━MISIÓN━
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──Básicamente les asignó la misma misión que al equipo de Kakashi. ─habló la Hokage. ──. ¡Vayan a la aldea de la arena tan rápido como puedan a darles el apoyo necesario! ¿Está claro?
Recién acabamos de llegar para que nos digan que tenemos que ir a rescatar al Kazekage.
──¡Sí! ─Gai-sensei le mostró su pulgar.
──Listos, Lady Tsunade. ─dijo Lee acomodando su traje raro.
──Nos encargaremos. ─expresó Tenten.
──No se preocupe. ─habló el Hyuga.
──Qué estupidez. ─solté sintiendo al viento mover mi cabello dejando ver mi lado izquierdo de mi rostro.
──Lo que Yumei quiso decir es: "Cuente con nosotros". ─tradujo Tenten, ciertamente solo mi equipo sabe lo que quiero expresar.
──Eso es bueno, supongo. ─susurró Shizune.
Yo por mi parte solo sonreí de medio lado mirando a la Hokage mientras acomodaba mi atuendo, ya que el otro quedó destrozado por culpa de los entrenamientos que he tenido.
──Bien. ─se cruzó de brazos mirándonos.
──¡El equipo Gai siempre está listo para la acción! ─se calló soltando un estornudo.
──¿Estás resfriado? ─preguntó la Hokage.
──¡No, no, no! ─se apresuró a decir. ──. Son solo mis alergias haciendo acto de presencia. ──justificó soltando una risa nerviosa. ──. No se preocupe. Llegaremos a la arena en un día.
──Creo que podemos llegar en medio día, sensei.
Nosotros tres solo nos juntamos en grupito mirándolos por sus palabras imposibles.
──Nos tomará tres días hagamos lo que hagamos. ─dijo el Hyuga.
──Dejen de prometer cosas que nunca lograrán. ─me crucé de brazos mirando a otro lado.
──Exacto. Yumei tiene razón. ─habló la castaña. ──. ¿Por qué prometer cosas que no podemos cumplir?
──No lo sabremos hasta intentarlo, ¿no creen? ─dijo mirándonos con energías de sobra. ──. ¡Adelante equipo! ¡A la velocidad de la juventud!
──¡Lo seguimos, sensei! ─expresó Lee más qué energético.
Los dos sin perder tiempo comenzaron a correr.
──Es tan vergonzoso. ─dijo Tenten.
──Esos dos son esos dos. ─murmuró el castaño.
──Un día de estos los voy arrojar a un acantilado ─cerré mis ojos soltando un suspiro.
──Son tan entusiastas como siempre. ─comentó la Hokage.
Y con eso los tres saltamos para correr por los árboles. Cuando dije que esperaba que algo pasara no me refería a este tipo de cosas, pero bueno, lo hecho, hecho está.
──No he visto a Naruto en mucho tiempo. ─escuche al oji-perla decir.
──¿Me pregunto qué tanto ha cambiado? ─preguntó Lee.
──También yo. ─dijo Tenten.
Los mire de reojo a los tres.
──Ese cabeza hueca. ─susurré llegando al lado de los tres. ──. Seguramente ya está haciendo una uzumakada.
El viento sopló fuertemente y con ello supe que Pakkun venía a nuestra dirección. No tuve necesidad de decir nada después de todo estoy segura que lo mandó el Hatake.
Ya habíamos estado corriendo por todo un día y los que parecían más apresurados eran Lee y claramente Gai-sensei, que venían delante de nosotros sin señal de cansancio. Aunque bueno, todos aquí no nos cansamos rápido, eso te lo aseguro.
──¡Oigan! Van muy rápido. ─se quejó Tenten. ──. Hemos ido a toda velocidad desde que salimos. ¿Podríamos tomar un pequeño descanso?
──Tenten, no has entrenado lo suficiente. ─le dijo Lee mirándola de reojo.
──Lee, adelante. ─ante las palabras del Hyuga todos se pusieron alerta, menos yo, ya que sabía que era Pakkun.
Todos nos detuvimos en una rama observando al pequeño salir de unas ramas.
──Hola, chicos. ─saludo.
──¿Pakkun? ─habló el sensei.
──Tal vez huela a Sakura, pero es porque usan el mismo acondicionador. ─dije cruzando mis brazos. ──. Así que si. Sí, es Pakkun.
──Eso no era necesario mencionar, Yumei. ─dijo Tenten con una gota de sudor bajar por su cien. Yo solo me encogí de hombros restando importancia.
──Bueno, a lo que venías. ─dije mirando a Pakkun.
