RAMÉ ✔️

By mondhanna

320K 33.1K 27.4K

Erase una vez una niña llamada Jade y un niño llamado Asher, ambos eran víctimas de los daños colaterales de... More

PRÓLOGO
CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 8
CAPÍTULO 9
CAPÍTULO 10
CAPÍTULO 11
CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 13
CAPÍTULO 14
CAPÍTULO 15
CAPÍTULO 16
CAPÍTULO 17
CAPÍTULO 18
CAPÍTULO 19
CAPÍTULO 20
CAPÍTULO 21
CAPÍTULO 22
CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 24
CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 26
CAPÍTULO 27
CAPÍTULO 28
CAPÍTULO 29
CAPÍTULO 30
CAPÍTULO 31
CAPÍTULO 32
CAPÍTULO 33
CAPÍTULO 34
CAPÍTULO 35
CAPÍTULO 36
CAPÍTULO 37
CAPÍTULO 38
CAPÍTULO 39
CAPÍTULO 40
CAPÍTULO 41
CAPÍTULO 42
CAPÍTULO 43
CAPÍTULO 44
CAPÍTULO 45
CAPÍTULO 46
CAPÍTULO 47
CAPÍTULO 48
¡IMPORTANTE!
CAPÍTULO 49
CAPÍTULO 50
CAPÍTULO 51
CAPÍTULO 53
CAPÍTULO 54
CAPÍTULO 55
CAPÍTULO 56
CAPÍTULO 57
CAPÍTULO 58
CAPÍTULO 59
CAPÍTULO 60
EPÍLOGO
AGRADECIMIENTOS

CAPÍTULO 52

3.7K 399 353
By mondhanna


— ¿Te sientes bien? — preguntó Ezra cuando salió del baño, sentándose a mi lado en la cama mientras miraba a Nathaniel levantar las manos junto al protagonista de su caricatura favorita — Ven con papá Nathy —

Mi pequeño camino sonriente con torpeza hacía su padre quien enseguida esparció besos por sus mejillas y su abdomen haciéndolo reír.

— Solo me siento un poco mareada. — respondí con una pequeña sonrisa mientras lo veía poner a Nathy de cabeza antes de dejarlo acostado boca abajo a mi lado — Intento hacer que se duerma un rato más y tu no ayudas.

— Nathy debes de dormir un rato más, recuerda que mamá y el bebé necesita descansar, — susurró Ezra con una sonrisa mientras acariciaba mi vientre, el cual no daba aún ningún rastro de mi embarazo— y tú, — susurró acercándose — tienes que dejar de hacer a mami vomitar.

— No culpes al bebé. — susurré divertida antes de darle una mirada coqueta.

Decir que habíamos sacado todas las ventajas del embarazo en cuanto al sexo era poco, parecía que buscábamos poner un segundo bebé en mi vientre lo más pronto posible aunque nos cuidabamos.

— Recuerden que vendré por ustedes para cenar macarrones con queso, — respondió con una sonrisa mientras besaba mi vientre — te amo bebé.

— Y chipotle. — añadí tomando su mano.

— ¿A mi no me amas? — preguntó Nathy mientras se acercaba a Ezra con los labios fruncidos.

— Claro que te amo, mucho más de lo que tu mamá te ama. — respondió riendo mientras lo tomaba entre sus brazos recibiendo su pequeño beso.

— Eso no es cierto — negué a la defensiva.

— Tengo que irme. — suspiró Ezra con cansancio antes de volver a sonreír — Nos vemos después mi niño. — dijo despidiéndose de Nathy quien le dio un beso de despedida antes de acostarse a mi lado con su manta, listo para seguir durmiendo — Te amo bebé — susurró antes de besar mi vientre.

— Y yo te acompaño a la salida. — respondí mientras me levantaba con cuidado de no caer por náuseas o acabar vomitando.

Ezra asintió antes de entrelazar sus dedos con los míos para salir de nuestro cuarto.

