Junto a Tí (+18) #3 {Tercera...

Por Ivelissechahackyeon

310K 17.4K 2.7K

Tercera párate de la novela: ✓Enamorada del Padre de mi mejor Amiga. (Parte 1) ✓ Enamorandome de Tí (Parte 2... Mais

Junto a Tí
Prólogo
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capitulo 15
Capítulo 16
Capitulo 17
Capítulo 19
Capitulo 20
Nota
Capitulo 21
Capitulo 22
Nota de Autora
Capítulo 23
NOTA

Capítulo 18

12.8K 675 95
Por Ivelissechahackyeon

Estoy sentada en la barra de desayuno, comiéndome el rico pan tostado con bacon que me ha preparado Lici. Estoy completamente vestida y arreglada con un traje color vino ceñido al cuerpo, mi cabello recogido en una coleta alta y unos tacones. La noche de ayer fue fantástica, estuvimos mucho tiempo en el despacho, luego de la ducha nos fuimos a la cama. Hasta ahora y  para mí sorpresa desperté antes que él y todavía es la hora que no sale de la habitación. ¿Lo deje tan cansado?

Estoy por terminar mi desayuno cuando entra a la cocina con aires de "Soy Don Sexy Mayor" vestido con un traje gris, una camisa negra de botones, sin corbata. Su cabello negro un tanto descuidado dándole un toque sexy y no se ha afeitado la fina barba que adorna su cara. Lo cuál agradezco profundamente. Me encanta como se ve, se me seca la boca al mirarlo.

— Buenos días. – su grave voz inmunda la cocina. Va hasta donde mí me toma de la barbilla y planta un beso en mis labios. Se sienta frente de mí y comienza a desayunar.

— Desde hoy me quedo a dormir en mi apartamento. Solo algunas veces me quedaré aquí. ¿Está bien? – levanta la mirada a mí y Lici desaparece de la cocina bastante discreta.

— Puedo quedarme contigo en tu apartamento si quieres – contra ataca divertido.

Pensé que sería un poco más difícil, pero no. Desde ayer me está dejando bastante sorprendida. Parece captando todo lo que le he dicho de buen humor. ¿Es debido al sexo? ¿Tal vez el también necesitaría un respiro?

— Espacio. No lo olvides.

— ¿No vamos a dejar de vernos verdad?

— No Omar. Nos vamos a ver. Solo tendrás oportunidad de estar solo. Quizás salir... No lo sé.

— ¿Vas a salir tú? –  su expresión divertida pasa a un segundo plano.

Ay Omar.

— Al trabajo, se me hace tarde. – le sonrió levantándome de la silla. Me imita.

— Ya que no te quedarás esta noche... – su tono es de reproche. —  Voy a llevarte y cuando salgas pasaré por tí. – me tiende la mano para que la tomé. Lo hago.

— Salgo a las tres de la tarde y tú a las cinco. – comenzamos a caminar. No puedo negarle eso. Es bastante lindo la verdad.

— Desde hoy saldré a las tres. – levanta las cejas de forma malísiosa.

— Creído. – me rio.

No me contesta pero se ríe. Me sorprende que este de tan buen humor. Definitivamente el sexo le sienta bien. Y créanme que a mí también, aún me siento en las nubes. Bajamos juntos mientras conversamos de cosas insignificantes. La verdad que estoy más sorprendida que antes. Creo que debí decir todo lo de ayer mucho antes. Me comenta de lo que hará hoy en la empresa y aunque algunas piensen que es aburrió a mí me parece fantástico. Parece muy "ilusionado" con un posible proyecto. Habla sin detenerse mientras maneja su bello Mercedes color azul oscuro. Y yo solo soy capaz de mirarlo embobada.
Es extrañamente perfecto, conduce con los lentes puestos dándole un toque aún más mayor. No sé si lo hace a propósito, pero últimamente los usa mucho. ¿Y a mí? Me encanta que los lleve, tengo un ligero fetiche de él con lentes. El abdomen se me tensa. Todo lo que podría hacerle mientras maneja.

— ¿Me has escuchado? – pregunta curioso mirándome un momento.

Parpadeo intentando de recuperar la compostura. Lo había dejado de oír desde que dijo algo sobre "Max" todo por estar pensando en cosas que podría hacerle. Vamos Alina. Pareces una adicta, deja de pensarlo tanto. No debe ser sano querer tener sexo con él cada vez que sea posible. ¿O si?

