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By kaisoolushipper

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Step "Con cada salto se os restarán 15 años de vida" More

STEP-CAPITULO 0-1
STEP - capítulo 2.
STEP - capítulo 3
STEP - capítulo 4
STEP - capítulo 5
STEP - capítulo 6
STEP - capítulo 7
STEP - capítulo 8
STEP - capítulo 9
STEP - capítulo 10
STEP - capítulo 12
STEP - capítulo 13
STEP - capítulo 14
Step: Epílogo
Step: Puertas (outtake de la autora)

STEP - capítulo 11

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By kaisoolushipper

La sala privada estaba muy iluminada y bullía de ruidosa actividad, había gente tanto de pie como sentada y hablaban los unos con los otros. Aparte de ellos doce, había también miembros de grupos sunbaes y otros miembros del personal sentados aquí y allá. Luhan miró los platos sucios que había sobre la mesa, y el montón de servilletas que había a un lado con las palabras Happy Time impresas en ellas, mientras que los demás jóvenes aprovechaban al máximo esta oportunidad de beber hasta caer redondos.

Kyungsoo, con la cara ya sonrojada por el alcohol, se agarraba a la manga de Joonmyun, riendo sobre cualquier cosa; mientras que Jongin estaba apoyado con un brazo sobre la mesa, algo achispado, y con la otra mano debajo de la mesa, agarrando la mano de Baekhyun. Éste ya estaba inclinado sobre el hombro de Chanyeol, cuya voz martilleaba contra sus tímpanos.

—¡Feliz Año Nuevo! ¡Vamos a debutar!

—Debut, debut~ —repitió Baekhyun, posando, mientras todos los demás gritaban animados y chocaban sus copas, brindando.

Era como si todo estuviera pasando ahora mismo, era el 1 de enero de 2012. Aunque habían estado deseando que el principio de todo eso llegara, dar por terminada una época no era algo tan fácil.

Luhan miró a su alrededor. A su izquierda, Kyungsoo y Joonmyun estaban en silencio, con los brazos en torno al otro, y a su derecha, aunque apenas toleraba el alcohol, Yixing sostenía una copa de vino en la mano.

—Por fin, debut —Joonmyun giró su copa, hablando en voz tan baja que casi nadie lo oyó.

Kyungsoo lo miró, con los brazos extendidos por encima de la mesa.


—¿Por qué me da la impresión de que esto nos hace más felices que el debut en sí? Es como si por fin hubiéramos terminado —dijo suavemente, con una sonrisa en la cara.

—No hemos terminado —dijo Joonmyun, riéndose y negando con la cabeza—. Aún nos queda mucho para terminar.
Kyungsoo le dio un leve empujón.

—¿Entonces cuándo consideras que habremos terminado?

—Tal vez… —Joonmyun alzó la vista y miró al líder del extremadamente popular grupo de sunbaes, y se quedó perdido en sus pensamientos durante un momento. Aun así, no pudo darle una respuesta a Kyungsoo.

Todas las historias siguen un arco. Para que la historia tenga un final feliz, uno debe escoger el momento idóneo en el que terminarla.

—Así que, como decía —continuó Kyungsoo, sonriendo—. El día que debutemos, será el día en que hayamos terminado. Probablemente no hay ningún principio mejor, y tampoco ningún final mejor que ese.

Joonmyun lo miró en silencio, y una sonrisa cansada empezó a pintarse en su rostro. Era como un soldado en la víspera de la batalla, aunque parecía que llevara luchando la mitad de su vida.

*


Jongin llevaba en la mano el rotulador que le había quitado a Chanyeol y le estaba dibujando un bigote a Baekhyun, que estaba medio dormido en brazos de Chanyeol.

—Eh, ese rotulador es permanente~ —dijo Chanyeol, con los ojos muy abiertos de forma adorable, y señaló la parte del rotulador donde decía que no se borraría en 36 horas. Jongin parpadeó y exhaló por la comisura de la boca.

—Eh, ¿qué estás haciendo? —dijo Baekhyun, dando manotazos, adormilado.

Jongin sujetó ambas manos de Baekhyun con su mano izquierda, y siguió trabajando en su obra maestra con la derecha.

—Se quitará antes con un quitamanchas, ¿verdad? —le preguntó a Chanyeol, con la cabeza inclinada hacia un lado.

