Saura
No me podía dar el lujo de quedarme en el piso, lamentando la muerte de mis padres. Se que es lo que haría una persona normal en una situación así... pero yo ya no se lo que es normal, nada desde que me mudé aquí es normal.
-No quería decírtelo porque se que estarías destrozada - Me sobresalté al escuchar a mi hermano y me apresuré a limpiar las lágrimas de mi cara y el suelo antes de que las viera.
Asentí con la cabeza y me levanté del suelo intentando no mirar Tyson al salir de la recámara de mis ahora muertos padres.
Tomé la maleta y la abrí, me dirigí a mi ropero, comencé a sacar la ropa y la metía agresivamente en la maleta, poco a poco fui vaciando mi habitación y llenando mi maleta. Tomé el diario y se cayó la nota que había dejado Jake en mis primeras noches en este pueblo.
Jake, Jake, Jake... ¡JAKE!
Tenía que buscarlo, saber que fue lo que pasó, ¿Por qué ya no estaba en mi recámara por la mañana?
Salí por la puerta y bajé las escaleras de caracol que daban hacia el recibidor y abrí las enormes puertas que daban hacia la calle. Comencé a correr, no sabía exactamente a donde, pero mis pies no se detenían hasta que llege al árbol con la cuerda rota.
Grité su nombre casi hasta quedarme sin voz pero no hubo respuesta, asi que entré a su casa. Aún recuerdo la primera vez que entré... y era exactamente igual, los colores azul marino, negro y rojo seguían ahí, la única diferencia era que había un cuerpo en el suelo, cubierto con sangre. Jake.
Corrí hacia él y lo primero que hice fue revisar si había pulso, pero no hizo falta, ya que pude sentir su respiración, intenté despertarlo, sin mucho éxito. Lo recorrí con la mirada hasta llegar a algo que atrajo completamente mi atención. En su mano, había un órgano que parecía haber sido removido con brusquedad, como si... lo hubieran... arrancando. No, esto no esta pasando, no puede ser él.
Escuché un grito y Jake despertó sobresaltado, caí en la cuenta de que el grito fue mío.
Jake al verme me estrechó entre sus brazos y comenzó a preguntar que fue lo que pasó ayer... yo solo veía el órgano de alguno de mis padres en su mano y creo que él se dio cuenta.
-Saura, yo no hice esto.
Fue lo único que dijo, pero no pude creerle, él es un asesino, y así será siempre.
Me encamine hacia la puerta, pero él me detuvo.
-No sé a quién pertenece este órga...
-A alguno de mis padres, Jake - lo corté de repente, su piel se puso palida y abrió la boca para hablar - ¡Mataste a mis padres! ¿Tanta fue tu necesidad Jake? ¿Era tan necesario hacerlo?
No dijo nada, se limitó a negar con la cabeza e intentó acercarce a mi.
-Alejate, no te atrevas a tocarme.
-Saur...
-¡Alejate! - no opuso resistencia.
Me dispuse a salir de la casa, pero antes de hacerlo... volvió, casi me había olvidado del escalofrío que sentía al escucharla... "Él no es lo que pensabas ¿verdad? Ya no es el chico que entraba por tu ventana en la madrugada ¿o sí? Éste es el verdadero Jake".
Había olvidado esa fría voz, pero no la podía ignorar, tenía razón. Intenté salir pero Jake me lo impedía, me decía que él no era el responsable de esto, pero le creí más a esa mujer que no podía ver, pero que solo confirmó lo que yo ya sabía... Jake mató a mis padres.