— Regresare temprano — dijo sonriendo mientras tomaba su abrigo —, vendré por ustedes para ir a cenar y después tal vez podamos ir al centro comercial a ver tiendas de bebés.

— Me parece un plan magnífico — asentí mientras lo abrazaba con fuerza —, ten cuidado por favor.

— Jade, tranquila — dijo con una sonrisa inclinándose para besar mi frente — te amo y te juro que nos veremos en la noche para cenar.

— Te amo — asentí, no quería tener una discusión como noches atrás cuando llegó tarde porque se había cortado en uno de los llamados que atendió y tuvo que ir al hospital.

— Te amo más, — respondió sonriente — recuerda que hacemos todo esto para que antes de que este bebé nazca podamos tener nuestra propia casa con un jardín enormes y un cuarto con muros fuertes para que podamos divertirnos sin el miedo de que nos escuchen los niños.

— Ve por ello. — dije riendo mientras le daba una nalgada, antes de verlo desaparecer por el umbral de la puerta.

*

— Nathy, recoge esos dinosaurios. — dije mientras me ponía los botas de lluvia — Papá llegara pronto por nosotros y sabes que está cansado.

— Luego te platico lo demás. — respondió en dirección a mi vientre antes de bajar del sofá — Bien, pero si el bebé no sabe toda la historia de porque el Señor Ramírez cortó su árbol de limones será tu culpa.

— Cargare con eso. — asentí mientras lo miraba alejarse.

Habíamos pasado una tarde en casa, comiendo helado y viendo películas. Creo que Nathaniel era el más contento con los antojos del embarazo pues siempre sabía que yo le daría.

Estaba a punto de ir a buscar a Nathy cuando el timbre del departamento resonó entre todas las paredes, asombrándome por completo. Ezra tenía muchas virtudes, pero la puntualidad no era una de ellas; siempre solía llegar un par de minutos tarde.

— ¡¿Quién es?! — gritó mi pequeño desde su habitación cuando me encontraba en camino a la puerta.

Estaba a punto de responder con alegría diciendo que se trataba de su tío, pero sólo con observar su rostro pálido y las lágrimas arremolinadas en sus ojos verdes mi garganta se secó.

— ¿Ethan?

— Y-yo, no sé ni cómo decirte esto Jade. — balbuceo, desmorodandose bajo el umbral de la entrada.

— ¿Estás bien? — pregunté preocupada, intentando ignorar la ansiedad que corría por mis venas y las millones de ideas que mi mente maquinaba a la velocidad de la luz.

Ethan negó lentamente, parecía un pequeño niño a punto de romperse en lágrimas y yo ni siquiera sabía como evitarlo: — El edificio en donde Ezra había asistido se derrumbó, no lo han encontrado y tampoco sabemos si... Jade.

Y sin poder evitarlo demasiado se rompió, sin el más minimo esfuerzo y sin la menor vergüenza las lágrimas recorrieron su piel morena marcado el camino de su dolor, y del mío también.

— ¿Mami?

La voz de Nathy me trajo de vuelta que aquel limbo de emociones en el que ni siquiera sabía que me encontraba.

— ¿Qué pasa? — masculló asustado con un puchero en su labio inferior, Nathaniel era el tipo de persona que lloraba sólo con ver a alguien más hacerlo; podía captar el miedo tan bien como una depredador sólo que en vez de usarlo a su favor terminaba afectándolo.

Pero yo no, yo sabía como ocultar el miedo y el dolor con la misma facilidad con la que podía parpadear. Había crecido haciéndola durante toda mi vida; fingiendo que estaba bien cuando en realidad estaba tan hundida que la luz del solo se convirtió en un mito.

— Nada, amor. — respondí con una sonrisa dulce tomándolo entre mis brazos — Es sólo que el tío Ethan discutió con Cara y esta un poco triste.

— No llores, podemos hacerle una cartita de perdón y seguro que si nos bañamos nos perdona, porque a las personas les gustan la gente que huele bien. — chilló Nathy con una pequeña sonrisa.

