She's a Fighter ©

By LizThorton

60.6K 2.7K 234

Ganarme la vida nunca fue algo fácil, siempre me ha costado sudor y cansancio. Muchas veces hasta sangre. Des... More

She's a Fighter
Prólogo
Capítulo 1: ¡¿Un compañero?!
Capítulo 2: Pequeños huérfanos.
Capítulo 3: Llantos de medianoche.
Capítulo 4: En la cornisa.
Capítulo 6: ¡Fiesta! Parte 1
Capítulo 7: ¡Fiesta! Parte 2.
Capítulo 8: Leo mentes.
Capítulo 9: ¿Yo? ¿Princesa?
Capítulo 10: Hambre, no moscas.
¡AVISO!
Capítulo 11: Caída libre.
Capítulo 12: Te necesito.
¡Último avisooooo! (Buenas noticias)

Capítulo 5: Confesiones.

3.2K 163 12
By LizThorton

Abrí mis ojos como platos y las lágrimas acudieron con extrema rapidez. Todo se veía borroso a causa de las malditas y no pude evitar dar traspiés.

Enjuagué mis párpados y me obligué a dejar de temblar. Tenía que ser fuerte. Por mi amiga. Por Stacy.

Me costaba horrores respirar y con cada paso mis pies amenazaban con quedarse estáticos. Apresuré mi ritmo y llegué al frente de la puerta cerrada de su habitación. A ese punto mi mano no paraba de moverse, inquieta. Respiré hondo y puse mi mejor posición de ataque. Apunté con la mira de mi arma y preparé mi mente por si debía ver lo peor.

Con una patada firme abrí la puerta, resquebrajando la madera y provocando un fuerte estruendo.

-¿Stacy?- dije con un nudo en la garganta. No podía permitirme titubeos.

Una risilla muy conocida llamó mi atención. Fijé mi vista en el espacio debajo de la cama y subí el dosel que lo cubría. Automáticamente unos mechones rubios se esparcieron por el suelo y una mano morocha intentó recogerlos rápidamente. Pisé los dedos con fuerza y un alarido de dolor me confirmó las sospechas.

Michael y Stacy estaban debajo de la cama. Sanos y salvos.

Pensar en todo lo que hubiera ocurrido me hizo temblar bruscamente y la pistola cayó de mi mano. Mis rodillas no tardaron en flaquear y en pocos segundos me encontré tumbada en el suelo. Mis hombros se sacudían espasmódicamente con los sollozos que me eran imposibles de contener.

Sin darme cuenta las lágrimas brotaron de mi interior. Me hice un ovillo en el suelo y enterré mi cara en el tapete. ¿Por qué estaba así? Simple: había imaginado el cuerpo de mi primer y mejor amiga sin vida sobre la cama.

Mike y mi amiga abandonaron lentamente su escondite y pude verlos. A los dos les escaseaba la ropa: Stacy tenía una camisa roja desabrochada y su sostén de encaje estaba a la vista de todos. Sus shorts habían desaparecido y solo traía las bragas a juego. Michael, en cambio, solo tenía los bóxers, así que tomó su pantalón y se vistió torpemente.

-¿Chloe?- dijo extrañado. Él solo me había visto llorar el día que nos conocimos cuando caí de las escaleras, así que mi situación le resultó completamente extraña. Al igual que a mí.

-¡¿Qué sucede, Chloe?! ¡¿Por qué lloras?! ¡¿Qué haces aquí?! ¡¿Por qué tus pies sangran?! ¡¿Y QUÉ COÑO HACES CON UNA JODIDA PISTOLA?!- chilló en tiempo record Stacy.

Intenté responder pero solo pude soltar un ronco gruñido. Las imagenes de su cuerpo torturado y sin vida me atormentaban y las lágrimas escapaban como torrentes. ¿Por qué mierda me estoy permitiendo llorar?

-Y-yo...- inicié pero no tardé en derrumbarme otra vez.

