⩇⩇. ૮ᅠinocencia pasionalᅠ✶ᅠ...

Da perfectbin

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‣‣ ׂ 🏴 . ¡ sinopsis ! Hay cinco cosas que vue- lven loco a Yeonjun. 1; La forma en la que el ro- s... Altro

Prólogo
Capítulo 01 : Malditos platos
Capítulo 02 : Malditas cervezas
Capítulo 03 : Maldito departamento
Capítulo 04 : Instituto
Capítulo 05 : Supermercado
Capítulo 06 : Cena
Capítulo 07 : Mall
Capítulo 08 : Maldita lluvia
Capítulo 09 : Desayuno (Prt1)
Capítulo 10 : Desayuno (Prt2)
Capítulo 11 : Soobin
Capítulo 12 : Fotografía
Capítulo 14 : Fría noche (Prt2)
Capítulo 15 : Maldito regreso
Capítulo 16 : Fuego
Capítulo 17 : Maldita migraña
Capítulo 18 : Beomgyu
Capítulo 19 : Malditos pensamientos (Prt1)
Capítulo 20 : Malditos pensamientos (Prt2)
Capítulo 21 : Asuntos inesperados
Capítulo 22 : Celos
Capítulo 23 : Tú
Capítulo 24 : Anuncio
Capítulo 25 : Lo siento
Capítulo 26 : Espuma
Capítulo 27 : Tarde (Prt1)
Capítulo 28 : Tarde (Prt2)
Capítulo 29 : Palabra
Capítulo 30 : Sopa
Capítulo 31 : Extra - Auto
Capítulo 32 : Sonrisas

Capítulo 13 : Fría noche (Prt1)

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Da perfectbin

Beomgyu elevó los ojos y dejó caer la mandíbula, colocándose la camiseta al instante y sonriendo con alivio al notar quién había entrado al dormitorio.

"¡Yeonjun...! Me has asustado mucho" dijo, desviando la mirada.

"¿Por qué?"

"Porque abriste la puerta de la nada."

Yeonjun se acercó lentamente y se asomó hacia las ventanas. Ahora que se encontraba con el ridículo de Beomgyu, la furia que sentía por no haber encontrado tragos estaba desapareciendo.

Lo observó colocarse las medias de espaldas y en un mínimo movimiento, lo tomó de la cintura y lo atrajo posesivamente hacia sí. El menor se sobresaltó y suspiró un poco.

"¿Ah, sí? ¿Debería tocar antes?"

"No, no te preocupes, yo debí asegurarme de que la puerta estuviese cerrada."

Inhaló toda la aroma de su cabello, mientras cerraba sus brazos con fuerza sobre su cintura.

Olía a frutas como la primera vez.
Olía tan jodidamente bien.

"¿Y qué ibas a hacer, eh?"

Hundió su nariz en su cabello y la fue descendiendo hasta el inicio de su cuello. Su piel también estaba empapada de ese mismo aroma.

"Iba a tomar una ducha" mencionó el muchacho rápidamente y descendió un poco su cabeza "¿Por qué viniste tan rápido?"

"Porque no había lo que quería, pero ahora hay otra cosa que se me ha antojado."

"¿Qué?"

Sus labios se movieron hacia el lado lateral de su cuello y cerró sus brazos con más fuerza sobre su delgada cintura, empezando a depositar lentos besos sobre su lechosa piel para finalmente cerrar sus dientes sobre ella de un solo golpe. Sentía que la respiración se le aceleraba hasta doler.

"Junnie..." Beomgyu retembló y ladeó la cabeza, intentando alejarse un poco, mientras se volvía hacia él con el rostro enrojecido y la misma ingenua sonrisa de siempre "¿Qué... qué sucede?"

Yeonjun enarcó una ceja y tiró hábilmente de su mano hasta tener su cuerpo entre sus brazos de nuevo.

"¿Cómo me has llamado?" le preguntó con sus labios adheridos a su oído. Beomgyu descendió la cabeza con una sonrisa y estuvo al borde de decir algo, pero el sonido de la puerta abriéndose y cerrándose lo paralizó.

