Ángel 234(I&II)

Galing kay Mariansosaaa

174K 24K 3.9K

Un caos apocalíptico, podría ser su definición. Eso era él. Cómo quizá podría ser un torbellino lleno de colo... Higit pa

Nota.
Antes de comenzar a leer.
Protagonistas.
Sipnosis.
Capítulo 1: El principio de todo.
Capítulo 2.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24: Ángel 234.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29: El final de un nuevo comienzo
Epílogo
/Segunda parte/ Ángel 234: Tiempos Oscuros.
Prefacio.
Capítulo 1.
Capítulo 2: Chica batido.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5: "Eres un problema"
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8: Rompo todo lo que toco.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11: Píntame.
Capítulo 12: ¿Quién era Hult Sullivan?
Capítulo 13.
Capítulo 14
Capítulo 15: Soy completamente de ti.
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18: Todo mi amor para ti, Gwen
Capítulo 19
Capítulo 20: Alma por otra alma
Capítulo 21
Capítulo 22: Quizás
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26: Capítulo Final
Epílogo
¡ATOM!
EXTRA

Capítulo 3.

4.1K 586 229
Galing kay Mariansosaaa


                                

Gwen Trainor.


Pude pasar toda una clase completa de Freeman sin cerrar un ojo, era casi algo milagroso. En cambio, fue como si no hubiera estado presente por una hora mientras daba sus largas charlas sobre Aristóteles y otros filósofos.

No me gustaba, ni siquiera me agradaba. Era totalmente desagradable, pero por qué me seguía preguntando por Hult, ese interés surgía de la nada, ni siquiera podía deducir que era derivado a algo. Hace unos días, el día en que lo conocí claramente sabía mi nombre. Algo que no era extraño, puesto que compartíamos una clase juntos. Luego de eso volvió a su estado natural, y fue desagradable. Hasta que se marchó y me dejó ahí sola en medio del campus.

Debía concentrarme en otras cosas que no tengan que ver con un chico al que no le agradaba. En solo dos semanas sería el primer juego de la temporada. Siempre se hace algún tipo de fiesta, no importaba si perdíamos o ganábamos, igual la hacían. No era fan de los deportes, pero la euforia que causaba en el momento era satisfactoria, aparte que Thomas forma parte del equipo de fútbol americano, y con más razón debíamos apoyarlo.

Ya me encontraba en el último año, era un deber disfrutar cada última vez de la secundaria. E inclusive a mi mejor amigo, Wells se iría a California una vez se haya graduado, no sé qué sería de mi vida sin él. Con quien he compartido parte de mi niñez y toda mi adolescencia, ese moreno ha sido mi amigo más real en todos estos años.

El timbre sonó y eso era el dulce llamado de que la clase había acabado, era hora del desayuno.

—Espero que para la otra semana me hagan un informe de los filósofos más importantes que hubo en todo el mundo — explicó el profesor Freeman, mientras se quitaba las gafas y las limpiaba con la tela de su traje —Un informe completo, nada de palabras de niños de primaria.

Al concluir éstas últimas palabras todos salieron como una bala del salón, era la majestuosa hora adolescente. En el instituto podías ver de todo, parejas comiéndose por los casilleros, porristas interpretando sus bailes en el medio del pasillo para llamar la atención, chicos rapeando, algunos molestando a otros. Es todo un circo.

Mientras caminaba en dirección a mi casillero mi celular vibró, al encender la pantalla noté que era un mensaje de Wells.

"Te espero en la cafetería"

Ya era nuestro punto oficial de pasar nuestras horas libres, desde la primaria nuestro lugar favorito para hablar y comer al mismo tiempo, era la cafetería.

Mi casillero era el 234, así que no quedaba tan lejos de encontrar, al llegar lo abrí y metí todos los libros y cuadernos que no tendría que utilizar por hoy. Al final de este, vi el libro favorito de mi abuela y mío. Era de un color azul celeste y en el centro tenía un par de alas.

"Corazón de un ángel"

Era el que hablaba de Los Grigori, y sobre los otros Ángeles Rebeldes luego de ellos, en la parte baja de la portada tenía una frase, que de pequeña me causaba intriga.

"El corazón de un Ángel no debe amar"

Era lo que decía. A veces solo quisiera volver unos años atrás y ser la niña que amaba los cuentos de hadas y creía fielmente en ellos.

Al cerrar mi casillero y darme la vuelta, pude ver como Hult Sullivan venía en mí misma dirección. Intercambiamos miradas al instante, era algo muy incómodo, pero fue como si sus ojos hubieran causado algún tipo de destello, aunque él era frío, sus ojos eran cálidos, tan cálidos que era difícil apartar la atención. Pero al contrario de la vez que lo conocí, reflejaba un destello opaco, algo de tristeza lo envolvía.

