Un Milagro de Navidad - Ziam...

By Limit_Adicto

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Ha pasado demasiado tiempo desde que dos jóvenes se han visto. De hecho, la última vez que se vieron, estaban... More

Un Milagro de Navidad - Ziam [Adaptación]
Prologo
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7 [Parte 1]
Capítulo 8 [Parte 2]
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Una Pequeña Nota (Importante)
Epílogo

Capítulo 1

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By Limit_Adicto

Miércoles, 21 de noviembre

Todo comenzó entre una respiración y la siguiente, con la septuagésima quinta repetición del clásico navideño de Lennon en sus oídos y el olor de los muffins de arándanos de Amelia en su nariz. 

Era el cielo y el infierno, y todos los clichés que hubiera en el medio, fue una sorpresa que le pateó el culo tan duramente que casi se cayó al suelo.

Liam.

Liam Payne, de los Payne de Boston, el chico que había querido con pasión.

Alto un poco más alto que el, con el pelo castaño y hermosos ojos color avellana, un hoyuelo en el mentón y los pómulos altos, el  jodido Liam Payne era la perfección personificada.

Habían estudiado juntos. Liam estaba en inglés Nº 101para obtener créditos fácilmente, Zayn era el asistente técnico del profesor de inglés.

Liam había sido asignado a recibir las clases de recuperación que impartía Zayn porque este era muy bueno con las ‘necesidades especiales’ de los estudiantes.

Necesidades especiales era, en este caso, un eufemismo utilizado por los que realmente trabajaban duro en la universidad. Se utilizaba con mucho desdén para describir a aquellos estudiantes que simplemente no parecían preocuparse lo suficiente.

Ese era Liam, el chico que nunca tuvo que intentarlo. Jamás pareció que trabajara en nada. Sin embargo, de alguna manera Liam siempre lograba salir del apuro.

Por otra parte, ¿por qué Liam incluso quería trabajar en la escuela? No lo necesitaba. 

Con un fondo fiduciario a los  veintiún años, un Ferrari, dos en realidad en el estacionamiento de la escuela y vacaciones en Europa, no tenía necesidad de preocuparse por planificar su carrera, ya que cuando saliera de la universidad se uniría a la empresa familiar.

Liam lo tenía realmente fácil y era una persona con una luz increíblemente brillante a su alrededor.

Todavía se veía bien a los veinticinco años, por lo que debía ser considerado como un veinte más un plus añadido. Bien, era obvio. 

Pero genial, aun con los largos y encrespados mechones que se movían hábilmente alrededor de su rostro, y con unos Denim que probablemente costaban más de lo que Zayn ganaba en una semana en la cafetería, y aún con la espantosa, aunque cara, sudadera que a él tanto le gustaba.

Ésta era una curiosa mezcla de marrón y azul, y en un hombre que fuera poca cosa, un hombre mayor, más feo, habría sido un espectáculo horrible.

En Liam sin embargo, el algodón se curvaba sobre los músculos definidos y se aferraba a su torso antes de rozar las caderas y cubrir el área que Zayn había definido en la universidad como puro cielo.

—¿Zayn? Zayn Malik, ¿eres tú?— Zayn parpadeó al oír la profunda y culta voz, su polla endureciéndose increíblemente contra la cremallera de sus pantalones.

Liam tenía ese efecto en él en la universidad, y aparentemente nada había cambiado. Afortunadamente, lo que estaba sucediendo se quedaba oculto bajo el delantal que declaraba que él era uno de los hojaldres de Amelia.

Hojaldres de Amelia = Hace referencia al lugar donde trabaja.

Liam estaba hablando con él. La última vez que Liam había hablado con él había sido en la graduación hacía diez años.

Luego estaba el incidente del ponche de huevo de Navidad. Joder. ¿Por qué tenía que recordarlo ahora? Aquí. En medio de la loca fiebre de la media mañana.

Ambos se habían quedado en la universidad durante las Navidades, fueron los dos únicos que se quedaron en sus respectivas casas compartidas y, más por suerte que por juicio, habían coincidido en la cafetería del campus.