— ¿Sabes Nathy? Estaba pensando en algo mejor. — respondí enseguida — ¿Por qué mejor no llevamos a tío Ethan a que vea el bebé? Seguro que eso lo pone contento.

— ¡Si, eso me pone feliz a mi! — exclamó mi bebé con una pequeña sonrisa mientras dejaba que lo cubriera con su abrigo antes de cargarlo entre mis brazos.

— Seguro que si, Nathy. — asintió Ethan conteniendo las lágrimas tan bien como podía hacerlo — Ven, te cargo yo.

— No. — negué enseguida — Así esta bien.

No era que temiera que su llanto asustara a Nathaniel o que no pudiera controlarse tan bien, la realidad era que no quería estar sola y sostenerlo a él contra mi pecho, sintiendo su pequeño cuerpo actuando como algo mágico capaz de curar cualquier mal y reconstruir las partes de mi corazón; eran la mejor solución a la sensación de estar a punto de perder al amor de mi vida que me acechaba como un par de lobos hambrientos.

El descenso en el elevador fue todo un infierno en donde el pánico y las náuseas me devoraban con lentitud, queriendo doblar a su voluntad mientras yo me resistía con todas las fuerzas, rezando para la espina que se clavaba en mi corazón no se tratara de una corazonada y solo fueran simples nervios.

Todo iba a estar bien.


«Está embarazada» la palabras resonaban en mi cabeza, manteniéndome despierta.

Respirando,intentando no caer en pánico.

Apenas habíamos llegado del hospital Nathaniel había tomado sus cosas y se había ido con Asher al departamento de enfrente junto a su amigo, Sebastian, el cual parecía caerle muy bien porque sabía acerca de dinosaurios.

Debí de decirle a Cara que de quedara, pero no quería arruinar su cena con Ethan quien al parecer necesitaba hablar con ella de algo muy urgente de lo cual aún no podía enterarme.

— Tranquila. — dije, ahogando el silencio del departamento vacío.

Apenas podía mirarme al espejo y caer en cuenta de lo que había dicho el médico, que estaba embarazada por tercera vez en mi vida justo cuando lo menos que tenía era estabilidad en todos lo ámbitos de mi vida.

Mire mi abdomen intentando caer en cuenta de la realidad, era como aún fuera una probabilidad y no un hecho. Todo este tiempo había estado sintiendo miedo, pero aún con éste hasta la médula no era como si entendiera lo que sucedía en mi cuerpo en estos momentos.

Estaba segura de que me encontraba retorciendo los años, regresando al comienzo de todo esto cuando estaba en el cuarto de la mansión de la abuela enterándome de la existencia de Nathaniel; volvía a ser la niña asustadiza que sentía que el mundo se venía encima y no había nada a lo que aferrarse.

— No quiero que creas que no te quiero — susurré mientras me sentaba sobre el sofá, siempre solía hablar con mis embarazos anteriores aún sus oídos no estuvieran desarrollados —, es solo que estoy asustada.

Bien, estaba a punto de caer en un ataque de pánico.

— Tranquila Jade, puedes hacerle daño al bebé. — me dije en voz alta mientras posaba mis manos sobre el abdomen intentando ignorar el peso que aplastaba mi pecho y el nudo en mi garganta que cada vez se cerraba más — Tranquila, por favor.

Un par de lágrimas rodaron sobre mis mejillas, dejando un rastro frío antes de colgar como escarcha de mi barbilla.

La idea de hacerle daño al bebé con un ataque de pánico me daba aún más miedo y los temblores en mis manos me tentaban a perder el control, a darme por vencida.

Había estado viviendo demasiado estrés, días sin parar de llorar, sin dormir e incluso sin comer; todo con un bebé dentro de mí. Había sido todo un alivio que estuviera sano después de todo y ahora... Ahora estaba a punto de arruinarlo.

Había perdido el suelo bajo mis pies y ni siquiera me había dado cuenta de cuando sucedió, ahora estaba en medio de un embarazo con el mismo hombre que me había hecho huir años atrás y que hace menos de un día me había confesado que me amaba.