──Kakashi envió ocho sabuesos ninja para rastrear a los alrededores y tratar de recoger el aroma de la organización Akatsuki. ─explicó. ──. Pronto lo descubrimos. Se dirigen a la Tierra de los Ríos, en la frontera entre Konoha y Suna.
──¿La Tierra de los Ríos? ─preguntó el castaño mirando al perro.
──Así es, y como ustedes están a la mitad del camino, curiosamente son los que están más cerca, eso es suerte.
──Claro, suerte. ─solté. ──. Porqué estar cerca de una organización de asesinos lo es. ─logre sentir a Tenten pasar saliva nerviosa de ello.
──Bueno, si lo pueden llamar así. ─corrigió Pakkun.
──Estupendo. ─dijo Lee seriamente.
──Les mostraré el camino. Síganme y les iré explicando.
──¡Claro, ya lo oyeron, todos, andando! ─expresó Gai.
──¿Qué? ¿Ya? ─se quejó Tenten, pero cuando la escuchamos ya estábamos saltando las ramas. ──. Yo solo quería descansar y terminamos en otra misión.
──Ni que lo digas. ─suspiré.
Ya habíamos cruzado los árboles, ahora corríamos sobre la dura tierra siguiendo a Pakkun.
En unos segundos Pakkun se empeñó en olfatear alrededor como si algo se acercara.
──¡¿Qué hueles, Pakkun?! ─preguntó Gai.
──Alguien se acerca.
No era la única, los demás también se pusieron alerta de cualquier cosa.
Y como si estuviéramos sincronizados, ambos activamos el Dojutsu.
──¡Byakugan! ─mire a los alrededores hasta que logre verlo. ──. ¡Atrás! ─no tuve que decirlo ya que el Hyuga lo hizo.
Todos giramos observando una espada envuelta en vendas que salió de la tierra comenzando acercarse a nosotros partiéndola. Antes de que chocara con nosotros saltamos alejandolos de la pequeña colina que fue partida por la espada.
Quede a un lado del castaño y de Lee mirando la cortina de polvo que se había creado.
──Yumei.
──Lo sé, Hyuga. ─moví mi mano creando una ventisca de viento deshaciendo el polvo dejando ver a un tiburón mal hecho.
──¿Ah? ─expresó Gai-sensei. ──. Un minuto. ─dijo mirando al tipo como si lo reconociera.
──¿Usted lo conoce, Gai-sensei? ─le preguntó Lee.
El sensei se quedó unos minutos en silencio mientras una gota de sudor bajaba por su cabeza mirando al sujeto con seriedad. Como si estuviera recordando algún encuentro o como si él mismo supiera que es un enemigo peligroso.
──¿Quién eres? ─preguntó nuestro sensei.
Cerré mis ojos soltando un suspiro, creí que lo conocía. Incluso mis compañeros también lo miraron sin creerlo.
──Es irreal. ─dije seriamente mirando con más determinación su chakra.
──También te diste cuenta, ¿eh? ─habló el Hyuga, entrecerré mi ojo, el cual seguía oculto bajo mi cabello. ──. Su nivel de chakra es descomunal. Jamás vi a nadie con ese nivel de chakra. ─explicó.
──Pues ya somos dos, Hyuga. ─dije observando su chakra. ──. No he visto algo como esto, además de Naruto, claro está.
──¿Tanto así? ─preguntó Lee.
──Tu memoria es tan mala como tu corte de cabello. ─habló por primera vez el Akatsuki.
──¡¿Es que acaso eres?! ─Gai exclamó, seguramente al recordarlo lo cual nos será de mucha ayuda.
──Finalmente me has recordado.
──¿Me conociste en algún momento? ─preguntó.
Solté un suspiro sintiendo al Hyuga tomar mi brazo para no ir a darle un golpe por su pésima memoria.
──No me sorprende en lo absoluto que te llamen "la bestia" porque tu inteligencia es bastante limitada. ─dijo el tiburoncín uh ah ah.
──¿Así que es un Akatsuki? ─preguntó el Hyuga.
Un Akatsuki. Eso significa que... ─la imagen de Suki se me vino a la mente inmediatamente.
Apreté mis puños mirando todavía con mi Byakugan al hombre frente a nosotros.
Él soltó una risa lanzando su espada al aire para juntar sus manos haciendo un jutsu.
──¡Suiton: Bakusui Shōha! ─infló su pecho para acumular chakra en esa zona.
──Prepárense. ─nos habló Gai.
Miramos al tiburoncín expulsar una gran cantidad de agua de su boca creando grandes olas que venían con la intención de aplastarnos, por suerte el agua no nos alcanzó gracias a que estábamos encima de unas rocas.