La culpa retumbaba contra mis oídos y no me permitía ponerle un freno a mi llanto. Quise incorporarme, hablar, respirar con normalidad, cualquier cosa, pero no pude. Quería explicar que me torturaba la idea de que algún día todos a mi alrededor morirían y sería mi culpa. Muchas mafias me habían perseguido durante toda mi vida y, milagrosamente, yo había sobrevivido.

Mi padre, por ejemplo, no.

Una mano se posó sobre mi hombro y me revolví en el lugar.

-Por favor, deja de llorar.- suplicó Mike tomándome en brazos sin cambiar mi posición y acunándome.- Me hace daño.

Decidí mirarlo a los ojos, por más de que mi visión estuviese algo borrosa. Sus mejillas estaban rosadas -lo más cercano a sonrojarse que su color de piel permitía- y sus pupilas dilatadas. Fruncí el ceño y hundí mi rostro en su cuello. Rodeé su nuca con mis brazos y me quedé así unos minutos. La histérica respiración de Stacy llegaba hasta mí como un indicio de su preocupación.

Cuando me sentí lo suficientemente bien como para frenar el flujo de mis ojos me separé de mi hermano y me puse en pie como pude. Aún caían lágrimas por mis mejillas, pero no podía parar de llorar del todo.

-¿Q-qué coño sucede con ustedes?- pregunté con vos titubeante.

-No lo se, dímelo tú, Chloe. ¡Cargas un arma!- intentó decir con tono tranquilo Stacy, pero no lo logró. En absoluto.

-¿En qué pensabas?- le espeté a Michael, dado que era imposible hablar con ella.

-¿En qué momento?

- Basta, Michael. De verdad pensé... pensé que los tipos de Manhattan estaban aquí. Que me habían encontrado.- ahogué un sollozo.- ¿Sabes la cantidad de noches que sueño con eso? Me despierto casi siempre con la duda de quién morirá por mi culpa esta vez. Sufro pensando en que me hayan seguido. En que hayan encontrado tu apartamento o esta casa. Temo abrir los ojos porque siento que me encontraré con el cuerpo sin vida de alguien. Y ¿sabes qué? Dentro mío se que todas las muertes o abandonos fueron por mi culpa.

Ambos me miraron muy sorprendidos. En el rostro de mi hermano había una pizca de confusión y en el de mi amiga, perplejidad absoluta.

Sentí que me derrumbaría nuevamente. Me sentía sola, a pesar de haber estado con las dos personas a las que más afecto les tenía. Stacy se acercó a mí y me rodeó en un cálido abrazo. En otra situación me hubiese reído de su cara, pues era épica. Admitámoslo.

-¿Puedes explicarme lo que sucede?- me pidió ella con la voz en un hilo.

Asentí lentamente, intentando no arrepentirme luego.

(***)

-Entonces... ¿de eso vives?- preguntó asombrada Stacy. Asentí con una mueca de dolor.

Al final me había decidido por contarle absolutamente todo acerca de mí. Me había calmado y cuando la adrenalina abandonó mi cuerpo, sentí las punzadas que me enviaban mis pies. Mike se había ofrecido a vendarmelos y sanarlos, así que acepté mientras hablaba con mi amiga.

Al parecer lo había tomado bastante bien. Solo se había alterado durante unos largos minutos. Digamos que para calmarla necesitó una buena bofetada... doble.

-¡Podrías haberme pedido dinero!

-No, Stacy... Ya te dije que vivo de esto desde que tengo memoria. Estoy demasiado envuelta en temas turbios, no creo poder salir. Y si lo hago... Bueno, si lo hago sería lo más peligroso que huiera hecho en mi vida. Eso si sigo con vida.

Ella bajó la vista, apenada, al tiempo que mis pies terminaron de ser vendados. Me puse en pie y me estiré. Miré la hora en el reloj de pared y me di cuenta de que ya era más tarde de lo que pensaba.

-Debo irme. Yo termino el informe sola.- anuncié mientras tanteaba mis bolsillos en busca del móvil. No lo encontré y recordé que se había hecho pedazos en el suelo.-Más tarde paso por tu apartamento para buscar otro teléfono. No preguntes.- le indiqué a Mike.