Chanyeol se acarició la barbilla en un gesto pensativo y miró a Jongin.

—Um… Tal vez sí, tal vez no… ¿No sé si quiero decírtelo? Déjame pensar.

*

Tao llevaba una pequeña trenza en el pelo, y estaba escuchando la conversación que mantenían junto a él Sehun y algunos de sus sunbaes, entendiéndola sólo a medias, con los ojos brillantes de admiración. Kris también estaba escuchando distraídamente, y contestaba las preguntas que Tao le hacía de cuando en cuando.

—Deja de beber, mira lo roja que llevas la cara —Kris le confiscó el vaso a Yixing y se lo puso en su mano derecha.

—Aaahh~—Yixing sonrió y le quitó el vaso, como si se estuviera peleando por un juguete—. ¡Pero estoy muy feliz!

—¿Y qué tiene que ver que estés feliz con beber esto? —dijo Kris—. No se bebe esto cuando uno está contento.

—¿Y qué hay que beber entonces? —preguntó Luhan.

Kris se quedó callado un segundo antes de volverse hacia Luhan.

—…Champán, supongo.

*

—Este eres tú, este es Taozi, este es Luhan… —Yixing hundió los dedos en el vino y empezó a garabatear letras torpemente sobre la mesa. K, T, L…

—Y también estás tú —Luhan metió el dedo y escribió otra L junto a la última—. Lay chingu.

—Pero así no sabemos cuál es cuál —dijo Yixing, señalando a las dos L.

Kris negó con la cabeza y también metió el dedo en el vino y empezó a dibujar algo en la mesa. El líder del grupo sunbae miró a Kris y sonrió.

—Ser el líder no es fácil, ¿eh? —dijo, interrumpiendo a Kris.

Kris se dio la vuelta lentamente.

—Aún no soy líder, así que no lo sé —dijo. Sonrió incómodamente, y vio a Yixing poniéndose más vino. Le echó una mirada a Luhan, pidiéndole que cuidara de él, pero los ojos de Luhan seguían fijos en la mesa, inexpresivos.

El otro líder sonrió.

—Sí que lo eres.

*

—¡¡Kim Jongin!! —Baekhyun se apoyó contra la pared, borracho, mirando su reflejo ultra decorado—. ¡Aún no he acabado contigo!

—Vale, vale —Chanyeol se apresuró a agarrar a Baekhyun—. Vuelve a sentarte, no te caigas.

—Chanyeol~ —Baekhyun agarró la manga de Chanyeol mientras se limpiaba las lágrimas y los mocos—. Me lo quiero quitar… ¿¡Cómo me voy a quitar esto~?!

—No te preocupes, no te preocupes, hay un quitamanchas para eso —dijo Chanyeol, intentando tranquilizarlo—. La tienda está justo en la puerta de atrás.

Chanyeol le hizo un gesto con la cabeza a Jongin para indicarle que fuera a comprar el quitamanchas.

—¿Quieres venir conmigo? —Jongin sonrió, inclinándose hacia Baekhyun.

—¿Eh? —Baekhyun lo miró fijamente antes de asentir vehementemente con la cabeza.

—De acuerdo entonces —Jongin lo ayudó a ponerse en pie, apartándolo de los brazos de Chanyeol, y casi lo llevó en brazos hacia fuera.

La voz de un miembro del staff se oyó por detrás.

—¡Vuestros teasers ya han salido, no hagáis nada estúpido!

La única respuesta que recibió fue la visión de las espaldas de Jongin y Baekhyun alejándose.

—Cuando llegó hace medio año, eran casi enemigos, y mira cómo están ahora… —murmuró el miembro del staff, volviendo a centrarse en su comida.


Luhan levantó la mano y miró su reloj, se puso en pie y se acercó a Kris.

—Voy a salir un momento, si alguien pregunta, cúbreme —le dijo al oído.

Kris lo miró.

—¿Adónde vas?

—A determinar dónde vas a aparecer —dijo Luhan, sonriendo.

Kris lo miró inexpresivamente, y Luhan le devolvió la mirada, dándole unas palmaditas en el hombro antes de quitarle el vaso a Yixing otra vez, dándole con el dedo en el hoyuelo.

—Me voy a trabajar, jefe.

