Juegos de Seducción

By tynarubia

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Gabi encuentra la diversión que necesita con la llegada de Fernando, el hijo estirado del futuro esposo de su... More

Juegos de Seducción
Capitulo 2; Un poco de diversión
Capitulo 3; Comienza el juego
Capitulo 4; ¿Es eso lo que quieres?
Capitulo 5; Conseguire lo que quiero
Capitulo 6; Besame
Capitulo 7; Una fiesta entretenida
Capitulo 8; Celos
Capitulo 9; Una pareja feliz
Capitulo 10; Fiesta de compromiso
Capitulo 11; Raul
Capitulo 12; Atracción
Capitulo 13; Dificil de explicar
Capitulo 14; ¿Como si nada?
Capitulo 15; Adíos
Capitulo 16; ¿Me has echado de menos?
Capitulo 17; Las Reglas
Capitulo 18; Preguntas
Capitulo 19; El día de la boda
Capitulo 20; ¿No quiero estropearlo?
Capitulo 21; Ideas descolocadas
Capitulo 22; Distinto
Capitulo 23; Es lo que hacen las parejas
Capitulo 24; Reencuentro
Capitulo 25; Se acabaron los juegos de seducción

Capitulo 1; Viaje a Miami

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By tynarubia

-Aun no me puedo creer que mi madre se vaya a casar –Gabriela se movía por su gran habitación sacando su ropa del armario y lanzándola encima de la cama.

-¿Todo esto te vas a llevar? –Esther la miraba sonriente –Vas a necesitar bastantes maletas

-Hay que estar preparada, nunca se sabe lo que vas a necesitar –se giro y guiño un ojo a su amiga mostrándole uno de los nuevos biquinis que se acababa de comprar.

-Tu lo que quieres es buscar guerra por allí –conocía perfectamente a su amiga y sabia que seria incapaz de permanecer quieta, sin salir de fiesta y divertirse, se sentó en la cama mirándola mientras reía.

-Que va, me da a mi que este viaje va a ser demasiado tranquilo –Suspiro acomodando toda la ropa en el interior de la maleta, tenia muchas ganas de ver a su madre, de hecho no la veía desde hacia unos cinco meses. Ambas mantenían una relación muy libre, cada una vivía su vida –Al menos al fin podré conocer al hombre que ha conseguido que mi madre se comprometa

-Bueno nunca se sabe, la esperanza es lo ultimo que se pierde –Esther comenzó a doblar algunas faldas para ayudar a su amiga –Tu madre encontró a su galán allí

-No me lo recuerdes, no se que me espera cuando llegue – Gabi termino de cerrar la maleta con el resto de su ropa en el interior –Mi madre siempre a sido libre e independiente, pero ahora probablemente se pase todo el día agarrada a su futuro marido

-No logro imaginarme a Melisa unida por el resto de su vida a un hombre –Esther negaba con la cabeza –Debe ser realmente perfecto, para que ella acepte casarse

-Me voy a la ducha –cogio la ropa que pensaba utilizar para el viaje y se encamino al baño mientras su amiga salía al salón

Gabriela se tomo su tiempo en la ducha, relajándose bajo el agua caliente, después se seco el pelo, se lo aliso y se vistió. Para el viaje escogió algo informal que le fuera cómodo, después de todo debía conducir por unas tres horas, unos vaqueros y una camiseta beige de tirantes.

-Todo listo –Salio al salón, con su bolso colgado del hombro y dos de sus maletas en las manos –Me falta una maleta y la bolsa de mano ¿Me ayudas?

-Claro ¿Por qué crees que he venido? –Esther se levanto del sofá sonriente y cargo el resto de maletas –Sabia perfectamente que te faltarían manos para el equipaje.

Ambas bajaron a los garajes donde Gabriela tenia su precioso descapotable rojo, con tapicería de cuero le estaba esperando. Con cierto trabajo consiguieron meter todo el equipaje en el maletero del coche.

