-¿Blake?
Sentía que mi corazón saldría huyendo de mi pecho en cualquier momento. Que me dejaría a mi merced y me culparía de haberme paralizado. De no poder ejercer movimiento alguno. De sentir que estaba estancada en mis propios zapatos o peor, que el piso me comía viva y me hundía lentamente.
Me sentía incapaz de siquiera girarme a mirarlo a los ojos. De lograr que mi boca formara alguna palabra o algún sonido.
Nunca ideé algún plan de escape para llevar acabado en el momento en el que me volviera a encontrar cara a cara con él hombre que me robó el aliento por tanto tiempo. Y quizás, el único hombre que logrará hacerlo.
Y nada de esto se comparaba un poco con aquellas dos ocasiones en donde ya nos habíamos visto. Se sentía distinto por el simple hecho de encontrarnos solos en el mismo sitio.
Hace demasiado tiempo que no oía su voz dirigiéndose a mi.
Hace demasiado tiempo que me sentía sola...sin él.
-¿Qué haces aquí, Blake?- su voz firme inundó de nueva cuenta el lugar. Haciendo que me volviera a estremecer como hace un rato.
Parecía cansado, mucho más de lo habitual, aunque intentara ocultarlo, como siempre.
Sus ojos cargaban con unas grandes y oscuras ojeras, acompañados de una mirada que expresaba confusión. Llevaba el ceño más fruncido de lo normal.
No sabría explicar si se encontraba molesto o quizás...¿asustado?
Me hacía sentir vulnerable, como si todos estos meses fuera de casa no hubieran servido de nada. Como si el no pensar en él hubiera sido en vano.
Pero la única verdad es que nunca dejé de pensar en él. Nunca dejé de recordarlo o si quiere olvidar lo que siento por él. Y el simple hecho de pensar en eso me aterraba, porque lo único que quiero hacer justo ahora es salir corriendo de aquí, porque soy una cobarde y porque sé que las cosas jamás volverán a hacer como antes. Porque sé que el jamás comprenderá todo lo que significa para mí. Porque sé que él jamás me querrá como yo lo querré.
Pero no dejaría que me viera de ese modo. Que me mirara así. Que se diera cuenta que por dentro me sentía destrozada. Que estaba apunto de desmoronarme.
-Estoy buscando a Eren.
Ninguno de los dos dijo algo más. Él simplemente se dedicó a observarme. No sabría descifrar su mirada. Levi siempre ha sido impredecible. Siempre a sido complicado.
¿En qué estará pensando él?
-¡Rayito!- el grito de la mujer con la que había formado un fuerte lazo sentimental, irrumpió aquel silencio incómodo que se había formado en la atmósfera entre aquel hombre y yo. Y por un diminuto instante, eso me hizo olvidar de todas las estupideces en las que estaba pensando, para así poder sonreír como no lo había hecho en mucho tiempo.
-Hange- había empezado a llorar desde que oí su voz y simplemente me limité a abrazarla. Ni siquiera había podido gritar su nombre con todas mis fuerzas como había querido hacerlo. Sentía que mi garganta quemaba de tanto aguantar el llanto que había evitado liberar antes. Pero simplemente fue imposible no hacerlo.
-¡May!, ¿Cómo supiste que estábamos aquí?-la mujer se había separado de mi unos cuantos centímetros para poder tener un mejor campo de visión sobre mi rostro ahora hinchado y rojo debido al llanto.
-Los seguí- mi voz se encontraba aún quebrada y era difícil pronunciar palabra alguna, pero como pude logré responderle.
-¡Tan testaruda como siempre!- una carcajada se escuchó en el pasillo proveniente de la de anteojos, haciendo que me contagiara de su alegría de igual modo- ¡Pero mírate! ¡Eres toda una mujer! ¡Has crecido mucho! ¿Qué te dieron de comer ahí, eh?- me limité a sonreírle, aunque no pude evitar sonrojarme por aquella rápida examinación que hizo la mujer en mí al poco tiempo de nuestro reencuentro- Oye, Levi- el azabache giró para mirarnos rápidamente al oír su nombre- ¿No crees que deberíamos pedir la receta de la comida que le dieron a May? Quizás así crezcas un poco y la alcances- el pequeño hombre miró a la de anteojos de una manera fulminante y aterradora, como en los viejos tiempos, aunque a ella parece no haberle importado mucho. En algún otro momento quizás pudo haber sonado gracioso aquel comentario mal intencionado, pero aún me encontraba nerviosa por tener a ese hombre tan cerca. De si quiera imaginar todos los problemas que tendría con él al salir de aquí. Cuando regresáramos a la normalidad- la mujer volvió a abrazarme con fuerza por un momento más hasta que decidió seguir con el interrogatorio- Pero, ¿a que viniste exactamente, May?- la mujer me miró paciente, esperando a oír la respuesta que ahora anhelaba saber.