-¡Aguarda!- me gritó Stacy- Tengo algo de dinero por aquí... ten.- me tendió unos billetes.- Cómprate tu propio móvil. Alcanza y sobra para uno como el que tenías antes. Solo intenta que en este puedas tener WhatsApp.

Le sonreí y tomé el dinero con manos temblorosas. Era la primera vez que alguien se preocupaba por mí de esa manera. Me despedí de ellos con un fuerte abrazo y tomé unas zapatillas del recibidor. Una vez lista, salí de la casa y me subí en la moto. Esta vez me puse el casco y conduje directo a la empresa de telefonía.

Entré decidida a hacer eso lo más rápido posible. Elegí un móvil bastante bonito y lo pagué. Firmé un par de papeles y me negué a que me explicaran las instrucciones. Si una vez había logrado hackear todo el sistema de seguridad del banco más protegido de Manhattan, podía descubrir como usar un tonto móvil.

Salí con la idea de llamar a Jayden. Encendí el aparato y me di cuenta de que no tenía su móvil. Grité de frustración y, bastante decidida a arreglar lo de esa mañana, me volví a subir a la moto y emprendí el camino hasta la oficina de Raynold.

Cuando llegué me encontré con una gran sorpresa. De pie en frente del edificio se encontraba Sam con mirada preocupada. Empalidecí y me bajé.

-¿Chloe?- dijo al verme.- ¿Qué haces aquí?

-¿Qué haces tú aquí?

Sus manos estaban inquietas y tenía la vista perdida. Di una palmada delante de su cara y se enfocó en mí.

-Eh... V-vine con J-Jayden. Hace una hora que entró y no sale.

-¿Dijo a qué planta iba?

-A la última.

Reí al darme cuenta de que estaba entrenando y Sam tenía al menos tres horas de espera más. Me despedí diciéndole que si encontraba a "su chico" le diría que bajara.

Ingresé riendo un poco de su ingenuidad y me adentré en el ascensor. Marqué el número del piso al que quería ir y esperé impaciente.

Me bajé con una exalación y con un salto impredecible y un grito me metí en el salón de entrenamiento. Había cuchillos tirados en el suelo, flechas clavadas en la pared, sacos descolgados y un par de tenis destartalados. Se preguntarán: ¿Y Jayden? Ni idea.

Caminé lentamente, recorriendo todo con la mirada y mis sentidos alerta. Llegué hasta el centro de la sala -donde estaban los sacos de arena- y me frené. Algo en mi instinto me decía que saliera huyendo de allí. Que corría peligro. Pero mi parte más razonable, y la que me había llevado hasta allí, quería arreglar las cosas.

-¿Jay...- comencé pero algo me interrumpió.

No algo, si no alguien.

Jayden se lanzó desde la viga que estaba sobre mi cabeza e intentó tumbarme. Cuando dije que era rápida no mentía, así que me corrí al tiempo que él caía de bruces contra el suelo y me tiré encima suyo. Con algilidad logré inmovilizar sus brazos y piernas.

-¡¿Cómo lo hiciste?!- gritó con voz ahogada.

-¿El qué?

-¡Correrte! Estoy seguro de que no hice ruidos.

-Ya habíamos quedado en que tú eras el ayudante.

Rodó los ojos y forcejeó para salir. Me levanté todavía pendiente de su comportamiento y una vez que me aseguré de que no intentaría nada más me relajé.

-Escucha, Jay. Yo... vine aquí para pedirte perdón por lo de hoy. Me comporté como una idiota y estaba muy cabreada. Odio que se me escapen de las manos.- dije toqueteando mi pelo. Bueno, cada uno hace lo suyo cuando está nervioso. Yo me toco el pelo.

-No, no. Tenías razón.- colocó un mano sobre mi hombro con más fuerza de la necesaria.- Fue estúpido temerle a las alturas. ¿Qué hubiera sucedido si se caía mi Katniss?