-Bueno ahora es cuando nos despedimos ¿no? –Esther abrazo a su amiga con una gran sonrisa –Diviértete mucho y no te preocupes que yo cuidare de tu departamento

-Gracias por todo –guiño un ojo a su amiga mientras subía a su coche –Te llamare en cuanto llegue

En unos minutos ya estaba saliendo de su garaje, alejándose de su casa, dirección a un lugar en el que no sabia que le esperaba.  Aunque la realidad era que no tenia esperanzas de que su estancia en Miami fuera divertida, seguramente tendría que ayudar a su madre en los preparativos para la boda, algo que no iba con ella.  Pero pensándolo bien tampoco iba con su madre y ahí estaba, comprometida a solo un mes de casarse y viviendo con un hombre al que describía con una sola palabra “Maravilloso”.

El viaje no se le hizo para nada largo, le encantaba conducir y que el viento le meciera el pelo mientras la música inundaba sus oídos.  Entro a Miami sobre las seis de la tarde, justo tres horas después de salir de casa, ahora solo tenia que introducir en el GPS la dirección de la casa.  Conocía bastante bien Miami y sabia que estaba en un buen barrio, el mejor, pero aun así decidió seguir las indicaciones para llegar cuanto antes.

Al fin cuando llego, pudo admirar la que era la casa de su madre, una hermosa mansión de dos plantas y una tercera que era una guardilla.  Estaba pintada de un color beige claro y grandes ventanales de madera oscura resaltaban en ella, además de un porche con tejado en forma de cúpula.  Al lado derecho se podían ver los garajes con grandes puertas de madera, toda la casa estaba rodeada de un precioso jardín de césped frondoso y verde y hermosas flores.  La parcela estaba recorrida por una valla del mismo tono de la casa con palmeras sembradas en la parte delantera y una verja grande de metal indicaba la entrada.

Situó el coche en la entrada y llamo al telefonillo, que por supuesto tenia cámara, al que no tardo en contestar la voz de un hombre.

-¿En que puedo ayudarla? – La voz sonaba grabe y de un hombre bastante mayor

-Hola, soy Gabriela, hija de Melisa –La verja se abrió inmediatamente tras decir su nombre y recorrió el camino hasta la entrada de la casa con su coche, que dejo aparcado justo en la puerta

Se bajo del coche y dio la vuelta a este, no sabia si entrar, llamar al timbre o esperar fuera, después de todo tampoco sabia quien le había abierto la puerta.

-¡Gabi! –Melisa abrió las puertas de la gran casa y bajo corriendo las escaleras dirección a su hija para abrazarla –Cuanto me alegro de verte cariño, estas preciosa.

-Tu si que estas guapa, mama –después de darle dos besos a su madre se alejo para verla bien de arriba abajo, estaba claro que en su forma de vestir no había cambiado. Llevaba un vestido rojo corto y con escote, como a ambas les gustaba, su melena ondulada suelta, maquillada perfectamente resaltando sus ojos y por supuesto los complementos –Parece que el compromiso te sienta realmente bien.

-Pasemos cariño, los empleados se encargaran de llevar las maletas a tu habitación y aparcar el coche frente a los garajes ¿te ha sido muy largo el viaje? –Melisa caminaba sonriente aun abrazando a su querida hija.

-Que va mama, ya sabes que me encanta conducir –Gabriela guiño un ojo a su madre –aunque se me hubiera hecho mas corto con buena compañía

-Por supuesto esa compañía seria un chico –Melisa comenzó a reír, su hija no había cambiado para nada, aunque ella misma apenas hacia unos meses que había decidido centrarse en un solo hombre –Te conozco demasiado bien.

Ambas entraron riendo al salón, era muy grande y espacioso, con unos sofás en tonos blancos con cojines negros, la casa era muy lujosa, aunque las dos ya estaban acostumbradas a los lujos, tenían suficiente dinero como para llevar la vida que querían y por supuesto un precioso chalet y varios departamentos, entre ellos el de Gabriela.

-Bueno al fin voy a conocer a la preciosa hija de mi prometida –Ernesto entro al salón sonriente y se acerco a ella para abrazarla –Es un placer conocerte al fin Gabriela, siéntete como en tu casa

-Gracias Ernesto, yo tambien tenia muchas ganas de conocerte y por favor llámame Gabi –Lo observo atentamente y la verdad es que el hombre era bastante guapo para su edad y se veía muy simpático, parecía que su madre había escogido bien –He oído hablar mucho de ti

-Espero que cosas buenas –Ernesto sonrió y paso un brazo por los hombros de Melisa que le miraba cariñosamente –Yo tambien he oído muchas cosas de ti Gabi

-Yo prefiero no preguntar si son buenas –La verdad es que ella no era una chica que se estuviera quieta y menos que se mantuviera lejos de los problemas. Todos rieron con las palabras de Gabriela incluida ella.