El restaurante tenía tres pisos, ellos estaban en el segundo. El rellano circular daba a muchas habitaciones privadas de todos los tamaños, había puertas rectangulares por todas partes. No tenía prisa por golpearlas, así que Luhan dudó por un momento y se dirigió escaleras abajo.

El recibidor del restaurante estaba bañado de calidez, y había un par de chicas junto a la puerta con los menús en la mano, intentando atraer clientes. A la izquierda, las escaleras llevaban hacia la sala de descanso de los camareros y las cocinas, mientras que a la derecha estaban los servicios, y la señal que había junto a ellos indicaba también la salida de emergencia.

Luhan volvió a dudar, pero tomó las escaleras de la derecha.

Afuera estaba nevando ligeramente. El brutal cambio entre el calor de dentro y el frío hicieron que Luhan se sintiera incómodo, y se giró para entrar a coger una chaqueta. Pero justo cuando abrió la puerta, vio dos figuras familiares en el callejón.

Los copos de nieve brillaban contra el pelo de Baekhyun, y Jongin se quitó la chaqueta para ponerla sobre los hombros del otro, atrayéndolo hacia sí para abrazarlo. La cabeza de Baekhyun se inclinó hacia delante, con los ojos medio cerrados, como si se hubiera quedado dormido de pie.

Bajo la luz de la luna, pasaron unos segundos de silencio y vacilación hasta que Jongin posó un suave beso en los ojos cerrados de Baekhyun.
Esos ojos se abrieron lentamente tras el beso, mirando atónitos a quien tenían enfrente, como si hubiera algo que no acabaran de entender y quisieran confirmarlo.

—¿Luhan? —Luhan se giró al oír la voz de Tao en la distancia—. ¿Qué estás haciendo ahí? —dijo en voz baja. Tao intentó sacar la cabeza por la puerta para mirar, pero Luhan lo empujó hacia atrás.

—Iba al baño, pero me han entrado ganas de tomar un poco el aire. Aunque hace demasiado frío fuera —Luhan lo arrastró hacia adentro con él—. Volvamos.

Tao miró hacia la puerta, confuso.

—Pero yo también quiero tomar el aire.

—Te vas a constipar —dijo Luhan, y señaló escaleras arriba—. Coge tu chaqueta y ya veremos.

Mientras subían las escaleras, Luhan se agachó de repente. Tao iba delante, así que tardó un poco en reaccionar.

—Luhan, ¿dónde estás? ¿Qué haces?

—Se me han desatado los cordones —dijo Luhan—. Ve tú delante.

—Vale —dijo Tao, mirando curiosamente hacia atrás sin ver signos de Luhan, y entonces frunció el ceño. ¿No se había puesto esos zapatos nuevos que no llevaban cordoneras hoy?


Luhan sacó su teléfono del bolsillo, lo puso en silencio y apagó el flash mientras salía silenciosamente por la puerta. Miró a las dos personas que seguían abrazadas en el callejón, y esperó.

El momento llegó por fin, y bajo las farolas de la calle, Luhan levantó su teléfono con una mano y sacó un par de fotos con la mayor calidad posible. Miró las fotos, los perfiles de las dos personas eran claramente reconocibles, sobre todo el beso que Jongin había iniciado y que los unía.

Lo siento. Miró a las dos sombras, no muy lejos de donde él estaba.

Vio que su teléfono estaba casi sin batería, y salió corriendo por la puerta principal del restaurante, tocando a la puerta principal mientras salía. Ya en la calle, miró a su alrededor y llamó a un taxi.

—Lléveme a un locutorio o a una tienda de revelado, lo más próximo que haya y que siga abierto —dijo.

—¿Llevas dinero? —el conductor miró a Luhan, dudoso, que estaba vestido con una fina capa de ropa sin un solo bolsillo.

Luhan se quitó el reloj y el anillo.

—Le diré a un amigo que lo pague después, le pagará el doble. Por ahora, le doy esto.

El conductor lo miró de arriba abajo antes de contestar.

—De acuerdo, sube.

Al salir del coche, Luhan llamó a Kris.

—Estoy en un locutorio en el distrito comercial, se llama CopyKing. Ven, y trae dinero.

—¿Para qué has ido ahí? —respondió Kris.

—Te lo diré cuando vengas —Luhan colgó y entró a la tienda.


