Soobin abrió los ojos como platos y retrocedió dos pasos, encogiendo el ceño de manera incrédula, como si todo se tratase de una broma y Yeonjun fuese a reírse de un momento a otro y admitir que le estaba tomando el pelo.
"¿Que yo quiero algo con Beomgyu? ¿De qué hablas? Es solo un amigo... Creo que te has olvidado de que soy el novio de tu hermana..."
Yeonjun apretó sus propios dedos en un puño con más fuerza y comprimió ambas mandíbulas, sin dejar de mirarlo con la misma intensidad de siempre.
"No te hagas el imbécil y no vengas a decirme que un hombre puede toquetear a otro hombre como amigo" tomó una bocanada de aire y bajó la voz, arrastrando cada una de las palabras "Lo que pasa es que eres un marica y le has echado el ojo."
Observó cómo Soobin entrecerraba los ojos durante un momento, procesando todas sus palabras, y finalmente se giraba para dejar el plato de ensalada sobre la mesa de un golpazo y volverse hacia él con el rostro algo más alterado.
"Yeonjun, ¿te has vuelto loco? Yo no quiero nada con Beomgyu ni con ningún tipo. Estoy loco por tu hermana.... no entiendo qué diablos tienes en mi contra, ¿ahora vas a inventarte que tengo algo con Beomgyu?"
Bastardo. Le estaba mintiendo.
Adelantó tres pasos con gran velocidad y se detuvo a escasos pasos de su cuerpo, casi luchando por controlar los violentos instintos que le incitaban a lanzársele encima y molerlo a golpes como venía teniendo ganas hace mucho tiempo.
"Quiero que escuches muy bien lo que voy a decir, ¿captas?"
Abrió los labios y alzó su puño, listo para clavárselo en la nariz después de lo que tenía que decirle, cuando el sonido de la puerta abriéndose lo hizo tragar saliva.
"¡Soobin!" Sihyeon apareció con unas flores aplastadas en su mano y se le trepó sobre el cuerpo, enredando sus manos en su cuello "Te amo, eres un maldito cursi, pero te amo."
¿Estaba loca? Yeonjun sintió que la rabia latente en su interior desaparecía y era reemplazada por un sentimiento de asco insuperable ante lo que estaba observando. ¿Cómo podía besar a un tipo como ese y decirle semejantes estupideces? Salió de la cocina y subió las escaleras de un salto, metiéndose entre el pasadizo de las habitaciones, mientras la rabia volvía poco a poco a él.
"Yo no quiero nada con Beomgyu"
¿En serio pensaba que le creería? Exhaló y giró el manojo de la puerta, quedándose quieto al encontrar a Beomgyu con tres libros entre sus manos, pasándoles una tela afranelada con mucha dedicación y lentitud, mientras se volvía a mirarlo con una brillante sonrisa y su semblante se oscurecía al encontrarse con su fría mirada.
"¿Te sucede algo, Junnie?" preguntó, parpadeando cuatro veces y dejando los libros con rapidez sobre el escritorio.
"Nada, solo estuve a punto de reventar al imbécil de Soobin."
Su rostro palideció y la preocupación lo invadió de inmediato.
"¿Soobin? ¿Por qué? ¿Qué pasó?"
"No quiero que vuelvas a dejar que te toque la cabeza o lo mataré. Y cuando digo que lo mataré, no estoy bromeando."
"¿Por qué...?"
"¿Cómo que por qué? Ese tipo te ha puesto el ojo y eso me jode mucho."
Yeonjun se mordió el labio con fuerza y lo observó encogerse con la sombra de una sonrisa abrazándole los labios y el rubor tintándole sus atractivas mejillas.
"No, Junnie, estás equivocado, ¿cómo crees que voy a gustarle a Soobin? Él está comprometido con tu hermana y ambos se quieren mucho."
"Já, claro, ¿acaso no ves la forma en que abre sus asquerosos ojos y te mira? ¿O cuando abre la boca y dice esas imbecilidades de querer ayudarte o que todo lo que tú haces es delicioso? ¿No ves eso?"
"Lo hace porque es mi amigo y los amigos hacen eso. Además, es una buena persona" titubeó con sinceridad, descendiendo la mirada y enrojeciéndose más "Junnie..."
"¿Qué?"