Un café los llevó a un debate sobre Grand Theft Auto, lo que condujo a un enfrentamiento en la casa de Liam. La casa de Liam había sido muy diferente del vertedero que Zayn compartía con otras siete personas.

Grand Theft Auto = hace referencia a un video juego popular, entre algunos adolescentes.

Liam la compartía con sólo otros dos, y cada uno tenía su propio baño. Lujoso y otro ejemplo de la diferencia entre ellos.

Hoy en día, no podía recordar de quién había sido la idea de introducir el ponche de huevo en la situación pero el recuerdo de lo que había pasado lo acompañó durante unos cuantos años.

Liam había inclinado el contenido de la bolsa suavemente sobre la superficie de trabajo y Zayn alargó una mano para detener la botella de bourbon que se caía de un lado. Lo siguiente, la receta.

Se concentraron como sólo dos chicos  jóvenes llenos de cerveza podían, en la creación de lo que se describía en la receta como el ponche de huevo perfecto.

Los huevos, el azúcar, la nuez moscada, la crema, luego el brandy, un poco más de brandy, y algo más bourbon, que Zayn había probado con un saludable trago para asegurarse de que estaba bien.

El alcohol lo volvió audaz.

El hombre de sus sueños estaba de pie a no más de treinta centímetros de él y agitaba el bourbon bajo su nariz, exigiéndole que le dijera si estaba bien como para usarlo. Luego había añadido casi la mitad de la botella.

El primer contacto con el brebaje tuvo a Zayn jadeando en  busca de aire. A continuación, el segundo lo entumeció. Tenía muy pocos recuerdos de las siguientes horas, aparte de intercambiar descuidados besos bajo el muérdago de navidad.

Lo que fue una pérdida total dado que su polla estaba afectada debido al alcohol. La caprichosa cosa no podría levantarse para la ocasión ni aunque Brad Pitt hubiera entrado en la habitación desnudo y pidiendo sexo a tope.

Se había despertado en el suelo con la boca llena de algo muerto, Liam roncando en el sofá y su trasero sin tocar. Zayn se fue.

Caminó las dos calles hasta su casa y pasó el resto del día agarrando al dios de porcelana, perdiendo diez veces más sus contenidos estomacales.

Pero el  beso... Había querido más de esos. Aunque nunca los consiguió.

Y ahora el hombre que había intentado olvidar estaba parado ahí en busca de una respuesta racional de un chico normal y de repente la cabeza de Zayn estaba vacía.

En su cabeza sabía exactamente lo que se debía decir y cómo debía decirlo.

Pero al igual que el empollón de cada película cliché, lo que en realidad salió fue poco más que un chillido que probablemente sólo podría ser oído por los adolescentes y los perros pequeños.

Tosió, hizo una demostración de palmaditas en la garganta después de la tos, e ingirió antes de empezar de nuevo.

—Hey.— Elocuente, ¿no?

—De la universidad. Zayn Malik, ¿verdad?— Liam añadió cuidadosamente. Parecía un poco confuso, su expresión hablaba de la preocupación por haberse equivocado con el nombre de Zayn, o el hecho de que realmente no conociera a Zayn en absoluto.

—Muffins—Zayn comenzó—, uhmm, sí, Zayn, de la universidad, yo... Yo trabajo... Erm... Muffins.

Bueno, eso mató su erección. Cuatro años de educación universitaria que habían quedado reducidas a una ciega idiotez con cero habilidades verbales ante la vista de un Liam Alto y Atractivo.

Liam sonrió. Una amplia sonrisa feliz que alcanzó sus ojos color avellana y arrugó toda su cara. Y maldita sea, tenía unos bonitos hoyuelos, profundos y, ¿en realidad pensaba en esa palabra?, follables.

—Cuánto tiempo sin verte.— Liam claramente quería mantener una conversación, y Zayn estaba de acuerdo. Aunque era una pena que su cerebro y su boca estuvieran teniendo una gran cantidad de problemas para conectarse con cualquier nivel de coherencia.

