Spring love (EDITANDO)

By MissSlytherdor13

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"-En un año todo cambiará, Katherine." Esas fueron las palabras de mi padre antes de ser obligada a trabajar... More

Spring love
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXIX
Capítulo XXX
Capítulo XXXI
Capítulo XXXII
Capítulo XXXIII
Capítulo XXXIV
Capítulo XXXV
Capítulo XXXVI
Capítulo XXXVII
Capítulo XXXVIII
Capítulo XXXIX
Capítulo XL
Capítulo XLI
Capítulo XLII
Capítulo XLIII
Capítulo XLIV
Capítulo XLV
Capítulo XLVI
Capítulo XLVII
Capítulo XLVIII
Capítulo XLIX
Epílogo
Extra

Capítulo XIX

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By MissSlytherdor13

IMPORTANTE

Ya pueden encontrar un pequeño avance de Summer love en mi perfil y descubrir de quién será la siguiente novela

— ¿Segura que me veo bien? —pregunté por quinta vez frente al espejo.

Chloé rodó los ojos con cansancio y frustración.

— ¿Qué parte de sí no entiendes, Katherine?

— ¿Crees que le guste?

— ¿Te gusta a ti?

—Sí—respondí viéndome de nuevo.

—Entonces importa un carajo si le gusta o no—murmuró dejándose caer de espaldas en mi cama.

—Es la primera vez que salgo con él en mucho tiempo, Chloé—protesté.

—Kate, te ves hermosa, de verdad—dijo en tono dulce.

— ¿Tanto como para besarnos?

Mi amiga se sentó rápidamente con expresión de sorpresa.

— ¿No se han besado?

—Kate, estamos a finales de julio y desde marzo se han visto—enumeró los meses con sus dedos—, no puede ser posible que no se hayan besado aún.

—Lo íbamos a hacer, pero alguien interrumpió—sonreí en su dirección.

—Oye, lo siento, no sabía que se iban a comer ahí afuera—se defendió.

—Me gustaría besarlo, pero no lo sé, ¿crees que voy rápido? —pregunté haciendo un puchero—. ¿Debo hacerlo esperar más?

Chloé mordió su labio y negó.

—Hazlo si quieres, Kate, es tu vida.

—Solo sería un beso—murmuré retocando mi brillo labial—. No es como si fuéramos a terminar en la cama.

—Oh por Dios, dime que al menos estás depilada—dijo aquello con diversión.

—Claro que lo estoy, nunca se sabe cuándo vayas a terminar en la cama con alguien o de alguien—le guiñé un ojo.

—¿Qué ropa interior llevas, Katherine?

—Nada de encaje, solo mi sujetador strapless y mi ta...—No fui capaz de terminar porque Chloé estaba detrás de mi y bajó levemente mi pantalón, observó la ropa con una sonrisa y regresó a su lugar.

—Muy bien, señorita Spencer.

—No pasará nada, Chloé—aseguré—. Tiene que esforzarse y dormir con él no está en mis planes cercanos.

—Katherine, no hay que ser idiota para sentir la tensión sexual entre ambos—rodó los ojos—. Seguramente te estampa en una pared y te penetra en su imaginación cuando te ve.

Hice una mueca con las palabras de Chloé, aunque tenía razón, yo hacía lo mismo.

— ¿Por qué en una pared y no una cama?

Chloé soltó un chillido y luego me lanzó uno de mis cojines mientras protestaba.

—Oh no te hagas la digna conmigo—entrecerró los ojos—. Tú y yo sabemos que te agrada la idea de que él te estampe en una pared...

—Oh Dios, Chloé Jones, solo deja de decir eso—pedí con mi rostro rojo.

Observé mi reflejo en el espejo y el brillo de mis ojos me delataba. Había atracción sexual entre ambos y sí, deseaba que él me pusiera en tantas maneras posibles que reprimí la sonrisa que avecinaba en formarse mordiendo mi labio.

—Kate...—comenzó a decir Chloé—. ¿Cómo está Dan?

Fruncí el ceño y me di la vuelta para ver mejor a Chloé. Ella jugaba de manera nerviosa con sus manos y su labio estaba aprisionado entre sus dientes.

—Chris dice que está con su abuela y está bien—respondí intentando tranquilizarla.

—Él no contesta mis llamadas y solo lee mis mensajes—se quejó—. Quiero darle esto, al igual que a ti.

