Rebeca
—¿Que hago? —dije tartamudeando como idiota. Todos estábamos callados y sin decir nada o algo que se nos ocurriera. Hasta que Sean hablo.
—Nosotros lo distraemos—señalo a él mismo y a Logan. El cual asintió dispuesto a ayudarme.
—Y nosotras pues...trataremos de esconderte—se apuró Ana para decir.
—Lucas y yo vigilaremos que no vengan ni Tyler ni Dylan, si es que estos tontos no logran detenerlos. —acompaño Brenda.
Majo se rio, como si escondiera algo y era el momento menos indicado para decirlo.
—¿Qué? —le pregunto Ana moviendo sus manos con un gesto de irritación, pues al parecer ya sabía que su amiga diría algo tonto.
—Ocupo pagar estos jeans—señalo el brazo donde tenía su ropa. Ana rodo los ojos.
—¿En serio?
Majo la tomo del brazo, casi inclinándose en rogación.
—¡Por favor!—sacudió el cuerpo de la morena—Estaremos de espaldas, no nos notaran.
Y de un momento a otro se llevó a Ana.
Sean y Logan fueron los primeros en irse para impedir que Dylan entrara a la misma tienda que yo. No se molestaron en preguntarme por qué no quería verlo, y eso me agrado, pero cuando estuviera lista era obvio que se los contaría.
—Vamos, necesitamos esconderte—dijo Brenda, sacándome de mis pensamientos para tirar de mi brazo a no sé dónde.
—¿Y cómo? —me estaba dando pánico.
A mi derecha llego una chica como de nuestra edad, con una ropa de la tienda y portaba un gafete que decía "Pilar", esta venia acompañada de Ana, quien me imagino la llamo.
—¿Puedo ayudarles en algo? —sonrió amable.
—¡Sí! —Se metió Brenda antes de que le dijera algo más—¡Ayúdala a que se vea diferente! —grito casi en desesperación antes de irse corriendo, me imagino con Lucas.
Pili rio algo confundía pero asintió, me llevo amablemente a el probador, dejo la ropa que tenía en sus manos, para tomar otra en unos estantes. No fue mucho el tiempo en el que llego para meternos dentro del probador.
Cerró la puerta detrás de ella y me dio una sudadera gris, holgada, con jeans de color negro.
—¿Estas escapando de alguien? —pregunto con una sonrisa mientras se daba la vuelta para que yo lograra cambiarme. No entendida muy bien el propósito de que ella se quedara aquí, pero como fue tan amable en ayudarme a salir de este lio no quise ser grosera. Termine con la sudadera y ella se giró para darme los pantalones, sorprendentemente fue a atinar la talla que yo era.
—Solo no quiero que me vean—conteste algo indecisa. —Okay, listo.
Ante mi aviso, Pilar se giró de nuevo para verme, inspeccionándome un momento.
—Entonces...espera...
De una pequeña bolsita que tenía colgada entre su cuello y hombro, saco un estuche de pinturas para inmediatamente acercarse a mí. Me sorprendió, un poco, la confianza que tenía con las personas, más cuando me obligó a cerrar los parpados al soplar sobre ellos. Me delineo los ojos y me levanto las pestañas, también me hizo un rubor y al final un lunar a un costado de la nariz. Tomo mi cabello castaño y me hizo una cebolla desordenada. Después se quitó unas gafas del cuello de su playera y me las coloco.
—Listo, yo no me daría cuanta de que eres la misma chica que atendí.
Mire al espejo que estaba a un costado de nosotras.
—Waoh... ¿cuánto te debo?
—Nada, en realidad las pinturas son mías, al igual que la sudadera y los lentes son de mi madre, pero no creo que los ocupe.
—¿Por qué tienes los de tu madre?...lo siento—dije cuando la curiosidad me gano, pero inmediatamente me arrepentí.
—No importa, me equivoque y tome los de ella.
Reímos.
—¿Cuando vengo para devolvértelo? —me refería al atuendo.
—Oh, vamos a la misma escuela— fruncí el ceño cuando de su parte vino una sonrisa pícara—Eres la chica nueva. Novia de Dylan O'Brien. El chico vende drogas.
No pude evitar soltar una risa en sorpresa, aunque esta pareció tos seca.
—Uno: excelente, y nótese el sarcasmo—rodé los ojos, sorprendiéndome cada vez más sobre la velocidad que se esparcían los rumores—Dos: No soy su novia. Tres: No soy su novia, vuelvo a remarcar...y él no vende drogas.
Pilar estuvo a punto de hablar pero una chillona voz la interrumpió junto con el golpeteo de un puño sobre la puerta del probador.
—¡Beca! tenemos que irnos—Brenda.
Girando mi vista hacia ella, dedique una sonrisa amable.
—Tal vez nos veamos en la escuela... ¿Pilar?...
—Pili—corrigió con una mueca amable.
—¡Nos vemos! —salí del probador corriendo con mi amiga.
