En un cuerpo muerto solo hay espacio para el vacío,
Pero aun así conseguiste meter tu esencia en el mío.
Las manecillas del reloj corren con lentitud cuando no estás,
Y aceleran de golpe cuando te veo llegar.
Son horas hechas viento de un clima invernal,
Rápidas, ligeras y hermosas si ahí estás.
El mundo se desmorona ahora sin sentido alguno,
Y me da exactamente igual siempre que estés a salvo en el tuyo.
No huyo, no quiero hacerlo ya,
Intento quedarme para sacarte una sonrisa,
Aunque sé que al contemplarla no me podré marchar.
Las sustancias nunca me calmaron como lo haces tú,
Iluminas este foso más que cualquier luz.
Me atreví a intercambiar miradas contigo sin ninguna precaución,
Y ni siquiera la dopamina de las drogas genera tanta adicción.
En un cuerpo muerto solo hay espacio para los recuerdos de un pasado que no está,
Pero ese pasado puede ser un futuro si te decides quedar.