¿Puedes verme?

By HacheFenzel

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[LIBRO ÚNICO Y COMPLETO] Jake Maxwell se muda a una casa vieja de Sebring con su familia. Un accidente automo... More

Introducción
Fanny Courtney
Prólogo
Reparto
PARTE UNO
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
PARTE DOS
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
PARTE TRES
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
PARTE CUATRO
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
PARTE CINCO
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Epílogo
Jake Maxwell
Agradecimientos | Sobre la historia
¡Otras historias!

Capítulo 30

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By HacheFenzel

- JAKE -

El día comenzó cuando mi madre se levantó, para ese entonces yo me encontraba tirado en mi habitación sin saber qué hacer.

Cuando mis tíos bajaron a desayunar hice el esfuerzo de despertar a Dylan, odiaba hacer ese trabajo porque tenía el sueño realmente pesado. Lo logré mintiéndole con que cierta rubia estaba en la casa. Se enfadó conmigo por eso, pero cesó cuando vio que yo ni siquiera tenía ánimos para seguirle el juego.

Le conté lo que había pasado, desde mi charla con mi papá hasta la desaparición de Fanny. Incluso Meg apareció antes del almuerzo para charlar conmigo, supuso que no estaba de lo mejor por esa última llamada.

Ignoré la mayoría de sus preguntas porque, en realidad, me estaba desquiciando no poder contestarlas a todas. Así que los llevé a ambos a la oficina de mi padre y ellos comenzaron con su gran explicación de cómo se dieron las cosas.

Oliver Maxwell definitivamente no sabía en lo qué creer. Podía verlo en sus gestos, cuando se rascaba la cara o achicaba sus ojos, y no lo culpaba. Pero a medida que pasó el tiempo y mamá nos dijo que solo quedaban minutos para el almuerzo, él comenzó a ceder.

— No puedo creer que le esté creyendo a tres adolescentes — Suspiró y refregó sus ojos con cansancio.

Nos hizo contar todo uno a uno, varias veces y, finalmente, a todos juntos. Sabía lo que hacía, buscaba el error en nuestro relato. Pero no había ninguno.

— Bien, no importa — Se paró de su asiento y nos observó a los tres — Esta tarde se hará la exhumación del cuerpo, mandé a que revisaran el cuadro también por lo que tendremos los datos de las huellas digitales y los de caligrafía. También veré que me den la orden de interrogar al profesor, no se preocupen.

Megan comió con nosotros e inclusive tuvo la valentía de pedir ir a la investigación en el cementerio. Mi padre se la quedó mirando un rato, como si realmente estuviera pensándoselo, y finalmente aceptó para el asombro de todos.

— Eres buena viendo cosas que otros no, además de que estás interiorizada con el caso — Explicó mi padre — Creo que nos vendría bien tu ayuda, siempre y cuando todo se quede entre nosotros. Al menos hasta que esto se cierre.

— La información es confidencial, lo sé muy bien oficial Maxwell — Dijo ella, contenta y segura de sí misma.

Ellos se fueron después. Dylan observó desde el umbral de la casa hasta que el auto desapareció en la lejanía. Dio media vuelta y me miró bastante serio, cuando su ceño se fruncía de ese modo y te miraba con esa elocuencia que pocas veces se asomaba por sus ojos... Es porque Dylan tenía algo entre manos.

— No pienso pasar más tiempo del necesario en esta casa — Me dijo — Mis padres se están portando como si no me hubieran visto en un año.

— ¿Qué quieres hacer? — Me encogí de hombros — No es como si hubiera algo...

O alguien.

— Fanny regresará, estoy seguro — Caminó hacia mí — Tenemos que descartar sospechosos. Y hay algo, más bien alguien, que me ha hecho demasiado ruido todo este tiempo.

— ¿De quién hablas? — Pregunté interesado.

— Tom Ways — Me miró y comenzó a hablar claramente enfrascado en sus pensamientos — ¿Por qué está metido en esto? ¿Por qué no investigar bien y obtener un buen reconocimiento por ello? Si lo piensas, ha estado metido en todo desde que llegamos. Primero, el accidente donde defendió a Richard sin motivo alguno, luego encontramos este caso donde prácticamente viene esquivando todas las preguntas y, por último, tiene algo contra Megan que no me gusta.

Ahora lo entendía todo.

— ¿Quieres investigarlo por Megan o por Fanny? — Cuestioné algo divertido.

Me observó, ignorándome, y comenzó a correr escaleras arriba. Mis padres ya no estaban, tampoco mi hermano, y mis tíos se habían ido al centro para conocerlo. Dyl subió las escaleras deprisa y comenzó a rebuscar en los cajones de la mesita de luz de su antigua habitación.

— ¿Qué estás buscando?

— Las llaves de mi coche — Abrió el último cajón y luego de rebuscar un poco sacó las llaves, me las mostró haciendo ruido y con una sonrisa de oreja a oreja — Papá me las quitó por lo de la comisaría.

— ¿Qué crees que harán cuando vuelvan en un rato y vean que el auto no está?

Ya habíamos tirado de demasiados hilos, se suponía que iríamos de la casa a la escuela sin excusas ni trampas. Dylan parecía estar pensando lo mismo hasta que se encogió de hombros.

— ¿Cuándo nos hemos preocupado por eso? — Él tenía razón.

Bajé el último tramo de escaleras, mucho más motivado que antes. Yo tampoco podía quedarme en esta casa más tiempo y sin poder hacer nada, así que ambos cruzamos la puerta, la cerré con llave y nos subimos al auto.

