Cuartel General de las fuerzas militares de Atlas.
Las tropas como de costumbre hacían sus rutinas mañaneras, andaban en formación, otros estaban descansando de largas jornadas de vigilancia, personas que iban de aquí a allá, todos estaban sin duda ocupados.
El "instructor" gritaba con gran potencia para que todos escucharan, a lo lejos estaba un hombre alto de cabello negro y con barba mirando la formación, a su lado se encontraba una chica de cabello blanco como la nieve, ojos azules, tez bastante blanca, su cabello estaba recogido en forma de "bollo", ella también estaba allí supervisando el "entrenamiento".
-Winter- el hombre de barba la llamó.
-Sí, señor Ironwood- contestó enseguida.
-Escuché que hay novatos nuevos este año, ¿es cierto?-
-Lo es, señor, hay nuevos aspirantes a soldados, tenemos un poco más que el año pasado, pero no es nada que no se pueda manejar- contestó mientras miraba la pantalla de su celular.
-Y también que tu hermana está aquí para una "prueba"- miró a la menor. -¿Ella está aquí ahora?-
-No señor, está en la sala de espera valga la redundancia, esperando a que le dé alguna noticia-
-Hm, Jacques es un tipo bastante duro, frío de corazón sin duda alguna, Winter-
-Mi padre en general es un tipo que se preocupa más por su compañía que por su propia familia, como padre empieza fallando pero creo que eso es algo que usted ya sabe, señor-
-Sin duda alguna, Winter, eres una maravillosa trabajadora, una grandiosa mano derecha, tal vez pueda conseguir un puesto para tu hermana el cual no la involucre con nada tonto, peligroso o vergonzoso para ella, haré lo que pueda, ¿de acuerdo?- le dedicó una leve sonrisa a la menor a la vez que apoyaba su mano derecha en el hombro izquierdo de la menor. -No tienes que preocuparte, Winter, me aseguraré que le den un buen trato, no tan bueno como para que la hagan sospechar, pero sí uno en el que no tenga que padecer o algo por el estilo-
-Muchas gracias, señor Ironwood, es un gran alivio que considere tanto la situación de mi hermana-
-Claro que voy a considerar su situación, es hermana tuya después de todo, tú me has sido una fiel compañera y amiga, Winter, es lo menos que podría hacer-
-Sin embargo- Winter respiró hondo.
-¿Pasa algo?- preguntó Ironwood algo desconcertado por el "pero".
-Weiss es muy capaz de hacer las cosas por ella misma, señor, sé que puedo sonar a que soy una terrible hermana, pero es mejor si ella empieza siendo solo otra ingresada más, nada de privilegios o algo por el estilo, ella tiene que saber que no todo será sencillo para ella, señor- dijo con seriedad aquella chica de ojos azules.
-Hm- aquel hombre dirigió su vista al campo de entrenamiento, acarició su barba con su mano derecha la cual estaba cubierta por un guante blanco al igual que sus prendas. -Entiendo, Winter, te preocupas por tu hermana y quieres que ella salga allí sabiendo a lo que se enfrenta-
-Sí señor- afirmó la de cabello blanco mirando a los soldados.
-Eres bastante estricta, no tanto como Jacques, pero lo eres sin duda alguna- volvió su mirada a Winter. -De acuerdo, ella será otra ingresada, pero la tendré supervisada para darle al menos una ventaja, después de todo recuerda que contigo fue igual-
-Fue parecido, pero solo quiero lo mejor para ella-
-Lo sé... Lo sé muy bien, Winter- y ambos continuaron observando el entrenamiento.
En la sala de espera se encontraba una chica con vestido blanco con detalles rojos, sus ojos eran azules claros, su cabello tan blanco como la nieve y su piel casi tan blanca como la leche.
Ella estaba ahí sentada con unos papeles entre sus manos, eran sus documentos para poder ingresar a aquella academia y posteriormente ser una ingresada para aspirante a soldado.
-Esta espera me está poniendo muy nerviosa- susurró para si misma algo preocupada por el hecho de que su hermana no había ido desde que le dijo que esperara.
-Hey, estás muy nerviosa- le dijo un chico de cabello azul sentado justo enfrente de ella.
-Ah... ¿Hace cuanto estabas ahí?- preguntó la chica de ojos azules algo apenada.
-Lo suficiente- el chico le dedicó otra sonrisa. -¿Hermana de la oficial Schnee Winter?- preguntó mientras la miraba.
-Ah, sí, es mi hermana mayor y...- apenas podía coordinar lo que estaba diciendo.
-Está bien, cuando yo me presenté por primera vez también estaba demasiado nervioso, sudaba mucho, tenía las manos casi enjuagadas de sudor- dijo soltando una risilla. -Pero está bien, todo estará bien, ya vas a ver- le guiño el ojo derecho a la menor y se levantó.
-Vasilias es tu turno de vigilar- dijo un soldado el cual había entrado por la puerta para después solo volver a irse.
-Bueno, tengo que irme, pero está bien, después de todo estarás aquí- le volvió a guiñar el mismo ojo y salió por aquella puerta.
