. No deben de haber pasado más de cinco horas.

Arrugo la nariz. Huele raro. Me froto los ojos y miro a mi mejor amiga, que sigue en la misma posición en la que estaba anoche cuando vino a hablar conmigo. Entre sus piernas hay un charco. Me despejo de golpe y me levanto inmediatamente.

-Pues eso.

-¡Sonia! -jadeo-. ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien?

-¡No lo sé! Yo también me acabo de despertar, ¿vale?

En sus ojos azules veo más terror del que yo siento. De repente, pone una mueca de dolor y se encoge sobre sí misma.

-¿Tienes... contracciones?

-Eso creo...

-Pero... ¿cómo vas a parir? ¡Si te quedaba como mínimo un mes!

-¡Pues no lo sé, Alba! ¡Pero como sigamos de charla voy a tener al bebé en el sofá de mi casa!

-Vale, vale. Voy a buscar a Danny.

Corro hacia el cuarto de la pareja y aviso al padre de la criatura. Después, despierto a mis dos compañeras. La excursión al hospital se organiza en unos minutos y, antes de darnos cuenta, cinco adultos con los abrigos por encima de los pijamas estamos montados en un coche, rumbo al hospital.

Sonia sigue soltando sonidos de dolor durante el trayecto que intentamos compensar con palabras de aliento, sin mucho éxito. En cuanto llegamos al hospital, nos guían hacia el sector donde atenderán a Sonia. Enseguida la meten en una habitación disponible y Danny entra con ella. Tamy, Rocío y yo nos quedamos fuera. Nos apretamos las manos, conteniendo el aliento.

Ninguna de las tres media palabra hasta que Danny vuelve a salir de nuevo para informarnos de la situación:

-Está todo bien. -Las tres exhalamos un enorme suspiro de alivio al unísono-. Pero el bebé ha decidido adelantarse. Tiene que salir ya. Si no funciona la vía natural, le harán cesárea.

-Quiero mucho a Sonia, pero no quiero ver eso. Lo siento.

-Nos quedamos aquí, ¿no? -me apoya Tamy. Danny asiente.

-Sí, es mejor que esté solo yo. Cuantos menos, mejor.

Nos mostramos de acuerdo y él vuelve a la habitación. Nosotras nos soltamos las manos, ya sudorosas, e intentamos que el rato se nos haga lo más ameno posible, aunque no dejamos de sentir punzadas de nervios cada vez que escuchamos la voz de Sonia, no precisamente calmada. Espero que todo esté yendo bien ahí dentro.

Después de aproximadamente una hora y media que se hace interminable, nos permiten entrar a la sala. Sonia está totalmente tapada y con los ojos entreabiertos, con evidente cara de cansancio. Pero a sus labios asoma una pequeña sonrisa. Entre sus brazos hay un bebé rosa envuelto en mantas blancas. Su bebé.

Nos asomamos a su cama.

-¿Cómo estás? -le pregunta Rocío, cogiéndole el brazo.

-Agotada...

-Pero todo bien, ¿no?

-Sí, sí. Ahora sí.

-Sagitario -dice Tamy, mirando a la criatura con una gran sonrisa-. ¿Es una niña, al final?

-Eso parece.

-¿Y cómo se va a llamar? -pregunta Rocío.

-Ámbar. -Sonia mira a su bebé, embelesada-. Y si al final resulta ser un niño, que se busque él el nombre, porque Danny y yo no nos poníamos de acuerdo.

Nosotras reímos.

-Me parece bien.

Pasamos un rato tranquilo con Sonia, Danny y Ámbar, pero en un momento dado, la mirada de Rocío se encuentra con la mía. Esbozo una sonrisa tímida y ella hace lo mismo. No hemos vuelto a hablar de lo que pasó anoche, después del concierto, pero creo que es el momento.

Me doy la vuelta aprovechando que el resto está distraído y salgo de la habitación con sigilo. Al cabo de unos minutos, Rocío también aparece en el pasillo y cierra la puerta con cuidado tras de sí. Vuelvo a sonreírle y acabo por soltar una risotada.