—Perdone, querría usar internet y mandar unas cosas por fax —dijo Luhan. El dueño de la tienda le ofreció asiento.

Frente a la pantalla, Luhan escribió un par de números y unas cuantas palabras en una hoja de papel, y le dio el teléfono al dueño.

—Quiero mandar estas tres fotos y el texto que hay en la hoja a estos dos números.

El dueño miró las fotos y el texto con expresión indiferente.

—Bien. Los precios están en aquel cartel. ¿Cuántas quiere enviar?

—10 de cada, y oculte el número.


Luhan salió del locutorio, y esperó ahí hasta que llegó Kris, que salió del taxi.

—¿Para qué has venido a este sitio? Está nevando. ¿Y ni siquiera te has traído dinero? —Kris levantó el paraguas, dándole su abrigo a Luhan—. Y sin chaqueta.

Luhan lo ignoró, haciéndole gestos al taxista de antes para indicarle que quería volver.

—¡Eh, que te estoy hablando! —al no recibir respuesta, Kris cerró el paraguas y entró en el taxi, mirando a Luhan de reojo.

—Paga primero —dijo Luhan. Kris sacó su cartera y cogió un par de billetes que le dio al taxista—. Pagaremos también por el viaje de vuelta.

—A lo mejor pasa algo mañana —dijo Luhan, sin dejar de mirar al frente—. Que no se te olvide, yo no he venido aquí hoy.

—¿Que no has venido? —preguntó Kris, sin entender qué quería decir.

—Eso es —Luhan agachó la cabeza—. Mañana no lo recordaré, así que más vale que tú también lo olvides completamente.

Kris lo miró, y luego se giró para mirar por la ventana.

—¿Qué hiciste cuando saliste? —preguntó Kris—. Taozi dijo que desapareciste cuando estabais volviendo.

Luhan se quedó callado, mirando el cielo y el suelo cubierto de una gruesa capa de blanco.

—¿Confías en mí?

Kris también estuvo en silencio un largo rato.

—No importa lo que pase mañana, que sepas que tengo mis razones para hacer lo que hago. No le digas a nadie lo que ha pasado hoy. Y nadie me incluye también a mí —dijo Luhan.

—¿Incluyéndote a ti? —preguntó Kris, mirándolo confundido.

—Sí. Necesito que me lo prometas —dijo Luhan.

—Ya hemos llegado —habló el taxista, y le devolvió el cambio a Kris.

Luhan se giró y salió del coche, con la chaqueta en la mano. Se quedó plantado bajo la nieve, mirando a Kris.

—¿Te puedes poner la chaqueta? —Kris se acercó y le tiró de la chaqueta que llevaba en el brazo—. ¿Por qué te estás portando como un crío?

Luhan se negó a soltar la chaqueta, y siguió mirando fijamente a Kris.

Éste le devolvió la mirada, desesperado, el pelo de Luhan estaba moteado de blanco, así que Kris se quitó la chaqueta y se la puso por encima.

—De acuerdo, tú ganas —suspiró.

Luhan bajó el rostro, los copos de nieve se pegaban a sus largas pestañas.

—Vale. Te lo prometo. Ahora, ¿puedes ponerte la chaqueta? —dijo Kris.

Luhan sonrió. Se quitó la nieve del pelo y el abrigo de Kris, poniéndoselo a éste.


*

Los diez estaban sentados en la sala de práctica. Chanyeol tenía la cabeza apoyada sobre las piernas de Joonmyun.

—Llevamos aquí toda la tarde —dijo débilmente—. Y ellos han estado ahí, en la reunión, y ahora han llamado a Jongin y a Baekhyun y ya ha pasado una hora…
—Chanyeol miró su reloj—. Me estoy preocupando, líder.

—¿Crees que han cambiado la disposición del debut? —preguntó Kyungsoo—. Sólo han sacado los teasers de unos cuantos de nosotros… —los contó con los dedos—. Jongin, Luhan, Tao… eso es todo, ¿no?

—Jongdae —añadió Joonmyun—. Él también ha enseñado la cara —miró hacia la sala de reuniones.

Kris miró su teléfono. 2 de enero de 2012. Un día que no recordaba. ¿Por qué lo había enviado Luhan a este día…? Encima, no tenía recuerdos de la escena que estaba ocurriendo.

