Rebeca
De colmo empezó a llover, lo que me hizo suspirar y apretar la parte baja del bate por si el tipo entraba yo le daría un buen golpe.
La ventana se abrió y pude escuchar como entraba.
Yo de golpe me pare, corro hacia él y levante el bate, balanceándolo hacia atrás para que cuando impactara contra la persona fuera un gran dolor lo que le regalaría.
—¿Rebeca?—escuche su voz. Pero era demasiado tarde. Le había golpeado la espalda cuando él se giró para cubrirse.
Demonios...golpee a Dylan O'Brien en la espalda.
—¡Dylan, carajo! —grite acercándome a él cuando vi el gesto de dolor que hizo ante el dolor. Yo si fuera el me tiraría al suelo y lloraría. —¿Estas bien? —pregunte torpemente, tomándolo de un brazo para sentarlo a un costado de mi cama. Reí internamente cuando él, aun estando sentado sobre mi cama era casi igual de alta que yo. 1. 65m no era mucho a comparación de sus 1.80m.
Regla de mi padre dé "no le hables a ese muchacho o no te hablare": Rota.
Él solo giro a verme, buscando algo dentro de mí, tal vez una señal de mi parte que gritara como loca y lo quisiera lejos, pero no fue así, sino, lo que mostré fue nada más que preocupación. Cuando volví a hablar sobre su estado, Dylan pareció olvidar su espalda, como si el dolor se hubiera ido al ver mis ojos.
—¿Dylan?...¿estás bien?... —pregunte. Pero el solo se acercó a mí y coloco un mechón de cabello detrás de mi oreja, descansando su mano en mi mejilla cuando nuestros ojos se miraron desde 2 semana y 3 días.
—No pares de hablarme...por favor—susurro con una media sonrisa algo caída.
Entonces entendí que él era el de los mensajes.
—¿Eso es lo que tenías que decirme? —pregunte sintiendo mi corazón latir cada vez más rápido, casi al punto de estallar.
Él asintió.
—Y algo más.... —a su derecha él encendió una lámpara que estaba en el escritorio donde hago mi tarea. Ahora haciendo que sus ojos castaños se hicieran miel ante el reflejo de la luz.
—¿Qué cosa? —Pregunte concentrándome en él. De un momento a otro olvidándome de mis problemas...y esto siempre me pasaba cuando estaba con él.
Sus ojos fueron a entrecerrarse cuando me tomo del mentón y ladeo un poco mi cabeza hacia el lado contrario para contemplar lo que ya me imaginaba. Mi golpe. De inmediato me aparte y cubrí aquella zona con ayuda de mi cabello que se deslizo a cubrir mi perfil. Todavía no se iba por completo.
Dylan me tomo de la mano, sin rendirse y me volvió a acercar a la luz de la lámpara. Acaricio mi mejilla con su pulgar suavemente, como si yo fuera una muñeca de porcelana, pero mis ojos se cerraron al instante, aun dolía. Aunque me tomo un tiempo cuestionarme si cerraba los parpados porque no quería que él me viera a los ojos por lo nerviosa que estaba, o era el dolor. Termine por decidirme en: no tengo ni idea.
Levantándose de su lugar. Esas mariposas combinadas con todo un zoológico volvieron a mi estómago cuando sentí los labios de Dylan debajo de mi ojo donde estaba el golpe. Y esta vez no sentí dolor, pero si un ardor agradable en mi pecho.
—Lo siento—susurro mirándome a los ojos, al igual que yo a él.
En todo el tiempo que nos hemos conocido, nunca había visto que Dylan actuara tan tierno y diferente. Tan cambiado.
—No importa...—me corto.
—Sí importa, por mi culpa te paso esto y ahora se el por qué no me hablabas—suspiro como si por un momento el frio invadiera su cuerpo. Pero estaba nervioso—Solo quería decirte eso...no quiero causarte problemas y... era todo. Que...sepas que ya no seré una molestia para ti en tu vida.
—¿Ya no podemos ser amigos? —salió de mi boca. Dylan lamio su labios a la vez que su mirada bajo, tomando repentino interés por algún lado en el suelo.
—No tengo la fuerza suficiente como para ser solo un amigo.
