𝐋𝐎𝐒𝐓 | DRACO MALFOY | PRI...

By ducksandchips

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Cuando Narcissa y Lucius le piden a Annie que ayude a Draco a encontrar el camino hacia el Señor Oscuro, ella... More

Prólogo.
1. Un reencuentro expreso.
2. Extrañas miradas.
3. Un Draco distinto.
4. Diferente a los demás.
6. Fuera de lugar.
7. Visita a Hogsmeade.
8. Cuestión de confianza.
9. Un toque de atención.
10. Sensación de calma.
11. El partido de Quidditch.
12. Palabras atravesadas.
13. Noche de Halloween.
14. Celos.
15. Una confesión comprometida.
16. Bajo la lluvia.
17. Vacaciones de Navidad.
18. Un duro castigo.
19. Ejército acorralado.
20. La verdad tras las palabras.
21. Sin ser reconocida. [+18]
22. La promesa.
Epílogo.
NOTA.

5. Conversación pendiente.

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By ducksandchips

"Sólo porque tú tengas la profundidad emocional de una cucharita de té, no quiere decir que todos la tengamos." —Hermione Granger

"Queridos papá y mamá.

Lamento no haberos escrito antes por haber estado liada incorporándome en mi nueva casa, mis nuevos compañeros y mis nuevos profesores.

Sí, me seleccionaron para Slytherin y estoy contenta por ello, pero la verdad, es que mis compañeros no se acercan a lo que vosotros me contabais que eran cuando estabais estudiando en Hogwarts. Son despiadados y crueles, y no entiendo por qué.

Draco no me ha reconocido, espero que estéis tranquilos por eso. Si lo hubiese hecho os habría mandado una carta antes, pero para mi buena suerte, Draco no tiene ni la más mínima idea de quién soy.

Intento adaptarme a los nuevos horarios y las nuevas reglas del ministerio, pero no es fácil. Aun así, estoy centrada en mi objetivo. Aunque no creáis que es tan fácil acercarme a Draco como pensaba.

Aun así, lo conseguiré.

Os quiere, Annie."

Los días en Hogwarts pasaban rápidamente. Annie había conseguido hacerse amiga de Luna Lovegood tras compartir clase con ella en Cuidado de Criaturas Mágicas. Y eso le hacía sentir realmente feliz, pues al menos un par de veces a la semana, se sentía como si pudiera ser ella misma y no disimular.

Las preguntas sobre su familia comenzaban a ser bastante frecuentes. El hecho de que solamente supieran por qué Annie había venido tan tarde a Hogwarts no era suficiente para las personas curiosas, por lo que Annie comenzó a idear un plan perfecto para salir del camino sin levantar ninguna sospecha.

Tú que eres tan amigo de la nueva, Blaise. ¿Por qué no nos cuentas un poco de ella? —La voz de Pansy suena en la sala común. Todos están sentados repartidos en el sofá, todos menos Annie, que todavía no ha bajado para sus clases de la tarde.

¿Qué queréis que os cuente? —Blaise intenta cambiar de tema, pero los demás parecen que no se van a dar por satisfechos hasta que abra su boca.

Draco está entre ellos, ojeando un libro de pociones que simplemente no le interesa, pero está escuchando la conversación que están teniendo y la forma más distinguida de disimular es esa.

Pues lo que sepas, es obvio. ¿De dónde viene? ¿Quién es su familia? —Pansy sigue preguntando mientras pone más y más nervioso a Blaise.

Ninguno de los dos ha montado ninguna historia sobre la procedencia de la familia de Annie ni mucho menos a esta misma, por lo que tuvo que improvisar. Y la verdad, es que la historia que comienza a formarse en la cabeza de Blaise era excelente.

La familia es de Reino Unido, pero se mudaron a Francia antes de que Annie comenzase los estudios en Beauxbatons.

Blaise comienza a contar la historia de la procedencia de Annie con la mayor credibilidad posible, lo que obliga a que Draco lo mire y lo escuche con atención.

Los padres son sangre pura, de hecho, la madre era mortífaga. —Sigue contando, tal y dando rienda suelta a su imaginación.