Mi corazón comenzó a retumbar de una forma extraña al ver que venía hacia mí ¿Era hacia mí? ¿Me insultará de nuevo? ¿O tal vez había cambiado de opinión respecto a mí?

Pero por supuesto, no venía hacia mí. Siguió de largo e hizo que nuestros hombros rozaran. Y ese olor a menta peculiar, me envolvió por completo, sin pensarlo dos veces me di la vuelta y lo seguí. Al parecer este iba a comenzar a ser mi nueva cualidad, seguir a las personas.

Sus piernas eran largas, y cada paso que daba eran cuatro pasos míos. Caminar con él era como trotar. Pero ahora el obstinado no iba a ser él, antes de seguir trotando para alcanzarlo, me detuve en el medio del pasillo y respiré hondo.

—¡Espera! —mis palabras fueron expulsadas en un grito, el cual al parecer todos escucharon, e incluso extrañamente llegó a llamar la atención de Hult, quien se dio la vuelta para mirarme confundido. Podía sentirme intimidada al darme su atención, pero ahora parecía no odiarme tanto. Caminé hacia él y mi situé justo en frente, colocando mis manos a los costados de mi cintura, él se cruzó de brazos y frunció el ceño.

—¿Estás demente, verdad?— preguntó como si fuese una rara, tal vez todo este tiempo he actuado como una. Pero no me ha dejado otra opción.

Hult Sullivan —dije su nombre haciéndole saber que ya lo sabía, ladeó la cabeza e intentó ocultar una sonrisa débil que se había formado en sus labios.

—¿Ahora qué quieres, Gwen?— era la primera vez que me llamaba por mi nombre, y hacía parecer que no me detestaba después de todo, sus finos labios lo remarcaban con fastidio.

¿Qué podría poner de excusa para hablarle?

—Necesito que me ayudes en...— comencé a pensar mi respuesta, él miraba de un lado a otro de manera obstinada esperando a que le respondiera —...en una tarea de historia.

Terminé de decir, me miró por unos segundos muy confuso y luego soltó una risita por lo bajo.

—¿Quieres que te ayude en una tarea de historia?

—Sí.

—Está bien —se encogió de hombros, ahora la confundida era yo. No pensaba que iba a ser tan fácil —Te la mandaré por correo — agregó seco antes de seguir caminando para irse. Otra vez dejándome sola, pero mis manos volvieron actuar como la vez pasada y lo halé de la manga de su suéter antes de que se alejara. Sabía que iba a voltear furioso, pero no lo hizo, ni siquiera se limitó hacerlo.

—¿Quisieras acompañarme a desayunar al campus?— pregunté firmemente, tan firme que me sentí orgullosa de mí misma, el ladeó la cabeza un poco para verme de reojo, ni siquiera había intentado soltarse de mi agarre.

—No me gusta desayunar.

—A mí sí me gusta—recalqué

Miró a un lado del pasillo y suspiró.

—Contigo, al parecer no existen más opciones que un sí.

Caminamos a lo largo del campus, hasta encontrar una mesa donde no había sol gracias a unos árboles que la cubrían alrededor. Me senté y Hult se sentó en frente de mí. De su bolsillo sacó la cajetilla de cigarro, ágilmente dándole unos toques sacó uno, se lo llevó a la boca y lo encendió. Al parecer este chico no le temía ser expulsado. Ni siquiera se aseguró de que algún profesor estuviera rondando por ahí.

—Qué desayuno tan nutritivo tienes— bromeé, pero no me prestó atención, solo observaba como el cigarro se consumía.

No sabía de qué podíamos hablar, además cualquier cosa que le dijera la ignoraba por completo. Me sorprendió que haya aceptado venir aquí conmigo.

—Cuéntame algo de ti — incité, él levantó sus ojos y me miró, de sus labios expulsó la nube de humo hacia a mí, llegó hasta mis pulmones y me hizo toser, sacudí varias veces los brazos para disiparlo. Odiaba el humo del cigarrillo, era asqueroso. Me causaba alergia y lo más seguro es que mi cabello quedaría impregnado

No lo ahorques, sé más agradable que él, no lo ahorques.

Suspiré y traté de no salirme de mis cabales.

—¿Qué quieres saber de mí?— preguntó. Ahora me dejaba en duda a mí.

—No lo sé, cualquier cosa. ¿Cuál es tu color favorito?—le cuestioné y soltó una risa, su risa a decir verdad era majestuosa. Pasó la mano por su cabello sacudiéndolo con ella, no sabía si lo estaba arreglando o desordenando más. De todos modos, se veía muy bien.

—El negro. ¿Y el tuyo?— me devolvió la pregunta.