Se puso de pie y se acercó a su bolso, tomó un sobre y caminó con él hasta mí.

En una perfecta caligrafía se leía: Fiesta de compromiso de Chloé y Richard.

— ¿Una invitación para anunciar su compromiso? —pregunté una vez que abrí el sobre.

—Su madre las hizo—se encogió de hombros.

Dejé el sobre en el mueble más cercano y sentí una incomodidad grande formándose entre ambas. Ella se veía infeliz y aterrada de hacer todo esto. Chloé no amaba a Richard, estaba segura de eso y si alguien deseaba casarse y formar una familia de las dos, era ella.

— ¿Por qué te estás casando, Chloé? —pregunté por fin lo que había deseado saber desde el momento en el que me lo dijo.

Ella me observó y sus ojos cafés se volvieron pozos profundos sin nada dentro. Su cara perdió cualquier expresión y su labio fue liberado de la prisión de sus dientes. Su respiración se cortó y humedad se formó en sus ojos.

—Te prometo que cuando se conveniente te lo diré.

— ¿Cuándo será?

—Richard la quiere en noviembre, pero yo le he pedido que sea en diciembre.

— ¿Estás segura de esto?

Chloé no usaba su anillo de compromiso, era un anillo con una piedra algo fea para mi gusto, pero costosa. La familia de Richard amaba presumir su dinero y las propiedades extremadamente lujosas alrededor del mundo, ahora Chloé sería parte de esa familia y como tal debía lucir una piedra digna de ellos.

—No, Kate—respondió—, pero no tengo opción y espero que Dan lo entienda.

—Pero tú quieres a Daniel.

Ella palideció con mis palabras y su expresión fue de sorpresa total. Su nerviosismo aumentó y lo noté en sus manos, que se movieron rápidamente por su regazo.

—Es como un hermano para mí, Kate—intentó convencerme de eso.

—No, no lo es—negué—. Chris lo es, pero no Dan.

Ella abrió y cerró la boca repetidas veces mientras evitaba mi mirada.

—No, yo lo quiero...

—Lo amas y todos los que te conocemos lo sabemos—la interrumpí—. Yo desearía que alguien me viera como tú lo ves a él.

Gruesas lágrimas rodaron por las mejillas de mi mejor amiga y en ese momento supe que sí, ella lo amaba, tanto como su madre amó a su padre y sentí una opresión en el pecho cuando me di cuenta de que era un amor inocente, puro y verdadero, pero ella estaba entregando su vida a Richard.

—Tú tienes a alguien que te ve de la misma forma—murmuró con tristeza.

— ¿Por qué no le dices a Dan? —pregunté animadamente—. Es más, llámalo.

—No, Kate, no me responde.

—Yo lo haré antes de irme a esa cita.

Me levanté y caminé al buró que estaba al lado de mi cama para tomar mi celular. Busqué el número de mi mejor amigo y lo llamé, corrí al lado de Chloé con emoción y lo puse en altavoz.

—Hazlo—dije sonriendo—. Dile que lo quieres ver para decirle algo importante.

—Kate, no es buena idea...

—Por favor-pedí.

—Él no me ama, solo joderé la amistad y lo perderé—dijo alejando el celular de ella.

Moví mi mano y lo puse frente a ella mientras seguía sonando. Ella colgó y la miré molesta.

—Solo dile, Chloé, al menos dile lo que sientes por él—dije—. Será liberador.

—Él se alejará de mí.

—Tarde o temprano Richard te hará separarte de nosotros—repuse.

Chloé lo pensó durante largos minutos donde hizo muecas y sus ojos se llenaron de lágrimas, me observó y la abracé. Deseaba ver a Chloé feliz y con Richard nunca lo sería.

—Bien, llámalo—suspiró.

Volví a marcar el número de mi amigo y al quinto tono él contestó.

— ¿Hola?

Una voz femenina habló al otro lado de la línea. Chloé perdió el color de nuevo y el dolor se reflejó en su cara.

— ¿Está Daniel? —pregunté de manera agresiva.

—Se está bañando—respondió la chica—. ¿Deseas que le diga algo, Kate?

Mis sospechas me decían que era Rachel y si eran ciertas, esto terminaría muy mal entre Chloé y Dan.

—Preferiría hacerlo directamente con él.

—Puedo decirle que se dé prisa—ofreció con una risita que me confirmó que era Rachel.

