Tamy vuelve al sofá tras asegurarse por segunda vez de que la cámara ha soltado el pitido que indica que está grabando. Se sienta a mi lado y yo doy un par de golpes en la guitarra para marcar el inicio de la canción. Empiezo a tocar a la vez que ella empieza a cantar:
-It's the guy from the one band, cigarrette...
Paramos con un sobresalto y las tres dirigimos la mirada a la ventana que da al jardín. Manué ha empezado a ladrar con fuerza.
-Joder, otra vez.
-¿Qué pasa ahora?
Nos levantamos y salimos a ver cuál es el problema. Al parecer, no implica a mi perro: las dos gatas están en la tierra, bastante cerca una de otra, y parecen engrifadas. Ninguna aparta la mirada de la otra y tienen las uñas fuera. La de Rocío alarga una pata hacia la de Tamy, sin llegar a tocarla.
-No sabía yo que estas nos iban a dar problemas.
-Están jugando -asegura Tamy, aunque no suena muy segura. Inmediatamente después, Violeta bufa y se lanza a la otra gata. Yo contengo una risa.
-¿Seguro? No hablo gato, pero...
Rocío se tapa la boca antes de reírse. Tamy se dirige hacia allá para coger a su gata y apartarla de la otra.
-Esta se viene con nosotras -informa, caminando de vuelta a la casa-. Castigada.
Rocío cierra la puerta después de que hayamos entrado las cuatro y volvemos al sofá.
-La cámara todavía está grabando, ¿no? Van a estar interesantes las tomas falsas.
-Venga, chicas, que a la tercera va la vencida -suspira Tamy, parando el vídeo.
-Espera -aviso antes de que vuelva a grabar-. ¿No deberías decir girl en vez de guy?
-¿Por? Es una cover.
Me echo un poco hacia atrás. Tampoco quiero decirle que propuse esta canción a modo de indirecta para la gente que se queja de Rocío.
-Bueno... La canción es en primera persona y las tres somos chicas.
Al final, se encoge de hombros.
-Si te hace ilusión... -Pulsa el botón de la cámara y vuelve al sofá. Repetimos el proceso anterior y la canción empieza-: It's the girl from the one band. Cigarrette in my left hand. -Miro a Rocío casi por inercia y descubro que ella también me acaba de mirar. Las dos sonreímos. Probablemente ella también esté pensando en la conversación de anoche-. Whole world in my right hand. Twenty-five and it's all planned, nights out and it's ten grand, headlines that I can't stand.
-But you only get half of the story -canto yo-. The cash and the cars and the glory. No sleep and we party 'til morning 'cause nobody cares when you're boring.
-I'm just like you -Rocío introduce el estribillo y yo la miro intentando disimular una sonrisa de orgullo-, even though my problems look nothing like yours do. Yeah, I get sad too and when I'm down I need somebody to talk to.
Los siguientes versos los armonizan mis dos compañeras:
-Yeah, I feel the same as you do. Same stress, same shit to go through.
-I'm just like you... -canto yo sola de nuevo. Rasgo las cuerdas de la guitarra dos veces con fuerza y freno la vibración con la mano para cantar el último verso las tres a la vez, sin instrumentos de fondo:
-If you only knew.
Nos miramos y nos sonreímos las tres. Tamy se vuelve a levantar para pausar el vídeo y nos mira de nuevo, satisfecha.
-Qué bien, ¿no?
-Va a ser un poco como el acústico de Lunes -comento, sonriente.
-Y como las covers del primer año -recuerda Rocío-. La de Price tag, por ejemplo.
-¿Lo vemos? -dice Tamy con la cámara en mano. Le hacemos sitio entre las dos y juntamos las cabezas para verlo. La verdad es que nos ha quedado genial. Sonrío esperando que la gente pille el mensaje de la canción.
-¿Se lo mandamos a Laura para que nos dé el visto bueno o lo subimos directamente?