¿Era? —Pregunta Draco, con un tono frío.

Sí, era. La asesinó el Señor Oscuro cuando intentó ocultar a su hija de él. Por eso el padre huyó a Francia con Annie y desde entonces, no la ha vuelto a encontrar.

El silencio se formó en el salón y Draco comienza a pensar. Si era cierto lo que Blaise contaba de la historia familiar de Annie, se daba cuenta de que tenía más en común con ella de lo que pensaba.

Annie nos contó la primera noche que su padre la cambió de Beauxbatons a Hogwarts porque es el lugar más seguro. Quizá se refería a eso.

La sonrisa de Blaise Zabini de acertar por una vez con su buena amiga Annie hace que asienta y suspire con tranquilidad. Se había arriesgado a hablar de más y que ambas historias no encajaran, pero no había tenido esa mala suerte.

Annie bajó por las escaleras mientras que escuchaba los murmullos de sus compañeros mientras reposaban la comida y no parecían con disposición a seguir con las siguientes clases.

Cuando apareció en la sala común, casi todos se callaron y comenzaron a marcharse en silencio, menos Pansy que se puso al lado de Annie y tras poner una mano en su hombro, le dijo:

Lamento lo que le pasó a tu madre. La verdad es que es una mierda.

Annie abrió la boca sin saber nada de lo que decía, pero ante las miradas de Draco y Blaise, simplemente hizo una mueca y asintió.

Gracias, ya lo he superado.

Sin saber qué mierda estaba pasando y por qué Pansy hablaba de su madre como si alguien la hubiera matado, Blaise se levanta de su sitio y con la mirada, le indica que salga para hablar con ella en privado.

Annie se queda parada por un momento en el salón y se encuentra con los ojos de Draco, que ha estado evitándola todos esos días y no habían cruzado palabra alguna desde que la defendió en la primera clase de Umbridge.

Por eso fue que no le dijo nada, se giró sobre sus talones y dejó solo a Draco en la sala común a pesar de que el rubio tenía más de una pregunta estancada en su garganta para ella. ¿Por qué no podía tener ni un mínimo de valentía y poder hablar con ella como realmente deseaba?

Al salir de la sala común, Blaise cogió del brazo de Annie y la condujo hacia una zona donde no habían oídos curiosos que pudieran escucharlos.

¿Se puede saber por qué Pansy ha dicho eso de mi madre? —Le pregunta Annie a su amigo, con un toque de desesperación.

Verás, se han puesto pesados con las preguntas acerca de tu familia y les he tenido que contar la primera historia que se me ha venido a la cabeza.

Annie parece que va a comenzar a convulsionar de los nervios cuando Blaise le cuenta la historia que le ha contado a todos y que seguramente se esparciría por todo el colegio, incluidos profesores. Comenzaba a pensar que era una muy mala idea el tener una mentira tan grande rondando por Hogwarts, pero no había vuelta atrás.

¿Que has dicho qué? —Le pregunta Annie, después de que Blaise terminase de contarle la absurda historia que le ha contado a prácticamente a todos los Slytherin de su año. — ¡Eso es absurdo!

Lo sé, lo sé. ¿Pero qué querías que hiciera? —Pregunta Blaise, siguiéndole la pequeña discusión que ambos están teniendo.

¡Pues decir que no sabías nada y callarte! —El tono de evidencia de Annie pone de los nervios a Blaise.

Esto también está siendo difícil para mí, Annie. Te recuerdo que yo también estoy metido en esto. —Blaise se acerca a Annie y le deja claro la angustia que siente a través de sus ojos.

Pero eso no te da derecho a alterar la historia de mi familia, no así. No era lo que tenía pensado y ahora me tengo que acostumbrar porque seguramente ya esté en boca de todos.

Annie se da la media vuelta para marcharse, está lo suficientemente enfadada con Blaise por haber mentido así que no puede ver el toque de agradecimiento que siente por haberle sacado las castañas del fuego.

¿Qué pensarían sus padres cuando escuchasen la historia de su falsa familia? ¿Que Blaise había manchado el apellido de su madre con la supuesta traición hacia el Señor Oscuro?

