OH MY GOD [📍✨ ] [YeonGyu] [T...

By cutiee_bin

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YeonJun, príncipe del infierno, busca venganza de después de que le quitaran a él y a sus ángeles el privileg... More

ángeles caidos
Dios y sus ángeles
{🍒}
{✨🍷}
epílogo

˗ˏˋfinalˎˊ˗

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By cutiee_bin

La tensión se podía cortar con un cuchillo. Cualquiera que pasara por ahí notaría la incómoda escena que se había armado entre los dos chicos sentados ahí.

El pelinegro tenía sus ojos abiertos de sobremanera aún sin comprender que era lo que había sucedido hace ya casi 2 minutos. 2 largos e incómodos minutos en que ambos se habían mantenido en silencio. Por otro lado, el rubio aparentaba estar realmente tranquilo y sereno después de lo que había dicho. Sin embargo, solo estaba aparentando para mantener su imagen pero por dentro, estaba igual o incluso más nervioso que el azabache.

YeonJun posó su mirada en sus pies -que antes mantenía sobre el otro chico poniéndolo aún más nervioso si eso era posible- que parecían ser lo más interesante en ese momento y esbozó una pequeña sonrisa. Luego de unos segundos que parecieron eternos, alzó la mirada esta vez viendo hacia afuera donde la gente continuaba pasando aunque ya hubiera oscurecido.

El rubio suspiró resignado -Entiendo que esto sea difícil de creer para ti -Hablo por fin YeonJun rompiendo el silencio -, pero quiero que sepas que no tengo ya nada que perder. No miento y espero me puedas creer -Regreso su vista a el otra chico que seguía sin comprender la situación-. Aunque se que será difícil te pido que lo pienses. No necesito que me digas nada ahora, ya he esperado durante miles de años. Así que te daré tiempo para pensarlo.

-Y-yo... -Comenzó a decir BeomGyu, pero no podía ni hablar. Y aunque pudiera, no estaba seguro de que era lo que podría decirle a el chico frente a él.

-Tranquilo, no te presiones. Te daré hasta pasado mañana para pensarlo y volvernos a encontrar aquí mismo. No tengo intenciones de volver al inframundo por lo menos hasta entonces. Quiero ver que tanto ha evolucionado tu creación. -El rubio soltó una pequeña risita -Y no te preocupes por mi. Prometo no causarte problemas mientras estoy aquí. -YeonJun se levantó de su asiento y se colocó su abrigo negro bajo la atenta mirada de su acompañante -Comprenderé si no vienes. Si no lo haces me resignaré a vivir toda la eternidad en el infierno y no te volveré a molestar ni yo ni ninguno de mis seguidores. Con permiso.

El rubio salió de la cafetería y el azabache le dio una última mirada a través del vidrio de la cafetería cuando pasó a un lado de esta.

BeomGyu estaba realmente confundido. Ese no era YeonJun. El YeonJun que conocía era un chico sarcástico y burlon con actitud arrogante que lograba incomodar a todos los que la conocían con sus toscos comentarios, aunque tenía esa aura terrorífica que lograba que todos además de odiarlo le temieran. Se creía superior e intentaba tener control sobre todo y todos los que la rodeaban. Nada que ver con el tranquilo y atento chico con el que había estado sentado hace algunos minutos con el que tuvo una amena charla sin burlas ni malos comentarios. Pero sobre todo, se mostró sincero y comprensivo. Todo lo que le había dicho sonó realmente sincero, algo que el rubio nunca sería y menos si se trataba de hablar con BeomGyu. Además de que parecía ser que por fin se daría por vencido y dejaría todo por la paz.

Y entonces... ¿Por qué estaba tan intranquilo el azabache?

Pensó que lo mejor sería dejar de darle vueltas al asunto y volver a su reino a terminar sus pendientes. Tenía más cosas que hacer antes de preocuparse por él.

Decido a no darle más importancia, se puso de pie y salió de la cafetería.

Un peli gris de cabello corto se encontraba caminado algo desesperado por los oscuros pasillos de la inmensa mansión debido a que llevaba tiempo buscando a alguien que parecía haber simplemente desaparecido de la faz de la tierra. Bueno, es un decir.

Camino un poco más rápido al ver una de las puertas abiertas. Al llegar ahí, asomó una parte de su cuerpo para ver qué o quién se encontraba ahí dentro. Logró divisar a el pelirojo de espaldas viendo a través de un gran ventanal. La habitación era negra al igual que las demás. Parecía ser una especie de sala común en la que los demonios se reunían.

Al ver que se trataba de su amigo, se adentró por completo a la habitación y cerró detrás de él la puerta para después comenzar a caminar lentamente hacia el chico pelirojo.

