¿Estás Dispuesto? "Yo Soy Bet...

By Andreamac__

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ECOMODA nunca entra en crisis razón por la que Armando y Betty no comienzan un romance por estrategia, Betty... More

¿Estás Dispuesto? Capítulo 1 "Yo Soy Betty, La Fea".
¿Estás Dispuesto? "Yo Soy Betty, La Fea" Capítulo 2
¿Estás Dispuesto?, Capítulo 3 "Yo Soy Betty, La Fea"
¿Estás Dispuesto? Capítulo 4, "Yo Soy Betty, La Fea"
¿Estás Dispuesto? Capítulo 6, "Yo Soy Betty, La Fea".
¿Estás Dispuesto? Capítulo 7, "Yo Soy Betty, La Fea"
¿Estás Dispuesto?, Capítulo 8 "Yo Soy Betty, La Fea".
¿Estás Dispuesto? Capítulo 9, "Yo Soy Betty, La Fea".
¿Estás Dispuesto? Capítulo 10, "Yo Soy Betty, La Fea".
¿Estás Dispuesto? Capítulo 11,"Yo Soy Betty, La Fea"
¿Estás Dispuesto? Capítulo 12, "Yo Soy Betty, La Fea
¿Estás Dispuesto? Capítulo 13 "Yo Soy Betty, La Fea
¿Estás Dispuesto? Capítulo 14 "Yo Soy Betty, La Fea"
¿Estás Dispuesto? Capítulo 15 "Yo Soy Betty, La Fea
¿Estás Dispuesto? Capítulo 16 "Yo Soy Betty, La Fea
¿Estás Dispuesto? Capítulo 17 "Yo Soy Betty, La Fea
¿Estás Dispuesto? Capítulo 18 "Yo Soy Betty, La Fea
¿Estás Dispuesto? Capítulo 19 FINAL

¿Estás Dispuesto?, Capítulo 5 "Yo Soy Betty, La Fea".

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By Andreamac__

Betty ya había oficializado la marca aliada y la campaña giraba en torno de ambas empresas resaltando la fusión del Fashion Group con Ecomoda, la modelo que había contratado era nada más que Adriana Arboleda el amor eterno y platónico de Armando, lo más difícil de trabajar con ella fue que no podía odiarla, por el contrario fue muy agradable y dulce, era una persona realmente muy humilde y sabía cómo mantener a metros a Armando, aunque el insistía en no despegarse de ella junto con Mario que le seguía.

Be. Doctor disculpe, me permite un momento – Armando a fuerzas se separó –

Ar. Dígame Betty – dijo mientras miraba a Adriana –

Be. Para avisarle que más luego viene el director de campañas de Pantene, quiere charlar algunas pautas con usted.

Ar. Ah bueno listo, ¿eso sería todo?

Be. Si.

Ar. Bueno Betty la dejo tengo que seguir atendiendo a mi invitada. Se fue nuevamente sin si quiera mirarla, la hizo sentir pequeña en ese momento, recordó aquellas épocas donde la anulaba cada día desde que entro a trabajar, al menos eso no había cambiado, Armando seguía prefiriendo a las modelos.

Betty hablaba con la gente de producción revisando el comercial y dándole los últimos acabados, desde ya no podía evitar sentirse celosa de Adriana y culpable al tiempo ya que ella no hacía nada para provocarlos, con ser ella misma le bastaba y eso era lo más frustrante, empezaba a salir de sus casillas y sin pensarlo le envió un texto a Armando.

Be. "¿Doctor le traigo un trapero?" Armando vio el celular sin darle mayor atención hasta leer el remitente al abrirlo sonrío, no entendía porque Betty le diría eso, con señas le pregunto por qué, poniendo de nuevo toda su atención a Adriana.

Be. "Para que seque la baba que va dejando al caminar detrás de Adriana". A pesar de estar celosa el tener el valor y la confianza de decirle algo así al ogro de su ex jefe le causo gracia. Armando sorprendido por lo que Betty le había dicho sonrío avergonzado, no podía creer lo bien que esta mujer lo conocía, eso le encantaba.

Alzo la mirada y ahí estaba, como si nada, como si no hubiese enviado ese mensaje, no sabía cómo tomar ese juego, era coqueteo o simple broma, estaba indeciso, más tarde le contaría a Mario.