Aunque eso lo sabía, siempre lo supe de alguna manera aunque me hiciera dudar. Solo que no era lo mismo escucharlo de sus propia boca y menos después de todo esto.

— Mierda, — mascullé, sintiendo como cada vez me costaba más trabajo respirar aún cuando había salido al balcón en busca de aire fresco — por favor no. — sollocé, cayendo lentamente en el pánico.

Tomé mi celular del bolsillo de mi bata ignorando el par de mensajes que brillaban de Cara y Gina.

«Asher» escribí rápidamente «¿Estas despierto?»

No había pasado ni siquiera un segundo y yo ya estaba lista para salir corriendo en dirección a su puerta para pedirle que me salvará de esto cuando el celular vibró a mi lado, sobre el columpio de jardín que había comprado Cara.

«Sí, ¿qué sucede?» respondió.

«Necesito que vengas, por favor»

Apenas el mensaje se envió la puerta principal del departamento se abrió, podía reconocerla con solo escuchar la forma en la que el eco cambiaba. Era uno de mis dones de madre.

— ¡¿Jade?! — la voz de Asher tornó en mis oídos apagando un poco el fuego que se extendía por mis pulmones vacíos.

— Aquí. — dije lo suficientemente fuerte para que él me escuchara.

Su silueta apareció por el marco del ventanal antes de correr a mi lado tomándome entre sus brazos con suavidad y buscando mi mirada con ese par de halos azules inundados de pánico.

— ¿Estás bien? — preguntó con la voz agitada mientras sus ojos repasaban mi cuerpo en busca de alguna herida — ¿Te duele algo? ¿Qué sucede? ¿Es el bebé?

— Tengo miedo. — confesé desbordando los sentimientos por las fisuras de mi corazón que en cualquier momento dejarían de ser suficientes, mientras el limpiaba mis lágrimas con sus pulgares — Perdón, sé que es patético y no quería asustarte,  pero tenía miedo de todo lo que pasa. — respondí en un sollozó — Después me puse a pensar en que no había estado cuidándome y que estaba muy estresada, así que podía hacerle daño al bebé entonces me dio más miedo... Perdón, perdón.

— Tranquila, — susurró mientras me estrechaba con fuerza contra su pecho — no pasa nada yo estoy aquí.

— ¿Por qué me dejaste sola? — chillé, no tenía fuerzas para intentar fingir ser fuerte y en realidad ya no quería ocultarme de él — ¿Por qué no te quedaste conmigo? Debiste de quedarte porque yo... Porque esto es mucho para mí y tengo miedo.

— Perdón, fui un imbécil. — respondió, cargándome para quedar sobre sus piernas como cuando Nathaniel estaba a punto de tomar una siesta — Pensé que necesitabas descansar, quería que pudieras tener tiempo a solas para pensar... Perdón.

— No, no quiero pensar porque lo único que se viene a la cabeza es lo aterrada que estoy y lo mucho que necesito que alguien me salve .— dije, hundiéndome más en él sintiendo su calor corporal llenando de calidez — No quiero que le pase nada al bebé, Asher.

— Jade, tranquila no va a pasarle nada malo. — susurró mientras tomaba mi rostro entre sus manos, obligándome a mirarlo a los ojos — Vamos a respirar, ¿sí?

Asentí lentamente, intentando detener mis sollozos, Estaba tan cansada y no solo físicamente si no de todo; de sentir que nadaba contra corriente, que caía al abismo, que una tormenta se avecinaba, de temer y sobre todo de huir.

— Bien, así nena tu puedes. — asintió Asher mientras inhalaba una vez más conmigo imitando sus acciones.

— Por favor no vuelvas a dejarme, nunca.

— Jamás, lo juro. — asintió mientras volvía a respirar — ¿Mejor?

— Un poco.

— Será mejor que vayamos a dormir Jade, hemos tenido un día muy largo y tu necesitas descansar. — dijo mientras se ponía de pie conmigo en brazos — Puedes dormir con Nathy y yo con Sebastian.