O quizás, simplemente queriendo escuchar alguna excusa.
-Yo...- fue inevitable agachar la mirada. No me sentía capaz de mirarlos a los ojos. Había olvidado exactamente a qué venía. Han pasado tantas cosas en tan pocos días que sentía que me ahogaría en mi propio silencio. Pero debía ser fuerte
-¿Eren está allá dentro?
Hange parecía confundida. Su entrecejo se había arrugado en respuesta a su dudas. Pero parecía estar formulando de nueva cuenta sus preguntas.
-¿Jaeger? ¿Hablas del recluta?- sonaba más confundida de lo que parecía.
-Sí, necesito hablar con él. Para eso vine hasta acá.
Ninguno de los dos dijo nada. Simplemente se miraron entre ellos. Conspirando en mi contra, quizás.
-¿Lo conoces?- la voz de Levi sonó aún más dura que al principio y yo simplemente no quería seguir ahí. No quería seguir escuchándolo. Me sentía encarcelada al no poder huir de ese lugar. Quería irme. Quería estar lejos de él. Quería ver a Eren.
-Hange...- evitaba empezar a llorar de nueva cuenta y parece que la castaña lo había notado, pues su rostro se tornó preocupado al ver mí humor de ese modo- Necesito saber si Eren está bien...por favor- supliqué casi en un susurro mientras tomaba de las manos a la mujer de anteojos, pronunciando esas últimas palabras con toda la pesadez que cargaba dentro de mi.
-May, tranquilízate. Erwin se encuentra hablando con él ahora. Quizás cuando acaben puedas verlo- su respuesta parecía sincera aunque eso solo me había hecho soltar sus manos con la misma velocidad con las que las había tomado en un principio.
¿Ella dijo "quizás"? ¿Eso quiere decir qué tal vez no pueda verlo pronto?
De nuevo me empezaba a llenar de dudas y de preocupaciones y parecía que mi cabeza no se callaría pronto. Me estaba volviendo loca.
-Cuando te vimos durante el juicio- la castaña se dispuso a hablar de nueva cuenta, para cortar la tensa situación que se había creado en el lugar, mientras pensaba en alguna continuidad para la conversación- Supusimos que era porque te habían pedido ser un testigo. No porque conocías al chico.
Decidí no responder. No quería enloquecer. No era el momento ni el lugar para hacerlo.
La puerta volvió a abrirse tras nosotros, haciendo que llamara la atención de los tres.
Sentía que no había llorado en mucho tiempo. No de ese modo, y me hacía sentir que me secaría por dentro en cualquier momento.
Y al ver a la persona que había decidido abrir la puerta, sentí como si todo volviera a la normalidad. Como si nada malo hubiera pasado. Como si...como si todas las respuestas a nuestros males se hubieran resuelto al instante de volver a reencontrarme con el hombre que me había brindado un hogar y sobre todo, que me había dado su cariño cuando más sola me encontraba...sentía que cualquier cosa podría ser posible de ahora en adelante.
Sin dudarlo dos veces, me acurruqué en los brazos de aquel gran hombre para poder sentir que de verdad el estaba ahí y que no solo era producto de mi traicionera imaginación.
-Hija- me encontraba tan ocupada llorando en su pecho que lo menos que quería era separarme de aquel cálido lugar para responderle.
Hubiera deseado que el tiempo se paralizara y pudiera continuar así más tiempo. Que pudiera seguir tan segura como me sentía ahora.
Y es que Erwin me hacía sentir bien. Mucho más que bien. Como cuando la lluvia te toma por sorpresa y te moja por completo, para que al llegar a casa y acercarte a la chimenea, te empieces a sentir mucho más cálido y seguro. Mucho más reconfortante.
Era difícil explicar lo que ese hombre representaba para mí. Era mucho más que un un simple tío. Erwin se habían convertido en mi padre.
-Dios mío, siento que después de hoy no podré derramar ni una lágrima más. No me queda ni una- logré escuchar la risa del hombre a pesar de estar sumergida en él. Intenté reír del mismo modo en el que él lo hizo.