Las mejillas de Chloé estaban húmedas y sus ojos cerrados. Rachel era una chica que molestó durante años a Chloé y una relación difícil con Daniel. Mi amiga y yo suponíamos que eran amigos con derechos, ya que infinidad de veces fuimos a su apartamento un sábado en la mañana y ella salía de ahí o estaba en su cama.

— ¿Puedes decirle que me llame cuando salga? —pregunté molesta—. Y si no lo hace iré hasta su apartamento y le cortaré el pene. Hablo en serio, así que, si valoras esa parte de su cuerpo, asegúrate de que llame

—Claro, yo le digo...oh, espera, él...

— ¿Quién es, nena? —La voz de mi amigo se escuchó cerca.

—Kate—respondió Rachel.

—Déjame hablar con ella.

De pronto el celular produjo algunos sonidos y no dudé en hablar, aún con Chloé llorando a mi lado.

—Daniel—pronuncié su nombre con molestia, casi como un insulto.

—Kate, ¿todo bien? —preguntó como si nada.

—Te pregunto lo mismo, idiota—expresé con dureza—. Te he llamado por días y cuando al fin respondes es Rachel.

—Suenas como Chloé—escupió—. Llegué ayer de con mi abuela, Kate. Tranquilízate.

— ¿Por qué no le respondes? ¡Está preocupada!

—No quiero hablar con ella—respondió rápidamente—. Ni verla. Me da pena en estos momentos y deseo poner en orden mis ideas para no insultarla.

— ¿Insultar a tu mejor amiga por casarse, Daniel? ¿Eres idiota?

—No es eso, Kate...—balbuceó—. Estoy molesto con él y decepcionado de ella.

— ¿Y te vas y te acuestas con Rachel? escupí furiosa—. Ella nos necesita y tú estás entre las piernas de Rachel. Eres un imbécil, Daniel Smith.

—Luego la llamo—dijo con exasperación.

—Ella quería decirte algo importante, Daniel—casi grité. Chloé sollozaba a mi lado y deseaba tener a Daniel frente a mí y golpearlo—. Ella ha llorado por ti.

— ¿El día de su boda o que fuera su padrino? —preguntó sin diversión, ignorando mis últimas palabras.

—No, Dan, esto era realmente importante.

—Pues que me lo diga.

—No puede si no le respondes, pero creo que ya no lo hará—comenté con frialdad—. Tú estás con Rachel y ahora será ella la que no quiera hablar contigo.

—Ella no tiene que saber que estoy con Rachel, Katherine.

—Pues ya lo sabe, está a mi lado y ha escuchado todo, pedazo de idiota.

Dicho esto, finalicé la llamada.

Envolví a Chloé en un cálido abrazo y dejé que llorara durante el rato que faltaba para que Chris pasara por mí. Su celular sonó tantas veces que ella terminó apagándolo. Su espalda se movía con violencia con cada sollozo y su labio temblaba mientras se desahogaba en mi hombro.

Cuando al fin se tranquilizó, se separó de mí y me sonrió.

—Creo que me iré al único lugar en el que no me buscará.

— ¿Irás con Richard?

Ella asintió con tristeza y se puso de pie mientras recogía sus cosas.

—No quiero hablar con él, Kate—pidió y añadió: —Le doy pena.

—Lo entiendo, Chol.

—Diviértete mucho con Chris y bésalo o te mataré, rubia—advirtió tratando de sonar divertida.

Sonreí cuando me envolvió en un abrazo y me ayudó a ponerme perfume y con el delineador de ojos.

Su sonrisa de satisfacción me derritió el alma cuando ambas nos vimos a través del espejo y sentí emoción al verme. Mis ojos se veían más grandes y el rubor natural en mis mejillas le daba el toque inocente que necesitaba.

—Gracias, Chloé.

—Te ves perfecta, si fuera lesbiana serías mi novia—dijo con una sonrisa—. Ve y conquista a ese hombre.

—Oh cállate—reí.

Ella se encogió de hombros y luego me dio un empujó con una risita.

—Metí condones en tu bolsa, no apagues el celular y avísame si hay algún problema.

Besó mi mejilla y luego se despidió.

Quedé casi sola, puesto que mi gato jugaba plácidamente sobre mi cama con un muñeco de peluche viejo. Faltaban quince minutos para que fueran las nueve y sentía mis manos sudar. Había decidido usar una blusa que dejaba descubiertos los hombros, unos pantalones de mezclilla ajustados y una sandalia de correa sin tacones.