Reí al esuchar eso último. ¿Su Katniss? ¿Suya? Por Dios, primero me tiraba por la ventana.

-¿Cómo subiste allá arriba si le temes a las alturas?

-Estoy haciendo cosas así desde hace una hora. Creo que a este paso no le temeré más.

Le sonreí y nos quedamos hablando un rato sobre técnicas de ataque sorpresa. Él me contaba cómo lo hacía y yo intentaba perfeccionarlo. Al cabo de un rato recordé el informe y tuve que cortarlo a mitad de una frase.

-¿Me das tu número?- solté de la nada con mucha prisa.

-¡Eh! ¡Has tardado muy poco en caer en mis encantos! Yo le había calculado un promedio de... dos semanas. Bueno, has tardado menos que Sarah.

Lo golpeé en el hombro y lo fulminé con la mirada.

-¿Sarah?

-Sí, ya sabes, tu compañera de apartamento... Cabello negro por los hombros, ojos azules. Tiene dos...

-¡Ya!- lo interrumpí antes de que me causara el trauma de mi vida.- No es Sarah, es Sam. Y no te lo pido por las mismas razones que ella. Antes me corto una pierna.

-Es lo mismo. Son tantas que se me confunden.

Lo volví a golpear, esta vez más fuerte y lo apresuré para que me diera su número. Al final me lo dijo con una estúpida sonrisa de diversión en los labios y me despedí.

-Nos vemos.- dije.

-Adios, Jenna.

Le levanté el dedo del medio y cuando estaba por salir me llamó. Me di la vuelta y levanté las dos cejas.

-Lo de la pierna está por verse.- me guiñó el ojo.

-¡Ay, por favor! ¿No se te ocurre nada menos cliché?

(***)

-¡Oh, sí! ¡Oh, sí! ¡Oh, sí!- grité mientras bailaba y saltaba sobre mi cama. ¿Mi cama? Quise decir la de Sam.

Había terminado el maldito e infinito informe sobre todos los movimientos artísticos de la historia. Me tumbé en el suelo y festejé haciendo poses raras.

Cuando hube terminado y me tranquilicé, tomé mi nuevo móvil y marqué el número de Stacy.

-¿Hola?

-¡Soy una genia, ámame!- chillé provocado un gruñido de su parte.

-¿Qué hiciste y por qué me incumbe?

-¡Terminé el trabajo en solo tres horas!

Ella soltó una carcajada, pero cuando habló su voz no sonaba alegre.

-Yo también acabo de terminar.

Abrí los ojos como platos y se me cayó el alma a los pies. Me senté bruscamente y me dieron unas irremediables ganas de matar a alguien. Y ese alguien tenía cabello rubio y su nombre empezaba con S.

-Esto debe ser una broma. ¿Cierto? Dime que es una broma y probablemente nadie salga herido.

-Me encantaría que fuese una broma, pero no lo es.

-¿Y que trabajo presentamos? Recuerda que la profesora se molestará si entregamos diferentes.

Un largo suspiro seguido de un bostezo me desconcertó. Mi amiga estaba muy diferente a esta mañana.

-Mañana vemos. Estoy cansada.

Dicho esto me colgó. Me quedé atónita mirando la pantalla ahora roja. El nombre de la rubia titilaba en letras blancas indicando que la llamada había finalizado. Gruñí mientras me levantaba y me ponía el pijama. Quería tener mi propio tiempo libre para ver televisión o leer un libro y luego irme a dormir.

Me hice una trenza y me dirigí a la cocina. Tomé una soda, un sandwich de queso y me recosté en el sofá. Encendí el televisor e inmediatamente apareció la cara del sexy Damon Salvatore. Me quedé viendo el nuevo capítulo de The Vampires Diaries por un rato.

Cuando terminó me quedé en silencio. Todo estaba muy tranquilo, casi tan pacífico como una noche en la playa. Los párpados se me cerraban solos y me costaba mantener mi mente centrada. Me revolví en el lugar y cuando estaba a punto de dormirme una alarma me despertó.

