Di un portazo en la puerta de mi casa un poco apurada y escuché la voz de Renzo.
—Wow, wow. ¿A donde vas tan rápido? —preguntó con un guante de cocina y una bandeja vacía en la mano.
Quise reírme de él pero sabría que se enojaría y no me dejaría comer.
Se había vuelto costumbre que desde que el no iba más a la escuela, me esperara comida porque obvio, la que comía en la escuela no era suficiente. Además, no me gustaba dejarlo almorzando solo y era una buena excusa para charlar un rato.
—Necesito llamar a Tessa, tuvo una emergencia de mujer —me excusé como la mejor corriendo escaleras arriba.
Sabía que el me preguntaría porque tanta prisa y no iba a decirle que tenía el cuaderno de Nathan en mi mochila.
—¡En veinte minutos está la comida! —Me hizo saber cuando cerré la puerta de mi habitación.
Mi celular sonó y lo revisé. "El viernes no, saldré con Bastian. ¿Te parece el sábado?" sonreí ante la respuesta de mi hermana.
"Sábado al centro comercial ;) anotado" le envié.
Tomé el cuaderno y lo arrojé sobre la cama, dejando caer la mochila al suelo. Me senté en la cama, algo nerviosa y lo abrí impaciente.
Había querido leerlo varias veces en clases, pero sabía que tenía que estar concentrada y prestar atención al cuaderno, no podría si algún profesor me llamaba para responder algo.
Si estás leyendo esto; tuviste mi consentimiento o no despertarás en la mañana.
Revolee los ojos cuando leí la primera hoja. Eso si sonaba como Nathan. Pasé de hoja y vi que ahora si había mucho por leer. Me acomodé en mi lugar con el cuaderno como si fuese un libro y comencé a leer la tinta negra.
Ojalá fuese fácil fingir que hago esto por ayuda. Que hago esto por descubrir la verdad. Que hago esto solo por acercarla a su familia. Que soy el único inmune a ella, pero ella no es inmune a mi. Lejos de serlo, es un huracán de sensaciones nuevas y no encontradas antes para mi. No es normal para mi no tener control sobre mis propios pensamientos, o peor, mis sentimientos.
Hoy se sentó a mi lado por primera vez y esa imagen aparece en mi mente repetidas veces. Su rostro confundido por mi presencia, su asombro cuando vio mi rostro frente al suyo. Intenté romper mi modalidad de introvertido, lo intenté. Pero no pude decir nada frente a ella. Solo pude observarla el resto de las horas, mientras su voz resonaba en mi cabeza. "Solo tienes que fingir, solo es actuación." No podía ser tan difícil, sabía el poder que tenía en algún tipo de chicas, pero ella no era como ninguna otra. Ella no caería así de fácil.
Solo pude sonreír y presentarme cuando la oí ser igual de sarcástica que yo. Pude sentir que quizá podíamos ser amigos y que no tendría que fingir ser algo más. Que eso sería suficiente para involucrarla. Pero entonces tuve este estupido impulso.
"Es una locura." me repetía a mi mismo mientras caminaba hacia el Café hace algunas horas. Tenía un horrible nudo en la garganta y estómago, algo que me decía que estaba en una especie de peligro de la que nadie más que yo la iba a salvar. ¿Por que yo? Tiene a su hermano para cuidar de ella. No solo debo ser su novio sino que también su guardaespaldas. Lo peor de todo es que lo seria sin problema.
No me arrepiento de huir hoy. Su cabello caía sobre su cara, apoyada sobre los libros en la mesa de la biblioteca de la escuela. Estaba frustrada porque yo no le iba a decir la verdad, no podía decirle que teníamos una especie de conexión y por eso supe que algo pasaba. Tuve que tomar mis hojas y salir de allí, o terminaría diciéndole la verdad.
Esto era una especie de bitácora de todo el que el pensaba o sentía desde el primer día que me había visto. Se sentía tan extraño estar dentro de su mente. Nathan no era la persona más expresiva, solo cuando el lo deseaba, pero saber lo que el sentía por mi, incluso cuando ni siquiera yo lo sabía, era algo fascinante. Algo un poco escalofriante, pero real. Porque si me lo preguntas, yo también había quedado idiotizada desde el primer momento en el que lo vi.