Adriana se había ido, Betty seguía atenta a producción, Armando la miraba, la reparaba, la analizaba pero desde lejos no quería incomodarla, ella no se percataba de él y muchos menos del escáner que le hacía estaba entregada al trabajo hasta que le llego un mensaje de texto que dejo ver una de sus mejores sonrisas, Armando sintió arder, seguro era el noviecito de pacotilla, quien sería el tipo con que salía, no sabía nada de él.

MC. Si sigue así la va a desgastar, deje la acosadera hombre, no muestre el hambre, ¿que le he dicho? Parece que no le he enseñado bien.

Ar. ¿Que hace aquí? Debería estar en la reunión con los inversionistas del extranjero.

MC. Señor presidente eso ya está resuelto, se ve que tiene tiempo acosando, porque me fui hace una hora y todavía anda en estas, como se le va de rápido el tiempo viéndola ¿no?

Ar. No, estaba ocupado, apenas me acabo de sentar aquí, no sea idiota.

MC. Bueno, dejando el ogro aún lado ¿al fin qué?, pretende andar todo el día en esto.

Ar. Calderón, hombre no sea cansón, le dije que me acabo de sentar, tengo que ver que todo termine bien.

MC. Bueno ya dejo al nene para que siga comiéndose al monstrito con la mirada, ¡mua!

Ar. Suelte Hombre, que cogedera, no me diga que ahora es Mario Lombardi.

Mario caminaba muerto de la risa, conocía muy bien Armando y cuando tenía a una mujer entre ceja y ceja no la dejaba en paz hasta que no caía, mientras reía viendo mariposear a Mario le llego un mensaje.

Be. "Soy o me parezco?" Armando alzo la mirada, ella reía.

Ar. "Soy demasiado obvio ¿cierto?"

Be. "Algo".

Ar. "¿Estoy siendo molesto?".

Be. "No".

Ar. "¿Solo dirás eso?"

Be. "¿Qué quiere que diga Doctor?"

Ar. "Si te gusta que te mire así o si no..."

Be. "No me molesta".

Ar. "O sea que te gusta".

Be. "Solo dije...no me molesta".

Ar. "Jajaja no entiendo ¿te gusta o no?"

Be. "No me molesta"

En ese momento llego Marcela interrumpiendo a Betty y Armando.

Mar. ¿Con quien hablas? –Armando se sobresaltó, guardo su celular por inercia –

Ar. Jajaja con Mario, a veces dice unas estupideces... - reía nervioso –

Mar. Yo también me quiero reír, muéstrame...

Ar. Son chistes solo para hombres amor, no te darían gracia.

Mar. Mmmm... si mejor no me lo muestres ya me imagino de que se reirán, ¿a qué hora llegas al apartamento? Acuérdate que tenemos cena con Mónica y Jesús.

Ar. ¡¿Es hoy?! No Marce cancélales no puedo, tengo un millón de cosas por hacer, el lanzamiento es pasado mañana y estamos apretados de tiempo, excúsame por favor.

Mar. ¡Amor por favor!, no me puedes hacer esto... sabes que esta cena la llevo preparando hace más de un mes, deja encargada de todo a Beatriz.

Ar. Marcela si no estoy yo al frente que soy el más interesado no será lo mismo, ¿entiendes eso?

Mientras Armando y Marcela iniciaban una de sus comunes discusiones, Michel llegaba a Ecomoda Aura María lo reconoció por la foto que Betty cargaba en su cartera, pero en persona definitivamente era mucho más hermoso.

Aura. Buenas Don Michel, ¿cómo está? – Michel se extrañó que supiera su nombre –

Mic Buen día, ¿disculpe nos conocemos?

Aura. No, no señor, ¿por qué?

Mic. Es que como sabe mi nombre – dijo sonriendo amablemente –

Aura. Jajaja disculpe Don Michel es que Betty nos ha hablado mucho de usted, y nos mostró su foto, mucho gusto Aura María.

Mic. Oh Claro, si Betty también me ha hablado mucho de ustedes – dijo extendiendo su mano - disculpa, sabes ¿donde se encuentra? Le ha estado llamando pero no me contesta.

Aura. Si claro, está en el show room, si quiere lo llevo para que no se pierda.