"¿Beomie, estás acá?"

Yeonjun abrió los ojos antes de exhalar y tomar al menor del brazo y casi arrastrarlo afuera de la habitación. Beomgyu caminó algunos pasos hasta la sala de estar, encontrándose con la alegre presencia de Soobin, que traía algunas bolsas en sus manos y le sonrió cuando lo vio.

"Hola" saludó, sacudiendo su mano con una suave sonrisa.

"Qué bueno que estás acá... He traído comida. Bueno, solo son biscochos. Y te he traído esto. Vi que lo estaban vendiendo, así que compré muchos para mis hermanas y también pensé que te gustaría tener uno."

Sonrió también y se ruborizó, tomando lo que Soobin le estaba extendiendo.

"Muchas gracias, Soobin" Sus ojos se dilataron en cuanto la vio. Era una pulsera de cristales celestes con agua en su interior "Está muy bonita, me gusta mucho."

Se la colocó en su brazo lo más rápido que pudo y cuando elevó la mirada, notó la presencia de Yeonjun, que los estaba mirando con la mano apoyada sobre el respaldar del sofá.

"Yeonjun, ¿ya estabas acá?" Soobin dejó las bolsas sobre la mesa "¿Quieres sentarte con nosotros?"

Beomgyu sonrió y abrió los labios.

"Iré a tomar una ducha y regreso enseguida para acompañarlos a comer."

"Está bien, te esperamos, Beomie."

Se metió corriendo a la habitación y abrió la puerta del baño, cerrándola con suavidad y pasando a desnudarse por completo. Giró la manija de la ducha y el agua empezó a caer sobre su cuerpo, empapándolo todo. Se pasó el jabón por sus brazos y sus piernas, estirando su mano para sacar shampoo de su bolso y luego empezó a extendérselo sobre su cabello. Su cuerpo era algo de lo que nunca estaría seguro y orgulloso. A veces, no entendía cómo podía ser tan pálido y delgado. Cuando terminó de ducharse, se secó instantáneamente y se colocó unos shorts azules y una camiseta a rayas, saliendo casi de volada hacia la sala. No quería demorarse mucho ni hacerlos esperar. Se sorprendió cuando encontró únicamente a Soobin sentando frente a la mesa.

"Yeonjun se ha ido, creo que a la conferencia, aunque todavía falta un par de horas para que empiecen" le sonrió y levantó un termo oscuro "¿Agua o café?"

Beomgyu negó dos veces con la cabeza, acercándose hacia la mesa.

"No te preocupes, por favor, deja que yo te sirva."

"Olvídate de eso, Beomie, lo hago con mucho gusto."

El agua cayó sobre el vaso y Beomgyu se sentó de inmediato, sonriendo.

"Muchas gracias."

"De nada, ¿y tienes hermanos o hermanas?"

"No, soy hijo único."

"Deben engreírte."

Beomgyu se rió con el agua aún en su boca y asintió con la cabeza. Soobin le extendió algo parecido a un pan y agradeció, probándolo. Era dulce y suave.

"Sí, mucho..."

"A mí no... bueno, aunque no debería quejarme ahora, porque... al menos mi padre me permitió comprometerme con Sihyeon y me alegra saber que estoy enamorado de ella, porque hubo momentos en los que me obligó a ser novio de chicas a las que no quería."

Los ojos de Beomgyu se abrieron de un porrazo. Sus manos sujetaron su vaso de agua con fuerza y se encontró con los tristes ojos de Soobin mirándolo.

"¿Te obligó? ¿Por qué te obligó?" las preguntas se escaparon de sus labios antes de que se diese cuenta.

"Negocios. Mi padre me suele arreglar compromisos con hijas de otras familias de clases elevadas para poder unir ambas empresas. Bueno, en realidad, creo que todos los padres hacen eso. El mío ha fracasado cuatro veces... pero ahora he tenido la suerte de enamorarme de Sihyeon, que tiene todos los requisitos que mi padre busca, supongo."