-Me alegra ver que te encuentras a salvo. Aunque parece que necesitas un descanso- su voz cálida era lo único que necesitaba oír toda mi vida. Para mí, eso era el descanso del que él hablaba- Te llevaré a casa para que duermas. No quiero que algo te pase.
-Ahora no puedo. Necesito ver a la persona con la que estabas conversando- él hombre me miró serio, aunque el jamás juzgaba lo que yo pedía o decía. Él siempre me apoyaba.
-Bien, dejaremos que hablen y cuando termines, vendrás a casa con nosotros.
-¿Y que pasará con mi lugar en las tropas?
-Hablaremos sobre eso después- el hombre agacho su rostro a la altura del mío para así depositar un beso en mi frente, para luego desaparecer entre el pasillo con las dos personas que me venían haciendo compañía desde el principio.
Parecía como si todo hubiera mejorado con la simple presencia de aquel hombre. Como si hubiera borrado el miedo que sentí hace unos momentos atrás. Lástima que la calma dura poco tiempo.
-¿Eren?- al atravesar aquella puerta, encontré a alguien de espaldas, en aquel cuarto que contaba únicamente con un sofá y una pequeña mesa.
Él castaño se giró para mirarme. Parecía cansado. Demasiado cansado. Aunque por un momento, noté que en sus preciosos ojos color esmeralda caían lágrimas. Lágrimas que no lograba entender del todo.
Eren parecía cansado, confundido pero emocionado a la vez.
Eren estaba vivo.
-No puede ser- mis manos habían cubierto por completo mi boca en un intento por callar mis sollozos, aunque había sido casi imposible no oírme.
El castaño corrió a abrazarme con toda su fuerza. Su agarre era fuerte pero no lo suficiente para lastimarme. Era más bien, cálido.
-¡No puedo creer que estés vivo!- mi visión era casi nula, debido a las lágrimas que caían y bloqueaban mi vista. Aunque aún lograba distinguir sus ojos. Sus preciosos ojos...
-May, mi preciosa May. Viniste- esta vez su llanto era aún más fuerte, provocando que me estremeciera entre sus brazos.
-¡No podía dejarte!, ¡Necesitaba sentirte cerca de mi para comprobar que efectivamente estabas vivo!- el castaño tomó mi rostro entre sus manos. Estaba temblando- De verdad estás aquí.
Eren volvió a sostenerme fuerte. Parecía que el tampoco creía posible el estar vivo. El estar justo aquí.
Yo aún no lograba comprender la situación. Se me hacía difícil entender que existía la posibilidad de que alguien pudiera resucitar. O aún peor, que algún humano pudiera ser un titán. ¿Cómo era eso posible?
-Cuando ellos dijeron que habías muerto, yo...
-No May, no lo menciones. Yo tampoco puedo creer que esté aquí contigo. Hay muchas cosas que no entiendo aún y que necesito averiguar.
El castaño tomó mi mentón sobre sus dedos para que yo pudiera mirarlo a los ojos. Aún lloraba y yo también.
-No puedo creer que esté frente a ti- a pesar de que sus ojos se encontraban inundados de lágrimas, su campo de visión no se había perdido, pues no dejó de mirarme en ningún momento- Estuve navegando sobre algunos recuerdos que tuve mientras no tenía conciencia ni podía tomar acción sobre mis actos, y una de la primeras personas en las que pensé...fue en ti, May.
-¿Yo?- automáticamente, mi ceño se frunció, aún no lograba entender lo que parecía intentar decirme.
-Sí, tú. De algún modo Armin y tú me hicieron entrar en razón para que no intentara matar a nadie. Y para así poder cumplir con mi promesa. Sé que es un poco difícil de entender, pero lo que te trato de decir es que...de verdad aprecio mucho que estés aquí conmigo. No sabes lo que significas para mí- el castaño tomó mi mano para después arrodillarse y besarla.
-E-Eren, ¿qué estás haciendo?- el de mayor tamaño había optado por quedarse de rodillas al suelo, mientras comenzaba a llorar inconsolablemente- ¿Eren?, ¿Qué sucede?- de igual modo que él, terminé en el suelo. A su lado.
-Vi a tantos morir. A tantos de nuestros compañeros que perdieron la vida intentando salvar a la humanidad. Y no pude ayudar a ninguno.