Logró tomar su espada que ya iba cayendo.
──Listos o no. ─nos miró. ──. Allá voy.
Cada vez que se acerca una inmensa ola se avecinaba a nosotros. Los cinco saltamos evitando la ola que se dirigía a nuestra dirección, una vez que pasó descendimos al mismo lugar.
Detrás nuestro salió encima de tres olas. Una de ellas fue del lado de Gai-sensei y Tenten que saltaron evitándola.
──Neji, Lee, Yumei. ─escuche a Tenten, cree un lazo de viento tomándola de la cintura para atraerla a un lado nuestro. ──. Gracias, Yumei. ─solo escuche el golpe que el viento le dio. ──. Y a ti.
──¿Qué tal? ¿Les está gustando? ─preguntó el Akatsuki. Dicho eso, fue detrás de Gai-sensei quien miraba una de esas olas ir detrás suyo. ──. ¿Me recuerdas ahora? ─le preguntó.
Por suerte el sensei logró esquivarlo.
──¿De dónde rayos salió toda esta agua? ─preguntó la castaña.
──Esa técnica requiere muchísimo chakra. ─comentó el Hyuga. ──. Una cantidad increíble.
El tiburoncín se escondió debajo del agua, tanto el Hyuga como yo nos enfocamos en buscarlo.
──¿Dónde creen que está? ─preguntó Lee.
Y como si el tiburón estuviera esperando esa pregunta, salió del agua con una ola directa a nosotros. Lo único que podíamos hacer era saltar para evitarla, pero el maldito Akatsuki salió del agua que estaba a centímetros nuestro, y con su espada en mano planeaba cortar a Gai-sensei.
En cambio recibió una patada, pero solo era un clon de agua.
──¡Solo era un clon de agua!
──Entiendo que nunca podrás recordarme. ─dijo saliendo al otro lado de Gai-sensei.
Tomó su espada dispuesto a cortarlo, pero el sensei lo esquivó.
──¡Lee! ─y con eso, su hijo perdido, llegó a su lado tirando una patada a la mano del tiburón haciendo que soltara su espada sacándolo por sorpresa.
Y gracias a ello el agua fue bajando hasta que las olas se desvanecieron y con ello nosotros dos nos paramos al frente de él.
──Yumei.
──Lo tengo, Hyuga.
Ambos nos sincronizamos para la técnica.
──Hakke Kūshō. ─exclamamos dando una palmada de aire que lo lanzó lejos.
El logró tomar su espalda y con eso logró mantenerse en pie, a los segundos Tenten le lanzó una bola de picos con un papel bomba.
──¡Rayos! Se escabulló. ─la escuchamos decir.
──¿Dónde se esconde ahora? ─preguntó el sensei.
──Díganme, Neji, Yumei. ¿Alguna señal de él? ─preguntó Tenten.
──Frente a nosotros. ─dije entrecerrando mis ojos.
──Y acercándose. ─y termino el Hyuga por mi.
──Lo encontré. ─comentó Lee.
Lo miramos sacar la cabeza del agua.
──Se los reconozco, mocosos. ─iba saliendo poco a poco del agua. ──. Son más problemáticos de lo que Suki dijo. Son bastante insoportables.
Abrí mis ojos apretando mis puños y mandíbula. Podía incluso escuchar mis dientes tronar de la fuerza que ejercía, pero sabia que si hacia algo estúpido e imprudente no iba a servir de nada, solo lo empeoraría. Lo mejor es relajarse y seguir con esto en equipo.
──Un segundo. Suiton y esta espada descomunal. ¿Acaso eres? ─habló Gai-sensei.
──No me digas que tu diminuto cerebro comienza a recordar.
──Tengo la impresión de que ya te conocía. ─el tiburón se quedó en silencio por unos minutos.
──Ah, pues yo jamás podría olvidar a un tipo así. ─comentó Tenten soltando un suspiro por la memoria de su sensei.
──Sí así tiene la memoria, no quiero imaginar que más tiene de corto. ─balbuceé por su corta memoria.
──Escucha, hasta tus agregados comienza a preguntarse si podrías llegar a recordar. ─dijo el Akatsuki al escucharnos. ──. Bueno, ¿veamos qué podemos hacer? Tal vez un gran dolor te haga recordar.
Entre cerré mis ojos ante esas palabras.
──¡Muy bien! ¡Llegó la hora del contraataque! ─expresó el sensei. ──. Déjenme tener el primer acercamiento. En cuanto se baje la defensa entran en acción.
──¡Sí, sensei/Entendido/Ya/De acuerdo! ─dijimos a la vez.