—Kris-hyung —dijo Chanyeol, acercándose a él con un rotulador en la mano que había sacado de quién sabe dónde—. Anoche, antes de volver al dormitorio, Luhan-hyung me dijo que ese rotulador ya no tenía tinta, y que comprara otro hoy. Me dijo que te lo diera en secreto a las 9 de hoy, que era una sorpresa —Chanyeol frunció el ceño, frotándose la nariz.

Kris cogió el rotulador y lo examinó de cerca. En él decía que la tinta no se borraría en 36 horas.

—¿Para qué es esto? —Kris abrió la tapa, dibujando curiosamente una línea en su mano.

—Ah, no juegues mucho con él —dijo Chanyeol, apresurándose a detenerlo—. No salta a no ser que tengas quitamanchas… ¿No te acuerdas? Jongin lo usó ayer para dibujar en la cara de Baekhyun.

Kris estaba buscando en su memoria. Miró a Chanyeol.

—Jongin le dibujó con esto en la cara a Baekhyun, ¿y entonces…?

—No lo sé… Y entonces fueron a comprar quitamanchas, y lo limpiaron… No será por eso que les están riñendo, ¿verdad?

Kris miró hacia la sala de reuniones, y luego hacia Sehun y Luhan, que estaban hablando, antes de volverse de nuevo hacia Chanyeol.

—De acuerdo —dijo en voz baja—. Ya tengo la sorpresa, no hace falta que se lo digas a nadie.

Chanyeol miró a Kris con los ojos entrecerrados y luego a Luhan.

—Desde ayer estáis muy raros.

—¿Raros? ¿Cómo? —preguntó Kris.

—Primero él salió corriendo sin chaqueta ni cartera, y entonces te llamó y dijiste que ibas a llevársela. Estuvisteis fuera un montón de tiempo, y llegasteis cuando ya estábamos a punto de irnos —dijo Chanyeol—. Jongin y Baekhyun también…

—¿Jongin y Baekhyun también estuvieron un rato fuera? —Kris miró a Chanyeol—. ¿Antes de que Luhan se marchara?

—Sí, pero volvieron antes que vosotros —dijo Chanyeol, frotándose los ojos.

Una conmoción repentina interrumpió los pensamientos de Kris. La puerta de la sala de reuniones se abrió y de ella salió Baekhyun, solo y blanco como el papel.

—¿Qué ha pasado? —preguntó Joonmyun, acercándose a él y cogiéndolo de la mano, mientras la puerta se cerraba. Todos miraban en su dirección, y fueron aglomerándose a su alrededor.

—Di algo, Baekhyun —Chanyeol agitó la mano, pero los ojos de Baekhyun estaban clavados, inexpresivos, en un punto en la lejanía. Tenía una mano en la cabeza, y se pasó los dedos por el pelo lentamente, agarrando los mechones.

—Yo… es posible que no pueda… debutar —respondió con lentitud.


*

En la sala de reuniones flotaba un aura de desesperanza. Había tres personas sentadas frente a él en la mesa, mientras que Jongin estaba de pie al otro lado.

—No me importa lo que haya entre vosotros —dijo uno de ellos a Jongin—. Si sois hermanos o amigos o lo que sea, por mí bien. Mientras nosotros no nos enteremos, mientras los demás no se enteren, podéis hacer lo que queráis.

Jongin se metió las manos en los bolsillos, en silencio.

—Pero ya sois artistas a punto de debutar, no podéis actuar tan inconscientemente —dio unos golpecitos a las fotos que había sobre la mesa—. Estabais muy felices y os olvidasteis por completo de vuestra imagen. ¿Sabes lo crucial que es este momento? ¿Sabes cuántos ojos hay fijos en ti? —se levantó y se puso frente a Jongin—. ¿Pensabas que sólo te mirarían las fans?

Jongin agachó la mirada.

—Y bueno, lo que dice el mensaje… —la persona que había al otro lado de la mesa señaló las palabras que había bajo la enorme imagen—. “En el momento en que Kim Jongin y Byun Baekhyun debuten juntos en EXO-K, estas fotos se publicarán en internet.”

Miró a Jongin.

—Podéis decírselo a la policía —respondió Jongin en voz baja.