-Bueno ¿Por qué no le enseñas el resto de la casa a tu hija y su habitación? –Ernesto dio un beso a su prometida y después le guiño un ojo a ella –Así os podéis poner al día, seguro que tenéis mucho de que hablar.

-No lo dudes –Melisa miro a su hija escrutándola con la mirada y una gran sonrisa en el rostro –Tengo muchas cosas que preguntar a Gabi.

-Bien, pues yo tengo una reunión, nos veremos en la cena –Ernesto se despidió de las dos y salio del salón

-¿Qué opinas? –Melisa esperaba ilusionada la respuesta de su hija

-¿De la casa? ¿O del prometido? –Gabi rió al ver la mueca en el rostro de su madre –Me gusta, es guapo y parece simpático mama.  Si a ti te gusta a mi tambien.

Pasaron el resto de la tarde charlando y riendo, Melisa interrogo a su hija sobre estos meses que no se habian visto, aunque hablaban cortantemente por teléfono.  Pero ella prefería oír todo en persona, le mostró toda la casa que era inmensa, además de la piscina y los jardines, donde tomaron un refresco  después Gabi se retiro a su habitación para darse una ducha y cambiarse para la cena y su madre hizo lo mismo.

Para cenar les preparon pavo y ensalada, todo estaba delicioso y la compañía tambien era bastante buena, Ernesto hacia algún que otro chiste y las dos no podían sino reír

-Gabi, mañana temprano tengo la prueba del vestido ¿Me acompañaras no? –Melisa sonreía a su hija

-Por supuesto –ella le devolvió la sonrisa –Si me negara, estoy segura de que te lo cobrarías

-No lo dudes cariño –levanto su copa de vino señalando a su hija y guiñándole un ojo

-Por suerte yo me libro en esos asuntos –Ernesto suspiro y todos rieron

Tras la cena Gabriela se despidió de todos, estaba cansada y además tenia que llamar a su amiga antes de irse a dormir.

Tumbada en la cama con su pijama, aunque no era eso exactamente, unos shorts y una camiseta de tirantes corta, todo de color verde, cogio el móvil.

-¡Al fin llamas! Solo llevas un día allí y ya te has olvidado de mi –Esther hablaba riendo, estaba claro que no estaba sola -¿Cómo esta Melisa? ¿Cómo es su novio? ¿Qué tal el sitio? ¿Muy aburrido?

-Pues mi madre bien, el novio me agrada, el sitio elegante y un tanto estirado y muy muy aburrido –No pudo evitar suspirar

-Pues nosotros aquí nos estamos acordando de ti –al fondo se escucharon risas

-¡Escápate de fiesta Gabi! –Yolanda gritaba mientras reía

-¡Si quieres yo voy a hacerte compañía! –Raúl parecía haber arrebatado el teléfono a la anterior que le gritaba por detrás

-¡Chicos ya basta! –Esther recupero el teléfono mientras Gabriela no paraba de reír, sus amigos estaban como cabras  Como los echaba de menos –Bueno ¿y mañana que vas a hacer?

-Pues por la mañana acompañare a mi madre a la prueba del vestido –Hablo suspirando de nuevo –Y por la tarde no hemos hablado nada pero me gustaría tomar un poco de sol en la piscina

Después de despedirse de sus amigos, tras casi una hora de charla, destapo la cama y se metió en ella, tardo poco en quedarse dormida.

DEJO LA FOTO DE MELISA, MADRE DE GABRIELA, COMO VEREIS ES BASTANTE JOVEN, TUVO A ASU HIJA A MUY TEMPRANA EDAD, LO QUE TAMBIEN INFLUYO PARA QUE AMBAS SE LLEVEN COMO SI FUERAN LAS PERFECTAS AMIGAS

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