—Uh huh—Zayn logró soltar; Liam siempre tenía esta forma de convertirlo en un idiota con la lengua atascada. Se movió de un pie a otro con la esperanza de estar siendo sutil.

Entonces, como no se le ocurrió nada más que decir, espetó: —¿Qué puedo hacer por ti?—

No había pretendido que su tono fuera brusco, pero esa era la forma en la que le salió. Zayn se maldijo interiormente ante la ineptitud social que sólo manifestaba en torno a tipos realmente calientes.

Parecía que ahora era el turno de Liam de quedarse callado, y el brillo de entusiasmo en sus ojos se desvaneció un poco y sus anchos hombros se pusieron rígidos sólo por un instante.

No duró mucho tiempo, Zayn pudo incluso haberlo imaginado, fue muy breve, entonces Liam estiró hacia atrás esos increíblemente anchos hombros, concentrándose ávidamente en la tentadora exposición de las magdalenas bajo el cristal y, por último señaló a los muffins de arándanos.

—Doce de esos, por favor.

Zayn los puso en una caja, poniendo un especial interés en lo que estaba haciendo para no mirar a Liam o encontrarse con sus ojos. 

Le entregó la caja al otro hombre, y le ofreció una pequeña sonrisa, pero Liam no se la devolvió exactamente. En cambio, le entregó un billete de veinte.

Zayn hurgó en el cambio, contando cuidadosamente dos dólares y veinticinco centavos en la palma extendida de Liam antes de que el otro hombre lo mirara expectante, después la expectativa se convirtió en confusión, y, finalmente, se volvió sobre sus talones y solo salió.

—Hablando de caliente.—Zayn oyó las palabras suaves y el silbido. Se volvió para hacer frente a Amelia, su jefa, que estaba haciendo malabarismos con más bollos y un plato de pasteles de crema.

— ¿Hmmm? —Él no terminaba de pillar lo que Amelia estaba diciendo, pero obviamente ella estaba hablando de las magdalenas, ¿verdad? Zayn cogió inmediatamente la nueva hornada, colocándolas en el expositor.

—Ese tipo al que acabas de servir: alto, blanco y atractivo.

—Liam.

—Oh. Mi. Dios— Amelia medio susurró en voz baja.

—Zayn Javadd Malik, que puta, ¿ya conseguiste su nombre? Es verdad cuando dicen que los callados son los más salvajes.

—Lo conocí en la universidad, ¿de acuerdo? No soy una puta, Ame—dijo Zayn. 

Se las arregló para murmurar esto antes de que la siguiente persona en la sinuosa línea exigiera su atención, ordenando tres magdalenas, una tarta de crema, un macchiato , un flat white, y una mocha.

Él se ocupó de ese cliente y de los siguientes, empujando los pensamientos sobre Liam a un lado para hacer frente magistralmente al pre Acción de Gracias todavía trabajando, todos se apresuraban a por sus muffins.

Volviendo la vista atrás, a pesar del incidente con el ponche de huevo y del hecho de que después de eso Liam pareció evitarlo en la universidad fuera de las sesiones de estudio, no había disminuido el enamoramiento de Zayn por el hombre más joven.

Sin embargo, él dejó la universidad sin probar ese objeto de su deseo. La única otra cosa que se había quedado pegada en su mente era el recuerdo de su último día en la universidad.

Liam lo arrinconó en el aparcamiento y tiró de él en un fuerte abrazo.

—Gracias por toda tu ayuda con las tareas del curso—le había dicho Liam.

—De nada—le dijo Zayn. Su respuesta fue la misma que les había dado a todos los estudiantes de primer año que había ayudado. Corta y al grano.

—Nos veremos en algunos años—Liam ofreció.

—De acuerdo.

Sólo más tarde, cuando estaba en el coche escuchando el mal gusto de su madre en lo que a música mierda se refiere, consideró lo que Liam le había dicho.

¿En algunos años? Dudaba que fuera a ver al hombre de nuevo.