Busqué sus ojos buscando una explicación, sabía que habíamos pasado un día largo lleno de emociones que nos hacían pensar en que era un milagro que aún conservamos la cordura aunque sea un poco pero había algo en él que no encajaba.

Lo había notado desde el hospital.

Él era Asher, solía conocerme bien y estaba segura de que sabía que dejarme sola después de este día no sería una buena idea. Podría apostar que era por eso que seguía despierto aunque estuviéramos a pocas horas del alba.

— No. — negué, bajándome de sus brazos cuando estábamos en el pasillo que separaba su departamento del mío.

— ¿Qué pasa? — preguntó preocupado, apartando la mano de la manija de la puerta — ¿Te sientes mal aún?

— No, — respondí — tu estas raro y ni siquiera te esfuerces en negarlo.

— Jade, necesitamos descansar. — dijo, tomando mi mano antes de hacer el ademán de abrir la puerta pero retrocedí liberándome de él.

— No, Asher. — negué enseguida, caminando hasta el otro lado del pasillo — ¿Qué tienes?

— Ya te dije que no tengo nada. — gruñó mientras caminaba en mi dirección obligándome a sostenerme de un pequeño barandal que había en el marco de la ventana con fuerza — Jade, te vas a lastimar.

— No puedes hacerme nada porque estoy cargando a tu bebé dentro de mi — le advertí cuando sus brazos rodearon mi cintura con firmeza — y eso me hará vomitar, entonces me voy a asustar y volveré a tener un ataque de pánico.

— Bien, entonces quédate aquí. — dijo antes de soltarme — Yo me iré a dormir.

Tenía razón, esa era la última prueba que necesitaba para saber que algo estaba mal porque Asher jamás me dejaría sola en un pasillo en medio de la madrugada embarazada después de tener un ataque de pánico.

— Asher.— lo llamé antes de que entrara a su departamento — Pronto seremos una familia de cuatro personas y las cosas se pondrán difíciles, necesitamos confiar el uno en el otro. — dije, aún no había decidido cuando tendría esta plática con él en donde básicamente intentaba arreglar el desastre que somos — Porque ahora tendremos dos personitas que dependen de nosotros y necesitamos comunicación.

— Jade, por favor no me lo hagas más difícil.

— Berwin, ¿qué sucede? — pregunté preocupada intentando no escuchar la voz en mi cabeza que respondía con los peores escenarios.

— Chingado. — gruñó mientras cerraba la puerta, soltó un suspiro cansado antes de mirarme con seriedad — ¿Quieres saber qué sucede, Jade?

No, mejor no — Sí.

— Sucede que estoy en medio de este cuento perfecto donde tengo todo lo que siempre soñé; a ti y una familia, — respondió acercándose a mí, lucía molesto pero no conmigo sino con él — pero no se siente como se supone que se debería de sentir. — añadió parándose frente a mí con los brazos cruzados — Porque tu no me ves como se supone que deberías hacer, crees que soy alguien que está listo para herirte.

» Me siento que en algún puto momento mi gran sueño, se convirtió en una pesadilla de la que no quiero escapar y te amo, pero hacerlo no es justo y tampoco me da el poder de cambiar las cosas, aunque de verdad quisiera.

— Asher, sabes que no quise decir eso. — negué enseguida, intentando tomar su mano pero él la escondió detrás de su brazo — Solo estaba asustada y yo... Perdón.

— Sé que no quieres herirme Jade, pero no me hagas esto por favor. No me mientas a la cara, — rogó, con la voz entrecortada por las lágrimas que iluminaron sus ojos — porque no soy tan fuerte para esperar que un día de estos no estés asustada por algo y me ames.

» Y perdón si es demasiado egoísta Jade, pero no puedo ocultar lo que siento- — dijo con una sonrisa triste — Sé que tú sufriste años conmigo y no sabes cuanto me arrepiento por haber sido tan imbécil, pero no puedo tener un corazón roto mientras intento ser el mejor padre del mundo para Nathy y el nuevo bebé.