Tamy me mira con una sonrisa cómica.
-Te noto rebelde.
-No, hombre, pero es que está perfecta. Mejor que no nos lo pensemos mucho.
-Vale, vale -admite-. Pues enciendo el ordenador y lo subimos a IGTV.
Al cabo de un rato, el vídeo ya está subido y nos vamos a almorzar a la cocina.
-Esta tarde tenemos que ponernos ya con nuestras propias canciones, ¿eh? -advierte Tamy.
-Sí, mamá -asiento. Rocío se ríe.
Después de comer, nos sentamos de nuevo en el sofá, esta vez para leer comentarios sobre la cover. Todos son positivos, así que nos quedamos con buen sabor de boca. No puedo evitar entrar en Twitter y husmear mi página de inicio, esperando que al menos una sola persona haya pillado el mensaje.
sweet cantando una canción de louis osea me da algo 😭😭😭😭
hostia los lyrics??? DILOOOO
LA PEDAZO DE INDIRECTA ESTOY-
You know when Selena Gomez said kill 'em with kindness?? Sweet California really felt that ahre
Me muerdo el labio, sonriendo. Tengo que quererlas. Pulso los corazones de esos tuits y doy por terminada mi actividad en redes sociales por lo que queda de día.
-Yo ya estoy -aviso, levantándome del sofá-. Voy a la sala del espejo.
Aunque no la hemos tenido que usar hasta ahora, la casa rural tiene una habitación grande y despejada con un espejo que ocupa toda la pared. Es la que Tamy dijo que usaríamos para ensayar las coreografías, pero durante el almuerzo sugerí que también ensayáramos las canciones ahí. Paso por mi cuarto, cojo la guitarra, el altavoz y el ordenador y me dirijo a la sala a esperar a mis compañeras.
Me siento en el suelo con la guitarra y pruebo a tocar la base de las últimas canciones. Supongo que las tendremos que ensayar así.
Tamy y Rocío llegan al cabo de un rato. La madrileña cierra la puerta de la sala, supongo que para evitar interrupciones como la de esta mañana, y se sientan conmigo haciendo una especie de círculo.
-A ver -dice-. Las prioridades son los dos singles. Y de los dos, la prioridad es Me gusta.
-¿Cómo lo hacemos? -le pregunto-. ¿Le ponemos primero las canciones para que las escuche?
-Pues sí, por ejemplo -acepta-. Vamos una por una. Escuchamos la versión grabada y después vamos intentando sacarla con la letra delante. ¿Estarán las letras en Google?
-Las letras de Sweet California nunca están bien en Google -ríe Rocío con cierto sarcasmo-. Si ni siquiera estaban bien las de Emotions.
-Bueno, las buscamos y corregimos lo que esté mal, coño -resuelvo. Subo el volumen del ordenador al máximo, tecleo el nombre de la canción en el buscador de YouTube y pulso sobre el videoclip.
Tamy y yo observamos en silencio las reacciones de Rocío. Esta permanece aparentemente impasible durante las primeras estrofas, pero en cuanto empieza el ritmo del estribillo, su ceño se frunce.
-¿Sweet California está haciendo... reggaeton?
Ahogo una carcajada y miro a Tamy.
-Espérate a que le enseñemos Like that.
-Y Ay dios mío -murmura ella, con la boca apoyada en su propia rodilla. Se dirige a Rocío-: Te dijimos que...
-...que habían cambiado muchas cosas, sí -recita ella, resignándose a escuchar el resto de la canción.
-A ver, no se puede cantar Me gusta con cara de culo -aclaro con seriedad cuando la música deja de sonar-. No me digas que lo único que escuchas es country de ese porque no me lo voy a creer. Algo habrás tenido que perrear.
-Tengo mis momentos, sí.
-Perfecto, pues Me gusta va a ser uno de ellos. Esta canción es para venirse arriba. Y, como esta, muchas.
