Senku
Me miré de nuevo en el espejo, el traje negro, la camiseta blanca debajo, la corbata... si llevara una pequeña flor en el ojal yo mismo me podría creer que me había arreglado para una boda en lugar de un funeral. Y hubiera preferido mil veces que así fuera.
Ya no recordaba la última vez que peine mi cabello hacia abajo, se sentía un poco raro ver mi reflejo en el espejo.
- Senku...
Voltee al escuchar la voz de mi padre en la puerta, Byakuya la había abierto un poco para asomarse al interior de mi habitación y hablarme con una triste sonrisa. Él también llevaba un traje negro.
- ¿Qué pasa?
- En unos minutos nos vamos, ¿Ya estás listo?
Asentí, aunque ambos sabíamos que no había manera de que yo pudiera estar listo alguna vez para ir al funeral de mi ______, mucho menos si el funeral iba a ser con ataúd abierto.
Todo esto se sentía extraño, no diré que parecía un sueño, porque en todo caso sería una pesadilla, más bien me sentía como si estuviera drogado o atontado por algún golpe.
Los movimientos que hice mientras me acomodaba el cuello del traje después de que Byakuya se fue me parecían automáticos, "vacíos" de alguna forma.
Cuando terminé me senté en el suelo, recragado contra mi cama, sin saber muy bien que hacer ahora.
Mi celular vibró en la mesita de noche, ¿Hace cuando que no reviso mis mensajes?
Estiré el brazo para alcanzar mi celular, lo encendí y me dispuse a aunque sea ver las decenas de mensajes de preocupación, consuelo y disculpas que me habían llegado en los últimos días.
Tenía algo de sentido que fueran tantos, no sólo porque _____ era mi pareja, sino porque el día en que...en que sucedió en verdad me alteré demasiado.
Me negué lo más que pude a abandonar es maldita sala, en verdad estaba seguro de que en cualquier momento_______ abriría sus preciosos ojos y me regalaría una de sus hermosas sonrisas de nuevo. Casi podía y quería escuchar su linda voz diciendo mi nombre otra vez... me había acostumbrado tanto a eso toda mi vida que nunca pensé que fuera a perderlo.
Me hubiera encantado gritarle al médico de ______, poder reclamárle por todo, por no haber tratado antes a ______ cuando estaba enfermo de Hanahaki, por no haberlo curado cuando contrajo esa gripe....por mi haberlo salvado cuando eso pasó a ser una neumonía..... pero no podría, porque en escencia todo esto fue mi culpa.
Ahora que lo pienso él también estaba llorando ese día, pero mantuvo mejor la compostura que yo.
Desbloquee mi celular y de inmediato me congelé, al observar la foto que nos tomamos ______ y yo el día en que tuvimos la cita sentí como si no corazón se hubiera detenido.
Examiné a detalle la foto, parecía ser de otra época distinta y muy lejana, tan diferente a la actual...y a la que anhelaba regresar con todas mis fuerzas, si tan solo en ese momento me hubiera dado cuenta de que estabas sufriendo o de que tú...tu me querías como yo te quiero a ti...si tan solo yo hubiera...yo hubiera hecho algo antes....
Sentí las lágrimas llenarme los ojos arrojé el teléfono lo más lejos que pude con mi mano temblorosa antes de sollozar y cubrirme la cara con las manos. El celular debió de tirar algo ya que se escuchó un fuerte golpe de algo al caerse pero me dió igual, me importa una mierda si es algún experimento o trabajo que yo hacía, por mi que destrocen todos los que he hecho si así me regresan a mi _______. Sólo lo necesito a él, es lo único que quiero ahora.
Le había prometido que me casaría con él, no puede ser que se haya ido sin dejarme cumplía esa promesa...no puede ser....
La puerta se abrió de golpe, pero ni me molesté en voltear.
- ¡Senku! Escuché un golpe y...