Tomé el, ahora no tan deseado, móvil y apagué el estruendoso sonido. La etiqueta que llevaba esa alarma decía "Judy" haciéndome recordar sobre la niña.

Escribí apresuradamente un mensaje a Jayden para preguntarle por los pequeños.

> Chloe

Jay, soy yo. ¿Cómo está Judy?

La respuesta tardó apenas un minuto en llegar.

> Jayden

Hola, yo estoy muy bien, gracias por preguntar. ¿Ya me extrañas? ;)

> Chloe

Idiota. ¿Cómo está Judy?

Él vio mi último mensaje y se desconectó. Las dobles tildes azules lo delataban. Lancé un pequeño grito de desesperación y lo bombardeé con mensajes sin sentido.

> Jayden

¡Ya calla! La niña está bien. Mañana se quedará con una nana que contraté temporalmente. Después de clases la buscas por mi casa.

Apagué el teléfono y caminé hasta mi cama. Me tiré sin rodeos sobre esta y, aunque moría por otro baño, decidí simplemente quedarme así tendida. Cerré los ojos y me dispuse puramente a descansar. Mi mente divagaba por todas partes. Estaba a punto de cruzar la barrera a los sueños cuando la puerta de entrada se cerró fuertemente.

-¿Chloe?- me llamó una voz histérica. Nunca había odiado más mi nombre que en ese momento.

-No estoy.

-Ayúdame. Por favor.- suplicó Sam sentándose en mi colchón.

-No. Te vas. Ya.

-No. Me ayudas. Ya.

Solté una patada a ciegas y la siguió un golpe seco.

-¡Auch! No hacía falta tirarme.

-Lo sient... No, no es verdad. No lo siento y te lo mereces. Por no dejarme dormir.- dije con irritación.

-¡Hey!

-¡Deja de chillar!

-¿Me ayudas?

-¡Que no, coño!- le espeté y me cubrí con las mantas.- Y si te me acercas te vuelvo a dar una patada.

Me miró ofendida y se resignó. Entró en el baño maldiciéndome.

-Maldita zorra...- murmuró.

-¡Que te escuché!

Me fulminó otra vez y me encogí de hombros restándole importancia. Ahora sí, podía dormir tranquila.

________________________

¡Hello!

¿Cómo están? Yo muy bien, actualizando algo antes de lo que esperaba.

Bueno, esta vez no he tardado tanto... ¿O si? Bueno, no lo se xD

Creo que este capítulo es un poco más corto... No lo sé. Pues se me ha perdido el móvil en el que escribía y en el que tengo ahora Wattpad se ve diferente.

Bueno, ¿qué les ha parecido?

¿Chloe hizo bien en contarle todo a su mejor amiga?

En multimedia les dejo a la rubia de Stacy.

Ahora... las malas noticias: el viernes 9 me voy de vacaciones a la playa y no podré subir nada durante diez días. Tal vez más, hasta que escriba el capítulo.

Espero que no se enojen y me entiendan :)

Ahora sí, me despido con muchos abrazos para los mejores lectores de Wattpad.

-Liz.

P.D: Si votan y comentan me motivan a subir más seguido los capítulos. Yo lo tomo como señal de apoyo y bueno, no sean invisibles.

Continue Reading

You'll Also Like

297K 21.5K 77
Sofia es una chica de apenas 20 años que se quedó huérfana a la edad de once años, dado que sus padres fueron asesinados. Nunca supo que quería hacer...
177K 18.6K 43
No importa si me tiran, me levantaré, no importa si me voy por qué volveré, quieren lastimar a los míos? no lo permitiré. De pasar a combatir ladrone...
6K 406 4
Kerime Potter regresará a Hogwarts con su hermano mellizo Harry Potter para su tercer año, está ansiosa de volver a ver a sus mejores amigos Draco, R...
8.1K 401 25
me gusta Jujutsu Kaisen vas a caer Gege gato de mierda creo que hubo un error ahora el capítulo 8 está después de el diez