Mic. Gracias. - Dijo sonriendo tan lindo como solo él sabía -

Betty veía de lejos como Armando y Marcela discutían, ese par no tenía remedio y lo peor de todo es que insistían con sus planes de matrimonio, como dice Hugo ya van a llegar entrenados, Betty había dejado el celular cargando no quería más interrupciones, fue un momento al baño.

De camino al show room Aura María fue emboscada por Freddy que celoso le reclamaba que iba enganchada al ojiazul de dos metros, esto le causa gracia a Michel y se despidió de ella no sin antes darle las indicaciones para llegar, al entrar se maravilló por la producción que estaba montada, Betty podía convertir un pequeño espacio y darle magia, la buscaba pero no la veía, vio a una pareja que discutían fuertemente y con toda la pena los interrumpió le urgía verla, Marcela al verlo se embeleso, era realmente un tipo espectacular.

Mic. Disculpen, es que vengo buscando a Beatriz Pinzón, me podrían decir donde se encuentra.

Mar. Se encuentra allá... perdón hace un momento estaba ahí. – Armando lo reparaba sin dudas tenía pinta de extranjero, Mario llego en ese momento – si quiere tome asiento, debe volver en cualquier momento.

MC. ¿Y ese quién es?

Ar. Ni idea, vino preguntando a Beatriz, es francés.

MC. ¿No será el director de campaña de Pantene? Mira que Betty dijo que vendría.

Ar. ¿Será?, mejor nos presentamos de igual manera. – Armando se puso de pie, Mario estaba detrás de él – Mucho gusto Armando Mendoza, Presidente de Ecomoda.

Mic Mucho gusto Armando, Michel Donel que placer por fin conocerte, Betty me ha hablado mucho de ti.

Ar. ¿Si? – Armando se sentía importante – espero hayan sido cosas buenas jaja cuénteme Señor Donel, ¿viene por la campaña cierto?, ya la terminamos, si quiere puede pasar a post-producción Betty se encontraba dándole los últimos detalles, se nos perdió.

Mic. ¿Campaña? No... creo que me está confundiendo, lo siento.

Ar. Ah disculpe Betty me comento que alguien vendría y pensé que era usted, de igual forma dígame en que le puedo servir ella no está pero quizás yo le puedo colaborar.

Mic. Eh no... - En ese momento Betty volvia del baño al ver a Michel entusiasmada lo llamo –

Be. ¡Amooor! perdóname... deje el celular cargando y me enrede acá. ¿Cómo esta doña Marcela?- Marcela no podía creer que ese fuese el novio de Betty –

Mar. Muy bien gracias. – se retiró indignada, tendría que contarle esto a Patricia –

Armando y Mario se miraron, eso había sido un golpe bajo, resulta que el tipo no estaba nada mal, la competencia estaría dura, Armando se sentía mortificado, lleno de celos, pronto su expresión cambio, era seria y dura, Michel se extrañó ya que hace un momento se veía muy cordial.

Be. Que bien ya se conocen – miraba a Armando complacida – Don Mario le presento a mi novio, se llama Mich...

Ar. Michel Donel... - dijo mirándola con reproche –

MC. Un placer Don Michel, bueno creo que nosotros también nos retiramos a nuestro despecho... que digo despacho. – Armando estaba lleno de ira, Mario lo saco a rastras del show room – Michel los seguía con la vista.

Mich. Por fin conocí a tu ex jefe, que hombre más raro... hace un segundo fue de lo más cordial y ahora estaba como amargado.

Be. ¿Si?, bueno no es raro, la mayor parte del tiempo es así, no suele darse a conocer tan pronto jojojo

Michel y Betty salieron a almorzar juntos con las del cuartel al medallón, la estaban pasando muy bien, Betty fue un momento al baño, le acaba de llegar un mensaje de Armando, no quería abrirlo delante de las del cuartel y menos de Michel.

Ar. "No me respondiste, ¿te gusta que te mire así?"

Be. "Doctor, creo que eso no se pregunta"

Ar. "Contigo no sé qué hacer, debes decirme"

Be. "¿Por qué? ¿soy demasiado complicada?"

Ar. "No... por el contrario, nunca he tratado de acércame a una mujer como tú".

Be. "Lo sé, ¿quisiera entender por qué hace esa excepción?"

Ar. "Yo tampoco lo sé y por eso quisiera descubrirlo, claro, si me lo permites"

Be. "¿Como haría eso?" Betty estaba dentro de uno de los cubículos del baño cuando sintió entrar a Sandra.