— Lo siento. – digo apenada. — Me he distraído. – vuelvo la mirada a la carretera. Se rie.

— ¿Con qué? – lo miro y tiene una sonrisa  montada en todo su rostro. ¡Es un maldito creído! Sabe muy bien lo qué causa en mí y el muy descarado le gusta que se lo digan. ¿Será típico de hombres mayores?

— No voy a alimentar tu ego. – me cruzo de brazos divertida. Notando que estamos justo por llegar al edificio de la editorial.

— ¿Porqué? – suena divertido. — Dime. Tengo mucha curiosidad. Alarga más de la cuenta el "A"

Cuando notó que aparca el auto justo enfrente le miro. Espera mi respuesta y yo le sonrió.

— Contigo, con tu voz, con tu cara con todo tu maldito ser. – aquello lo toma por sorpresa.

— ¿Mi maldito ser? – se lo toma con humor.

— Eres estúpidamente perfecto Omar. Lo sabes. – le alimento el ego como no tienen idea. ¿Qué hago? No sé. Es lo que siempre he pensando.

— ¿Haz notado que sueles hacer todo lo que anterior mente dijiste que no harías? – lo dice en tono divertido.

Y tiene toda la razón. Me río para mis adentros. Lo he hecho siempre, digo que no voy a hacer algo y lo termino haciendo casi al segundo. Pongo los ojos en blanco.

— Aquí la única malditamente perfecta eres tú. Yo solo soy un "viejo" intentando de ser el centro de atención de una hermosísima chica.

¡Oh! Jamás pensé que me contestará a eso. Y cuando pensé que solo iba alimentar su ego, me doy cuenta que está alimentando el mío.

— No eres tan mayor.

— ¿No?

— No. Tienes la edad adecuada para gustarme.

— ¿Y si fuera más mayor? ¿Hubieras salido conmigo?

Su pregunta me toma por sorpresa y me hace pensar. ¿Omar más mayor? Me lo imagino... extrañamente atractivo. Siento un leve cosquilleo en mi vientre que se conecta directamente con mi entrepierna. ¿Saben el morbo de eso?

En un acto involuntario entre abro la boca y se me escapa un jadeó. Sus ojos se abren como platos. Supongo que jamás se imagino eso. ¿Y porqué no? No me hubiera importado que tuviera cincuenta años, si me iba a gustar lo iba a hacer. La edad no es un impedimento.

— ¿Lo hubieras hecho? – insiste.

— Si. – aceptó — Me gustas tú Omar, no tu edad. No importa cuanta edad tengas. Lo nuestro iba a pasar así tuvieras cincuenta años o los que fueran.

Se quedó callado. Y cuando sus ojos vuelven a juntarse con los míos lo noto. El mismo morbo que me mueve a mi a pensar esas cosas lo mueven a él. Estoy segura que se lo ha imaginado y aquello lo ha dejado perplejo por mi respuesta y mucho más con su propia reacción acaba de excitarse claramente.

— Vas a volverme loco. – acepta.

— Veremos quién se vuelve loco primero. – me acerco y le estampó un beso en los labios que para mí suerte se alarga más del deseado. Le rozo la erección para tentarlo y cuando lo escucho gruñir, rompo el beso sonriendo y me desmontó del auto. — Te veo a la salida. – le doy un guiño.

Él está solo mirándome, con aquel enorme bulto formándose entremedio de sus piernas y como niega con la cabeza en una sonrísa.

— ¿Puedes decirle a Roben que lleve mi auto a mi departamento? Lo necesitaré para mañana venir al trabajo. – no me contesta pero hace un movimiento de cabeza con aprobación.

— Estaré aquí antes de que salgas. – su voz se escucha aún más ronca y yo me giró sonriendo.

Entro saludando a Don Héctor el guardia de seguridad. Me regala una muy sincera sonrísa.

— Buenos días. – hace un gesto de cabeza bastante educado abriéndome la puerta.

— Buenos días y gracias. – le sonrió.es muy caballeroso. — ¿Qué tal la familia?

— Bien. Gracias por preguntar. – sonríe cariñoso.

