Mi madre no podía evitar estar preocupada por lo que nos había dicho el doctor, por lo que no fue de sorprenderse que se molestará mucho cuando la llamaron para que fuera con mi padre a reanudar unas investigaciones relacionadas con la enfermedad.
No pude ir a despedirla al aeropuerto ya que se iba a ir de madrugada y tanto Senku como ella estaban insistiendo de manera exagerada en que yo durmiera lo suficiente como parte de mi preparación para la operación.
Y respecto a Senku, él se había ofrecido a cuidar de mí en lo que llegaba la fecha de la operación y después de esta, algo que mi mamá aceptó con mucho gusto.
- Entonces, ¿cuándo te dije el doctor Satō que te operaban?
- Se supone que pasado mañana
Dejé la tetera llena de líquido caliente sobre un trapo que había puesto previamente en la mesa.
Taiju se puso a pensar un poco mi respuesta en lo que yo me sentaba en en el sofá, al lado de Senku.
Mi novio me pasó un brazo por los hombros abrazándome contra él, me acurruqué un poco para intentar calentarme más, aún estábamos en tiempo de frío y a pesar de llevar un suéter bastante grueso me estremecía cuando alguna corriente de aire se colaba por la puerta que llevaba al patio trasero.
- Yuzuriha, ¿Podrías ir a cerrar la puerta trasera?
- Seguro, ¿Acaso tienes frío, Senku?
La chica se puso de pie y fue a hacer lo que mi novio le pidió mientras lo interrogaba.
- No, pero ______ sí. ¿Quieres que te sirva té, pequeño?
Eso último me lo dijo a mí, volteándome a ver cariñosamente. Asentí algo avergonzado.
- No me llames así, técnicamente tenemos la misma edad
Senku ignoró mis quejas y se inclinó hacia adelante para servir té caliente de la tetera en una de las tazas vacías que había en la mesa frente a nosotros.
- Cuidado, está caliente
- Gracias
Me pasó la taza con cuidado, soplé suavemente para enfriar el líquido un poco antes de tomar un sorbo tímidamente.
Me quejé levemente cuando me quemé ligeramente la punta de la lengua.
- Ustedes dos se ven tan lindos juntos...
Yuzuriha ya había regresado y nos miraba con una sonrisa mientras se sentaba junto a Taiju. Murmuré una especie de gracias mientras bebía otro sorbo de té.
- ______, ¿No estás muy delgado para la cirugía?
Taiju se acercó un poco a mí para tomar mi muñeca, la cual había quedado algo expuesta ya que mi suéter se bajó un poco cuando levanté mi taza.
- No creo, le pregunté al doctor Satō y me dijo que mi peso no era un problema
- _____ siempre ha sido de una constitución bastante delgada, así que no me sorprende
Senku tomó mi mano que sostenía Taiju y la acarició suavemente antes de entrelazar sus dedos con los míos.
- Buen punto...como sea, lo peor ya pasó así que no sé porqué me preocupo
Taiju sonrió mientas regresaba al lado de Yuzuriha. Bebí otro poco de té pero un repentino ataque de tos hizo que el líquido caliente me cayera en el suéter y parte de mi pantalón.
- ¡_____! ¡Cuidado!
Senku me quitó la taza de mis manos y la dejó en la mesa, yo me lleve las manos libres a la boca mientras tosía, sentía unos salpicones cálidos en las palmas que sólo podía ser de sangre.
Mi novio me acarició la espalda mientras me ayudaba a ponerme de pie y me guiaba hasta el baño del primer piso.
- Tranquilo, está bien. Sólo déjalo que salga
Apenas llegamos me incliné sobre el lavabo para escupir algunos pétalos marchitos y fragmentos de tallos secos bañados en mi sangre.
Me dolía bastante, picaban mi garganta de una manera muy molesta al salir pero cuando finalmente terminé sentí un alivio bastante relajante.
- Está bien, lo hiciste bien, son menos que la vez pasada, ¿Lo ves?
Senku frotó mi brazo mientras me besaba la mejilla. Temblaba un poco mientras terminaba de escupir un poco más de sangre, al cabo de unos segundos me animé a voltear a ver a mi novio.
- Lo-lo siento...
- No te disculpes
Pasó su pulgar por mi labio para quitarme restos de sangre de él. Depósito un suave beso en mi frente y me miró con una suave sonrisa.
- Dame tu suéter y tú pantalón, te traeré otros secos
- Puedo ir yo, no quiero molestarte
- Tú quédate a enjuagarte, iré yo, no es ninguna molestia
Senku me dió una rápida caricia en la mejilla antes de esperar a que yo me sacara el suéter y el pantalón mojados por el té caliente.
- ¿No te quemaste?
Negué con la cabeza y se los entregué.
En lo que Senku iba por ropa seca a mi habitación me puse a enjuagar y lavar bien tanto mi boca como el lavabo. Si bien estos ataques de tos ya no eran tan riesgosos (ya que la sangre se debía principalmente a heridas viejas en mi garganta que aún no cerraban bien) seguían siendo molestos, aunque los prefería a los de cualquiera de las etapas por las que tuve que pasar.