San. Bettyyyy ¿se fue por la cañería? ¿Que tanto se demora?, su francés la anda preguntando.

Be. Sandra por favor dile que ya salgo.

San. Bueno mija, apúrese que le están sacando las tripas jajaja

Be. Jojojo ya voy. "Aún no sé qué pretende como para permitírselo, pero por el momento manténgase así, después del evento veremos". Betty dio enviar y no espero que le respondiera, apago el celular y volvió a la mesa

Armando quedo todavía más desconcertado, como así que esperará, ¿lo había puesto en pausa?, ninguna mujer le había hecho eso, no se sentía ofendido solo confundido y eso era mucho peor para él.

Por fin llego el lanzamiento, Armando, Mario junto con Marcela estaba recibiendo los invitados, Daniel, Roberto y Margarita también estaban presentes atendiendo a los invitados, Betty corría de un lado a otro con Cata para que el cronograma se diera tal cual lo acordado.

Toda la noche Armando y Betty se buscaban con la mirada y se sonrían, Armando había quedado boca abierto al verla llegar, tenía un vestido negro pegado al cuerpo que dejaba ver sus curvas, esa mujer se ponía cada vez más bella.

MC. Disimule un poquito porque como se dé cuenta Marcela es hombre muerto.

Ar. Hermano esa mujer me trae mal, no se imagina, me tiene en pausa como le parece.

MC. Jajajaja eso le pasa por ir detrás de una fea. – Armando lo codeo, Mario se torció por el golpe, Marce noto su juego, caminaba hacia ellos –

Mar. Será que se dejan de comportar como unos niños. Dijo sonriendo mientras hablaba entre dientes.

Ar. Deja de ser tan amargada Marcela, además de ti nadie se dio cuenta.

Mar. ¿Algún otro nuevo adjetivo que quieras darme?

Ar. Ven Mario, hablemos con Cortes que no le hemos saludado, permiso Marce. –Marcela quedo a solas y sonriendo camino hacia donde sus suegros, se sentía humillada.

MC. ¡Uy! Esta vez sí le dio duro, deje el ogro un día con esa pobre mujer hombre.

Ar. Cada vez es más cansona, no sé porque insiste en casarse conmigo, ganas de darnos mala vida, yo no la termino porque mis papás no me lo perdonarían, pero te juro que me tiene harto.

Betty pasaba junto con un inversionista, además de atenderlo este le coqueteaba, Armando veía todo, tenso la mandíbula, estaba indignado y no podía hacer nada.

MC. Calmado no vaya a salir con su brutalidad por Dios.

Ar. Ya la ha intentado besar varias veces Mario, mírala esta incomoda.

MC. Si quieres yo me hago cargo de la situación pero no vaya usted, porque es muy bestia.

Ar. Bueno pero ¡YA!

MC. No me grite... - dijo haciendo puchero -

Mario logró distraer al empresario y se acercó al oído de Betty.

MC. Armando la llama. – Betty asintió – camino donde Armando y se sentía realmente incomoda. por primera vez vio en acción como el par operaba para seducir mujeres, eso la hizo sentir extraña, ni bien, ni mal -

Ar. Betty ¿está bien?

Be. Si doctor, ¿por qué?

Ar. Me di cuenta que Ibáñez se estaba sobre pasando con usted, por eso mande a Mario, no sabía si quería que me le acercará.

Be. – Suspiro – Se lo agradezco doctor, la verdad ya se estaba pasando a lo obsceno.

Ar. ¿¡Cómo!? .- Empezó a caminar en busca del inversionista, Betty lo agarro de la mano, eso lo detuvo –

Be. Doctor por favor no haga nada de verdad, ya está bien, con mandar a don Mario fue más que suficiente.

Ar. Pero Betty como se le ocurre que voy a dejar que esto pase así como así, no mi más faltaba, lo voy a poner en su lugar.

Be.¡¡ Armando por favor!! – Sorprendido le sonreía, por fin lo había llamado por su nombre – disculpe, no debí gritarle.

Ar. No te disculpes Betty, puedes gritarme todo lo que quieras, siempre y cuando me llames así, me haces sentir más cerca de ti.- dijo sonriendo de lado mientras se mordía el labio – Betty se ruborizo. – ¿Entonces hoy a las doce y un minuto se termina mi espera cierto?! La pregunta a tomo por sorpresa.