Don Héctor. Es un hombre mayor de unos cuarenta y nueve años, había sido hechado de su antiguo trabajo disque por su edad. Y nosotras le dimos la oportunidad de seguir en su campo laboral. Tiene una familia, un hijo con dificultades fisiológicas. No podía permitir que se quedará sin empleo, intenté ayudarlo. Pero solo pidió trabajo el cual le dimos de manera inmediata. No lo conocíamos pero su historia nos inundó el alma.

Paso directamente por entremedio de las chicas que trabajan bastante calmadas. No sé si Ciara anda por aquí y no sé que va a pasar cuando nos veamos. Sinceramente no tengo ni las más mínimas ganas de verle la cara. Pero aquí estamos.

— ¿Y esa cara? – dice Kate entregándome lo que parece el demo más grande de mi vida. Lo sujeto tomándole el peso. ¡Demonios!

— La chica del nuevo Demo vendrá en una hora. Se llama Jane Swen. Ley el prólogo te encantará. – dice Anna bastante animada.

— ¿Porqué? Cuéntame. – gana toda mi antención.

— Jane Swen es amiga de Anna – dice Lis incluyéndose a la plática.

¡Oh! Había oido hablar de eso. Y entre Ciara y yo pensando que era una buena oportunidad para esa chica. Aunque para nuestra sorpresa, no lo había mandado nunca y de eso ya casi tres semanas.

— Se decidió al fin. – dije mirando el demo. — Dame un adelanto. – la miré.

— Un romance de un hombre mayor y una chica joven. – Anna habla de forma tímida.

¡Oh! ¡Fantástico! Se me sale una sonrisa.  Ahora entiendo lo de
"Te encantará" Será mi nueva adicción, leer este demo. La curiosidad me corcome. Así que leo la pequeña introducción.

"Un hombre casado, reconocido novelista, director de una de las mejores editoriales de Londres, se obsesiona de manera enfermiza de su nueva "aprendiz" cuando se da cuenta que ella es la mujer que siempre deseo"

Parpadeo releyendo la introducción. Corta, pero tiene justo lo suficiente para llamar tú antención de forma casi inmediata.

— Me gusta la introducción, quiero conocer a la chica lo antes posible. Me pondré a leer. – comienzo a caminar sin mirar a nadie.

— Ya se porqué será. – dice Kate a mis espaldas. Me giró y le pongo los ojos en blanco se forma divertida. — Ven acá. – la llamo. Ella sonríe y entra detrás de mí a la oficina.

— Dígame señorita.

Me siento en el escritorio acomodando todo el papeleo y lo primordial el nuevo demo.
Titulado: "Angel

— ¿Llego Ciara?

— Si. Muy temprano de hecho. Está en una reunión con Carolina, la chica de la comedia romántica.

— ¿Ella otra vez acá?

— Me pareció extraño también. Creo que se han vuelto amigas o algo así. Según me comentó Nonna.  – Nonna es una de las chicas que ayudan a Ciara.

— ¿Qué te dijo?

— Aparentemente Carolina y Ciara han salido a comer y esas cosas. Se llevan muy bien. – se encoje de hombros.

Interesante.

— Cuando llegue Jane hazla pasar. ¿Si? – le quitó importancia y comienzo a leer.

— Me llamas si me necesitas.

Es lo último que escuchó decir antes de que me sentiré nuevamente en el demo. Comienzo a leer.

"No sé qué edad tenía pero debía de fácilmente doblar la mía. Me miraba con unos grises de forma penetrante. Como si con ellos deseara desnudarme hasta el alma si le fuera posible. Su grave voz me ponía la piel de gallina, me sentia ligeramente intimidada por él. Y no era para menos, desde hace una semana que llevo en la editorial del famoso novelista Ted Johnson como aprendiz. He estudiado largos años literatura, y tuve está oportunidad. Era la mejor en lo que a mí parecía. Ser la aprendiz del gran señor Johnson era la oportunidad más grande para mí carrera. Pero desde hace una semana he notado ciertas miradas suyas sobre mi.

Cada vez que me muevo noto su intensa mirada. He estado muy serca suyo y no porque lo deseara. Era mi deber como aprendiz, él al principio parecía desinteresado hasta ese peculiar día dónde comenzamos a leer un nuevo libro suyo. Me pidió mi opinión, cuando comencé a leerlo casi me ahogo con el café. Era una escena erótica y que escena. Aquellos personajes tenían una fuerte atracción sexual y para mi sorpresa era de un Profesor y su alumna"

Unos toques en la puerta me hacen levantar la vista del demo. ¿Ahora? Siento tanta curiosidad por el puto personaje que resoplo molesta.