—Posiblemente el lila, pero no cualquier lila. Me gusta el lila suave, el tono del cielo en el atardecer en algunas ocasiones —él sonrió ante mi respuesta, y me sentí bien al saber que parecíamos personas normales hablando —¿Tu canción favorita?

—No lo sé —se alzó de hombros —No tengo una en específica, pero podría decir que es Love of My Life de Queen.

—¿Por qué?

—Haces demasiadas preguntas para ser tan pequeña —se quejó cerrando los ojos y masajeando sus cejas con los dedos.

—No soy pequeña — aclaré cruzándome de brazos y él sonrió sin apartar su vista de mí.

—Para mí si lo eres.

—El problema es que tú eres muy alto — acusé y este carcajeó.

Le dio unas aspiradas a su cigarro que estaba por acabarse —Sí claro, como digas.

—¿Me explicarás cómo alguien como tú, le gusta una canción de amor? —arqueé una ceja.

—Es que no es una canción de amor cualquiera — comenzó a explicar —Para él, ella siempre fue el amor de su vida, aunque ya no quería estar con ella. Eso no implicaba que no la amara, y siempre le recordaba que sería el amor de su vida sin importar qué, o con quién sea que estuviesen. Eso es amor real.

Mi primera impresión de él desvanecía poco a poco, mientras charlábamos más, realmente llevaba tiempo sin hablar con alguien de manera profunda. Tanto así que olvidé que la "razón" por la que nos encontrábamos aquí, era para desayunar. Lo más seguro es que llevábamos unos treinta minutos hablando sobre detalles de nosotros.

—¿Cuál es tu banda favorita? ¿O tus bandas? Pero no puede ser una de la que hayas escuchado dos o tres canciones, si no una que hayas amado cada una de sus canciones de la misma manera —me interrogó, a lo que me puso a pensar.

No era tan fan de las bandas, si había escuchado varias canciones como de las de The Beatles, o Bon Jovi, pero no eran todas las que me gustaban. Y no sabía si mis gustos serían infantiles al lado de los suyos.

—¿Si te digo, prometes que no te vas a burlar? —pregunté en un tono casi audible mientras jugaba con mis dedos, Hult frunció el ceño y rodó los ojos al mismo tiempo, asintiendo varias veces.

—Lo prometo —afirmó, pero yo agité mi cabeza una y otra vez en manera de negación, ese tipo de promesa no era la que quería.

—¡Debes prometerlo por el meñique!— aclaré elevando así, el meñique de una de mis manos. Él me miró unos segundos como si estuviese en desacuerdo, lanzó un suspiro e hizo lo mismo.

—Que ridícula eres, Gwen— decía mi nombre muy despacio, como si se asegurara de detallarlo en cada letra, hacía que sus insultos fueran menos duros.

Al entrelazar nuestros meñiques, sentí esa electricidad al tocarnos. Su mano era tan cálida, a pesar de que el clima en esos momentos era frío, su mano parecía ser inmune a la temperatura. Sentí golpetear algo dentro de mí, era extraño, y no sabía si él había sentido lo mismo. Me observaba esperando a que dijera algo más.

Carraspeó la garganta y sacudí la cabeza para volver al tema anterior.

—Bueno... Mi banda favorita es... One Direction —confesé, fui patética al creer que de verdad no se burlaría de mí, ni siquiera por la promesa del meñique.

El chico abrió los ojos como círculos y echó su cuerpo atrás para así, poder lanzar una carcajada al aire. Mientras más fruncía el rostro, dos hoyuelos de cada lado de sus mejillas aparecían, no los había notado antes.

Junté mis manos entre mi rostro, su burla me hacía ruborizar. Aunque prefería que se burlara de mí a que me ignorara por completo.

Disgustada, dejé caer una mano encima de la mesa creando un pequeño sonido.

—¡Hult Sullivan! ¡Las promesas del meñique no se rompen!— reproché furiosa, pero él no se detenía, al parecer mi confesión le había causado muchísima gracia. El chico paró por un momento, y tomó un poco de aire, su cara parecía un tomate de lo roja que estaba.

—Tus gustos musicales son tan ridículos como tú, debería enseñarte sobre buenas bandas —espetó muy divertido.

Pero yo solo me limité a mirarlo fulminante. Nadie en mi vida se ha burlado tanto como la ha hecho él en sólo dos días. ¿Qué tiene de malo el que me guste One Direction? Son muy lindos y cantan bien.

—¿Te molestaste, niña?— cuestionó, pero tampoco respondí. De reojo noté como se levantó y se posicionó más cerca de mí, apoyó el codo sobre la mesa y colocó su barbilla entre su mano, me miraba fijamente. Como si tratase de leer lo que pensaba. Sus ojos ya no tenían ese toque de tristeza como hace rato, parecía feliz.