Be. ¿A que se refiere?

Ar. El último mensaje que me enviaste, no creas que lo olvide. – Betty no se atrevía a decir nada, solo lo veía ruborizada, tocar ese tema así tan de frente le incómodo, no sabía como reaccionar, pero no fuera que no le gustara, simplemente era muy vergonzoso para ella, si así podría llamarle, lo que realmente pasaba, era que Armando era muy directo y no sabía como lidiar con eso –¿ entonces? ¿Te quedas callada ah? – Armando miraba alrededor – ¿entonces? ¿Me dejas?

Be. Pero es que no sé qué pretende. - dijo sin ser capaz de mirarlo a la cara, no quería que la viera tan afectada, tan apenada, quería seguir dandole "frente" a la situación -

Ar. Mmmm... - dijo acercándose un poco – bueno lo que pasa es que me resulta más fácil demostrártelo que decírtelo. – Armando se mordía el labio, moría por besarla – Betty no le apartaba la mirada sonreía apretando los labios.

Be. Pues algo es cierto, no creo que me lo pueda demostrar aquí y ahora ¿cierto?

Ar. Correcto – se cruzó de brazos – aun no creas que no quiero hacerlo, me muero por hacerlo.

Be. Entonces creo que le tocará explicármelo.

Ar. No, aún no es el momento después de las doce lo haré, solo espero que no te vayas.

Be. Debo quedarme incluso después que todos se vayan, debo entregar los equipos, todo.

Ar. Bueno, te esperaré.

Be. No creo que lo dejen –dijo mirando a Marcela que estaba desde lejos muy atenta a su conversación –

Ar. Pareciera que no me conoces... -dijo sonriendo descaradamente-

Be. Cierto... se me olvidaba, bueno, creo que aquí la dejamos, debo seguir dando rondas.

Ar. Nos vemos Betty.

Be. Nos vemos Armando. – Dijo sonriendo pícaramente mientras se iba – Mario se dio cuenta y regreso con su amigo.

MC. ¡Cuéntemelo todo! – dijo sonriendo -.

Ar. Parece una vieja chismosa, - dijo sonriendo mientras la miraba alejarse - venga y le cuento... - Armando puso al tanto de sus planes con Mario, además que él sería la coartada para Marcela (Como siempre).

La noche transcurrió sin más incidentes, Ibáñez fue mandado a su casa con su chofer, ya que como siempre empezaría uno de sus espectáculos y los Mendoza no permitirían que su evento se viera manchado por un inútil, la nueva colección de Ecomoda fue un éxito, esa noche concretaron varios negocios.

Poco a poco los invitados empezaron a retirarse, al quedar pocos Margarita y Roberto junto con Daniel se despidieron de los restantes, mañana viajarían a Nueva York, Marcela esperaba para irse con Armando.

Mar. Amor estoy cansada, ¿a qué hora nos vamos?

Ar. Ahora si soy tu amor, no Marcela te puedes ir yendo, hoy voy a dormir en mi apartamento.

Mar. Pero ¿por qué? O sea lo que dije no fue para tanto.

Ar. Detesto que siempre me digas que soy un inmaduro, que soy un niño, no te lo pienso permitir más, te vas para el apartamento, yo hoy no quiero dormir contigo.

Mar. Si ¡¡claro!! Seguro te vas con otra y quieres escoger una excusa ¡¡tan tonta como esa!!! ¡Ya lo entendí!

Ar. Piensa lo que quieras, voy a ir a tomar con Mario.

Mar. ¡¡Wow!! Que tranquilidad, Mario es tu celestina.

MC. No Marce, no digas eso...

Mar. ¡Ay Mario ahórratelo! – Mario guardo silencio –

Ar. Será que dejas de andar gritando a todo mundo, piensa lo que quieras, igual desde siempre ha sido así, si no me crees que haces conmigo, ¡masoquista!

Mar. Perdóname, bien... me calmo, pero ven conmigo amor.

Ar. Marcela por Dios, ya te dije que no... en serio, estoy muy molesto. – Marcela lo abrazaba, intentaba besarlo – Marcela por favor... - dijo dándole una mirada fría que fue suficiente para detenerla-

Mar. Okey... entonces, ¿mañana siempre iremos al cóctel o también me vas a castigar con eso?.