Una pequeña punzada de dolor atravesó mi corazón ante sus ojos brillando en vulnerabilidad y lágrimas mientras explotaba frente a mí, entregándome sus emociones en un tarro de cristal y dándome el derecho de hacer con ellos lo que quiera.

— Tengo tanto miedo como tu y estoy intentando no caer en un ataque de pánico a cada segundo porque voy a tener un bebé y tengo un niño de casi cinco años que cree que es divertido hacerme trenzas en el cabello. — continuó con una pequeña sonrisa fugaz, sin dejarme hablar — No quiero decepcionarlos y créeme cuando te digo que intento creer en ti y en tus palabras acerca de mi paternidad.

— Entonces tú... — comencé a decir mientras intentaba procesar toda la información en mi cerebro — Tu y yo...

— Creo que debemos de limitarnos a ser una familia funcional por ahora Jade. — respondió en voz baja, apartando la mirada mi justo como lo hacía en el hospital.

— No puedes decidir eso por los dos, — negué — Asher tu no puedes venir aquí a decirme que se supone que es lo que tengo que sentir por ti.

Ni siquiera me había puesto a pensar en eso, en él y yo como personas individuales fuera del tema de los hijos — apenas había tenido cabeza para asimilar que estaba embarazada de nuevo, después de un año —, pero de alguna forma u otra sabía que no quería esto, no se sentía como lo correcto.

— Y no pretendo hacerlo Jade, pero estoy harto de sentir que solo llego a tu vida en el momento indicado con las palabras perfectas y que la única razón por la cual me aceptas es porque estás demasiado vulnerable. — respondió, sin mirarme, era como si temiera que pudiera ver la mentira en sus ojos — ¿No ves el círculo en el que nos metimos? Creemos que podemos con esto, algo sucede y detona la bomba; entonces tú vuelves a abrir los ojos y te alejas.  — dijo — No puedo perderlos, por fin entiendo todo eso que mis padres decían acerca de los hijos y los amo Jade no quiero lastimarlos.

— A mi también me amabas, ¿o ya se te olvido? — pregunté herida.

Dolía, era tan insoportable como las veces que tuve que tragarme mi dolor mientras él se revolcaba con otras. Estaba aterrada ante la idea de lo que el futuro podía traerme pero creo que eso no se comparaba en nada al miedo que me daba perder a mi Asher.

— Sabes que es diferente — negó — y que por más que quisiera amarte hasta que nos baste a los dos no puedo.

— ¿Por qué no? — pregunté sintiendo las lágrimas picar mis ojos.

— Porque no se puede obligar a una persona a amarte, eso es estúpido. — exaspero — Tal vez tenías razón en todas esas chingaderas sobre que no podíamos sentir algo por el otro después de tanto tiempo lejos.

— No, ni siquiera te atrevas Asher. — negué buscando su mirada con desesperación.

—Jade, ¿no lo ves? — preguntó en un hilo de voz — Nosotros, lo que siempre tenemos es solo un salvavidas en medio de la tormenta. — respondió — Somos adicto al otro porque nos recordamos algo feliz que tuvimos en la vida pero siempre terminamos abusando del otro.

Negué lentamente, dejando de soportar las lágrimas y rezando para que el dolor no se me saliera de entre las manos.

— Tenemos que pensar en dos más ahora Jade, no podemos jugar de nuevo a esto. — respondió Asher, suavizando un poco su tono de voz — No quiero lastimarte más.

— Pues esta no es la forma. — mascullé acercándome a él.

No me importaba si mantenía los brazos cruzados, necesitaba tenerlo cerca para alejar la voz en mi cabeza que me decía que esto era todo lo que siempre tuvimos que ser.

¿Yo lo amaba?

Habíamos estado corriendo de un lado a otro saltándonos todos los pasos, que se supone que había, que ahora estábamos envueltos en un lío del cual ninguno de los dos sabía cómo salir. No sabía en qué momento había caído por completo en sus brazos; si fue la primera vez que lo vi en el funeral o cuando me di cuenta que esta vez si nos buscó.