Volví a concentrarme en el cuaderno en mis dedos y pasé la hoja. Dios, ambas páginas estaban escritas. Esto iba a llevar más de veinte minutos.
Aún siento una presión en el pecho. Hace apenas veinte minutos estaba besando sus labios, rozando su piel, queriendo abrazarla sin saber por qué. No se que me atrae tanto de ella. Quizá es el hecho de que no tiene miedo de mi como algunas personas que no me conocen, o tal vez, me gusta que esté intrigada por mi verdadero yo. Porque la magia es parte de mi, y aunque logre deshacerme de ella, siempre será parte de mi. El recuerdo de sus lágrimas cayendo aparece en mi mente y me arrepentí de intentar algo más con ella. Alison no era una cualquiera y no iba a dejarse, a pesar de que sintiera algo por mi.
Aún recuerdo el día del secuestro. Su cara de susto y asombro. Cómo temblaba cuando la llevamos a su casa. Estuve varios días pensando como explicarle la magia sin que se espantara. Pero ella era valiente, lejos de espantarse, solo quiso saber más.
Esta noche probablemente muera. Suelo ignorar los peligros o mejor dicho, creer que no son peligrosos y esa ha sido la razón por la cual siempre caigo en ellos. Pero si no quieren matarme y solo quieren utilizarme, pediré a gritos que lo hagan. Nadie merece que lo utilicen de esa forma, por más que yo sea quien más lo merece por causarlo también. Pero siempre fui consiente de que nadie lo merecía, ni siquiera Alison. Corrección, mucho menos ella, quien ya había tenido demasiado con sus padres.
Esta noche probablemente muera y nadie sabrá donde estaré. Quizá y tenga suerte. Quizá y algo en el universo esté a mi favor. Tal vez, algo conspire para salvar a Thais. Ni siquiera me importa mi propia vida, si está en juego la suya.
En caso de no volver...
A mis padres; los amo. Gracias por todo lo que han hecho por mi, lo que me han enseñado, lo que he aprendido de ustedes, gracias por amarme.
A Bernarda; de no ser por ti, no sería nadie. No sería la persona fuerte que soy hoy. No tendría el valor de enfrentar cada obstáculo en mi vida y eso te lo debo a ti. Te adoro con todo mi corazón.
A mis hermanos Clarke; no sabría por donde empezar con todos y cada uno de ustedes. Hemos vivido tantas experiencias buenas y malas que no puedo explicar lo que siento al saber que cuando salga de mi habitación, quizá sea la última vez que los vea.
A ti, Alison; te amo. Y se que quizá muera sin decirte la verdad. Sin decirte que nunca te mentí sobre mis sentimientos hacia ti, sin poder decirte la verdadera razón por la cual tuve que alejarme de ti. Pero espero que algún día, si encuentras y lees esto, te acuerdes de mi. No importa cuanto tiempo haya pasado, vivo o muerto quiero aparecer en tu mente. Quiero que recuerdes todos los momentos que tengas de mi.
Dejé de leer y automáticamente clavé mis ojos en mi ventana. El viento movía las hojas de los árboles y las nubes que tapaban el sol apenas se veían desplazarse en el cielo.
No pude evitar recordar cuando el se trepó a mi habitación la primera vez. Nuestro trabajo de biología. La primera vez en casa de Bernarda. Su explicación en el café de Stan. Encontrar a Elías, encontrar a Tessa. Enterarme de mi magia. Todas nuestras citas. Mi cumpleaños. Saber que Irina era mi hermana.
El siempre estuvo ahí. Siempre conmigo.
Negué con la cabeza, intentando que los recuerdos no me dejaran ser una persona imparcial. Pero si que lo era, con Nathan por supuesto que lo era.
Decidí terminar de leer y sacar mis propias conclusiones luego de terminar el cuaderno. Así que volví mi vista a él y continué leyendo.