Siguió el movimiento de su caja torácica elevándose y volviendo a la normalidad una y otra vez, así como el movimiento de sus finos dedos, que se removían, nerviosos. Tenía ganas de apretarlo contra la pared y decirle lo mucho que le alteraba el verlo cerca a otro, que le jodía, que le alborotaba las venas, que le aplastaba los pulmones y los músculos, que no lo hiciera, que no quería volverlo a ver cerca de él, que no entendía por qué diablos estaba sintiendo eso y...
"Yo... yo solo tengo ojos para ti y para nadie más, Yeonjun."
Y la frase le cortó todos los pensamientos de un tirón de la misma forma en la que una tijera volaría en pedazos una hoja de papel. Toda la rabia que estaba sintiendo se condensó y se esfumó y se quedó de pie un largo momento, analizándolo con la mirada, sintiendo cómo su respiración se normalizaba y la sangre de sus venas se enfriaba de nuevo. Se suponía que debía haberse carcajeado o irritado ante esa confesión, pero no lo hizo y tampoco le importaba.
"¿Solo tienes ojos para mí y nadie más?" repitió con voz monótona, moviéndose hacia donde se encontraba y tomándolo del brazo hasta atraerlo hasta su cuerpo.
"Sí..."
Su muñeca rodeó su brazo y cuando lo tuvo cerca, lo soltó, sentándose sobre su propia cama y acariciándole la curva de sus pómulos con un intento de suavidad.
"Me pudre que se metan con lo que es mío."
Palmeó sus propias piernas un par de veces, invitándole a que siente sobre ellas, pero el menor se lo quedó mirando con confusión y una sonrisa tímida en sus rosáceos labios, sorprendiéndose cuando la tosca mano de Yeonjun lo tomó de la cintura y en un rápido movimiento, lo hizo caer sobre su regazo.
"Así se está mejor, ¿no?"
Yeonjun sonrió entre dientes cuando lo observó enrojecerse y asentir un par de veces con la cabeza, totalmente animado y nervioso. Le ponía mucho cuando lo veía de ese modo. Le sostuvo de la barbilla, acariciándosela y abriendo los labios.
"Por cierto, Beomgyu, allá donde vivías antes, en tu anterior instituto, entre todos tus amigos y amigas o lo que quiera que sea, ¿no había nadie al que le hayas echado el ojo?"
El muchacho abrió los ojos con confusión y luego soltó una risa dulce y tranquila, negando con la cabeza.
"No, nunca hubo nadie."
"¿Y que te haya puesto el ojo a ti?"
"Tampoco. Nunca nadie se me confesó antes, tú fuiste el primero."
"¿Yo me confesé a ti?"
Yeonjun elevó una ceja, algo entretenido. ¿Él se le había confesado? ¿Cuándo?
"Sí, nunca nadie lo hizo en toda mi vida, Junnie."
"Es que no puedo creerlo, ¿vivías alrededor de ciegos o algo parecido?"
Sonrió cuando el menor continuó riendo y descendió la cabeza, encogiéndose de hombros y elevando luego la mirada con un aire de alegría cubriendo su rostro.
"Es la verdad, tú eres el único en mi vida... nunca me ha gustado o le he gustado a alguien, ¿y... tú?"
"¿Yo?" Yeonjun continuó con la ceja aún arqueada, sorprendido por la pregunta "¿Tú qué crees?"
Cerró las manos alrededor de su espalda y sintió cómo su aroma volvía a cegar sus sentidos otra vez. Era como si estuviese impregnada siempre en su piel y le atraía tanto que podía dejar el cigarrillo y pasarse la vida inhalándola.
"¿Qué yo también soy el único...?"
¿Qué?
Se mantuvo mirándolo y sin tolerarlo un segundo más, rompió en resonantes carcajadas, al tiempo que lo aprisionaba más entre sus brazos y pegaba su rostro al suyo. Tuvo el impulso de preguntarle por qué siempre soltaba cosas como esas así como si nada; cosas que según sus leyes, tendrían que cabrearlo, pero no lo hacían y no entendía por qué. Incluso ahora, empezaba a gustarle su forma de enrojecerse también.
Retuvo todas las constantes preguntas en su cabeza, haciendo un intento por alejar todos los pensamientos que le molestarán el momento.
"En serio, ¿ni un beso o algo así?, ¿ni siquiera has metido mano en tu vida?"
"¿Ah?"
"Meter mano " deslizó sus manos rápidamente de su espalda hasta su trasero, apretándoselo "Esto."