-TaeHyun, ¿sabes dónde está YeonJun? -Cuestionó una vez estuvo detrás de el mencionado -Llevo todo el maldito día buscándolo pero parece que desapareció o que no quiere que lo encuentren. -SooBin río por eso último pero calló al ver que no recibía respuesta del otro chico-¿TaeHyun? -Lo tomó del hombro logrando que por fin volteara.

-Se fue.

-¿Qué? ¿Cómo que se fue? ¿A dónde?

-Solo se fue, no me explico nada. -Dijo TaeHyun preocupado-Solo dijo que iba a salir y que me hiciera cargo hasta que volviera.

-¿Y no te dijo cuándo volvería?

-No. Aunque hace unas horas me llegó el reporte de un súcubo diciendo que la había visto caminado en la Tierra, pero dijo que parece que no quiere que nadie lo busque.

-Que extraño.

-Lo se. -Ambos se miraron preocupados antes de que TaeHyun continuara -Hable con Hoseok. YeonJun fue a verlo antes de ir a la Tierra.

-¿YeonJun fue con Hoseok? -Preguntó SooBin a lo que el otro sólo asintió -YeonJun nunca fue con Hoseok...¿Que fue lo que fue a hacer con Hoseok?

-Él me dijo que le pidió que le informara a su Señor que lo habían visto en la Tierra y que lo quería ver.

-¿Tu crees que...?

-Lo más seguro es que si.

-Diablos. -SooBin bufo molesto mientras frotaba sus cienes -Pensé que esperaría. No creí que lo fuera a hacer tan pronto.

-Ni yo. ¿Deberíamos ir con él?

-No lo creo. Sabes cómo es, lo mejor sería darle su espacio y un tiempo a solas. -El chico de cabello peligris se acercó al ventanal y miro a través de este -Además de que se merece un descanso.

-Claro. Aunque no deja de preocuparme. -TaeHyun se paró a un lado de su amigo -Ambos sabemos que su plan no era de todo una mentira.

-Si, pero preferí no decir nada. No quería lidiar con su mal genio. -Ambos rieron dejando de sentirse tan preocupados.

-Espero que todo le resulte. De no ser así -TaeHyun hizo una pausa y recargó su cabeza sobre el ventanal para después suspirar pesadamente -, nosotros lo tendremos que aguantar.

-¿Qué acaso no es lo que siempre hacemos? -Los chicos soltaron una sonora carcajada dejando de un lado todos sus problemas.

-Creo que si. Pero es nuestro amigo. ¿Qué es lo que va a pasar si su plan no resulta? -Preguntó el chico de cabello rojo borrando la sonrisa de su rostro y reemplazándola por una mueca de disgusto.

-No lo se TaeHyun. Solo se que estará de mal humor por un buen tiempo. -SooBin bufo mientras esbozaba una pequeña sonrisa - O en caso de que no nos equivoquemos y que su plan no sea del todo mentirle a él, va a estar... ¿desanimado?

-Esto es extraño. Después de miles de años se volvieron a encontrar y estoy seguro que no va a salir nada bueno de eso.

-No sabemos lo que sucederá aún. Dejemos de preocupaciones.

-Tienes razón... -TaeHyun volteó a ver a su amigo el cual le dedicaba una bella sonrisa logrando calmarlo.

-Vamos. Salgamos de aquí. -El chico de cabello peligris tomo de la mano a el otro para sacarlo de ahí.

-Sabes que él lo sabe, ¿no?

-¿Eh?

El querubín había sido llamado a los aposentos de su Señor, sin embargo, él no se encontraba ahí. En cambio, era el serafín más cercano a su superior quien lo había llamado. Le resulto algo extraño ya que ellos casi no tenían ningún contacto. Aunque fue su mirada acusadora lo que la sorprendió aún más.

-¿A qué te refieres? -Preguntó un confundido Hoseok.

-No estoy para juegos. Te hablare sin honoríficos, ¿bien? -Vio como el otro chico asintió, aún confundido, así que continuó -Él no es nada tonto. Ya deberías saber que está enterado de tu traición. -El castaño se tensó al escuchar eso último -Sin embargo, no ha hecho nada porque conoce tus motivos. Además no representas una amenaza, no haces más que llevar y traer información, es por eso que él no ha mencionado el asunto contigo.

-Yo... N-no se que de-decir... -Hoseok mantenía la mirada en el suelo ya que la vergüenza no cabía en él. Estaba realmente apenado. Su intención nunca fue traicionar a su Señor ni mucho menos causar daño, al contrario. Él solo buscaba ayudar y nunca haría algo que perjudicara a su superior aunque TaeHyun o los otros se lo pidieran.