La chica Schnee se tranquilizó, al menos había tenido algo de apoyo aunque haya sido con un desconocido, miró el reloj, pero luego escucuchó la puerta y vio a su hermana mayor.
-¡Winter!- dijo casi en grito poniéndose de pie.
-Weiss- la mayor se quedó mirándola y le sonrió levemente. -Bienvenida a las fuerzas de Atlas, aspirante a soldado Schnee-
La menor de ambas sonrió y abrazó a su hermana mayor con felicidad, había conseguido entrar.
-Gracias, Winter, ya verás que haré un gran esfuerzo, haré todo lo posible para que te sientas orgullosa y poder ganarme un espacio aquí- dijo bastante emocionada la más baja mientras abrazaba a su hermana mayor.
La Schnee mayor esbozó una leve sonrisa, sin embargo separó a la menor y volvió a su expresión de seriedad, le entregó un folleto a su hermana.
-Creo que es mejor que te dé un recorrido por las instalaciones de Atlas, al menos llevarte a la sección de hospedaje para los aspirantes- Winter comenzó a caminar hacia la puerta que conectaba de la sala de espera al pasillo.
-C-Claro- la más joven fue junto a ella.
Ambas entraron por aquella puerta y fueron a salir al pasillo del campo de entrenamiento, Weiss observaba como los novatos se ejercitaban, se percató de que habían tanto humanos como faunos, siguió su recorrido.
-Este es el campo de entrenamiento, aquí van a sacarte lo peor de tu ser y de paso te ayudan a tomar eso para hacerte más fuerte- comentó mientras caminaba con las manos en su espalda.
-Entiendo- dejó de mirar el campo de entrenamiento para mirar a su hermana- Oye Winter-
-¿Qué pasa?-
-Hay muchos faunos aquí, son demasiados, ¿no crees? puede ser peligroso, pues Atlas está justo ahora contra el White Fang a lo que podría desencadenar en u- fue interrumpida por su hermana quien se detuvo abruptamente.
-Weiss, mira, White Fang no es sinónimo de "faunos malos", son solo otro grupo de extremistas, a nosotros nada nos garantiza que dentro del propio White Fang hayan humanos colaborando para lastimar a otros humanos, hay de todo en esta vida y es algo que debes aprender mejor temprano que tarde-
-Entiendo... Es solo que como he visto que los faunos están cansados...-
-Weiss, ya, no todos los faunos son malos así como no todos los humanos son buenos, ¿entiendes?-
-Entiendo-
-Perfecto, ahora vamos que estamos próximas a llegar- y continuó caminando.
Ambas caminaron un poco más hasta llegar a una sección en la que habían unas puertas grandes de cristal, habían dos soldados en la entrada quienes dieron acceso al ver a Winter, ambas entraron hasta la sección de novatos, pasaron por los comedores, luego por el salón de juntas hasta llegar finalmente a los dormitorios.
-Bien, este es el dormitorio A1 de aspirantes, podrás hacer conocidos aquí, pero recuerda, no debes encariñarte mucho con los demás soldados, relaciones afectivas-amistosas causan un gran deceso del rendimiento y es lo que menos necesitas ahora mismo, ¿de acuerdo?-
-Sí, Winter- respondió la más baja con un leve rubor de pena en sus mejillas.
-Y de ahora en adelante... Debes llamarme oficial Schnee, ya sabes, protocolos-
-D-De acuerdo Wi... Oficial Schnee- aquello causó que la mayor de las Schnee sonriera.
-Anda, integrate que mañana empieza la inducción a los aspirantes- colocó su mano derecha en el hombro izquierdo de su hermana menor. -Te irá bien, aspirante Schnee-
-Gracias, Winter, gracias...- y abrazó a su hermana con mucho cariño, la quería con todo su ser.
(...)
¿?
Ya había anochecido, se oían las sirenas de las patrullas terrestres, gente siendo inmovilizada por las fuerzas militares de Atlas, entre disparos, gritos y demás, era algo común en el sector bajo.
-¡Trae tu trasero aquí, maldita sea!- gritó una chica con ojos rojos, piel oscura y cabello verde pero con máscara cubriéndole la boca y capucha quien tenía un arma entre sus manos mientras miraba a su compañero el cual estaba del otro lado de una barricada.
-¡No me voy a meter a un maldito callejón!- ahora quien gritó fue un chico de ojos grises, cabello grisáceo, con lentes de sol, capucha y un pañuelo gris tapando su boca, el chico tenía un arma genérica entre sus manos, miró un pedazo de espejo roto en el piso, lo tomó con su mano libre y lo asomó por encima de la barricada.
Tres robots de las fuerzas de Atlas y cuatro soldados, el chico soltó un suspiro, sabía que estaba jodido, su aura estaba nada de agotarse, miró a su compañera quien estaba protegiéndose de las balas dentro de un callejón.
-¡Avancen!- se oyó por parte de uno de los soldados.