Ar. Mañana vemos - Dijo dándole un beso de despedida, Marcela se sentía derrotada siempre era ella quien terminaba rogando y pidiendo perdón-

MC. Armando estas siendo demasiado duro con Marcela, si vas a tratarla así mejor déjele hermano.

Ar. Mario y que crees que quiero... pero sabes perfecto como se pondrían mis papás y no estoy para eso la verdad, además me lo dices un poquito tarde, acuérdate que este año me caso.

MC. Es mejor tarde que nunca hermano.

Ar. Mejor no hablemos de eso, ahora que Marcela se vaya, se va volando de aquí.

MC. Como ordene mí querido presidente. Dijo riendo con malicia.

Mientras Betty hablaba por celular con Michel

Be. Si amor estoy muy cansada, me voy directo para la casa – las manos le temblaban, jamás le había hecho esto a Michel –

Mich. Si quieres te busco y te llevo a la casa.

Be. ¡No, no, no! Amor tranquilo la estás pasando bien con tus amigos, de verdad no hace falta, yo contrate un taxi de confianza, no te preocupes – sentía doler el estómago –

Mich. ¿Segura amor? De verdad no es problema, voy un momento y me regreso, ellos entienden.

Be. No amor de verdad – Betty sentía un frío en el pecho, mentir no se sentía nada bien – yo te llamo cuando llegue, ¿dale?

Mich. Bueno amor, estoy pendiente entonces, chao, ¡te amo!

Be. Chao – suspiro fuerte, no podía con los nervios – te amo.

Betty entrego todos los equipos e hizo entrega del sitio, Armando tomaba whiskey estaba sentado en una mesa, la miraba a lo lejos, Betty estaba muy nerviosa, descompuesta, pálida, no le gustaba como la situación la hacía sentir, ella a pesar de fea, creía que era mejor persona para caer en algo así, la situación la hacia sentir una mujer de segundo, empezaba a arrepentirse. Armando estaba en modo caza, no le importaba nada, ni quien se diera cuenta de cómo la miraba, solo quería poseerla, Betty dio todas las vueltas posibles para retrasar su encuentro con él, al fin y después de quedarse totalmente solos, Armando se acercó.

Ar. ¿Listo?

Be. Sí.

Ar. ¿A dónde quieres ir?

Be. No sé.

Ar. Yo conozco un sitio es bastante discreto.

Be. Me imagino lo conoce muy bien.

Ar. – Armando se mojó los labios – No, es nuevo pero me han dado buenas referencias.

Be. Ya me imagino que referencias. – Betty sentía un frio en el estómago –

Ar. En serio, ¿vas a juzgarme?

Be. ¿Por qué dices en serio en ese tono?

Ar. Porque no creo que quieras eso, no creo que te hayas decidido quedar por eso.

Be. Tienes razón no fue por eso... - dijo tragando una gran bocanada de aire –

Ar. ¿Entonces por qué te quedaste? – Armando se acerca sutilmente a ella, la agarró por las caderas y tenía su cara apenas unos centímetros separada de la de ella – Betty no podía apartar la mirada, la tenía dominada.

Encargado. Disculpen, ya vamos a cerrar – ambos se separaron abruptamente –

Betty camino inmediatamente hacía la salida, Armando la seguía de cerca, la noto nerviosa, pálida, la tomo de la mano, haciendo que desacelerara el paso y caminando al lado de él, estaba fría.

Ar. Ven mi carro esta por acá. – Armando le abrió la puerta - Nuevamente le agarro la mano. Al llegar al carro le abrió la puerta nuevamente, dándole un espacio reducido entre él y el carro, sus cuerpos rozaron, ambos sintieron una corriente eléctrica en el pecho.

Armando se dio la vuelta por detrás y subió al carro mientras se aflojaba la corbata, la tiro en la parte de atrás del auto.

Ar. Entonces, ¿vamos al lugar que te dije?

Be. Sí.

Armando empezó a conducir, al parar en un semáforo le agarro la mano, Betty seguía fría, la coloco en la palanca de los cambios, quería tenerla cerca. Betty respiraba acelerada, estaba realmente a punto de arrepentirse, esa no era ella, ella no hacía esas cosas, ambos estaban bien con sus parejas, se empezó a sentir mal, tenía ganas de llorar.