— Asher... — un pequeño gemido de dolor salió de mis labios, pronunciando su nombre mientras me aferraba a la camisa de su pijama.

— Tenemos que hacerlo por ellos — respondió, sin tocarme —, todo este tiempo tuviste razón en nosotros; no podemos seguir jugando a esto ya no somos esos niños, Jade.

— Entonces no juguemos más, — susurré — tú eres quien decía que no podíamos dejar que esto terminara aquí y quiero creerte.

— Solo lo dices por todo lo que está pasando, porque crees que te voy a dejar sola y estás tan cansada de estarlo como yo pero no es así Jade. — respondió con suavidad, sentí el aire salir de sus pulmones para darse por vencido y tomarme en sus brazos justo como yo lo hacía — Sé que todo esto es un poco repentino pero así son las cosas nena, así fue como lo comprendí.

— ¿Así que ahora solo jugaremos a que nada de esto pasó? — pregunté herida, rezando por que el calor en mis brazos y la forma en la que sentía que mi corazón adquiere nuevas grietas fuera suficientes para hacerlo cambiar de opinión.

— No estamos jugando, no más. — respondió en voz baja — Solo estoy intentando hacer lo mejor para mantener bien a Nathy y al bebé, sé que tarde o temprano la vamos a cagar Jade y tu queras huir de nuevo y yo perderé la cabeza.

— ¿Y si no es así?

— Lo es, solo piénsalo un poco. — dijo — Tienes miedo y es por eso que me quieres cerca porque sabes que me lo llevaré hasta que me convierta en un problema,

» Esta mañana ni siquiera me amabas Jade y ahora resulta que después de que nos enteramos de que estás embarazada y asustada sientes algo por mí. — añadió, soltando mi cuerpo y alejándose de mí — Tal vez no sea justo. pero no puedo con esto, no siento que tenga las fuerzas para jugarmela y no es por ti, porque sabes que lo haría; es por ellos. Lo siento.

— Yo jamás dije que no lo hacía. — mascullé mientras lo veía dar la vuelta, ahora era él quien corría de mí.

No sabía lo que hacía, creo que hace ya bastante tiempo mi cerebro hacía sido desconectado y mi corazón estaba a cargo. Haciendo de mi vida un lío en el cual me encontraba tan perdida que no tenía idea de como solucionarlo.

Solo era consciente que esto me dolía y que las palabras que brotaban de mis labios era todo menos una mentira, las sentía con cada célula de mi cuerpo junto a las mariposas que caían lentamente en mi estómago sofocándose.

Asher se paró en seco a mitad del pasillo, podía notar como sus músculos se tensaron al escuchar mis palabras mientras giraba lentamente.

— ¿Qué? — preguntó.

Estúpida.

Inhale aire, tomando valor de todo lo que sucedía en mi alrededor y recordando mi platica con Gina antes de que me desmayara entre sus brazos.

— Nunca dije que no lo hacía. — repetí, luchando contra mi ansiedad para mirarlo directamente a los ojos.

La puerta del departamento de Asher se abrió mostrando a un pequeño con pijama de pingüinos, con el cabello totalmente despeinado y Baloo detrás de él.

— ¿Qué haces despierto? — preguntó Asher mientras lo volteaba a ver con una pequeña sonrisa — Pensé que te había dejado roncando con Sebastian.

— ¿Qué haces tú despierto? — preguntó intentando arquear una ceja haciéndome soltar una pequeña carcajada mientras me limpiaba las lágrimas — Ah, ya veo.

— ¿Qué ves? — pregunté con el ceño fruncido tratando de seguir con su juego.

— Estaban planeando una pijamada sin mi de nuevo. — respondió caminando hacia mí extendiendo los brazos.

— Ven Nathy, será mejor que yo te cargue. — respondió Asher tomándolo entre sus brazos antes de intentar apartar los rizos que cubrían sus ojos — Creo que debemos de cortarte el cabello.