Yo solo intentaba ayudar —Le dice Blaise, que está a unos metros de ella.

Draco sale de la sala común y escucha claramente lo que le dice Blaise a Annie a la distancia. Ella pasa delante del rubio y tras mirar como ambos parecen verdaderamente disgustados, escucha de la boca de Annie:

Estupendo, Zabini. Muchas gracias.

Nada iba bien. Y la curiosidad seguía aumentando en él.

(...)

Como la castaña había predicho, casi todo el colegio se había enterado de la historia de su familia. No es que le molestara del todo, pero el hecho de creer que el Señor Oscuro asesinaría a su madre por traición hacía que sus principios chocasen como una realidad que parecía más cierta que inventada.

Annie no había vuelto a hablar con Blaise de lo que quedó de día, básicamente porque se sentía enfadada de que no hubiera contado con ella para contar su propia historia familiar. No obstante, eso había atraído bastante la atención de personas que no pertenecían a su casa, entrando en la conclusión una vez más que ella parecía no pertenecer del todo a Slytherin.

Tras pasar un buen rato en la biblioteca después de haber tenido su última clase a las cinco, Annie se dirigió hacia el gran comedor y cenó en silencio. No quería responder ninguna pregunta acerca de lo que todos ya sabían y aunque parecía sorprendente, casi todos dejaron de preguntar.

Sin embargo, Annie no podía dejar de notar las miradas sobre ella y obligarla entonces a dejar en silencio una de las primeras la cena, a pesar de que ni Draco ni Blaise estaban aquella noche cenando con los demás en el gran comedor.

Draco se había quedado sentado en el mismo diván de siempre y había mantenido una leve conversación con Blaise, que estaba sentado en el sofá que daba a la puerta, un poco más alejado del rubio para darle su espacio.

Ninguno había mencionado el tema de la familia de Annie, al menos porque si Draco quería alguna información, intentaría tenerla de la boca de Annie y no de la boca de Zabini.

Cuando Annie entró en la sala común con sus libros para estudiar delante de la chimenea de llamas verdes y se encontró con el panorama, fue Zabini el primero que sin decir nada, se levantó y salió de dicha sala para ir a cenar algo.

Tras un suspiro, Annie se acercó al sofá que había dejado libre Blaise y sin importarle la mirada que le dedicaba Draco en silencio, abrió sus libros y sacó su pluma para escribir.

Es una putada. —La voz de Draco suena en todo ese silencio, obligando a que Annie lo mire directamente a los ojos.

Se queda completamente callada para intentar analizar su frase. ¿Está hablando de su familia o está hablando de su disputa con Blaise?

Ella no es tonta, y claramente, sabe que cuando Draco salió de la sala común, los vio alejándose de mala gana después de discutir.

¿El qué? —Le pregunta Annie con interés.

Que estés enfadada con Zabini. Es un idiota a veces, pero no sé. Entiendo que estés disgustada con él después de lo que ha hecho. —Los hombros de Draco se suben con indiferencia y se apoya en el diván para seguir mirando a Annie.

Es lo que tiene cuando cuentan cosas de tu familia sin tu permiso. —Contesta Annie con una voz fría, pese a tener la oportunidad de mantener una conversación con Draco por primera vez en días.

El silencio se forma entre los dos, mientras que las palabras se quedan atragantadas en sus gargantas y, sin embargo, no dicen absolutamente nada.

Gracias por haberme defendido de Pansy en la clase de Umbridge. —Murmura Annie, como si cada vez que Draco la mirase, se volviese más y más pequeña.

No lo hice por ti. —Mentía. Draco sí lo hizo por ella, pero no lo iba a admitir. — Lo hice porque estoy cansado de que Parkinson siempre abra la boca para escupir mierda.

Las cejas de Annie están juntas, extrañadas por lo que está diciendo.

¿No es así como se comportan los de Slytherin, al fin y al cabo? —Pregunta con un tono inocente.

Draco, que no se lo espera, la mira con un toque de curiosidad. No, realmente se cree que ella no es como sus demás compañeras. Es inocente, es buena y no es despiadada como sí lo llega a ser él.