Se quedó aterrorizando mirándolo durante unos cuarenta segundos antes de descender la mirada de nuevo. ¿Cómo podía alguien obligar a otra persona a hacer algo como eso? De repente, se sintió tan triste al imaginar la terrorífica situación de estar unido a una persona que no quieres.

"Lo siento mucho, Soobin, de verdad, lo siento mucho."

"No te preocupes, no te disculpes, tú no tienes la culpa" el muchacho se levantó y le pasó una mano por la cabeza, sonriendo "Un angelito tan bonito como tú nunca haría nada malo."

El menor solo atinó a ruborizarse y sonreírle de vuelta, llevándose el agua a sus hidratados labios de nuevo.

"Bueno, creo que también me tengo que ir, porque es mejor estar antes de la hora... supongo que veré a Yeonjun allí. Te veo luego, Beomie, cuídate mucho y échate a ver televisión o hacer lo que gustes, siéntete como en casa."

"Está bien, muchas gracias."

Beomgyu lo observó salir y cerrar la puerta. Terminó de tomar el agua y llevó los vasos al lavabo, aseándolos en menos de dos minutos. En realidad, sentía que este viaje era como un sueño del que pronto despertaría. Jamás había pensado que llegaría a encontrarse en un lugar tan grande como ese y mucho menos, acompañando a dos personas tan grandes como lo eran Kim Soobin y Choi Yeonjun.

Yeonjun...

Sintió cómo su corazón se aceleraba y la sonrisa volvía a su rostro.

Tampoco podía terminar de creer que Yeonjun lo quería y que había aceptado tener una relación con él. Solo de pensar en eso, las mariposas en su estómago revoloteaban todas juntas, haciéndolo casi reír de la alegría. Encendió la enorme televisión y se sentó en el sofá, cruzando sus piernas y recostando su cabeza sobre una almohada. La película que estaban pasando estaba en inglés y él no lograba comprender nada en absoluto, aunque le gustaba mirar lo enorme que se veían las imágenes y parecían casi salirse del televisor. Estuvo atento y entretenido durante dos horas, intentando comprender la historia.
Y entonces, un sonido agudo sonó de repente.

Beomgyu se levantó de inmediato, aunque no lograba localizar de dónde provenía. Caminó durante dos minutos y finalmente observó el teléfono, que tenía una luz roja palpitando una y otra vez. Se acercó para tomarlo, pero la voz lo sorprendió de un golpazo.

"Hola, Beomie, soy Soobin. Te llamo para decirte que tengo que salir con urgencia hacia la ciudad, porque ha surgido un problema con mi hermana. Yeonjun se ha quedado en la conferencia todavía, pero no demorará en llegar, cuídate mucho, te veo allá."

Y la luz terminó de parpadear.

Frunció las cejas y se movió hacia el sofá de nuevo con la preocupación recorriéndole el cuerpo, ¿qué habría pasado con la hermana de Soobin? Se abrazó con sus propios brazos y volvió su mirada hacia la película, la cual estaba a punto de terminar. Y cuando lo hizo, se quedó profundamente dormido sobre el sofá; su cabeza sobre la almohada y sus brazos cruzados sobre su pecho. No supo cuánto tiempo se mantuvo soñando hasta que unos gritos lo levantaron de improviso. Se levantó con el corazón acelerado y el sudor deslizándose por su cuello, asustándose mucho cuando encontró la habitación totalmente oscura y los gritos incrementándose.

¡Que alguien lo agarre! ¡Seguridad, seguridad!

Se estremeció y corrió a encender la luz con desesperación, pero no encontró el interruptor, así que se movió hacia la puerta, abriéndola con nerviosismo. Su corazón se le había acelerado del terror y no podía creer que hasta sus ojos se encontrasen humedecidos. Cuando la puerta se abrió, encontró a dos señoras en la puerta de sus departamentos de hotel también, mirando hacia el ascensor con una mezcla de rabia y miedo.

"¿Qué sucede...?" cuestionó. Parecía un niño pequeño asustado por una historia de terror "¿Sabe por qué gritan mucho?"