Volví a acomodar las ondas de mi cabello sobre mi espalda y revisé que todo estuviera en orden mientras me acercaba a la sala. Me sentía nerviosa, casi como una adolescente en su primera cita. Chris me gustaba y no sabía cómo reaccionar o qué hacer ante él. Su mirada me dejaba sin palabras y sus ojos recorriendo mi cuerpo me dejaban sin aire.

Estaba sentada en mi sofá fingiendo estar tranquila con mi gato en las piernas mientras ronroneaba con mis caricias. La televisión prendida frente a mí estaba en un canal de películas y por más que trataba de verla, no me concentraba.

El reloj decía que faltaban dos minutos para que dieran las nueve y sabía que Chris era puntual, pero... ¿Lo sería en esto también?

Los nervios me comían viva y si no fuera porque me había arreglado las uñas días atrás, ya me las hubiera comido una por una con cada segundo que pasaba. Mi gato se había quedado dormido y mis manos sudaban cuando el reloj cambió y ya solo quedaba un minuto para que esta tortura comenzara.

Mi corazón latió rápido cuando el reloj marcaba las nueve en punto y el timbre de mi apartamento sonó al mismo tiempo que el reloj cambió. Moví a mi gato y él protesto cuando se bajó, se sentó a mi lado y me dio una mirada de odio.

—Lo siento—murmuré mientras me alejaba en dirección a la puerta.

Corrí prácticamente a la puerta y al estar frente a ella abrí con cuidado, tratando de eliminar los nervios y las ganas de reír como loca por la situación.

Lo primero que vi fueron ese par de ojos azules que me encantaban, luego la sonrisa de lado que me derretía y al final no tuve pena al dar un repaso al hombre frente a mí. Vestía una camisa a cuadros blanco con azul pastel con las mangas dobladas hasta los codos, pantalones de mezclilla y unas botas.

—Hola—saludó divertido.

Volví mis ojos a los de él y sentí el calor acumularse en mis mejillas, mi corazón latió como si deseara salir de mi pecho y mis manos se llenaron de humedad, mientras que las palabras en mi boca quedaron atascadas.

—Hola—murmuré apenada.

— ¿Nos vamos?

Su voz era profunda, pero con un toque de diversión.

—Tengo que traer algo—anuncié nerviosa—. Pasa.

Me moví de lugar para que su enorme cuerpo entrara y mordí mi labio al ver un poco de su trasero. Dios, era apetecible.

Me sentí como una pervertida cuando mis ojos recorrieron de nuevo su cuerpo y se detuvieron en sus manos. Eran grandes y las venas se marcaban de una manera que me encantaba en los hombres.

— ¿Deseas tomar algo? —pregunté nerviosa.

—No, estoy bien—dijo observando mi apartamento con atención.

Mi gato se paró del sofá y con la elegancia que siempre lo caracterizaba se acercó a Chris, lo observó por largos segundo y se quedó ahí, frente a él.

—Mi gato—reí nerviosa.

—Lo conocí cuando murió el papá de Chloé—sonrió.

Se inclinó y lo tomó en sus manos sin ningún problema mientras que mi bebé lo veía con desprecio.

—Iré por mis cosas.

Caminé deprisa sin ver atrás y al llegar a mi habitación colgué mi bolsa por el hombro y me aseguré de llevar una chaqueta ligera. Aunque era verano, a veces el aire acondicionado en los lugares era demasiado frío.

Salí asegurándome de oler bien en los lugares correctos y al llegar a la sala mi sorpresa fue encontrarme a Chris jugando con mi gato. Él seguía viéndolo con superioridad y Chris parecía fascinado con el animal.

—Veo que se divierten—dije con una ceja alzada.

—Me recuerda mucho a tu hermano.

—Ambos odian a las personas—me encogí de hombros.

Él sonrió mientras se ponía de pie y se acercaba a mí. Mi corazón latió con fuerza, sus manos se fueron a mis mejillas y acarició la piel con sus pulgares. Su perfume era capaz de llevarme al éxtasis con una sola respirada. El calor de su cuerpo era abrasador y derretía mis entrañas, sus labios me invitaban a probarlos y sus rizos estaban tan cerca de mí que picaban en mi frente.