Ambos se quedan completamente callados mientras se miran, y la tensión se puede cortar en el ambiente. Annie nota su corazón acelerarse, estudiando las facciones que había casi olvidado de haber estado tantos años sin ver a Draco, pero bajó la mirada cuando notó sus mejillas volverse de un color carmesí sin poder evitarlo.

Él sí se había dado cuenta, pese a que ella quiso evitar que se notase que se sentía avergonzada. Jugaba con su pluma negra que tenía entre las manos y su cuaderno de cuero que le acompañaba desde que se enteró que se iba a convertir en mortífago.

Lamento que hayas tenido que venir a Hogwarts para protegerte de... —No hace falta que Draco lo diga, pues ella sabe perfectamente de quién se trata. — No eres la primera que mandan aquí para que esté bajo la protección de Dumbledore.

Eso desconcierta a Annie. No sabía lo peligroso que podía llegar a ser el Señor Oscuro hasta que lo veía a diario en los comentarios de la gente y en las caras que se les ponía cada vez que salía algún tema en concreto sobre él.

Pero eso no molestó a Annie, no cuando notó la sinceridad en el tono de Draco. Le dolía mentirle, no iba a mentir, pero tenía que seguir el plan que la familia Malfoy le ha pedido y que sus padres creen ciegamente que va a ser capaz de cumplir.

Solamente el ruido de las chispas del fuego son las que se escuchan por la sala común, los que cenaban en el gran comedor, incluido Blaise, habían pasado por donde ellos estaban y se habían marchado a sus respectivas habitaciones a dormir.

Annie y Draco seguían uno delante del otro en sofás diferentes mientras ella intentaba concentrarse en sus tareas de pociones y él disimulaba que prestaba atención a su diario cuando obviamente, no paraba de mirarla con discreción.

Se sentía tan cobarde de no decir lo que se quedaba atragantado en su garganta que se maldecía a sí mismo interiormente. ¿Por qué esa chica comenzaba a ponerle tan nervioso?

Ambos se levantaron casi al mismo tiempo para marcharse a sus dormitorios, y ante ese gesto, se sonrieron. Anne huía del contacto visual que tenía con Draco por no sentirse más nerviosa todavía, así que cogió sus cosas y se encaminó hacia las escaleras, escuchando a Draco detrás de ella.

En el hueco de las escaleras que dividía los dormitorios de las chicas y los dormitorios de los chicos a penas llegaba la luz, y fue ahí cuando Draco se giró y antes de desaparecer por completo hacia su dormitorio, aclaró su garganta y llamó la atención de la castaña:

Annie —Su nombre salió con la voz ronca y con un poco de desesperación que él supo muy bien cómo disimular.

Annie se giró para mirarlo con el pulso acelerado. Aunque la luz no llegaba muy bien a aquel punto de las escaleras, podía ver su rostro perfilado por varios rayos de luz que llegaban de la sala común y sus ojos azules mirándole con intensidad.

¿Sí? —Murmuró ella.

Sintió sus piernas volverse gelatina al ver dudar a Draco. Él parecía entrar en cierta desesperación cuando la valentía se le esfumó de un momento a otro y su posición volvió a ser la misma de siempre: fría e imprevisible.

Nada, solo... —Comienza a hablar, mirándola con esa intensidad que iba a acabar por matar de los nervios a Annie. — Buenas noches.

Gracias a la poca luz que hay en ese pequeño hueco de las escaleras, Annie puede esconder la decepción en su rostro. No sabía qué esperaba que le dijese él tras tanto misterio, pero estaba claro que no solo eso. 

Esperaba, quizá, un poco más de él. 

Buenas noches, Draco. —Murmuró ella, y tras dedicarle una última mirada, desapareció de la vista del rubio.

Draco apretó sus puños y suspiró, sintiéndose un idiota por haber mostrado una faceta tan cobarde como lo había hecho esta noche con Annie. Jamás le había importado que los demás lo juzgaran por su forma de ser, pero esta vez era distinto.

Sin saber por qué, lo que Annie pensara de él sí le importaba.   

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