-No es necesario que digas nada. -HueningKai se acercó a él y el castaño lo miró con nerviosismo y miedo -BeomGyu no te ha dicho nada así que no tienes de que preocuparte. -Al escuchar eso, Hoseok se relajó notoriamente, aunque su estado no duró mucho debido a la dura y amenazadora mirada de su menor. -Pero déjame decirte que si haces algo que pueda dañarlo a él o a alguno de sus súbditos o a su reino -Hizo una pausa logrando que el miedo del mayor incrementara -, personalmente haré que te destierren. ¿Has entendido? -Hoseok asintió efusivamente lleno de pánico -Bien. Me alegra.

A lo legos se escucharon unos pasos y la figura de su Señor se logró ver de entre las blancas y esponjosas nubes. Al verlo, ambos chicos hicieron una reverencia.

-Kai, Hoseok -Dijo en forma de saludo su superior.

-Mi Señor -Contestaron ambos al unísono.

-¿Cómo está todo? ¿Hubo algún problema? -Preguntó HueningKai.

-Nada de que preocuparse. -BeomGyu esbozó una sonrisa que a los otros chicos les pareció encantador -Hoseok, ¿que haces aquí?

-Oh, si. Yo... -El castaño pensó rápidamente en una excusa que sonara creíble -Na-nada importante. Solo un asunto con un humano.

-Bien. Pasa y lo discutimos. -Señaló su puerta indicándole a Hoseok que entrara -Con permiso, Kai.

-Si, mi Señor -Hizo una reverencia y vio cómo su superior desaparecía por la puerta junto con el querubín.

El plazo de dos días que YeonJun le había dado a BeomGyu estaba casi por terminar, tan sólo faltaban unas horas. Así que el rubio se encontraba aprovechando el poco tiempo que le quedaba.

En tan sólo esos días, YeonJun se había permitido estar más relajado y logró conocer gran parte de la ciudad en la que se encontraba, además de descubrir el nombre del lugar donde estaba. New York. Una espléndida ciudad con hermosos y gigantes edificios que por las noches se llenan de luces. El rubio se encontraba maravillado con las banalidades de los humanos, ¿y cómo no estarlo? Después de miles de años en el inframundo donde lo único que ver era colores oscuros y almas lamentándose, cualquier cosa diferente a eso era realmente espléndida a sus ojos.

Justo ahora, YeonJun salía de tomar una ducha. Se encontraba hospedado en un magnífico hotel en el centro de la ciudad y tenía uno de los mejores cuartos. El hotel también contaba con piscina y jacuzzi y el rubio se encontraba encantado con esto. Gran parte de su tiempo ahí, la había pasado relajándose con una copa en su mano dentro del increíble jacuzzi.

Hoy tenía planeando descansar en su cuarto de hotel toda la mañana y por la tarde salir al centro de la ciudad a caminar para después ir a la cafetería de hace dos días y esperar a BeomGyu.

YeonJun estaba casi seguro de que el azabache no aparecería. Es decir, ¿porque perdería la oportunidad de deshacerse de Satán para siempre?

Al decir verdad, el rubio se encontraba algo desanimado, pero no había nada que pudiera hacer al respecto.

Con esa idea en mente, se dispuso a salir del cuarto de hotel e ir a la ciudad.

Unas horas más tarde, YeonJun caminaba con dirección a la cafetería. Al llegar, sintió una mano posarse sobre su hombro llamándolo. Volteo y se sorprendió al ver a la persona que menos esperaba.

-BeomGyu... Creí que no vendrías.

Y si, era cierto que se iban a ver pero aún así la aparición de el azabache lo sorprendió porque, como ya mencioné antes, el rubio no esperaba que su acompañante llegara.

-Creí que no vendrías... -Le dijo YeonJun a el otro chico y le regaló una bella sonrisa -¿entramos?

-¿Te parece si mejor... caminamos? -BeomGyu sonaba nervioso y el rubio lo notó inmediatamente.

-Claro, hay un parque aquí cerca, -señaló en dirección al lugar mencionado -¿te gustaría ir? -el azabache solo asintió -Bien, sígueme.

Comenzaron a caminar en dirección al parque. YeonJun estaba bastante nervioso además de que la duda de porque BeomGyu había ido no dejaba de rondar en su cabeza. Por otro lado, BeomGyu caminaba con la mirada baja, estaba preocupado y ni si quiera él podría contestar con la duda de porque el rubio había ido a verlo.

El azabache se encontraba encargándose de sus asuntos pero no dejaba de pensar en la inesperada confesión de la otro chico ni de lo honesto que está había sonado y cuando menos se dio cuenta, ya estaba en camino a verlo.