— ¿Si?

Veo que Kate asoma su cabeza por la esquina con una sonrisa de oreja a oreja.

— Un hermoso señor esta preguntando por tí. – levanta las cejas.

¿Qué? ¿Señor? ¿Qué señor? 

— ¿Qué?

— Un bombón. Te persiguen los maduritos... ¿Eh? – levanta las cejas de arriba a abajo. Yo solo la miro. ¿Qué demonios dice? 

— ¿Qué Bombón?

Pone los ojos en blanco.

— El Papi que está preguntando por ti afuera. Está muy bueno...

Sus palabras me confunden más y no logro llegar a mi cometido.

— Por un demonio Kate ¿Qué estás diciendo?

— Deja de leer esa cosa. Te nublo la mente. – se ríe. — Pasá. – le dice a alguien y abre la puerta completamente levantó la vista.

— ¡Roben! ¿Qué haces acá? – le sonrio con cariño. Y el me devuelve la sonrisa. Kate se lo come con la mirada y hace una seña al trasero de Gil.

¡Dios mío!

— Traigo las llaves de su choche, lo lleve a su apartamento como me ordeno el señor.

¡Ou! Muy bien.

— Gracias. No tenías que traerlas hasta acá. No quiero molestarte. – tomo las llaves que me ofrece.

— Usted no es una molestia señorita. – me da una sonrisa cariñosa y noto que Kate no se ha ido por estar mirándole el culo.

— ¿Se te perdió algo? – le digo y ella me mira sorprendida. Roben se gira a mirarla y cuando gira a mí tiene una sonrisa divertida. ¡Oh! ¿Qué pasa aquí?

Se hace un silencio y Kate sale a toda prisa. Nuevamente noto una sonrisita divertida en la cara de Roben. Lo miro arqueando una ceja divertida. ¡Mírenlo! Él gran Gil divirtiéndose con mi secretaria.

Intenta ponerse serio pero no lo consigue. Aveces pienso que se siente más cómodo conmigo que con Omar.

— Voy de salida. – me avisa.

— Gracias.

— Es un placer. – termina y sale por la puerta yo me levanto se forma rápida. Y me coloco en la puerta curiosa.

Roben pasa y noto que le hecha una mirada a Kate. Y ella se queda completamente sorprendida. Gil desaparece por el ascensor y Kate se levanta casi corriendo hasta donde mí.

— ¿Quién es esa hermosura? – me reí ante su comentario.

— Es el chófer de Omar. Muy buen tipo la verdad. – acepto.

— ¿Chofer? Que me maneje a mí cuando le plazca. – lo dice fuerte y claro ganándose las miradas de todas las de más.

— ¡Dios mío! –niego con la cabeza riéndo.

— Definitivamente te persiguen solo papitos mujer. Seamos amigas cercanas de ahora en adelante. – ofrece riendo.

— ¡Descarada! Quieres ser mi amiga solo por eso...pues no. Me quedo con todos esos maduritos para mí sola. – la molestó y ella se cruza de brazos.

— En serio. Está muy atractivo el señor. ¿Qué edad tiene? – toma un porte más serio. Me lo pienso, en realidad no tengo ni idea. Pero obviamente es mucho más mayor que Omar.

— Debe tener más de cuarenta y cinco. – me encojo de hombros.

— ¿Porqué no sabes la edad? – me interoga y yo entro a mi oficina. — Hablame Alina. – insiste.

— Ya mujer. No sé que edad tiene exactamente. ¿Porqué tengo que saberlo? – tomo nuevamente el Demo.

— Baja esa cosa. – me señala. Me sorprende que me hable así. Muchas veces me trataba con respecto y hoy siento que está muy liberada. No me molesta, solo me parece curioso.

— ¿Qué quieres saber? – dejo el Demo en la mesa y me cruzo de brazos. Jamás pensé que estaría por hablar de Roben.

— Todo.

— Se llama Roben Gil, trabaja para mí novio. Respetuoso, trabajador, soltero...

— ¡Soltero! – grita.

— ¡Ya! No voy a conseguirte que salgas con el. Eso hazlo tu. Ahora ve déjame trabajar. ¿Quieres?

— De eso me encargo yo. – dice de forma pícara. Niego con la cabeza bajando mi vista nuevamente a la lectura.