Escupí el agua con la que había enjuagado mi boca y me sequé los labios con la manga de mi camisa. Cuando alcé la vista me quedé viéndome un momento en el espejo.
Me había cortado un poco el cabello recientemente, sumando eso a la humedad que había en el aire (ya que el día de hoy llovió bastante) mi cabello estaba algo esponjadito.
En mi opinión era vergonzoso, sobretodo porque llevaba prestas mis gafas y no me parecía que esto fuera una buena combinación (y eso sin mencionar mi marca de nacimiento).
Aunque claro, en opinión de Senku yo estaba muy lindo con el cabello así.
- Ya regresé, esté pantalón te sirve, ¿No?
Senku me sacó de mis pensamientos abriendo la puerta del baño con un par de prendas de ropa colgadas del brazo.
-... sí, está bien
- Perfecto, entonces...¡Mmhm!
Me acerqué a mi novio y lo besé con un poco de urgencia. Senku palpó detrás de él hasta encontrar el pomo de la puerta, escuché el pequeño chasquido del seguro cuando lo puso y el ruido sordo de la ropa al caer al suelo antes de que llevará sus manos a mi cintura y me correspondiera el beso.
Nuestros labios juguetearon varios minutos antes de que finalmente nos separáramos para buscar aire, aunque casi de inmediato bajé por su mandíbula para besar su cuello.
- Hey, e-espera, aún no te vistes, te puedes enfermar...¿_____?
Senku me llamó con algo de confusión cuando dejé de besar su piel. Al cabo de unos segundos me animé a levantar la vista.
- Senku, tu...¿tu te casarías conmigo?
- ¿De-de qué hablas? ¿Por qué esa pregunta tan repentina...?
- Lo siento, es sólo que no sé...a pesar de que yo sea tan...como soy, y de que tenga esta cosa invadiendo mi cara...
Me toqué la mejilla en la que comenzaba a colarse esa marca rojiza. Me lagrimearon un poco los ojos antes de que juntara valor para seguro hablando.
- A pesar de todo eso...¿Tu-tu me harías tu esposa...? Sé que no soy tan listo como tú, no atractivo ni genial pero aún así...
- Deja de decir tonterías
No me atreví a levantar la vista, apreté los bordes de mi camisa.
- Lo sien...-
- Claro que no te haría mi esposa, te haría mi esposo con gusto. Y ya te he dicho hasta el cansancio lo atractivo que eres, además eres bastante inteligente y bueno cocinando.
Senku me acarició la mejilla y lo voltee a ver. Mi novio tenía las mejillas un poco coloradas mientras me hablaba.
- ¿Tu crees que después de estar en riesgo mortal por mi amor por ti te voy a dejar ir tan fácil? No sé cuánto tiempo me tomé, pero definitivamente te voy a llevar al altar y me aseguraré de que nunca sufras por amor de nuevo
- Senku..., ¿Hablas en serio?
Mi novio me sonrió y se agachó para recoger la ropa del suelo.
- Me estoy comiendo mi opinion acerca de las relaciones amorosas por ti, así que creeme que hablo en serio
Senku dejó la ropa en mis manos y me besó con gentileza por un par de segundos antes de revolverme el cabello.
- Ahora, ¿Te ayudo a vestirte o espero afuera?
Sonreí ligeramente y le pedí que me ayudara un poco.
.....
El último día antes de mi operación me la pasé con Senku encerrado en mi casa. Mi madre y mi padre me llamaron para asegurarse de que todo estuviera en orden y me aseguraron que intentarían regresar lo más pronto que pudieran para estar conmigo en mi recuperación.
También aproveché para salir del closet con mi padre, ya que preguntó si no había sido una molestia para Senku el tener que cuidar de mí.
Al principio en verdad parecía algo sorprendido, pero finalmente se rió y dijo que ya se esperaba que yo fuera gay, aunque le sorprendía que Senku en verdad fuera mi novio.
En general todo fue bien, y conservé esa sensación de alivio hasta que terminamos la llamada.
- Ya es algo tarde, deberíamos ir bajando a preparar la cena
- ¿Tu crees?
Miré el reloj de la pared, supongo que las siete de la tarde es una buena hora.
Hibe maulló fuertemente desde la esquina de la sala, dónde había estado durmiendo sobre un cojín hasta que Senku y yo decidimos pararnos del sofá.
- Tú sólo despiertas cuando escuchas algo relacionado con comida
Mi gato se estiró y bostezó antes de dirigirse hacía nosotros, le parecía haber tomado mucho cariño a Senku por lo que no me sorprendió que fuera con él en lugar de conmigo.
- No puedo creer que te quiera más a ti que a mí
- ¿De verdad te sorprende tanto?
- Un poco
Senku se agachó un momento para acariciar a Hibe, luego se incorporó para pasarme un brazo por los hombros y besarme en la mejilla.
- Bueno, creeme que yo te prefiero antes a ti que al gato
Me reí un poco mientras me acomodaba las mangas del suéter flojo que llevaba puesto.
- Wow, me halagas
Lo tomé de las mejillas para besarlo, o al menos eso pretendía hasta que el gato maulló insistentemente, reclamando su alimento.
Suspiré con molestia e ignoré las burlas de Senku mientras me resignaba a ir a alimentar a la bola de pelos.