Y
ahí te vi de nuevo,
Como una rosa, con sus espinas y belleza,
Con una falsa sonrisa,
Deleitando con tu baile,
Robando corazones,
Y a mi con una pequeña esperanza de salvarte.
No quiero verte morir,
No quiero verte marchitar,
Pero tampoco quiero que te pongas cómoda entre las finas sabanas de tu infierno.