Recorrí su cara con mis ojos y llevé mis manos a su pecho, él pegó su frente con la mía y besó mi nariz levemente.

—Katy...—susurró.

—Chris—su nombre salió como una súplica para que acabara con el espacio entre nosotros.

Mis labios barrieron los suyos y sentí el calor subir a mis mejillas cuando acarició mi nariz con la suya, él tenía sus ojos cerrados y sus manos se movieron a mi nuca.

—Creo que haré esto aquí—murmuró cerca de mi boca.

— ¿Qué...

No pude decir una palabra más.

Sus labios sellaron los míos en un toque leve. No movíamos los labios, era una caricia para recordar lo suave que eran sus labios y lo apetecible que se volvían con solo verlos. El calor del momento era capaz de derretir todo a su paso. Intensas llamas quemaban todo a su paso en mi interior. Terror, emoción y muchas emociones más eran experimentadas en mí en ese momento.

Abrí mi boca con temor y antes de poder hacer algo para seguir el beso él metió su lengua a mi boca, sus labios comenzaron a moverse junto con los míos, sus manos abandonaron mi nuca y se fueron a mi cintura, donde me apretaron con fuerza y su cabeza se ladeó levemente para tener mayor acceso a mi boca. Devoró con hambre mi boca y su lengua exploró con experiencia mi boca, haciendo lo necesario para que soltara pequeños gemidos que fueron extinguidos por él.

Mordisqueó mi labio inferior al separarse levemente de mí por aire y antes de que pudiéramos decir algo, él unió sus labios de nuevo a los míos. El beso estaba lleno de necesidad y pasión.

Las mariposas en mi interior revolotearon con cada movimiento que nuestros labios hacían, sus manos se fijaron en mis caderas y las mías subieron a su cuello, acaricié lentamente y saqué un sexy gemido de su boca cuando enterré mis dedos en su cabello.

Gemí en respuesta cuando su mano acarició levemente mi trasero y me aprisionó más a su cuerpo. Me separé levemente y mi labio inferior quedó entre los suyos, lo soltó y luego besó mi frente.

—No sabes lo mucho que deseé hacer esto—murmuró cerca de mis labios.

—No te acostumbres—dije pegando mi frente a la suya.

Abrí mis ojos que mantenía cerrados y mordí mi labio. Él me veía con una sonrisa y llevó una de sus manos a mi mejilla.

—No podré mantener mis manos lejos de ti, Katy.

—No contacto...—mi petición quedó interrumpida cuando unió sus labios nuevamente con los míos.

Fue un beso más lento y lleno de dulzura, sus labios en esta ocasión acariciaron los míos con sensibilidad y se tomó su tiempo para explorarlos. Luego de largos minutos o segundos, se separó de mí.

—No sabes lo mucho que extrañé tus labios, nena.

Yo también, pero no lo admitiría aún. Sus manos generaban un calor familiar y reconfortante.

—Deberíamos salir o se nos hará tarde.

Él rio y asintió mientras tomaba una de mis manos y caminaba conmigo a la salida. Sentí que mi adolescente interior saltaba de emoción cuando entrelazó sus dedos con los míos y su reloj negro acarició mi piel.

La sonrisa arrogante en su rostro era hermosa y lo detuve al ver restos de brillo labial en su comisura.

—Déjame limpiar esto—susurré al pegarme a él y llevar mi dedo a su comisura.

Él me sujetó de las caderas y cuando mi dedo estuvo fuera de su cara, sus labios capturaron los míos en otro beso que demoró más nuestra salida. Nuestro beso era más dulce y mis manos acariciaron su cuello con pequeños movimientos que pusieron su piel de gallina, sonreí y fue mi turno de morder levemente su labio. Me separé de él cuando creí que era conveniente y escuché el gemido de protesta.

—Me volverás loco—murmuró.

—Esto me aterra—admití matando el mágico momento a mi alrededor.

No pude evitar decirlo y sentí una presión en mi pecho cuando su sonrisa se eliminó de su cara. Sus ojos penetraron los míos y me reflejaron la calidez de su corazón en este momento.

—No me iré esta vez, Kate, lo prometo.

—Esta es la tercera vez que te doy una oportunidad y no habrá una cuarta, Chris—cerré mis ojos reprimiendo las ganas de llorar.

—Esta vez entraré a tu vida para quedarme si me dejas, hermosa—su tono era lleno de confianza y selló su promesa con un beso largo.

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