- ¡Vete de aquí!
Mi voz salió de mi boca con un tono patético y cargado de tristeza y dolor.
Byakuya caminó hacia mí y se arrodilló a mi lado, me puso una mano en el hombro y me aparté de inmediato.
- ¡Te dije que te fueras! ¡No necesito que vengas a consolarme!
Me sequé los ojos, maldiciendo por estar llorando de esa manera tan vergonzosa.
A Byakuya no le pareció importar lo que le grité ya que en su lugar me tomó suave pero firmemente de los hombros y me atrajo hacia él para abrazarme.
Me intenté apartar, pero era bastante inútil.
- ¡Suéltame! ¡Po-por favor....! Sólo...sólo déjame....¡Es mi maldita culpa! Si yo tan solo me hubiera dado cuenta, si me hubiera atrevido a decirle antes, él nunca...el no habría...
No pude completar esa patética oración cortada y rompí en llanto. mi papá me acarició la espalda mientras yo le devolvía el abrazo, llenando su saco con mis lágrimas y ahogando mis gimoteos en él.
Es patético, patética y ridículo, pero no puedo parar, no puedo detenerme.
- Senku, no es tu culpa, no digas eso. Intentaste ayudarlo de todas las maneras que pudiste con lo que sabías, además, gracias al tiempo que pasaron juntos él dejó de sufrir por las flores, y lo calmaste esa noche en el hospital. Seguro que él agradece que te hayas quedado siempre a su lado, desde que eran niños hasta el final.
Recargué mi cara en el hombro de Byakuya, su voz se escuchaba dolida, no tenía para nada ese tono simpático y divertido con el que siempre hablaba.
- ...¿Crees que el haya sufrido? Cuándo...cuando se fue
Era una pregunta bastante torpe e infantil, pero en verdad...en verdad necesitaba saber que yo no era el único que pensaba de cierta forma, saber que no era un pensamiento estúpido que yo usaba para aliviar mi culpa.
- No lo creo, el estaba dormido, sin raíces ni nada que lo asfixiara, y seguramente el tenerte a su lado lo tranquilizó
Fue lo último que ambos dijimos en varios minutos, antes de que finalmente nos separáramos.
Me sequé los ojos mientras Byakuya me preguntaba si pensaba ir al funeral, algo que ambos sabíamos bastante bien la respuesta así que me bastó con voltearlo a ver para que el entendiera.
- Taiju y Yuzuriha dijeron que vendrían a verte, piensan irse temprano del funeral. ¿Estás bien para recibirlos?
Asentí, Byakuya se despidió de mí y finalmente abandonó mi cuarto.
Yo me metí bajo las sábanas y me dispuse a intentar dormir en lo que mis amigos llegaban.
.......
Byakuya
La ceremonia fue en un salón cerrado, con algunas ventanas a los lados y algunas cuadras del cementerio.
Seguro que Senku se habría molestado si viera que habían puesto flores en el féretro abierto.
No me acerqué a mirar mucho, pero sea quien sea la persona con la que habían llevado el cuerpo de ______ debí admitir que hizo un buen trabajo. Él chico parece dormido, además respetaron su marca de nacimiento.
- Byakuya
Me giré al escuchar que me llamaban, le sonreí suavemente a la madre de ______ cuando está se me acercó.
- Hola Sakura
- ¿Senku no vino?
Me rasqué la nuca mientras negaba con la cabeza, un poco avergonzado.
- No, me temo que no está listo para esto, siente que fue su culpa
-...Ya veo, supongo que tiene sentido, pero en verdad esperaba poder verlo, ¿Le agradecerías de mi parte?
Miré un poco confundido a la mujer, sus ojos eran grandes y hermosos, como los de su hijo, pero ahora mismo lucían opacos y tristes, sin vida. A pesar de eso me regaló una sonrisa para explicarme a qué se refería.