Armando se detuvo en una esquina, la noto demasiado descompuesta, no le gustó lo que veía en cualquier momento se echaría para atrás, sabía que Betty era una mujer con grandes valores y eso la tendría que estar matando.

Ar. Betty, tranquila... solo vamos hablar en serio.

Be. Lo sé doctor - Se sintió como la Betty de antes -

Ar. ¿Otra vez doctor?

Be. Perdón Armando... - Dijo sin mirarlo- 

Ar. Tranquila solo vamos hablar... nada más, de verdad no se ponga así, no quiero que sienta que está obligada a ir porque de ser así la llevo a su casa.

Be. No, es que me siento algo nerviosa, yo nunca he hecho esto.

Ar. Yo lo sé, pero eso me gusta tanto, porque a pesar de ser una gran mujer también es dulce, inocente... tierna. – le acariciaba el rostro – Betty no lo miraba, tenía la cara roja – ¿Le puedo dar un beso? En la mejilla claro. – ella asintió –

Armando le dio un beso dulce, duradero y tierno, empezó a darle pequeños picos mientras recorría toda su cara, hasta llegar cerca a su boca, primero le dio un beso de media luna e hizo una pausa, la miro y la vio tan frágil, tenía los ojos cerrados y la boca semi abierta. no soporto más, la beso en la boca, se la comía a besos, ella le respondía, Betty suspiraba, Armando era muy apasionado y delicado, la había logrado encender, él respiraba fuerte, también la deseaba, su entre pierna palpitaba.

Ar. Betty – la seguía besando – si quiere que pare solo dígamelo – su lengua recorría sus labios – me detendré apenas lo ordene – la besaba apasionado – no hubo respuesta de parte de ella, empezó a inclinarse más a él, y lo agarraba por el cuello, Armando estaba aferrado a la cintura de Betty, deseaba pegarla a su cuerpo pero la posición que tenían en el carro no se los permitía.

Ar. Betty me encantas, me fascinas, me dolió cuando te fuiste sabes...- tenían los rostros pegados, él dejo de besarla para mirarla fijo a los ojos, quería que ella se diera cuenta que cada una de sus palabras era verdad. Ella lo miraba confundida. – es en serio mi Betty, siempre me pregunte donde andabas, pero mi orgullo fue muy fuerte como para retenerte, me encantas Beatriz – volvió a besarla con mucha pasión Betty estaba embelesada por toda esa locura, quería entregarse a Armando, sus palabras, su respiración su mirada todo le encantaba – Betty lo detuvo abruptamente-

Ar. ¿Qué pasó? – dijo sin apartarse de ella, seguía aferrado a su cintura.

Be. No creo que sea prudente que estemos aquí doctor, alguien nos puede ver.

Ar. No me interesa que nos vean.

Be. A mi si doctor, vayamos al sitio que le recomendaron.

Ar. Se me antoja algo más privado, más para los dos. – Betty trago en seco –

Be. Prefiero algo más público.

Ar. ¿No quieres estar a solas conmigo? – en ese momento sonó el teléfono de Betty, era Michel -

Be. Hola amor – dijo mirando a Armando quien arrugo la cara y se apartó de ella, agarraba el timón con mucha fuerza, miraba a la nada –

Mich. Amor me quedaste en llamar, ¿que pasó?

Be. Perdón amor, es que me demore entregando los equipos pero acabo de llegar a la casa.

MIch. ¿Cómo te fue? ¿Que tal estuvo todo?

Be. Bien amor, todo resulto bien.

Mich. ¿Te paso algo? Te noto molesta.

Be. No amor, es el cansancio si quieres hablamos mañana- Betty sentía un nudo en el estómago, Armando la miraba desesperado –

Mich. Uhmmmm... bueno amor, de verdad ¿no tienes nada? Te siento rara...

Be. ¿Rara? No amor jojojo de verdad no pasa nada, mañana hablamos bien.

Mich. Bueno amor. Te amo.

Be. Yo también, chao. –dijo colgando –

Armando apretaba con la mano izquierda el timón, la otra la tenía empuñada apoyada en la ventana del carro seguía mirando a la nada, estaba furioso, el idiota le había dañado el momento.

Be. ¿Le pasa algo doctor?

Ar. Nada.

Be. Lo siento pero debía contestarle.

Ar. Tranquila Beatriz, lo entiendo. – suspiro buscando calmarse – entonces, ¿vamos? – Puso el carro en marcha –

Be. Armando creo que es mejor que me lleves a la casa.

