IRENE POV.
Comenzamos a hablar.
—¿Podrias decirlo rápido? Por favor, no quiero estar mucho tiempo contigo.
—Te salve la vida. No quiero que dejemos de hablar por ella —Dijo Payton calmado.
—¿Ella? —Lo mire indignada— Ella no es el centro de atención Payton. Ella... no tiene nada que ver, ¿O se te olvido que me gritaste y por poco me llamas "Cualquiera" allá? Cuando no había hecho nada y no preguntaste primero —Le dije irritada, me di de cuenta que mientras le decía eso estaba dado pequeños pasos, haciendo que quedara muy cerca de el.
—Ya acepte que fue mi culpa el no preguntar, perdóname —Respondió— ¿Podrias darle una oportunidad a Riley?
—No.
—¿Estás celosa de Riley? —Se atrevió a preguntarme.
—¿Eres idiota o te haces? ¿Cómo, por qué o qué estaría celosa de ella? —Le dije aun mas irritada.
—Solo era pregunta —Se defendió.
—Pues no, no estoy celosa de tu noviecita Moormeier.
Dije para salir del patio y dejarlo ahí, subí las escaleras y entre a mi habitación, me bañe me puse pijama a las 3:08 de la madrugada, me dio ganas de beber agua, me encontré con Riley, que también estaba bebiendo agua.
—¿Irene verdad? —Pregunto.
—Si, que no se te olvide —Sonreí.
—Oh, y no se me va a olvidar.
Tomo un cuchillo y corto la palma de su mano y luego lo coloque del lado de donde yo estaba, ya sabia lo que haría, pero no lo tendría fácil para ella, solo me quede viendo su estupidez.
—¡PAYTON! ¡PAYTON! ¡PAYTON! —Empezó a gritar.
Vi bajando a Payton.
—¿Qué pasa? —Dijo medio dormido.
—¡Ella me corto! —Grito la muy desesperada por atención— ¡Mira! —Dijo enseñándole su mano.
—Ay Riley... Yo te hubiera cortado la garganta, no la mano —Dije haciendo una mueca de desaprobación por su comentario.
—¿Es enserio Irene? Lo tomas como un juego —Respondió.
—Ella inicio la partida, yo solo estoy jugando, solo espero que ella pueda salir con vida, si no, que triste final tendría su personaje.
—No, aléjate de ella, esto no es un juego —Dijo— Aléjate de ella
—Dile que se aleje de mi, no sabe con quien se mete —Le respondí.
Me miro una ultima vez y empezó a subir las escaleras con su novia.
Tome el cuchillo y lo lave, ella quiere jugar, yo también puedo jugar, estaba tan enojada que tire el cuchillo al suelo, haciendo un gran ruido.
Quinton bajo, por mi culpa, al escuchar el estruendo.
—¿Qué pasó? —Me pregunto.
Le expliqué todo. Nos fuimos a nuestras habitaciones.
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CAPÍTULO EDITADO.