Después de unos minutos caminando en un incómodo silencio, llegaron al parque que se encontraba lleno de parejas paseando y niños jugando. Decidieron sentarse en una banca alejada en un lugar silencioso del parque para tener más privacidad y hablar tranquilamente.

Así que ahí estaban. Ambos muriendo de nervios sin saber que hacían ahí, que decir o por donde comenzar. Por lo que el rubio se armó de valor para hablar.

-No creí que de verdad vinieras. -Dijo por fin el rubio mirando hacia enfrente.

-Yo tampoco.

-¿Entonces porque tu-

-No lo se, ¿si? -El azabache interrumpió abruptamente a YeonJun sorprendiéndolo por su respuesta -Estoy muy confundido. Cuando pediste verme, nunca creí que fuera para decirme algo así. -BeomGyu volteó a ver a su acompañante con una mirada afligida -Me imaginé millones de cosas y situaciones con las que tendría que lidiar antes de que me dijeras que... -Hizo una pausa al no saber que saber que decir -que me dijeras lo que me dijiste. Mira, yo... no se que decirte.

-¿Y porque viniste? -El rubio lo miro directamente causando escalofríos a el otro chico por su dura mirada -¿Tu crees que esto es fácil para mi? ¿Venir aquí y hacer algo que nunca haría? Esto tan extraño y complicado para mi como lo es para ti, ¿si? -La voz de YeonJun comenzó a quebrarse -Al principio planeaba mentirte solo para que me dejaras volver a tu reino y después tratar de quitártelo como lo he hecho antes, -El rubio vio como su acompañante volteaba los ojos pero aún así continuó- pero al verte... supe que no era más una mentira y que lo que sentía antes de que me desterraras se hizo aún mas fuerte después de todos estos años y q-que ya no lo pu-puedo ocultar m-más -YeonJun comenzó a sollozar y se le complicó continuar hablando -y y-yo... sólo quería de-decírtelo, pero no... no se q-que esperaba con e-eso. N-no puedo pedirte que me co-correspondas o qu-

YeonJun se vio interrumpido cuando los finos labios de BeomGyu se estamparon contra los suyos con delicadeza. Sus ojos se abrieron de sobremanera y la confusión no cabía en él. Sin embargo, después de unos segundos, correspondió aquel beso tierno beso. Las manos de el azabache viajaron desde el cuello de el rubio hasta posarse sobre sus mejillas y limpiar una lagrima rebelde que había escapado de sus ojos. El beso solo expresaba amor y dulzura. Ambos estaban realmente confundidos pero no se querían separar. Sabían que eso era lo que los dos habían deseado desde hace mucho tiempo y que cuando se separaran, la burbuja que se había creado a su alrededor se rompería.

Luego de unos largos segundos, se separaron por falta de aire.

-Yo... esto... no-

-No digas nada.

YeonJun interrumpió a el azabache y se abalanzó a él fundiéndose en un cálido abrazo.

-Se que tenemos que afrontar esto. Y no me digas que no sientes nada porque ya me demostraste lo contrario, BeomGyu. -el azabache correspondió al abrazo mientras sentía el aliento de el rubio chocar contra su oído.

-No te lo voy a negar... Es sólo que estoy muy confundido. -BeomGyu se resguardó en el pecho de su mayor y comenzó a sollozar -Sabes que esto está mal, ¿cierto? -Dijo en un susurro lo suficientemente fuerte para que su acompañante lo escuchara.

-¿Quién dice que esta mal? -YeonJun acariciaba tiernamente el negro cabello de BeomGyu.

-No lo se... ¿Yo? -BeomGyu levantó su cabeza de su escondite. Sus ojitos estaban algo rojos e hinchados debido a su llanto pero sonreía felizmente y eso causó estragos en el rubio. YeonJun posó sus manos en sus mejillas y limpió sus lágrimas para después depositar un cariñoso beso en su coronilla.

YeonJun soltó una risa nasal -Oh, dulzura ¿alguna vez he hecho caso a algo lo que me dices?

-N-no... nunca. Y ahora más que nunca me alegra que no lo hagas. -El rubio le sonrió y acarició tiernamente su rostro para luego volver a besarlo afianzando así sus sentimientos.

Porque estaba realmente enamorados. Aunque no supieran el verdadero significado de aquel bello y puro sentimiento, lo descubrirían juntos. Porque no está mal amar y en el amor no hay nada prohibido ni nada que no pudieran lograr si afrontaban todo lo que se interpusiera en su camino juntos. Aunque el mundo creyera que fuera algo incorrecto, ellos sabían que eso no era cierto y lucharían por mantener el amor que se tenían.

Ambos tenían el derecho de enamorarse. De amar plenamente y ser amados.

Porque Dios y el Diablo también se pueden enamorar.

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