Ar. ¿Por qué? - dijo en una especie de rugido -

Be. Por favor Armando te lo pido, déjame pensar mejor las cosas, no sé qué hago. – Armando la tomo por el mentón y la beso, ella respondió-

Ar. Pero que tienes que pensar – le besaba – si tú quieres, si no quisieras no me besarás – le empezó a besar el cuello – Betty suspiraba – tú lo deseas tanto como yo.

Be. Para, para Armando por favor, no me voy a acostar contigo, no puedo.

Ar. Yo no he hablado de eso, si se da feliz, pero no he dicho eso.

Be. Armando... solo he estado con Michel, no tengo más experiencias, decirte esto no es fácil, no me siento bien, tengo ganas de vomitar, en serio, déjame en la casa.

Ar. Solo has estado con Michel, ¿él es tu primera vez? - el rugido volvió - Al principio le había molestado, pero con más calma analizo, y eso le pareció tan Betty -

Be. Si. – Dijo bajando la cara – Armando se enterneció.

Ar. – el alzo la cara – no sientas vergüenza, no tienes por qué, yo te llevo a la casa pero con una condición.

Be. ¿Cual? – Betty jugaba con sus manos –

Ar. Que me dejes volverte a besar...

Be. Armando es que...

Ar. Armando nada, prométemelo. – Betty asintió –

Armando empezó a devorarla nuevamente, Betty lo encendía, lo tenía en sus manos, el cuerpo de Armando reaccionaba a cada tacto de ella, esa mujer lo tenía a mil, en cualquier otro momento lo haría incluso en medio de la calle, en su carro pero él no quería eso para ella, no merecía un lugar así.

Se obligó a detenerse y nuevamente empezó a manejar, no soltaba su mano, le encantaba sentirse allí, en sus manos, eran cálidas, suaves, cada vez que paraba en un semáforo la besaba con mucha pasión, quería desgastarle los labios con cada beso, no dejarle nada al francés, por ahora solo reclamaba su mano y su boca como suya, aunque besaran a otro.

Al despedirse se detuvieron dos casas antes de la de Betty, Armando pedía otra sesión de esa boca, de esos labios, recorrió su cuello, pasaba su cálido aliento, Betty se contraía con cada respiración, se sentía avergonzada, se sentía perder en sus besos, en sus caricias.

Be. Armando... - dijo suspirando-  Ya hay que detenernos, alguien nos puede ver, mis papás se pueden asomar y se armaría la grande.

Ar. – suspiro fuerte – está bien, pero no es mi culpa, es la tuya, tus besos son adictivos. – Dijo besándola, Betty lo aparto – puso dos dedos en su boca, él los besaba.

Be. Déjame en la casa. - Dijo sonriendo, le parecía gracioso, pero en un sentido tierno – Armando de mala gana condujo el carro hasta la casa de Betty, ella le dio un pico de rapidez y se bajó casi que corriendo –

Ar. ¡Betty! Porque te bajas así no me dejas despedirme bien.

Be. Mejor así porque conociéndote no me dejas ir, jojojojo me avisas cuando llegues.

Ar. Bueno, te aviso... - Armando la miraba idiotizado, su sonrisa le encantaba – Ay Betty como me tienes... jajaja – Betty se ruborizó –

Be. Bueno ya... ¡chao! – En ese momento salió Don Hermes listo con su cantaleta hasta que vio a Armando y le cambio el semblante –

DH. ¡Don Armando! Ratos sin saber de usted, ¿como esta doctor?- Armando le dirigió una sonrisa cómplice a Betty-

Ar. Excelente Don Hermes, aquí le traje a la niña para que no se preocupe y cerciorarme que llego bien.

DH. Le agradezco mucho Doctor.

Ar. ¡Que descansen! ¡Hasta mañana Beatriz! – dijo alzando la mano y arrancando el carro –

Al llegar a la casa juicioso se reportó. "Acabo de llegar, creo que me faltaron más besos" ella sonriente le respondió "Descansa, besos." Ambos se acostaron pensándose, recordando los momentos previos, sonreían como locos enamorados. 


CONTINUARA.

** SI TE GUSTA LO QUE LEES REGALAME ESTRELLAS, ESO ME MOTIVA A SEGUIR PUBLICANDO**


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