Mi corazón se encogió cuando su mano se estaba alejando de la mi rostro. Dylan estuvo a punto de irse, y lo iba a dejar, pero me negué a hacerlo cuando sentí un vacío en mi pecho, uno de esos que te hacen saber que estás haciendo mal. Era solo un chico, uno muy difícil, pero había algo dentro mío que me decía: Es él.
—El problema es, Dylan—dije, haciendo que él se girara para verme con mis brazos cruzados, e incluso pude ver la intriga en su rostro sobre las palabras que iba a decir. Pero lo dude, y lo volví a considerar.
¿Quieres que se vaya? <<No sé, papá también me preocupa>>, Puedes hacer que tu padre te acepte, pero no lo dejes ir <<¿¡Qué hay de una familia junta, Dios?!>> ya tienes una familia.
—El problemas es... que quiero que sigas siendo una molestia en mi vida—le sonreí. Sintiendo como inmediatamente ese hueco se volvía a llenar con seguridad. Una satisfacción que no era de alguien más. Por qué esta era mía.
Pude ver la sorpresa en sus ojos y por primera vez. Realmente vi una sonrisa blanca y de felicidad en su rostro. Iba a acercarme a Dylan, pero él se me adelanto cuando sus brazos me rodearon la cintura en un abrazo. No pude evitar sonreír igual o más que él. Lo abrace.
Ahora, torpemente, me doy cuenta que por todas las cosas que me han pasado con él...que desde su indiferencia.
"—¿Que tanto observas, Mendes? —susurro sin mirarme mientras copiaba los apuntes de la pizarra. Contuve las ganas de sonreír."
También de sus malas bromas.
"— ¿Qué clase de chica se cae y se raspa la rodilla en su segunda semana de primer día de clases? — Pregunto en broma, más nunca mostro ni una sonrisa. Y por un momento me dieron ganas de conocer al verdadero Dylan, ¿Seria alegre o igual de frio?...tal vez peor."
De su poco comunicación.
"—¿Qué?....
—Si quieres saber que paso. Ven."
Y desde que lo conocí a él....Me gusta.
—Quédate esta noche... ¿sí? Está lloviendo y...al carajo—me reí de mi misma—solo quiero pasar tiempo contigo—confesé y el asintió mostrándome una media sonrisa.
Reglas de mi padre de bla bla bla bla: I really really don't care
—Puedes dormir en mi sofá.—le comunique mostrando una mueca avergonzada. Era tonta, invitar a un chico y decirle: Duerme en el sofá. No se si se adecuado.
—Estoy bien con eso—dijo.
—Bien, entonces te traigo colchas y eso...
No podía dejar de ver sus ojos, esos castaños ojos. Y ahora que sabía que me gustaba el corazón me latía más de lo que antes hacía. Di un paso hacia atrás y torpemente choque con mi escritorio haciendo que por poco y cayera. Pero Dylan fue más rápido y me sujeto de la cintura atrayéndome a él para que no cayera. Él siempre detenía mis caídas.
Levante la vista para decir gracias, pero me quede callada al ver que nuestras narices rosaban. Por un momento desee que sus labios estuvieran en los míos, ¿eso estaba mal?, pero me arrepentí de inmediato cuando me acorde de que...no he dado mi primer beso y quedaría como ridícula.
Cuando sus labios estaban ya rozando los míos, y ese agradable escalofrió me acaricio la espalda. Me maldije por lo que iba a hacer, pero era por mi bien y el de él.
Agache la mirada.
—...No puedo... —susurre y casi lloro internamente cuando Dylan aflojo su agarre en mi cintura.
—...Esta bien, lo siento—sonrió amable y estuvo a punto de apartarse pero lo abrace del cuello.
—No...Dylan, quiero intentar... —suspire nerviosa—pero esto es ridículo porque... —apreté mi labio entre dientes sintiendo el calor sobre mis mejillas.
—En serio, está bien...—le corte.
—No—reí más nerviosa—¡Es que no he dado mi primer beso! —me apresure a decir. Lo mire esperando que carcajeara.
Vi una sonrisa divertida en su rostro y en ese momento me sentí estúpida.
—Sé que has de pensar, como me vas a besarme si soy alguien sin experiencia, lo sé, lo sé es patético. Pero no es que yo no quisiera sino que no había nadie que le gustara y yo...
Entonces pasó....Dylan O'Brien, me había dado mi primer beso.