-Bueno, también hay... ¿Se lo decimos? -Tamy se interrumpe a sí misma y me mira. Yo niego con la cabeza.
-No. ¿Tan pronto te vas a ablandar?
-Hay una versión acústica -confiesa Tamy, haciendo caso omiso de mi respuesta. Pongo los ojos en blanco mientras Rocío se lleva una mano al pecho como si acabaran de perdonarle la vida.
-¿En serio?
.¿Lo ves? -digo, señalándola-. ¡Ahora se agarra a eso! Pues que sepas que en la gira vamos a hacer la versión perreable, Rocío. No cantes victoria.
-Bueno, podríamos hacer mitad y mitad -sugiere Tamy-. Sonia lo propuso en su momento.
-Sonia se podría haber estado calladita si tenía planes interesantes para la cuarentena -mascullo-. Está bien, lo pensaremos. Pero será mejor que te aprendas la versión normal antes que la acústica, Ro. Lo digo por tu bien.
-Eso sí es verdad -coincide, por una vez, la madrileña-. La acústica es mucho más difícil.
-Hombre, normal. ¿Cuándo ha sido difícil el reggaeton?
-Cállate, pollavieja.
-Oye, ¿qué dijimos de las peleas? -Tamy alza la voz, contrariada-. Que íbamos muy bien, coño. Alba, relájate un poco, anda. Y tú ya me dirás si es fácil o no cuando estés cantando y haciendo la coreografía a la vez.
-Ostia, las coreografías...
-Pues eso. Busca la letra, Alba.
Cuando la estamos cantando, debo reconocer, al menos ante mí misma, que es raro escuchar la voz de Rocío en este estilo. Pero ni el perreo se le resiste. Todo le queda bien... o a lo mejor soy yo, que me pongo un poco idiota con ella. Lo único que le falta, eso sí, es la actitud. Tiempo al tiempo.
-¿Vamos con Lunes? -sugiero cuando hemos terminado de cantarla. Miro a Rocío-. Tranquila, esta es baladita.
Ella parece aliviada. Reprimo otro giro de ojos y también una sonrisa. Otra vez ese sentimiento de plenitud. Voy cuesta abajo y sin frenos, y mira que intento echarlos.
-Venga, vamos con Lunes.
Busco la canción y la pongo.
-No salto la primera parte, que si no no cuentan las visitas -me excuso mientras veo a Sonia caminando hacia la casa. Ellas ríen en voz baja. La canción empieza y Tamy y yo volvemos a prestar atención a las reacciones de Rocío.
-Qué bonita... -dice con un puchero cuando el primer estribillo termina. Tamy y yo sonreímos.
-Lo sabemos.
Lunes es un éxito. La sacamos más fácilmente que Me gusta y todas parecemos contentas con el resultado. Una vez solucionados los dos singles, Tamy y yo decidimos que la siguiente prioridad debe ser Fruta dulce.
-Le tenemos muchas ganas a esta canción -explico mientras la busco-. La compuse con María Peláe, no sé si la conoces.
-Sí, la de Arde, ¿no?
-Exacto -sonrío-. Ella puso, sobre todo, la música. La letra corrió más de mi cuenta porque es... -me muerdo el labio-, creo que no teníamos una canción que nos representara tanto desde No. -Prefiero no mirarla a la cara para comprobar si le suena ese título o no.
-Es un temazo, ya verás -me apoya Tamy-. A esto no te resistes ni tú. Y queremos que la presentación que le hagamos en la gira esté a la altura de la canción.
-Qué presión -comenta Rocío. Sonrío brevemente y pongo la canción.
Frunce el ceño nada más empezar. Cuando se oyen los primeros coros en inglés, alza las cejas. Y, cuando empieza mi solo, abre la boca. Yo sonrío ampliamente, evitando reír para que escuche bien la canción. Este es el tipo de reacción que esperaba y merezco.