-¿Qué pasa? -sonríe ella.

-Nada, que nunca se me habría ocurrido combinar una chaqueta de cuero con un pijama de frutas. Tendré que probarlo.

-¡Oye! -se queja, riendo también-. Cállate, que tú tampoco estás para hablar.

-Pensé que te gustaba Dumbo -replico alzando las cejas y señalando el elefante de la parte de arriba de mi pijama.

-Me gusta el pijama, sí. Y la que lo lleva también.

-¿Me estás comparando con un elefante?

Rocío pone los ojos en blanco y hace el amago de volver a la habitación.

-Mira, paso. Es imposible tirarte ficha.

-¡No, espera!

La freno, igual que la última vez que me dijo algo así, agarrándola del brazo. Pero esta vez mi mano se desliza sobre él hasta acomodarse sobre la suya.

-Me dirás que es mentira. -Supongo que intenta hacerse la ofendida, pero una sonrisa traviesa acaba por traicionarla.

-Solo era una broma... -Sostengo la mano que le estoy cogiendo entre las mías-. No quiero que dejes de tirarme ficha. Tampoco quiero que deje de pasar lo de anoche... Llevo mucho tiempo enamorada de ti, Ro. Casi desde que te conozco. Nunca conseguí olvidarme de ti, ni siquiera en los cuatro años que pasamos sin vernos, y mira que lo intenté.

-Lo sé -asiente ella, con una sonrisa tranquila-. Sé que intentaste olvidarme, fue obvio. Y también sabía que me querías de esa forma en los primeros años del grupo.

-¿También era obvio? -suspiro-. Se me olvidaba que puedes leerme la mente. ¿Hay algo que no sepas de mí?

-Si supiste de mis sentimientos antes de saberlo yo misma. Yo también era obvia.

-No. -Frunzo el ceño-. En absoluto.

-Pues yo creo que sí. En el último año, sobre todo... Me refiero a la época del segundo disco.

-¿Te gustaba en esa época? -me sorprendo.

-¿En serio no te diste cuenta? Alba... Cuando supiste que te gustaban las chicas, ¿no empezaste a pensar en ciertas experiencias del pasado con chicas que en su momento te habían parecido amistad o admiración? ¿No te pasó que te diste cuenta de que en realidad algunas te habían gustado?

-Sí, claro. A todas nos pasa.

-Pues a mí me pasó contigo. Fue algo que se forjó muy poco a poco y que en el último año que pasamos juntas se intensificó mucho. Por supuesto que en el momento no me di cuenta, si yo estaba con Matías. -Alza las cejas-. Pobre. Pero desde el momento en que supe que no era hetero, también me di cuenta de que me habías gustado.

-¿Por eso me dijiste que querías hablar de tu sexualidad conmigo desde que la habías averiguado?

-Ya te van funcionando las neuronas.

-Idiota... -Le pego un suave golpe en el hombro al que ella responde con una risita-. ¿Me estuviste tirando fichas desde el principio de la semana en la casa rural, entonces?

-¿Ves que eres imposible? Seguro que pensaste que eran imaginaciones tuyas o algo.

-Pues... algo así. ¡Para ya de leerme la mente!

-No es mi culpa que seas un libro abierto -ríe.

Me quedo embobada con su risa durante los segundos que dura y después bajo la vista a nuestras manos, balanceando un poco nuestros brazos. Intento calmar mis nervios y coger fuerzas para hacerle la pregunta.

-Entonces...

-Sí, quiero ser tu novia.

Levanto la cabeza y la miro con cierto fastidio, pero también con una sonrisa de absoluta felicidad.

-¡Lo has vuelto a hacer!

Y, antes de que pueda responderme, subo las manos a sus mejillas y la beso. Rocío es mi novia. No me lo puedo creer.

Por mucho que finja que me molesta, así como ella finge que le molestan mis reacciones a sus fichas, me doy cuenta mientras separo nuestros labios y los vuelvo a unir en otro beso de la suerte que tengo de estar con una persona que me conoce tan bien.

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