- Senku fue el primer amigo de ______, y también su primer amor. Tu hijo hizo muy feliz al mío durante toda su vida desde que se conocieron, y a pesar de que mi esposo y yo teníamos que viajar tanto el nunca estuvo sólo realmente, Senku de alguna manera siempre estaba al pendiente de él, y tú también...ambos lo cuidaban y lo querían tanto...
Ella no pudo seguir hablando más ya que comenzó a llorar un poco, saqué un paquete pequeño de pañuelos de mi bolsillo (presentía que me podían hacer falta) y le ofrecí uno.
- Mu-muchas gracias a ambos por cuidar tanto de mi pequeño hasta el último momento...en verdad...gracias. ______ de merecía unos padres mucho mejores, más como tú
- No digas eso, él en verdad los admiraba mucho, y los quería aún más
Le acaricié el brazo a Sakura, intentando tranquilizarla. No tengo idea de cómo habrá sidos esto para ella, pensar que todo terminó y que un día simplemente te digan que tú hijo...que _____...
Apreté un poco los dientes y contuve las lágrimas, no puedo, no debo llorar. O aún no, mientras necesiten mi apoyo por aquí no debo de hacerlo.
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Senku
De camino al cementerio compré un waffle relleno con helado, al principio dudé si probarlo o no, cuando me animé a hacerlo debo admitir que realmente no sabía tan mal, no era tan exageradamente dulce como me lo imaginaba, o al menos a mí no me parecía así.
La lápida de ______ estaba en una parte destinada a los de su familia, parece que era de mármol blanco, le habían grabado su nombre y su fecha de nacimiento y muerte, nada más.
Había unos pocos ramos de flores, sé que probablemente las personas no los dejaron con malas intenciones, pero aún así era algo molesto ver flores en su tumba.
Extraje la cajita de mi bolsillo, no es necesario que me digan que no durará mucho aquí antes de que alguien se lo lleve, pero me da igual.
-....perdona por no haber ido a tu funeral el año pasado, y bueno...por no haber comprado uno mejor.
Mientras decía esto último dejé la cajita con un anillo de dulce dentro en la parte donde habían dejado velas y una que otra ofrenda además de los ramos.
Me alejé y me senté en el suelo frente a la lápida.
- Tal vez te moleste que apenas si haya venido una vez a verte, pero realmente no sé si siquiera me sigues escuchando de alguna forma. No creo volver hasta el siguiente año, hoy sólo vine porque...bueno, ni siquiera yo lo sé, tal vez culpabilidad de no haber venido antes.
Mordí de nuevo el waffle, hacía frío pero aún así el helado se comenzaba a derretir más rápido de lo que pensé.
- Hibe murió la semana pasada, parece una muerte natural, aunque aún no era muy viejo. Tal vez simplemente quiso hacerte compañía.
Después de decir eso me quedé callado un buen rato, limitandome a mirar la tumba mientras un suave viento me movía un poco los mechones separados de mi cabello.
Me siento un poco idiota hablando sólo aquí, pero me alivia un poco de alguna forma.
-...te extraño, cada día lo hago. Hay veces en las que por un momento pienso en ir a verte a tu casa en el borde del bosque, en ir a nadar contigo al lago y obligarte a tirarte desde la roca de nuevo. Es...raro, vivir en un mundo donde ya no estás, y no sólo para mí, también para Taiju, tu madre, Byakuya, Yuzuriha....todos te extrañan, pero nadie lo dice.
Suspiré con cansancio antes de incorporarme.
- Es difícil, pero supongo que lentamente nos vamos...no acostumbrando, más bien estamos aprendiendo a vivir de esta manera. Parece que a mí me cuesta más hacerlo, pero supongo que es porque me da miedo llegar a olvidarte
Miré una última vez la tumba antes de sonreír suavemente. Me sequé la lágrima que se había deslizado por mi mejilla.
- Nos vemos entonces,.... pequeña chinche