Pero, ya empezado el estribillo, caigo en la cuenta de algo y paro la canción bruscamente.
-¡Tía! -se queja Tamy.
-¡¿Qué haces?! -exclama Rocío, a la vez.
-Hay un problema. -Rebobino un poco la canción y vuelvo a poner el segundo verso de Sonia, volviendo a pausar la canción cuando acaba-. Ya no tenemos afro, azul y rosa.
-Ostia... -dice Tamy. Mira a Rocío-. ¿Cómo ves lo de teñirte de azul?
-Ni de coña -se niega ella.
-¿Y de rubio? -pruebo yo-. Mezcle afro, rubio y rosa... ¿Pegaría?
-Que no me voy a teñir, coño.
-¿Por qué no? Es el rito de iniciación a Sweet California.
-Pensaba que había sido lo de los caballos. ¿Es tan importante? Solo es un verso.
-Toda la letra de esta canción es importante. Es un verso que se hizo para representarnos. Y encima lo cantas tú.
-Joder, no había caído. -Se lleva la mano a la frente y se la frota-. Yo no me voy a teñir, ¿eh?
-¿Y qué decimos? -pregunta Tamy-. Moreno no pega. Tacón... Mezcle afro, tacón...
-¿Podemos terminar de oír la canción? -pide Rocío, que al parecer no entiende la gravedad del asunto.
-¿Por qué no estás preocupada? ¡Con Fruta dulce no se juega!
-¡Pues precisamente por eso quiero escucharla entera!
-Es verdad. -Suspiro y reinicio la canción. Nos olvidamos un poco del dilema de la letra mientras esta suena y todas acabamos bailándola en mayor o menor medida. Otro éxito.
-¿Y qué hacemos ahora? -digo, cogiendo la guitarra.
-No cambiarle la letra -dice Rocío, como si fuera obvio-. No es tan difícil, de verdad.
Tamy y yo nos miramos y negamos con la cabeza.
-Bueno, vamos a cantarla tal cual está por ahora -concedo-. Ya pensaremos en la letra en otro momento.
Esta canción cuesta un poco más, pero lo entendemos. No es fácil.
-¿Y ahora?
-A ver, es que Hits reloaded... -Tamy mira al techo, pensativa-. La mitad ya las conoces, las nuevas te las acabamos de enseñar, Groove is in the heart no es tan urgente porque es una cover...
-Y también la conozco -señala Rocío.
-Pues nos queda la otra mitad. ¿Por dónde empezamos? -me pregunta Tamy.
-Por las de Origen, si quieres. Ya que estamos, vamos de las más recientes a las menos.
Loca y Guay obtienen reacciones parecidas a la de Me gusta. Nos cuesta convencerla del subidón que supone para el público Guay en directo sin que lo compare con una secta. De hecho, creo que no se queda muy convencida. Pero la tercera canción de Origen la sorprende.
-¿Y esto?
Tamy y yo sonreímos.
-La disfrutamos tanto en la última gira que nos pareció que tenía que estar en la siguiente.
-Aunque no sé por qué la metimos en Hits reloaded, si nunca fue single -observo-. Fue como Hollywood.
-¿Hollywood?
-Olvídalo.
Escuchamos en silencio el resto de la canción, que a pesar de no ser tan impactante como Fruta dulce, parece ganar por completo a Rocío.
-Sonia la vivía tanto en directo... -digo cuando acaba. Me coloco la guitarra sobre las piernas-. Me alegro de que te guste.
-Me ha sorprendido mucho para bien. Este tipo de canciones en Sweet California me las esperaba menos que las de reggaeton. -Sonríe-. ¿Cómo se llama?
-El amor es el amor.
🌈
Después de cenar y recoger la cocina, las tres salimos al jardín. Sacamos un taburete de la casa y acercamos las sillas de plástico. Manué no tarda en venir hacia nosotras y mostrarme su pelota, moviendo la cola.