— ¿Por qué mamá no puede cargarme? — preguntó con el ceño fruncido mientras tomaba el cabello de Asher — Nadie toca mis rizos y menos una tijera, papá.

— Porque mamá... — comenzó a decir Asher buscando mi ayuda con la mirada.

— Mamá se siente mal del estómago Nathy. — respondí mientras me acercaba a él para besar su mejilla.

— ¿Te duele? — preguntó mientras me abrazaba acercándome más a él y a Asher.

— Sí. — mentí.

— Seguro es por hambre. — asintió con una sonrisa, entonces supe que lo que menos planeaba hacer este niño era dormir de nuevo.

— ¿Ah sí? — pregunté riendo — Déjame adivinar, ¿te levantaste porque tenías hambre?

— Afirmativo pareja — asintió antes de besar la nariz de Asher quien sonrió enseguida — y papá no tiene nada aún, yo busque.

— Vamos, te haré algo de comer. — dije mientras extendía los brazos para tomarlo — Dejemos que papá vaya a dormir.

— No, mejor voy con ustedes; no tengo tanto sueño. — negó mirando a Nathaniel — Yo jugare contigo mientras que mamá descansa un rato, ella necesita dormir bien lo dijo el doctor.

— Bien. — suspire sin muchos ánimos mientras me separaba de ellos para entrar al departamento.

Quería encerrarme en mi cuarto a llorar hasta quedarme dormida para después hablarle a Cara llorando porque no entendía cómo alguien como Asher podía hacerme sentir que me había roto el corazón otra vez sin tener idea de que le había dado el derecho de hacerlo.

Pero tenía razón, al menos en una parte, necesitamos concentrarnos en Nathy y el bebé. Yo necesitaba descansar y comer bien para mantenerme saludable.

Los tres entramos al departamento donde después de hacerle a Nathaniel un emparedado de queso asado, el cual Asher no estuvo para nada de acuerdo y de hecho me dijo que debíamos de hablar sobre el tema de la alimentación, ambos se quedaron en la cocina mientras yo me recostaba sobre la sala, esperando que estar expuesta a ellos me haría poder obligarme a dormir.

¿Esta vez iba a estar bien?

**************************************************************************************
Próximamente mi user sera: mondhannaceliacolin, porque efectivamente chille y aquí un bonito meme que hice mientras perdía el tiempo en vez de editar; por eso la hora. Dispensen.

Espero que estén teniendo un buen día lleno de tranquilidad, bueno, hasta que leyeron este recuerdo y este capítulo. Por cierto, ¿qué les pareció?

Cada vez estamos más cerca del final, odio este sentimiento, pero es inevitable, ¿cómo creen que acabe todo?

De verdad espero que hayan amado el capítulo de hoy, creo que es uno de mis favoritos en cuanto a la madurez de Asher, ya quiero que vean todo lo que se viene. Muchas gracias por estar aquí, aún seguimos creciendo día con día y esto es gracias a ustedes, los tqm.

Este capítulo va dedicado a @zorritaN1, gracias por participar en la dinámica de instagram y sobre todo por tu gran memoria, es impresionante. Te quiero mucho y espero seguir viéndote por aquí.

Nos vemos el próximo sábado, ¿están listos?

¡Ya les extraño!

Continue Reading

You'll Also Like

1.7M 5.4K 3
Como buena profesional, Jazmín tenía el deber de ayudar, acompañar y apoyar a sus pacientes, pero el día que él pisó por primera vez su consultorio...
123K 8.1K 102
-"Hola, Bonita"- Todo Comenzó Con Un Saludo, Bueno Al Menos Para Mi La Chica Que Solo Manda Notas Al Chico PlayBoy, No Por Mucho Así Que Dentro De Po...
1.4K 58 25
Amelia jons tiene 18 años de edad, es una chica con cabello negro oscuro y ojos verdes sus padres eran empresarios pero su empresa cayó en quiebra y...
1.1K 255 6
La vida está conformada por dos grupos de personas, las que soñamos con ser amadas, y las que tienen la fortuna de serlo.