Los robots comenzaron a avanzar hacia el callejón, la chica de cabello verde estaba acorralada, cerró sus ojos concentrándose.
-¡Sal de ahí!- gritó el chico mirando como los robots se acercaban a su compañera y dispuesto a ir a por ellos.
Se oyó un fuerte estruendo, todos voltearon a ver de donde provino aquel ruido y se encontraron con un hombre corpulento de piel morena, con barba y ojos amarillos quien había alzado uno de los vehículos de los soldados.
-¡Fuera!- gritó lanzando el vehículo contra los robots los cuales quedaron aplastados.
Uno de los soldados aterrado por aquello tomó su comunicador.
-¡Solicitamos re- pero cayó al piso arrodillado, su aura se deshabilitó, logró ver un aguijón atravesando su pecho.
-¡Mi turno!- gritó el dueño del aguijón, era un fauno de escorpión quien le traspazó el pecho a aquel soldado matándolo en el acto.
-¡Mierda!- gritó uno de los tres soldados que quedaban quienes comenzaron a disparar.
-No vas a ningún lado- dijo el hombre corpulento, se lanzó en embestida contra el soldado, lo embistió haciendo que se golpease fuerte contra una pared causando que su aura se rompiera de golpe.
Los dos que quedaban siguieron disparando mientras trataban de retroceder hacia el último vehículo que quedaba.
-¡No van a ningún lado!- gritó el chico de ojos negros apareciendo detrás de uno de ellos, con una fuerte patada en la espalda lo tiró al piso, con otra en la cabeza le deshabilitó el aura quitandole el casco de paso y con un disparo en la cabeza remató.
El último soldado se alarmó, estaba temblando, decidió salir corriendo lo más rápido que sus piernas le permitieran, pero por más que corría no lograba alcanzar el vehículo.
-Este es mío- susurró la de cabello verde quien apuntó al soldado el cual empezó a gritar y se tumbó al piso.
La chica se acercó al soldado, agarró el casco y lo quitó mientras el joven yacía en el piso como si estuviera shockeado. Le apuntó con su arma y terminó con su vida en un disparo.
-Esto fue peligroso- comentó el chico quitándose el pañuelo y dejando ver su rostro.
-Esto fue estúpido, Mercury- comentó la chica.
-Yo opino que fue emocionante- comentó el fauno de alacrán el cual tenía ojos amarillos, cabello castaño trenzado. -muy emocionante- pasó su dedo índice derecho por el aguijón de su cola y tomó un poco de sangre que había en esta, lo llevó a su boca y la lamío.
-Eso es asqueroso, Tyrian- el hombre corpulento se acercó a ellos con los brazos cruzados.
-Vamos, Emerald, fue genial, nos deshicimos de esos soldados de forma genial y ver como Hazel se cargó a las chatarras estas, wow, genial- comentó Mercury con emoción dando golpecitos al aire.
-Estoy de acuerdo con Emerald, niño, eso fue estúpido a más no poder, de no haber sido por nosotros estarían muertos- dijo Hazel con el ceño fruncido.
-Pero los acabamos, ¿cierto, Tyrian?- Mercury buscó apoyo por parte del fauno.
-Pero los matamos- Tyrian alzó los hombros.
Emerald suspiró, se acercó a donde estaban los pedazos de robots, tomó una de las cabezas de ellos. Gracias a que ya estaba algo rota logró abrirla y sacar un chip.
-Con esto basta- comentó mirando el chip.
-Al menos el esfuerzo valdrá la pena- habló Hazel mirando igualmente aquel chip.
-Deeee acuerdo, yo me voy yendo ya porque tengo que prepararme para mi próximo combate- comentó el chico de cabello gris alejándose cada vez más.
-Eres un caso perdido- Emerald no estaba muy de acuerdo con las acciones de su compañero, sin embargo tampoco era su madre como para mandarlo.
-Lo soy pe- se silenció al ver que encima de uno de los tejados de la parte de la calle en donde no llegaba la luz, había alguien con los ojos brillantes los cuales sobresalían entre la oscuridad, su cabello rojo brillante iluminaba dando un poco de visión. -Mierda, está aquí...- Mercury se aterró retrocediendo un poco tras verlo.
-Oh, mierda- susurró Emerald viendo al chico.
-Niños, se escandalizan por otro niño, ¡hey, Taurus, ven acá!- gritó el fauno escorpión con una sonrisa.
Los dos más jóvenes aguantaron la respiración, sus pulsaciones se habían incrementado, estaban aterrados.
Aquella persona solo se alejó y desapareció entre las sombras haciendo que los chicos soltaran un gran suspiro, era mejor no meterse con aquel tipo y eso todos lo sabían muy bien.
-Como siempre, tan misterioso- comentó Tyrian llevando sus manos detrás de su nuca.
Continuará...
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Un gusto volver a vernos ¿?
He aquí otro capítulo.
Para este capítulo no tengo aclaraciones ya que los temas los tocaré en otros caps, cualquier duda o inquietud podrán preguntar por comentarios.
Sin más que decir, nos vemos en el próximo capítulo~