¿Y qué si Liam había sido el objeto de más de una de las fantasías de su mano derecha en más o menos los últimos once años?

¿Y qué si probablemente había perdido la totalidad de sus posibilidades en la vida de poder hablar con el chico como un adulto crecido y confiado? Nunca iba a verlo de nuevo.

Nueva York era una ciudad enorme, y Amelia, aunque popular, sólo era una cafetería fuera de las rutas turísticas.

Era una pena, porque, realmente, Liam Payne seguía siendo caliente.

***

Liam puso el uniforme en el vestuario y luego corrió a su escritorio.

Dejó caer la caja de doce muffins de arándanos sobre su mesa situada en medio de la zona de trabajo llena de escritorios.

Haciendo una cuenta atrás hasta diez en su cabeza no se sorprendió cuando su compañero, Alex Strachen, hizo el primer comentario.

—Los muffins son siempre un poco gay, Payne—dijo—. Infiernos, el azúcar, ¿no pudiste conseguir rosquillas, galletas o algo un poco más hetero?

—Ja, ja, Strachen—dijo Liam secamente. Apartó la caja fuera del camino de Alex y cerró la tapa. — Entonces me los comeré con el administrador.

—No seas tan apresurado—dijo Alex. Le tendió la mano y se la estrechó, con la palma hacia arriba—.Dámelos. 

Liam puso la caja deliberadamente frente a su compañero y luego se instaló en la silla más cercana antes de arrastrarse hacia delante para coger uno de los muffins.

—¿Son de Grand Street? —Alex comentó con la boca llena, mientras apuntaba a la dirección que aparecía a un lado de la caja—. Eso está como a diez calles de distancia.

Él tragó su  bocado y tomó un sorbo de café, haciendo una mueca ante lo que Liam sabía que era un café repugnante—.Y en la dirección opuesta a dónde vives.

—Gran trabajo de detective—dijo Liam. Mordió un arándano y el jugo de la tarta de frutas provocó su lengua. Dios. Esos muffins eran el cielo en una caja.

Vio cómo desaparecían uno a uno, mientras otros oficiales se los llevaban. Una pequeña parte de él lamentó el compartirlos.

Aun así, una caja vacía significaba que podía volver después de Acción de Gracias y ver a Zayn de nuevo.

—¿Tiene esto algo que ver con tu chico? ¿Lo localizaste?—Alex se inclinó y habló en voz baja.

A pesar del hecho de que todos en el departamento sabían que Liam era gay, Alex respetaba que él no quisiera hablar delante de todo el mundo y que se enteraran de los detalles de su vida privada.

—Hablaremos más tarde—Daniel le ofreció. Eso significaba: ‹‹Cuando estemos fuera y lejos de aquí››

Se sentaron para hacer frente a la rutina del nuevo día, revisando informes, yendo a una reunión informativa y organizando lo que tenían que hacer.

Era casi mediodía antes de que salieran a la calle, y la nieve era una bendición, ya que lo ralentizaba todo.

Las personas todavía se arremolinaban; los coches se abrían paso a través de los semáforos y en las esquinas apenas faltaban los pies de los peatones que esperaban.

Pero había un murmullo de emoción en el aire. La primera nieve siempre era muy emocionante, antes de que se derritiera o, en el peor de los casos, se volviera aguanieve.

El aire amargo de noviembre picaba la cara de Liam, pero estaba  bien. Estaba en casa.

—Así que dime. ¿Ese tipo que rastreaste, la hermana o algo así, te dio buena información?

Liam odiaba utilizar la información de la policía para  buscar al hombre que quería encontrar y en su lugar había confiado en el buen trabajo de un detective a la antigua.

Saber que la hermana de Zayn trabajaba en el Times era un buen lugar para empezar, el siguiente paso era conseguir la información de dónde trabajaba su hermano.

Con la dirección en la mano y salir dos horas antes para ir a trabajar significaba que finalmente, después de todos esos años, había visto a Zayn de nuevo.

Extraño que el hombre que le había dado un propósito a sus estudios hubiera terminado, de todos los lugares, en una cafetería.