Me parece graciosa su reacción. Jamás la había visto así y por una parte me parece divertido que lo haga. Recuerdo la plática que tuve con Omar exactamente de ella. Estoy apunto de leer nuevamente cuando unos toques vuelven a interrumpirme.

— ¡No mames! – exclamé soltando nuevamente el bendito Demo. Veo la cara de Kate nuevamente. — Dime qué es otra cosa y no de Gil, por favor.

Se ríe.

— Jane Swen está aquí.

— Qué pase.

La primera impresión de la chica cuando la ví me dió una bofetada. Era de estatura pequeña, delgada, con el cabello corto y cuando digo corto era casi rapado. De un color rubio, vestía un traje suelto que le llegaba hasta mitad de rodilla con unas botas altas. Unos ojos verdes se encontraron con los míos y me sonrió. 

— Jane. Un placer conocerte. – le ofrecí la mano y ella la acepto con la sonrisa más sincera del mundo.

— El placer es todo mío señorita Hurley. – su voz era muy suave

— Dime Alina por favor.

— Alina. – contestó.

— He estado leyendo, acabo de comenzar pero me tienes muy enganchada la verdad. – acepto señalandole la silla para que se siente.

— ¿Si? Qué bueno. Estaba muy nerviosa. Usted es una excelente escritora y tenía miedo.

— La verdad soy un fracaso como escritora. – acepto riendo.

Solo he publicado un libro de la vida de mis padres. El segundo se quedó a mitad y el otro que estaba haciendo para la otra editorial está igual. Todos a mitad. Definitivamente un fracaso.

— Soy super fanática con su primer libro. Me he quedado esperando el segundo. – me dice.

— Veré que puedo hacer. Por el momento veremos qué hacemos con el tuyo. Capta la atención de la gente muy fácil.

— ¿Usted cree?

— Si. Me identifico un poco.

— ¿Tiene un hombre mayor obsesionado con usted? ¿O siente una fuerte atracción sexual con uno?

Levantó las cejas y me río.

— Mi novio me lleva diecisiete años. Así que me siento un poco identificada.

— Oh. – me sonríe. — ¿Se siente igual que en mi novela? – pregunta completamente curiosa.

— ¿Te gustaría estar con un hombre mayor?

— No. – Me sorprende su respuesta. — Tenía una con alguien que nunca pasó a nada. Así que quise proyectarla.

Me sorprendió un poco pero seguimos con la plática. Quedamos en que seguiría leyendo pero estaba segura que íbamos a publicarlo. Para mí sorpresa está trabajando en eso y me encanta la idea. A las tres de la tarde tomé mis cosas y salí sin mucho ánimo había estado leyendo otros Demos más cortos que tenía por leer y salí después de despedirme de las chicas. Cuando Don Héctor abrió mi puerta mi vista pasó a aquel hombre que me esperaba arrinconado a aquel precioso auto. Tenía unas gafas de sol y estaba cruzado de brazos mirando a mi dirección. Me acerqué sonriendole y él me la devolvió.

— Hola nena... – me acerco a él por la cintura y me pego a su cuerpo.

— Me encanta que vengas por mí. – acepte encima de sus labios antes de darle un beso.

— Tengo una propuesta para tí.

— ¿Cuál? – gana toda mi antención.

— En la casa te cuento. – me abre la puerta y yo me subo. Cuando se monta me mira.

— Dime ahora, anda. – me acerco y le llegó a dar besos por las mejillas. Él me sonríe ante mi extraño ataque.

— No. En tu casa. – me da un guiño y nos pone en marcha.

¿Qué propuesta será?

Continuar a ler

Também vai Gostar

563K 93.6K 73
Kylian Craig tiene claras dos cosas: enamorarse debilita y todo se puede negociar, así que cuando se da cuenta de que una de sus más grandes inversio...
335K 27.9K 19
¿Cuánto esta bien entregarle al otro? ¿Con cuanto alguien se siente satisfecho? Dinero, fama, éxito.. O tal vez... ¿nuestra propia vida? Fiorella se...
980K 86.3K 43
Emma Brown es una chica que desde niña supo que todos los hombres eran iguales. Cuando creció se permitió salir con ellos pero dejando los sentimient...
819K 42K 35
Melody Roberts es una chica muy sencilla, no es muy sociable y solo tiene una mejor amiga. Vive sola en un pequeño departamento, el cual debe de paga...