Cuando llegue con Brenda que me tenía bien agarrada del brazo, a una pared cerca de los chicos. Por lo que me conto, nosotras esperábamos la señal para salir de ahí e irnos. No pude evitar reír, todos parecían un par de suricatos elevando el cuello para verificar si él águila viene a comerlos.
<<Se están tomando esto muy enserio>> Pensé. <<Incluso más que yo>>
De un momento a otro, Brenda bajo su vista a mi pequeña silueta. Su ceño fue a fruncirse de una manera entre confusa y apenada.
—Lo siento me equivoque de persona....
—No, Bren, soy yo—dije apresurándome a retomar su brazo cuando estuvo a punto de alejarse. Ella frunció el ceño, moviendo los labios en un "Oh, Demonios, eres tú" por lo que reí—¿Y Lucas? —pregunte al no verlo con nosotras.
—Fue con los demás...hay estoy harta, tendremos que improvisar—hablo la chica empezando a salir por la puerta principal de la tienda.
—Por ahí no— se escuchó la voz de mi amiga Ana, quien se colocó en frente de nosotras para no salir—Si cruzas esa puerta, ahí encontraras nada menos y nada más que a Dylan.
Suspire...
<<Esto va a ser agotador>>
Hoy era lunes, y recién me encontraba lavándome los dientes después de desayunar un cereal para ir directo a la escuela. Me había vestido con una sudadera negra, unos shorts blancos con un par de medias color negros debajo de esto, y mis vans. Tome la sudadera de Pili y la metí a mi mochila para hoy devolvérsela.
Papá y yo no hemos hablado, solo lo he hecho con mamá quien me ha dicho que no estoy obligada a hablar con él. Pero lo hacía por el simple hecho de que quería que esto funcionara de alguna forma.
El nuevo plan para recuperar a mi padre, era: Dejas de hablar con Dylan o lo pierdo a él.
Y sinceramente no he hablado con Dylan desde que me dejo en casa el día de PaintBall, hace exactamente 3 días y serian 4 con el de hoy.
El golpe todavía no se iba, ya no era tan grande, pero era lo suficiente como para notarlo. Así que me puse una ligera capa de maquillaje arriba de ella.
Mi padre al enterarse de lo de Rick, o lo que hizo con Dylan, no quiso tampoco que le hablara.
El nuevo plan de papá: que su hija se quede sola y antisocial.
Pero a pesar de todo eso, estoy escogiendo a Robert sobre mis amigos, a un desconocido sobre mis amigos. Pero, soy de su sangre, y si alguna vez me quiso de verdad, cuando yo demuestre que le valoro, ¿podremos ser padre e hija?
Llegue a la escuela, ahí apenas Gabriela logro decirme "Hola" cuando empezaron a llegar los chicos, mis nuevos amigos. Marcus se llevó de maravilla con todos y no dejaba de decir "donde conseguiste amigos tan guapos". En cuanto a Gabriela, quedamos en que nos veríamos en el receso con todos los demás, pero la idea no pareció gustarle del todo. Ya que tenía algo importante que decirme.
Por cierto, logre entregarle sus cosas a Pili. La operación de: Dylan no me veas por favor. Funciono. Gracias a todos los chicos porque si fuera por mí, él ya me hubiera visto aunque yo no a él.
Y por ahora, acabo de llegar a mi asiento de mi primera clase del día: Lunes. Me senté en mi silla y suspire sacando mi cuaderno.
De pronto recordé....que Dylan es mi compañero de Asiento.
Él no había llegado todavía, aunque las clases ya habían empezado, así que me tomo tiempo para hacer el intento de que me cambiaran de lugar.....necesito que mi padre este bien conmigo en cierta forma, y si quería eso, tenía que hacerlo bien.
—Profesor—le dije, tomando la oportunidad de que se pasó por mi banco, ya que todos estábamos contestando unas preguntas que nos puso. Él se inclinó para escucharme.
—¿Si, Señorita Mendes?
—¿Es posible un cambio de compañero?
—Pero si usted no tiene compañero por ahora—señalo la silla que era de Dylan y estaba vacía.
—Si, lo se, pero—me corto.
—Lo siento, no es posible—y se fue.
Bufe siguiendo contestando las preguntas.
Escuche como la puerta se abría. Ni siquiera mire, pero ya sabía quién era, así que coloque mi cabello suelto y castaño a mis costados para que no mirara mi rostro, o más bien el golpe.
Apenas conteste el segundo problema cuando la silla a mi lado se corrió hacia atrás, después un peso se vino encima. Dylan. No hablo, eso me alivio, pero al acabar la primera hora de las tres que me tocaban junto a él...
—¿Por qué no me hablas? —preguntó en voz baja pero fuerte para que yo la escuchara. Es gracioso, pensar que antes esa pregunta era "¿Por qué crees que debes hablarme?"
Sin embargo no conteste, ¿fue difícil? Si...
—Rebeca...—me llamo de nuevo, y odiaba que me llamara así. Sin embargo en su voz pude notar algo de aflicción.
—¡Silencio!
...¿Cómo?...