Te dije que te amaba,
tu guardaste silencio.
Te dije que te extrañaría,
tu desviaste la mirada de mi.
Comenzaste a llorar.
Lloraste todas las penas que encarcelabas.
Me pediste perdón, perdón por todo.
Pero tu no me tenias que perdonar nada.
Y si alguna vez estuviste mal, ya te habría perdonado.
No puedo enojarme contigo.
Ahora si que estabas deseando desaparecer, y yo también,
porque no soportaba oír tu agonía, ni ver como te apagas.
Todo lo que una vez fuiste ya no existía.
La habitación de hospital iba a ser donde quedarías atrapada.
Pensé que todo estaría bien, pero me equivoque.
Cada momento que pasaba era un rato más de dolor para ti.
El mundo estaba frenético por no saber como tranquilizarte.
Te abrazábamos para que parases de llorar, pero cada día era peor.
Mi pelirroja, quiero que dejes de sufrir.