-No es tu culpa. No es culpa de nadie. El hecho de que tú estés vivo es el milagro más grande que he vivido. Pero de ser distinto...-no pude terminar de decir la frase, debido a que mi garganta comenzaba a cerrarse para llorar de nueva cuenta.
El castaño permaneció mirando hacia el suelo, sin decir palabra alguna, continuando con su desdicha- Eren, mírame, ¿sí?- parecía ido debido a lo que había pasado horas antes. A los recuerdo que se empezaban a almacenar en su consciencia. Unos horribles recuerdos.
La atención del de ojos color esmeralda era completamente nula. Era como si su cuerpo siguiera ahí pero su mente divagara en otro lado, así que la acción que decidí tomar, fue la de sujetarlo fuerte de su rostro. Quizás en un modo histérico.
-Eren, escúchame. Nada de esto es tú culpa. Hiciste lo que pudiste como saldado, y eso es más que suficiente- él castaño parecía inspeccionar completamente el rostro de la azabache, como si estuviera admirando cada facción de esta.
Eren había acurrucado su rostro entre las manos de la chica, como si fuera un pequeño e indefenso felino. Parecía como si intentara descansar de todo.
-Necesitas dormir. Luces muy cansado.
-May.
-Como ya eres parte de la legión, no creo que tenga problema en llevarte a la sede. Ahí podrás estar más cómodo- acaricie cada cabello color marrón que se atravesó a mi paso en modo de consuelo. Quería verlo bien a pesar de que todo parecía estar de cabeza.
-May, necesito que me escuches- asentí- Perderte sería el pecado más grande que podría cometer. Allá afuera, en lo único que pensaba era en ti. Y el verte en repetidas ocasiones y luego simplemente quedarme en la espera de saber si estabas bien...- tomó un momento para suspirar. El hablar rápido y soltar tantas lagrimas al mismo tiempo haría que se ahogara- Tengo miedo de perderte.
-No me vas a perder. No hay una razón para hacerlo. Si te carcome la idea de mi muerte, no te preocupes. Eso no pasará- me levante de la posición en la que me encontraba para después brindarle mi mano al castaño y así quedar de pie juntos- No te preocupes por mi Eren. Mejor busca el modo de controlar la responsabilidad con la que cargas. Yo estaré ahí para apoyarte.
El más alto parecía haber calmado por fin su llanto y como pudo, esbozó una sonrisa como respuesta.
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Erwin había ordenado que mi estadía junto a la legión fuera definitiva- como en los viejos tiempos- ya que veía innecesario esperar más tiempo para lo que era realmente obvio. Aunque no estuviéramos en nuestro verdadero hogar.
La legión contaba con un castillo que utilizaron en sus inicios, aunque con el paso del tiempo, resultó inservible debido a la lejanía en la que se encontraba.
¿Quién diría que era el lugar perfecto para un escondite?
Aunque debido a la antigüedad del lugar, debíamos restaurarlo por completo.
Levi nos había ordenado a todos limpiar completamente la sede. Como el castillo había estado inhabitado por mucho tiempo, todo se encontraba cubierto de polvo y suciedad.
Acordamos hacer dúos para poder dividirnos mejor las tareas- debido a que anteriormente, los demás soldados no estaban dando lo mejor de ellos como deberían- y yo había acordado hacer equipo con Eren.
-Todo esto es muy nuevo para mí- dijo Eren después de un rato en silencio.
A pesar de que habían soldados limpiando por todas partes, el pasillo en dónde nos encontrábamos estaba totalmente desolado.
-¿Qué cosa?- comenzaba a hablar un poco agitada debido al movimiento que ejercía al limpiar. Quería que todo quedara listo cuanto antes.
-Esto- paró la actividad que estaba realizando para así señalar la esponja que llevaba en la mano- No recuerdo haber limpiado tanto en mi vida. Y eso que apenas llegamos.
No pude evitar soltar una gran carcajada tras escuchar sus quejidos. Eren solo me miraba atento mientras sonreía.
-Toda mi vida a sido así- dije mirando el suelo, mientras seguía sonriendo pero esta vez, en un modo discreto.
Él castaño parecía confundido.
-Cuando él "capitán" Levi es parte de tu familia, estás obligado a hacer todo lo que te ordene- dije con un tono sarcástico, haciendo comillas al haber hecho referencia al rango del pequeño soldado.
-¿No te llevas bien con él?- preguntó curioso, mientras continuaba limpiando.