-Hola, mi chico -lo saludo. Le acaricio el morro antes de coger la pelota y lanzársela a algún punto del jardín. Todavía no ha terminado de anochecer y el aire es fresco, pero agradable.
Siento algo suave rozándome la pierna y esta vez no me cabe duda de que es Violeta. De hecho, pasa de largo y se dirige hacia las piernas de su dueña, reclamando atención.
-Es la hora mimosa, por lo que veo -se ríe Rocío. Justo después, su gata se acerca a ella.
-Es la hora de culo veo, culo quiero -digo-. A ver cuánto tarda en aparecer Dama.
-Damita estará ya en el quinto sueño -dice Tamy, cogiendo a su gata y poniéndosela en el regazo para acariciarla. Rocío hace lo mismo con la suya-. Se duerme pronto.
-Tampoco es muy mayor, ¿no?
-La adoptamos hace poco, pero la perrita del tío de Alberto la tuvo hace casi un año.
-Ay, Albertito. -La pico para ver cómo sonríe.
-Albertito fue el más insistente para que la adoptáramos, yo estaba muy acostumbrada a tener solo a Violeta. Pero con la nueva casa y tal... Y mira, bastante contenta que estoy.
-Son tus hijas las dos.
-Y que lo digas. La compañía que hacen...
-Dímelo a mí -dice Rocío, también acariciando a su gata-. A este bichito lo cogí yo poco antes de dejarlo con Matías.
-No sabía que lo habías dejado con él -se me escapa. Por suerte, no la tengo que mirar, porque Manué vuelve con la pelota y me entretengo un poco intentando quitársela para tirarla de nuevo.
-Pues hace ya dos años, ¿eh? Llevábamos mucho tiempo juntos y habíamos cambiado mucho... Ya no teníamos ganas de seguir con la relación y se notaba. Además, creo que también influyó un poco el haberme dado cuenta unos meses antes de que me gustaban las mujeres. Era todo muy raro, pero también lo fue después de dejarlo, porque me había acostumbrado a él.
-Lógico -digo-. Fueron muchos años.
-Ya. Y como el gato había sido cosa mía, yo me quedé con él. Me dio todo el cariño que necesitaba. Es una mimosa, mi niña.
-Son lo mejor -coincide Tamy. Nos quedamos en silencio unos segundos hasta que el sonido de su móvil lo interrumpe-. Mira tú, es Albertito.
-Pues salúdalo de nuestra parte -le sonrío. Tamy asiente y se levanta.
-Después de esto me voy a dormir, ¿vale? -dice, despidiéndose con un gesto de la mano.
-Vale, buenas noches.
-¡Buenas noches!
Tamy se lleva el taburete consigo y Rocío y yo nos quedamos de nuevo a solas. Apoyo el codo en el brazo de la silla y la cabeza en la mano, mirando a la gatita sobre el regazo de Rocío. Ella es la primera en hablar:
-¿Y tú qué? Estás con... María Peláe, era, ¿no?
-¿Cómo? -Me echo a reír y ella me mira, sorprendida.
-¿No estás con ella?
-¿Con María? Qué va. Somos amigas y nos juntamos a veces para componer, pero nada más.
-Qué dices... -murmura, sorprendida-. Cuando fuiste con ella a Operación Triunfo, pensé que...
-Pues para nada -digo, todavía risueña-. Nunca ha pasado nada. Tú y yo somos las solteras del grupo, Ro.
-Eso parece - se ríe ella. Yo me muerdo el labio. No debería cambiar nada el hecho de que nos acabemos de enterar de que estamos solteras, ¿no?
Manué vuelve a por mí, esta vez sin pelota, y aprovecho para acariciarlo mientras cambio de tema:
-¿Te gustó Arde?
-Sí, la voté para que fuera a Eurovisión.
-Ah, ¿sí? -sonrío-. Podrías habérmelo dicho.