—¿¡No te parece que ya lo sabe demasiada gente?! —exclamó el hombre, poniéndose en pie e inclinándose hacia delante—. Vosotros dos no sois más que dos insignificantes trainees que ni siquiera han debutado aún. ¿¡De verdad crees que a la policía le importaría esto?!

—Por cierto… No estoy seguro de si te has dado cuenta —le dijo una de las personas—. Pero esta frase no se refiere a ninguno de vosotros individualmente, sino a la relación que hay entre ambos —giró el bolígrafo entre sus dedos—. Tal vez sea alguien de vuestro pasado, ¿un amor no correspondido? ¿Una chica? ¿O tal vez un chico? —miró a Jongin, expectante—. ¿Te dice algo?

Jongin pensó cuidadosamente, pero no halló respuesta.

—Sobre lo que vamos a hacer… No es que no tengamos solución, en realidad —la persona se acomodó sobre su asiento, y todos esperaron a oír sus palabras—. Que no debutéis juntos en EXO-K no quiere decir que no podáis debutar juntos en EXO.

Jongin alzó la vista para mirarlo.

—Podrías cambiar tu posición con Lay como bailarín principal, como era el plan original —dijo.

Jongin frunció el ceño.

—Ya lo he dicho, quiero quedarme en Corea.

—Tú quieres muchas cosas —respondió la persona, golpeteando la mesa con el bolígrafo—. Pero haces incluso más. Sólo te diré esto: ya se ha revelado el nombre chino de Jongdae, así que no puede cambiar su puesto por el de Baekhyun. También han salido unos cuantos de tus teasers, y tú mismo eres consciente de la importancia que tienes en este grupo —miró a Jongin—. El plan B es cambiar a Baekhyun por completo. De todas formas, sólo ha entrenado durante medio año, y hay un montón de vocalistas donde elegir.

Jongin levantó la cabeza lentamente, las agujas del reloj de la pared pasaban sin pausa, y miró a las tres personas que había frente a él en silencio.

*

La puerta de la sala de reunión se volvió a abrir, y todos los que estaban sentados en el suelo se apresuraron a ponerse en pie. La expresión de su manager y de los directivos que habían abandonado la sala era seria, y tras ellos, salió Jongin, inexpresivo.

—Estas son las decisiones que hemos tomado —dijo el manager, mirando a Jongin, que estaba de pie a un lado, y a Baekhyun, que estaba con los otros—. Primero, Kai y Lay intercambiarán posiciones como bailarines principales. Que los dos grupos tuvieran miembros chinos y coreanos era el plan inicial, y esa era la estructura ideal —miró a Lay, que estaba junto a Kris, con expresión perpleja—. Cambiaréis de dormitorio hoy mismo. Segundo. A partir de hoy, la empresa reforzará la disciplina de los trainees, sobre todo de vosotros, que estáis a punto de debutar —continuó, mirando a los miembros del grupo—. Tercero. Kim Jongin y Byun Baekhyun cumplirán 24 horas de castigo por separado. Si vuelve a haber otra infracción —dijo, mirándolos a ambos—no tendréis otra oportunidad.

No fue ninguna sorpresa que nadie pusiera objeción alguna, incluido Lay, que no tenía la culpa de nada y aún así había pagado por todo esto.

Por supuesto, esto era lo mejor, y los directivos salieron satisfechos de la sala de prácticas. Lo que tenían que hacer estas 12 personas no era en ningún caso cuestionar sus decisiones, sino aceptarlas al momento, adaptarse y llevar a cabo sus obligaciones con expresiones alegres y con tranquilidad.

—Pensaba que al menos me preguntarían si estaba de acuerdo o no —dijo Yixing en chino, sonriendo.

Luhan agarró el hombro de Yixing, taciturno, incapaz de articular palabra.


*

Cuando llegaron frente a su dormitorio, Kris se llevó a Tao aparte, pidiéndole que esperara un momento. Tao lo miró, y le dijo a Minseok que se adelantara.

—Tengo que pedirte un favor —dijo Kris. Sacó el rotulador que Chanyeol le había dado, y se lo puso a Tao en la mano.

—¿Qué favor? —preguntó Tao, mirando el rotulador.