La manga de su suéter se había deslizado un poco antes de su antebrazo. Claramente veía los otros tatuajes que poseía, eran extraños ni si quiera comprendía que eran.

Tomé su brazo sin permiso alguno y los empecé a analizar, el chico no se inmutó a decirme que no, más bien parecía complacido a que tuviera interés, ahora era más suave. Alcé un poco su manga para poder contemplarlos mejor, uno trataba de un lienzo sin terminar, pintaba la noche, una noche muy sombría. Había una figura dentro de este, de una persona mirando el oscuro cielo. Sus tatuajes eran escalofriantes, pero me gustaban. Por la otra parte del brazo, estaba la frase que torpemente quise leer cuando nos conocimos, pero cuando la iba a ver, Hult retiró bruscamente el brazo.

—¿Qué es lo que dice?— interrogué curiosa.

—Nada de tu interés— lanzó cortante, volviendo a ser el mismo.

¡Sullivan!

Lo llamó alguien desde lejos, a nuestra dirección venían un par de chicos. Muy parecidos al estilo de Hult, uno era de tez pálida con el cabello por debajo de las orejas, de color negro. Vestía jeans ajustados con una camisa gris plomo y una chaqueta negra de cuero encima, tenía un aspecto más rebelde que Hult. El otro chico que lo acompañaba no era tan sombrío, vestía deportivo, y sus ojos eran de un tono más azul que los míos, este era castaño oscuro.

—Te llamamos a tu celular y no contestaste, así que decidimos buscarte —informó el chico de la chaqueta de cuero, el cual le hablaba a Hult, pero parecía que me lo estuviese diciendo a mí, ya que me observaba un tanto extraño. Sus ojos son dos abismos, aunque casi no se noten sus pupilas, sé que están analizándome

—Ujum—Hult emitió un sonido con la garganta sin abrir la boca —Lo tenía en silencio.

—Ah —fue lo único que respondió el de la chaqueta, parecían estar incómodos, yo también me sentía de esa forma. Como si la situación no fuese la adecuada. Había tensión. Los dos chicos me miraban sin discreción. 

Hult en un solo movimiento se puso de pie tomando su bolso y colocándolo encima de sus hombros.

—Oh... Ah...— intentó decir pasando la mano por su nuca —Gwen, ellos son Atom — dijo señalando al de la chaqueta —Y él es Callum —presentó al otro chico de ojos azules, los dos me sonrieron amigablemente alzando sus manos para hacer un breve saludo, a lo cual les respondí haciendo lo mismo.

—Hola —respondí saludándolos.

—¿Eres Gwen Trainor, no?— preguntó Callum, le sonreí y asentí levemente—Wells y los demás hablan mucho de ti, hasta ya creo conocerte— confesó entre risas, él no parecía desagradable. Tenía un aspecto dulce. Sus mejillas adquirían color por el sol. Y sus ojos, a diferencia del otro, transmiten calidez y confianza. Como si fuese la persona más dulce e inocente.

—Espero que hayan dicho cosas muy buenas— espeté y el chico sonrió.

Cuando miré a Atom noté que observaba fulminante a Hult, como si estuviese enojado. Es una actitud hostil de la que el castaño no se percataba. Tal vez ellos debían hablar y yo estaba en el medio interrumpiendo. Así que me levanté de mi asiento tomando mi bolso.

—Fue un gusto conocerlos a ambos, pero debo irme. Ya está por comenzar mi clase—declaré despidiéndome de los amigos de Hult. Ya cuando iba a marcharme sentí una mano sujetar mi brazo, impidiendo que me fuera.

Al voltear, mis ojos impactaron con los de Hult, como si quisiera decirme algo más. Y de nuevo recorría por mi brazo hasta llegar a todo mi cuerpo esa electricidad con su tacto.

—Deja de escuchar música basura Gwen — me recordó soltándome lento de su agarre, reí por lo bajo y negué un par de veces.

—Adiós, Hult —me despedí. 

Ipagpatuloy ang Pagbabasa

Magugustuhan mo rin

2.7M 52.5K 27
"PARA VENCER A EL ENEMIGO, PRIMERO GANATE SU CONFIANZA" Cat Smith tenía una vida generalmente aburrida, hasta que su mamá decide enviarla a ella y...
278K 24K 42
꧁Segunda parte de la bilogía "Perfectamente Imperfectos"꧂ |BORRADOR| La historia de un deportista y ¿una nerd? Noup, en realidad, ambos terminaron si...
1.1K 74 4
La vida de dos adolescentes en su último año de instituto, que a simple vista parecen odiarse, cambia cuando ambos deciden dar rienda suelta a sus se...
124K 9.3K 27
Hazel, una chica que es famosa en la escuela por agarrar a patadas a todos y ser muy extrovertida y Noah, la chica mas popular de toda la escuela, a...