-Sí, vamos... -ríe entre dientes, sarcástica-. ¿Cómo habrías reaccionado si de repente te llega un mensaje mío diciendo que he votado la canción que tú compusiste?
Razono. Teniendo en cuenta que admití que comprendía sus motivos hace unos días...
-Probablemente no te habría contestado.
-¿Y qué más?
-Y les habría mandado una captura del mensaje a Sonia y Tamy para decirles que me molestaba o algo parecido.
-Pues ahí lo tienes.
Chasqueo la lengua. De nuevo, no entiendo cómo nos ha perdonado.
-Es raro, ¿no? Hace unos años éramos inseparables y de repente...
-...pasamos de todo a nada. -Asiento.
-Y ahora, otra vez de repente, estamos pasando a...
Ella arruga la nariz, como si estuviera pensando cuál es la palabra correcta.
-Algo -dice al final.
-Sí, algo así.
-Es como si la vida no estuviera de acuerdo con que nuestra amistad se hubiera acabado de forma tan abrupta y nos hubiera vuelto a juntar para que solucionáramos nuestras cuentas pendientes.
Enarco una ceja.
-¿Tú crees?
Ella ríe con timidez y baja la mirada.
-No sé, a lo mejor es solo un arranque filosófico del momento. Pero tendría sentido.
-No sé yo qué decirte. Si así fuera, ¿dónde quedaría Sonia en todo esto? Porque ella estaba igual de unida a ti, no debería ser el instrumento para que nos volviéramos a juntar solo nosotras dos.
Solo hay una respuesta a esta cuestión y no seré yo quien la diga en voz alta. Es más, me juego lo que sea a que ella tampoco lo hará.
-Bueno, a lo mejor ese momento todavía está por llegar.
-¿Y vas a esperar sentada a que llegue? ¿No es más fácil tomar la iniciativa y decírselo directamente?
-Tomar la iniciativa siempre es difícil. Y más cuando no tienes ningún apoyo. -Hago una mueca y ella también, al darse cuenta de las intenciones que esconde lo que acaba de decir-. Perdón, ya habíamos cerrado ese tema.
-No, está bien -digo mirando hacia otro lado-. Es normal que te siga molestando.
-Es que... -suspira-, mira, es verdad que me encantaría saldar esas cuentas y que todo volviera a ser como antes. Pero han sido muchos años de darnos la espalda y no puedo hacer como si nunca hubiera pasado...
-No me tienes que explicar nada -la interrumpo-. A mí me pasa lo mismo.
-¿Y qué hacemos? -pregunta, mirándome directamente. Yo hago lo mismo y tardo un par de segundos en responder.
-Pues ya nos hemos pedido perdón y poco a poco nos ponemos al día sobre lo que ha sido de nosotras en estos años. No creo que lo estemos haciendo tan mal. Tampoco tenemos que hacer como si no nos molestaran ciertas cosas del pasado o como si nunca hubiera pasado nada... Supongo que lo que deberíamos hacer es dejarnos llevar y ver qué es lo que la vida tiene que decir sobre nosotras, según tu teoría.
Ella sonríe cálidamente y yo me dejo contagiar, agradeciendo a la oscuridad por disimular un poco el rubor de mis mejillas.
-¿Así de fácil?
Me encojo de hombros.
-Bastante difíciles son otras cosas como para complicarnos esto más de la cuenta.
-Está bien. A ver cómo acaba esto.
Bajo la mirada y carraspeo.
-Si acabara mal... -vuelvo a mirarla-, que sepas que seguiré agradecida de que hayamos vuelto a coincidir, dure el tiempo que dure.
-¿De verdad? -dice ella, conmovida. Frunzo los labios, dolida por el hecho de que le sorprenda.
-Claro que sí.
Me doy cuenta de que ahora mismo la abrazaría, le daría un beso o simplemente le cogería la mano si me sintiera capaz. Pero lo que más me jode es darme cuenta de que sigue siendo mi persona favorita.