—El año que viene, el 22 de marzo, será un viernes… Esa tarde me echaré una siesta, y Luhan estará con fiebre, así que tal vez también estará durmiendo. Mientras yo duermo, quiero que saques ese rotulador y que me pintes la cara, que me la pintes de tal forma que no pueda salir de casa —dijo Kris.

Tao se quedó paralizado.

—¿Qué has dicho?

Kris lo miró fijamente.

—Escucha atentamente, te lo voy a repetir. El año que viene, el viernes 22 de marzo, antes de la cena, quiero que me pintes en la cara para que no pueda salir —le cogió el teléfono a Tao mientras hablaba—. Te voy a poner un recordatorio para ese día.

Tao miró a Kris sin entender.

—Tú… No te habrás vuelto loco, ¿verdad?

Kris tecleaba en el teléfono, y le lanzó una mirada segura a Tao.

—El año que viene, el 22 de marzo… ¿quieres que gaste una broma dentro de un año, y quieres que te la gaste a ti?

—Eso es —dijo Kris, mirando al suelo por un momento y devolviéndole el teléfono a Tao—. Deja de preguntarme tantas cosas. Hazlo y ya está.

Tao soltó una risa amarga.

—Siempre me cuentas la mitad de la historia.

—No. Esto es una excepción.

—Cada vez que hablas conmigo es así. Sólo me cuentas las cosas a medias. ¿No puedes hablar de cosas más interesantes conmigo? —la voz de Tao era cada vez más alta.

—Esto es muy importante, de verdad. Es lo más importante que he hablado con alguien en mi vida —dijo Kris—. No te estoy mintiendo.

Tao lo miró con los ojos entrecerrados.

—Y necesito que me guardes este secreto, desde este mismo momento. No me puedes decir nada ni a mí, ni tampoco a Luhan, sobre esto.

Tao extendió la mano para tocar la frente de Kris, que retiró la mano de ahí.

—¿Me prometes que lo harás? —preguntó Kris.

—Ya lo pillo. Quieres meterte con Luhan, pero no quieres que sepa que has sido tú, así que te vas a gastar la misma broma a ti mismo —dijo Tao, metiéndose el rotulador en el bolsillo—. Tú te aburres mucho, ¿no?

—Estoy esperando una respuesta.

Tao parecía no poder soportarlo más, estaba mirando al suelo.

—Te lo pido por favor, ¿vale? —dijo Kris, buscando su mirada.

Tao apartó la vista y se metió las manos en el bolsillo.

—Vale, vale, cállate ya. Ya lo sé —dijo, y le dio la espalda para echar a andar hacia el dormitorio.

*

Al abrir los ojos, el viento soplaba con fuerza contra el barranco. Bajo la luz de la luna, la forma oscura de Luhan se giró para mirar a Kris, que acababa de despertar.
Kris también lo miró sin parpadear.

Aún estás vivo.

Tú también sigues vivo.

En la oscuridad, ninguno dijo ni una palabra mientras se abrazaban fuertemente, aunque sólo duró un par de segundos.

—¿Qué tal ha ido? —la mano de Luhan estaba en el hombro de Kris cuando se separó del abrazo.

Kris asintió.

—Yixing y Jongin intercambiaron papeles.

—¿Y el rotulador? —preguntó Luhan.

—Le he dicho a Taozi que lo hiciera ese día, antes de la cena —Kris se señaló la cara, y sacó su móvil a toda prisa del bolsillo. Marcó el número de Yixing.

Esperó. Kris tenía los ojos fuertemente cerrados, estaba rezando en silencio.

—¿Diga? —una voz conocida lo saludó.

—¡¿Yixing?! —gritó Kris de repente, agarrando a Luhan, entusiasmado.

—¿Qué pasa? Son las tantas, ¿qué estás haciendo? —dijo Yixing.

—¿Yixing? ¡¿Yixing?! —Luhan agarró el teléfono, chillando hacia el altavoz—. ¡De verdad eres tú! —casi se puso a llorar de alegría, aferrado al brazo de Kris.

—…Claro que soy yo… —la voz del otro lado de la línea sonaba tan estúpida como siempre.

A pesar de eso, era el mejor sonido que habían escuchado en sus vidas.

Clown estaba sentado junto a la brillante puerta, con las manos apoyadas sobre las piernas, y se echó a reír. Dos números torcidos flotaban en la pantalla que había frente a él. 10, 17.

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