-No es eso- suspiré mientras miraba hacia el techo esta vez, para así evitar contacto visual con el castaño- Es solo que...quizás, algunas veces somos muy distintos y por eso discutimos- finalicé para mirar a mi compañero y regalarle una sonrisa.
-Y-Ya veo- dijo nervioso, debido al gesto que había tomado.
Ambos quedamos en silencio mientras seguíamos limpiando.
Después un largo rato, el ambiente se sentía tan cómodo que por un momento olvidé que estaba en compañía del castaño y accidentalmente, el tarareo de una canción salió de mis labios.
Eren empezó a reír.
-L-Lo siento- dije apenada al darme cuenta que me estaba prestando más atención de la necesaria.
-¿Por qué te disculpas?- decía este mientras se acercaba a mi.
Me encogí de hombros debido a la vergüenza que sentía. No solo porque me distraje, si no por ver el modo en el que me comenzaba a mirar.
Cuando tuve al castaño a centímetros de mí, empecé a sentirme aún más nerviosa. Sentía que mi corazón se saldría de mi pecho y eso no me gustaba nada.
Él tomó con una de sus manos la mía para así ayudarme a levantar, para luego sostener mi cintura con la mano libre que le quedaba.
-E-Eren- tragué saliva, él no paraba de sonreír- ¿Qué estás haciendo?
-¿Cómo va esa canción que tarareabas?- preguntó mientras me seguía mirando a los ojos. Me acercó más a su cuerpo para luego comenzar a tararear mi canción mientras empezábamos a bailar un torpe vals.
Todos los nervios que había sentido antes, se habían esfumado por completo, siendo remplazados con mis fuertes carcajadas. Aunque aún no podía mirar a Eren a los ojos, además de que había aumentado el ritmo de sus giros que me impedía ver algo.
Ambos no parábamos de reír, realmente era algo placentero.
-¡Blake!, ¡Jaeger!- los dos nos soltamos enseguida tras oír aquella voz, provocando que estuviera apunto de caer.
-C-Capitán- dijo este aún sosteniéndome para que no cayera al frío suelo.
No podía dejar de mirar a ninguno de los dos. Ambos adornaban sus rostros con gestos únicos, que si no hubiera sido por aquella situación comprometedora en la que nos encontrábamos, con gusto comenzaría a reír.
-¿Están limpiando o perdiendo el tiempo?- a pesar de que Levi solía llevar la misma expresión aburrida todo el tiempo, lo conocía lo suficiente para darme cuenta de que se encontraba verdaderamente molesto.
Ninguno de los dos respondimos. Eren quizás por miedo y yo simplemente, por la falta de ganas que tenía de hacerlo.
-Muévanse si no quieren atenerse a las consecuencias.
Levi llevaba un aura tan oscura que me hacía pensar en que quizás nos observo más de la cuenta para así salir en el momento justo para arruinar el momento.
Levi arruinó la paz que me hizo sentir por un momento el castaño, llevándose cada risa que había derrochado por un rato. Pero así era él. Egoísta y frívolo. Ese era Levi.
Un idiota.
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Olasigovivabai:3
Ok no v':
Pues...aquí regreso con un capítulo más. No me maten pliss :'((
Desde que comenzó la cuarentena, todo se fue a la verga. Literal, te dejan más tarea que cuando asistíamos al maldito instituto.
LOS ODIO LRPM AAAAAH V:<
Y eh estado tratando de escribir en los otros ff. Mis tiempos libres ya están muy limitados. Podría decir que si me llegue a estresar(?
El punto es que no sé cuando pueda volver con un capítulo, y realmente lo siento :'DD
Trataré de hacerlo lo más pronto posible, pero no prometo nada cracks V':
Y por último, antes de irme...
¿KHEEEEEEE? V':<
MUCHAS GRACIAAAASMSLZK
De verdad que se los agradezco mucho >:'""DD
Al principio solo fue un simple invento de mi imaginación. Pensaba que nadie leería esto y que solo sería una chica con ideas extrañas sobre uno de sus animes favoritos, transcribiendolo aquí en wattpad...pero no.
Realmente se los agradezco, porque no solo yo hize posible esto, sino que ustedes, quienes la leen, la aprecian y votan.
Se que un simple "gracias" no es suficiente, pero creo que es lo único que les puedo dar (ah no ser...). Así que GRACIAS.
:'3
¡No leemos en la próxima bebés! uwu
¡Sayonara!✨❤️
VP <3