Ha pasado mucho desde que estuvimos tan cerca emocionalmente, pero no olvido nada de ti. La forma en la que te corres el cabello de la cara cuando estás nerviosa, como utilizas el sarcasmo en forma de defensa. Que detestas el color marrón y que podrías pasar días sentada frente a una televisión mirando "Friends", solo si es acompañado de un café caliente. Que te muerdes las uñas si no las tienes pintadas y que te rehusas a usar tacones con los vestidos porque según tú las converse van mejor. Aquí entre nos, quien quiera que seas querido lector, siempre me encantó su amor por las zapatillas.
No pude evitar sonreír nostalgia al leer eso. El siempre elogiaba mis zapatillas bajas con faldas o vestidos y siempre había creído que me vería mejor en tacones o quizá a él le gustaría que los luciera, pero ya me había hecho saber que no le importaba en lo más mínimo.
La forma en la que frunces los labios cuando lees concentrada. Que no puedes evitar querer saber todo lo que sucede a tu alrededor. Que siempre intentas ayudar a todo aquel que lo necesite.
Nunca te dije esto en persona y si hoy muero, espero que al menos puedas leerlo de mi puño y letra, y si no es mucho pedir, imagina mi voz, si es que no la has olvidado aún.
Siempre te considere más valiente que yo, Alison. Desde que te conocí. Desde que ignoraste las advertencias, soportaste mis miradas, mi sarcasmo, mi faceta de idiota y aún así, seguías intentando conocerme de verdad.
Y no es la única razón por la que pienso que lo eres. Tu sola te enfrentaste a fugitivos. Tengo que decírtelo ahora que aún puedo escribir, tenía miedo por ti. Me enteré que ibas por el pueblo y los alrededores buscando matar a quien se cruzara en tu camino, y tuve miedo. Miedo de que alguien te hiciera daño, miedo de no poder estar allí para ti.
Pero entonces, volví a la casa y te vi.
Entrenando sin problemas. Más valiente que nunca. Firme y sin temblar. Fuerte por fuera y fuerte por dentro. Superaste lo que causé y me hizo sentir un tanto mejor el hecho que mostrarás al mundo lo bien que podías estar sin mi. Era todo lo que podía pedir en ese momento.
Pero cosas pasaron en medio y entendí que no podía estar sin ti. Espero que no te hayas olvidado de mi. Yo jamás podría sacarte de mi mente, olvidar todos nuestros recuerdos.
No se si estaré vivo o muerto cuando leas esto, pero si hay vida después de la muerte, ten seguro que te seguiré amando por la eternidad.
Supongo que prefiero morir luchando, que vivir agonizando.
La tinta se veía borrosa sobre estas últimas palabras y pude ver que eran pequeñas gotas que habían caído sobre las hojas como si fuesen lagrimas.
Algo se apretó dentro de mi al pensar que el había estado llorando por todo esto. No tuve que ser una genio para descifrar que había terminado de escribir su cuaderno la noche del rescate de Thais.
Mierda.
Solté el cuaderno y cayó sobre mis piernas. Me dejé caer hacia atrás, soltando un largo suspiro y noté que había estado aguantando la respiración por mucho tiempo.
Ay, Nathan. ¿Que voy a hacer contigo?
Lo primero que me preguntaba era si yo aún lo amaba, y me daba cuenta que esa pregunta ya tenía su respuesta y siempre fue la misma.
Pero estaba el otro lado del dilema, y era volver a confiar en el. Eso iba a llevarme más tiempo y no podría hacerlo en un abrir y cerrar de ojos.
Si no quieres verme, me alejaré de ti...
Sus palabras sonaron en mi mente y cerré los ojos, esperando que la respuesta apareciera en mi cabeza por si sola.
—No, Nathan —apenas susurré para mi—. No quiero que te alejes de mi.
**
Nota de la autora: Y leímos su cuaderno al final! Que piensan de Nathan?
PD: Por fa traten de no comentar malas palabras porque Wattpad les elimina los comentarios😬
PD2: Quizá suba otro en algunas horas, dependiendo cuantos votos vea😏😏😏
Gracias por leer, votar y comentar🥰
Besos sobrenaturales,
Sofi Garrido.