En su cabeza Zayn se había convertido en maestro, o había hecho algunos estudios más y se había convertido en Doctor en literatura inglesa. Cualquier cosa menos alguien que hacía café y muffins y los vendía para ganarse la vida.

—Sí, y trabaja allí, detrás del mostrador.

—De ahí los muffins. ¿Te reconoció?

—Sí que lo hizo. Pude ver que se dio cuenta inmediatamente de quién era yo.

—¿Ibas de uniforme?

—Lo dejé aquí ayer y me cambié cuando llegué. No quería asustar al chico a primera vista.—Liam se encogió de hombros—. Parecía un conejo asustado, y no llevaba sus gafas.

—¿Te acuerdas de que llevaba gafas?—Alex se echó a reír—. Hombre, lo tienes mal. ¿Realmente te ha seguido gustando durante todo este tiempo?

Liam no había compartido mucho de su historia personal con Alex. Su socio conocía los titulares: hijo de padres ricos, educación privada, título universitario, policía.

Él no conocía a Zayn y el efecto que el estudiante de último curso había tenido en su primer año. ¿Por qué iba a hacerlo? Liam lo mantenía todo muy cerca de su pecho. Suspiró.

—Es un asunto pendiente. Debería haberlo buscado antes.

Alex lo miró pensativamente mientras evitaba con habilidad chocar con una mujer que se había detenido a mirar un escaparate con muy poca consideración por las personas alrededor de ella. Hizo una mueca, pero siguió caminando.

Estaban acostumbrados a cosas mucho peores. Todo el mundo tenía alguna intención oculta, y el trabajo de la policía era asegurarse de manejar cualquiera cosa que la ciudad les lanzara.

—Entonces, ¿por qué no lo buscaste antes?

Liam vio a un Santa desaliñado con una caja de caridad en la esquina y lo miró fijamente. Este pareció pillar la indirecta  y desapareció. Había dominado el arte de la dura mirada de no me jodas de Alex, y lo utilizaba con buenos resultados.

A veces, el lenguaje corporal y el uniforme eran más eficaces que las palabras.

—No era el momento adecuado. Estaba en la universidad, luego las peleas familiares, después el entrenamiento, por último superarlo todo. Supongo que sólo lo establecí así.

—Juego peligroso si él era tan importante. ¿Y si él hubiera encontrado a algún otro semental alto y con los ojos de color avellana y se hubiera fugado a Tortuga?

Tortuga = Isla situada en el Atlántico.

—¿Me estás llamando semental, Strachen?

Alex resopló una carcajada y respondió a una llamada en su radio. Había una situación tensa a una calle y de repente la conversación se había acabado.

A medida que conseguían los detalles, un conejo muerto, un estafador, un niño que se lamentaba y la mamá del niño, Liam intentaba poner sus propios pensamientos en orden.

Zayn se había escandalizado al verlo esta mañana, pero lo había reconocido. Esa era una buena cosa, ¿no? Seguía estando igual a como Liam lo recordaba. 

Nervioso, lindo, no lindo, magnífico,  y aún con esa sonrisa que ponía mariposas en la boca de su estómago.

Él volvería pronto, tal vez incluso tuviera el valor para pedirle que saliera con él.

Decisión tomada invitaría a Zayn a salir con él, no dijo más y se concentró en la historia de por qué un niño de cuatro años de edad había encontrado un conejo muerto en el interior de una caja de zapatos.

Eso sólo ocurría en Nueva York.

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¿Alguien más extrañaba los capítulos largos? :) (espero que si, y no les haya aburrido leer un capítulo tan grande)

Primer capítulo de esta novela listo, tenía planeado subir los capítulos conforme viene la fecha en la parte principal pero por cosas del "destino" (la escuela ¬_¬) no pude, en fin.

¿A alguien más le gusto la actitud de Amelia? x)

Gracias por el apoyo hacia este nuevo proyecto.

Voten, Comenten y Recomienden la Novela.

Nos leemos en el próximo capítulo.

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