La mujer se mordió el labio y rodó los ojos.

"Ha habido una pelea en el bar y se ha armado un escándalo. Creo que alguien perdió el control y ha empezado a lanzar botellas y a golpearse con otros tipos... seguramente es un drogadicto o un loco, ¡este hotel va de mal en peor!"

Beomgyu se acurrucó más contra su puerta y se colocó la mano en el corazón. De repente, el terror se hizo más profundo, ¿dónde estaba Yeonjun? Se mordió las uñas y sintió el impulso de correr a buscarlo para advertirle de lo que estaba sucediendo, pero no lograba mover un músculo.

¡Seguridad, seguridad!

Los gritos de la planta inferior se escuchaban ahora con más fuerza y notó cómo la señora que estaba a su frente hacía ademán de cerrar la puerta.

Beomgyu quiso suplicarle que no se fuera, que permaneciese acompañándolo, que lo acompañase a buscar a Yeonjun, pero las palabras se ahogaron en su boca cuando el ascensor se abrió y la imagen de un muchacho ensangrentado y balanceándose de una pared contra otra, apareció frente a él.

Beomgyu sintió que el mundo se le caía en pedazos.

Era Yeonjun.

"¡Yeonjun, santo cielo! ¡¿Qué te ha sucedido, Junnie?!"

Corrió hacia su costado, mientras las lágrimas empezaban a deslizarse por sus mejillas y se aferraba a su brazo, intentando moverlo hasta su departamento. El olor del alcohol era demasiado fuerte, pero no le interesó, así como tampoco le interesó la forma en que las señoras le observaban con algo similar a la conmoción. Logró meterlo al departamento y cerró la puerta antes de escuchar más gritos y se dedicó a intentar llevarlo hasta su habitación.

"Junnie, por favor, dime que estás bien, por favor, te lo suplico, ¿por qué has hecho eso?" susurró entre llantos. "¿Debo llamar a un médico? ¿Qué hago, Yeonjun?"

Hizo un enorme esfuerzo por hacerlo ingresar a la habitación y cuando lo logró, se sobresaltó ante las estridentes carcajadas que empezó a soltar Yeonjun, intentando alejarlo de sí con alcohólica violencia.

"Todas son unas zorras, ¡todas son unas jodidas zorras!" exclamó, recostándose sobre la pared "¡Unas jodidas perras que quieren burlarse de mí! Si algún día la encuentro, la voy a matar..."

Beomgyu sintió que su corazón se paralizaba un momento, aunque eso no le impidió continuar con su esfuerzo de echarlo en la cama.

"No, Junnie, no digas eso, no puedes matar... no puedes matar a nadie. Échate, por favor, necesito ver la forma en que voy a curarte o... no sé, creo que voy a llamar a un médico."

Lo empujó un poco más y Yeonjun finalmente cayó sentado sobre la cama, continuando con su discurso de cosas sin coherencia o sentido. Se apresuró a cubrirlo con una manta y separarle el cabello de su rostro, aunque la falta de luz no le ayudaba en absoluto.

"Voy a pedir ayuda o buscar algo con lo que curarte..."

Beomgyu le dio una última mirada y se movió hacia atrás para hacer lo que había mencionado, pero se sobresaltó cuando Yeonjun lo atrajo con demasiada fuerza y lo lanzó sobre la cama, colocando todo el peso de su cuerpo sobre el suyo. El menor lanzó un grito de sorpresa y elevó sus sobrecogidos ojos.

Sus miradas se encontraron por tres diminutos segundos .

"Beomgyu, eres tan patético..." masculló Yeonjun con una seriedad casi perturbadora, arrastrando las palabras y apuntándolo con el dedo índice, mientras una media sonrisa se formaba en sus labios "Deja de sonreírle y mándalo a la mierda antes de que lo haga yo, porque te advierto que detesto compartir lo que es mío y tú eres mío, joder."

El silencio se hizo durante otros diez segundos más.

Y entonces Yeonjun se lanzó hacia sus labios.

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