Beomgyu se sobresaltó, enrojeciendo con más fuerza y soltando otra abochornada risa.
"¡Yeonjun! Yo nunca he hecho eso, ya te he dicho que no he tenido una relación con alguien antes..."
"No es necesario estar en una relación para hacerlo. Por ejemplo, yo puedo meterte mano a ti cuando se me venga la gana."
"Pero eso solo es porque eres mi novio..."
La sonrisa divertida en el rostro de Yeonjun desapareció casi de inmediato.
"Creo que se lo diré a mi madre, se pondrá muy contenta."
"¿Qué le dirás?"
"Que tengo un novio."
¿Qué?
Arrugó el ceño y ascendió sus manos hasta su espalda otra vez.
"¿Eres estúpido? ¿Por qué quieres decirle eso? Te va a dar el golpe de tu vida y si sobrevives, vas a estar botando lágrimas por todos lados."
"¿Por qué ella haría algo así?"
"Porque eres un hombre."
"No creo que le importe... ella estará contenta de todos modos y me pedirá que le cuente desde el momento que te conocí hasta ahora."
Beomgyu soltó un suspiro y descendió la cabeza con ilusión; sus mejillas brillándole también. Yeonjun acercó su rostro hacia el suyo, rozándole los labios.
"Mejor quédate con la boca cerrada y guarda esas estupideces para ti, nene. Si se lo cuentas, vas a salir muerto. Yo sé lo que te digo."
Sus manos atraparon sus brazos, que reposaban a ambos lados de su cuerpo y las colocó alrededor de su cuello como pudo antes de capturar sus labios suavemente con los suyos, tocándolos, sintiendo cómo algo presionaba contra su pecho y finalmente estallaba en todas direcciones como fuego artificial en la oscuridad. Sus labios sabían a manzana y su dulzor no tardó en invadirle todos los sentidos.
"¿Tan nervioso te pongo?" preguntó con una sonrisa, separándose y tomándole uno de sus brazos, tanteando hasta encontrar el brazalete alrededor de su muñeca "Dame eso, no lo necesitas ni necesitas nada que venga de ese. ¿No dices que estamos en una relación acaso? Si estamos en una, me perteneces y no pienso compartirte con nadie más."
El menor elevó la mirada con el fulgor incrementándose en sus pequeños ojos y el rubor extendiéndose con sutileza alrededor de sus mejillas. Luego, asintió al instante, sonriendo y entrelazando sus propias manos con torpeza alrededor de su cuello, al tiempo que recostaba tímidamente la cabeza sobre su hombro.
"Está bien" se levantó de sus piernas y le dio un rápido vistazo al reloj "Junnie, se está pasando la hora, iré a servirte el almuerzo y luego vuelvo a terminar de limpiar esto, ¿vienes o te lo traigo?"
Yeonjun se pasó la lengua alrededor de los labios y continuó mirándolo.
"Tráemelo" dijo, colocando una estúpida sonrisa en su boca y guiñándole el ojo "Por favor."
Observó cómo el muchacho asentía y se dirigía hacia la puerta con una dócil risa. Quizá, su estómago le rugía, pero con toda sinceridad, prefería comérselo a él que al almuerzo. Su breve sonrisa se incrementó mientras pensaba y de repente, la idea de que el estúpido de Soobin todavía se encontrase abajo, lo encendió.
"Beomgyu, espérame." indicó, moviéndose de su habitación hasta las escaleras con prisa y encontrándolo en el tercer peldaño.
Cuando su empleado se giró para verlo, sintió que algo se rompía en su interior. Su cabello cayéndole de forma atractiva, sus ojos tintineándole con dulzura, sus labios todavía humedecidos, la curva de su cuello y esa enorme sonrisa que le helaba el cuerpo.
Era perfecto. Tan jodidamente perfecto.
"¿Qué sucede, Yeonjun?"
"Nada, solo que en estos momentos, te detesto y pienso que eres un idiota."
Beomgyu enarcó ambas cejas y dejó escapar una risa, algo confundido.
"¿Por qué?"
Sin dudarlo más tiempo, Yeonjun descendió las escaleras y le envolvió el cuerpo con las manos, hundiendo su rostro en todo el espacio blando y fragante de su cuello.
"Porque por tu culpa me estoy volviendo loco" lanzó, como si estuviese pensando en voz alta "Loco por ti."