Blitzo era feliz con sus hermanas. Las únicas que apoyaban siempre sus sueños relacionados al canto. Ellas siempre lo defendían de los regaños y golpes de papá. Ellos tres eran bastante unidos y se cuidaban entre si. Un lazo de hermandad que jamás se iba a quebrantar.
Hasta que llegó aquél día en que lo perdió todo. El día que quedó sólo, sin una familia que proteger o amar, sin una familia que le recuerde lo especial que es y que nunca dejé que alguien más arruine sus sueños. Porque el es un Boss.
El nació para ser un jefe. Su papá siempre le regañaba sí no cumplía con su deber.
La carpa del circo se incendiaba. Grandes llamas de fuego que jamás parecían extinguirse y un demonio rojo acompañado de una sombra que hacía interferencia por dónde el pasaba. Tanto poder y tanta sangre. Los demonios no morían tan fácil como los humanos. Pero aquel ser demoníaco no parecía querer detenerse en su masacre. Incluso podría ser tal vez un tenido overlord.
Pero, al fondo también podía ver de esos ángeles Exterminadores con sus alas brillantes y esa sonrisa macabra y vacía. Sin embargo ésos angeles no hacían nada en realidad, sólo se quedaban mirando a lo lejos. El imp sabía que ellos no tenían la culpa, lo estaban engañando para que creyera algo diferente.
Estaba totalmente solo ahora.
Había despertado de un gran susto y sudor recorrer su frente y cuello. Estaba temblado y aún tenía perfectamente grabado en su cabeza cada detalle de su pesadilla. Y la culpa le fue invadiendo, como sí él realmente tuviese la culpa de la muerte de su familia.
—Cariño, ¿Sucede algo?
La voz de alguien más lo hizo apenas sacarse de su trance. Poco a poco comenzaba a tranquilizarse, y recordó en donde estaba en realidad.
Sin duda había sido un mal momento para tener una pesadilla. Habían pasado varios meses desde la última.
—¿S-Stolas?— balbuceó para su sorpresa. Odiaba sonar así, tembloroso. Se delataba enfrente de un príncipe adinerado y creído. Pero el nombrado lo veía con cierta tristeza. Quizás pena.
—Blitzy, ¿Tuviste una pesadilla?— sonó preocupado, al menos eso quiso creer el imp.
—¿Qué? Claro que no. ¿Por qué dices eso?— negó rotundamente, volviendo a sonar como si nada le preocupara en esta vida.
Blitzo no debía mostraré débil ante nadie, menos ante un conocido que no es familia. Stolas sólo es un demonio búho con el que pasa el rato.
No debía delatarse así mismo.
—Porque parecías sufrir mientras dormías.— respondió. Blitzo lo miró confundido.— Y estás llorando.
Blitzo se sintió aún más sorprendido y ahora entendía porque sentía debajo de los ojos algo cálido. No era sudor como pensó, eran lágrimas que nunca supo en qué momento empezaron a salir al flote. ¿Quizás al despertar apenas? Realmente se sentía destruido y quería llorar.
Pero su orgullo lo detenía. Stolas no debe verlo débil, Stolas no debe verlo llorar.
Los varones no lloran. Las palabras de su padre siempre estarán presente en su mente. Él siempre ha sido muy sentimental, especialmente con demonios muy cercanos a él, íntimos.
—Perdón, sólo ignora esto. No tiene importancia. — se excusó mientras limpiaba con brusquedad sus ojos lagrimosos y ocultaba su rostro en una almohada.
Stolas no muy convencido de las palabras de Blitzo, más el hecho de que no le gustaba verlo triste o sufriendo, le acarició su espalda haciendo círculos en manera para tranquilizarlo.
—Blitzy, sabes que puedes desahogarte conmigo. No te juzgare.
—Prefiero no hacerlo Stolas. — insistió sin mirarle.
—Pero si sabes que cuentas conmigo para lo que sea, ¿No?
Stolas sonaba diferente a lo usual. Más amable y dulce. Pero sin sonar como un patán galán. Sus intenciones eran consolarlo y ser su confidente. Blitzo no sabía si creerle, no quería abrirse a alguien que engaña a su esposa y sólo lo ve como alguien con quién follar.
El silencio fue insólito pero roto en pocos segundos.
—No te dejare solo.
Lo mismo dijeron sus hermanas.
—Lo que digas Stolas... Pero, ¿Podrías quedarte conmigo un poco más?
No podían confiar en él pero, en esos momentos necesita el calor corporal de alguien más para poder estar mejor y olvidar por un momento sus pesadillas y que las ganas de llorar se fueran.
No confía en él ni espera nada de él. Así nunca saldrá decepcionado. Ahora mismo solo puede seguir durmiendo en su pecho esperando a que concilie el sueño sin importar nada más.
—Si no esperas nada de los demás, nunca terminarás decepcionado. Ya no estés más triste, Blitzo.
Era la primera vez que lo había oído que lo llamará por su nombre.
Palabras: 777
Fecha de publicación: jueves 18 de junio del 2020
Escritor: JaquiiAleWorld
Fandom: Helluva Boss
Nota del escritor:
No soy bueno escribiendo cosas triste, disculpar xd. Al menos no basado en un reto.
La imagen no se de quién es el artista la encontré en Google.
En fin; nos vemos mañana!