──Eres tan tonto que crees que puedes hacer que baje mi defensa tan fácilmente. ─habló con un toque de arrogancia. ──. Creo que ha llegado el momento de dejar de hablar y hacerte aprender a la mala.
En un segundo los dos comenzaron a pelear. Tome al castaño para aparecer al frente de él, bueno solo él mientras yo me ponía detrás de él.
──Jūken. ─él logró quitarse y hacer que ambos golpes lo recibiera la espada
Ambos retrocedimos dejando a Lee pelear con él ahora, pero no logró hacer nada.
──Tiene razón. Blande su gran espada con gran agilidad, hacer que baje la guardia no será posible. ─comentó Lee.
──Si el combate cercano no funciona. ─habló Tenten abriendo su pergamino dejando ver varios kunai con papel bomba.
Él solo dejó que estos se incrustaran en su espada sin importar la explosión.
──¿Dime si te gusto eso?
El humo se dispersó y se dejó ver la espada intacta junto a él.
──Me lo perdí, ¿hiciste algo? ─preguntó con burla ante su ataque.
──Esa gran espada me crispa los nervios. ─comentó la castaña después de que su ataque fuera un fracaso.
──Claro, esa gran espada. ─habló Gai.
──Oh, ¿finalmente recordaste?
──Esa arma es tuya, ¿correcto?
──¿De quién más podría hacer? ─preguntó el Hyuga ante la estupidez del sensei.
──Vaya, pero hay una gran diferencia entre sospechar y tener la certeza absoluta. ─cerré mis ojos ante eso.
──Sabias palabras, Gai-sensei. Tan simples y tan llenas de profundidad significativa. ─una gota de sudor resbaló de mi cien ante lo que dijo Lee.
──¡Ay, por favor, Lee! Es absurdo que te emociones por todo lo que dice. ─expresó Tenten.
──Qué estupidez. ─dije y en mi mente se escuchó "olvida esa estupidez".
──Sarutobi tiene razón. Ya olvídalo, Tenten, ─habló el Hyuga entendiendo mis palabras.
──Dije que tu inteligencia era bastante limitada. ─habló el enemigo. ──. Pero rectificaré mis palabras, tu inteligencia es nula.
Al ver su distracción hablando con el sensei. Me moví.
──Y que tu dijiste que jamás bajas la guardia fácilmente, ¿no? ─dije de sorpresa dando una patada en su mandíbula mandandolo por los aires.
──¿Qué? ─pregunto en cuanto se dio cuenta. ──. ¡Imposible! ─me miró, yo solo sonreí de medio lado. ──. ¡Maldita mocosa! ─y ante eso, una gran ventisca lo mandó más lejos.
──¡Bien hecho, Yumei! ─felicitó el sensei.
Rodé mis ojos mirando a Gai y a Lee darle una patada, pero de cierta manera él lo detuvo con su espada.
──La volvió a subir. ─murmure dando una pirueta hacia atrás llegando al lado del Hyuga. ──. Ahora que logramos darle un golpe no bajará la guardia de nuevo.
──Eso es cierto.
Ahora miramos a Gai-sensei pelear con el tiburoncín "uh ah ah" que solo esquivaba sus golpes con su espada.
En un segundo nuestro sensei logró arrebatarle su espada.
──¡Ataquen!
Los cuatro saltamos para ir directo a él, al vernos creó cuatro clones.
──¿Y eso? ─preguntó el Hyuga.
──No creo que sea bueno. ─murmuré.
Y como lo pensé, cada clon detuvo nuestro ataque mientras que él verdadero miraba a Gai acercarse con la espada en su mano.
──¡Suirō no Jutsu!
Para cuando reaccionamos los cuatro clones se convirtieron en agua que se acercaban a nuestros cuerpos.
──¡Déjalos en paz, cerdo! ─habló Gai dispuesto atacar con la espada, pero de la empuñadura salieron picos haciendo que la soltara.
El agua nos envolvió completamente quedando en una esfera evitando cualquier movimiento.
──¡Lee, Neji, Yumei, Tenten! ─escuchamos la voz preocupada del sensei. ──. ¡No!
Apenas podía mover un dedo ante tal presión que sentía. Debido a tanta presión que comenzaba a sentir desactive mi Byakugan. Sentí al viento cortar el agua para que podamos salir, pero esta volvía a formarse.
Carajo. ¿Cómo es que terminamos así? ─por el rabillo de mi ojo derecho mire a Tenten estar en la misma condición. ──. Este no es mi día.
Esta feo porque lo hice rápido. Pidoperdon👉🏻👈🏻