Ese ronroneo del vehículo hizo vibrar mi corazón, ya estaba acostumbrado a tener este viejo trasto para todas nuestras andadas. Condujimos hasta la comisaría en un intento de seguir sus pasos porque no teníamos ni idea de dónde vivía. Ambos nos quedamos estacionados frente a esta, viendo como autos entraban y salían, había más movimiento que de costumbre y un grupo de personas entró en una acalorada discusión en compañía de dos oficiales.

Estuvimos alrededor de una hora en la que nos debatíamos si realmente Tom Ways trabajaba hoy o había ido con mi padre al cementerio, aún cuando le había hecho prometer que él no se metería en nada. Hasta que el hombre cruzó las puertas dobles de vidrio, donde había una pegatina enorme con el escudo de la seccional y las palabras "policía del condado". Golpeé el brazo de Dylan para que prestara atención y deje el teléfono, ambos nos encogimos en nuestros asientos cuando Ways paseó su vista de un lado al otro. No debía vernos.

Entró en uno de los autos, sin acompañante, y se puso unas gafas luego de prenderlo. Dylan prendió el coche y lo seguimos a distancia prudencial.

— ¿Qué crees que pasaría si nos descubre? — Le pregunté a Dylan — Necesitamos una excusa. Cuidado, no te acerques tanto.

— Tranquilo, todo está bajo control — Cambió de carril el auto para quedar atrás de otro y así no logre divisarnos — Ya lo tengo más que pensado, le diremos que pensamos que iba al cementerio. No teníamos idea dónde quedaba y decidimos seguirlo.

— Estamos en el siglo XXI y tenemos celulares con GPS ¿Te has dado cuenta de eso? — Le critiqué — No, diremos que íbamos a alguna parte en esta dirección ¿Qué hay por aquí?

Saqué mi celular del bolsillo para comenzar a teclear, esperando a que Dylan me dé una referencia de algo.

— ¿Nuestra casa?

Miré a Dylan, observé el camino delante nuestro. Tenía razón, estábamos en dirección al centro ¿Acaso vivía cerca nuestro?

Doblamos hacia la avenida Commerce, dirección a todo el centro donde todas las tiendas se encontraban y la plaza central abría la rotonda. Fuimos ralentizando el camino a medida que el tumulto de autos aumentaba, había demasiado tráfico y eso dificultaba el poder seguir a Tom.

Bajé la ventanilla del auto cuando Dyl me dijo que ya no podía verlo, estiré mi cuello hacia afuera y vi el coche policial cambiando de dirección en un cruce hacia la izquierda.

— ¡Acaba de doblar! — Vi como el coche de adelante se movía — ¡Acelera!

— ¡No puedo hacer magia y salir volando Jake! — Se quejó — A menos que de pronto me digas que este auto en realidad es el de volver al futuro, entonces nosotros podríamos...

Cualquier explicación alocada que me esté dando ahora ya no la escuchaba porque a mi derecha y caminando hacia nosotros por la vereda, se encontraban George y Geraldine Siorra.

— Eh, Dyl — Llamé su atención, aún viendo a la pareja muy cerca nuestro — Deberías ver esto.

Él siguió mi mirada cuando el auto frente nuestro se detuvo, justo dos autos atrás del semáforo en rojo. Tragó saliva, vi como su manzana de adán se movía, y abrió los ojos desmesuradamente. Abrió la ventanilla del auto y cuando vio que el semáforo estaba en amarillo y el auto delantero aún no había arrancado comenzó a tocar bocina y a gritar.

— ¡Oye idiota! — Eso empeoró todo, Geraldine pareció escuchar el griterío y decidió que merecía más su atención que aquella vidriera de artículos de cocina — ¡Muévete que no tenemos todo el día!

Resbalé en el asiento, haciéndome más chico y ocultando mi rostro bajo el marco de la ventana. Solo alcé mi vista lo suficiente como para poder espiar la situación. George señalaba nuestro auto, parecía enojado, tal vez lo haya reconocido. Mientras tanto, Geraldine se tapaba la boca con algo de asombro, negaba con la cabeza e hizo con su mano un gesto desganado como si realmente no creyera que éramos nosotros.

Dylan volvió a sentarse en su lugar cuando el auto enfrente nuestro se movió, miró en dirección a mis tíos y se puso pálido. Volví a sentarme bien, mi tío estaba caminando apresuradamente hacia nosotros con claros ánimos de sacarnos de ese coche y llevar a Dylan hasta la otra punta del país por desobediencia.

— ¡Acelera! — Grité — ¡Anda!

Él hizo chillar las ruedas y aceleró, sobrepasó imprudentemente el auto de adelante cuando estaba a nada de llegar al cruce y se mandó por contramano para doblar a nuestra izquierda. El auto pegó un culatazo que me hizo agarrarme inclusive de aquella manija inservible del techo y Dyl siguió acelerando y mirando hacia atrás como si dos personas a pie pudieran seguirnos.

Mi corazón latía más fuerte que nunca.

— Hombre, eso estuvo cerca — Dijo él — Creo que estaremos castigados hasta el fin de nuestras vidas.

Asentí, aún sin poder decir palabra.

— ¡Allí! — Señalé frente a nosotros cuando a lo lejos se veía un patrullero doblar a la derecha — Acabo de verlo, dobló en esa esquina con la casa rosada.

Dyl aceleró para poder llegar a tiempo por si se nos perdía, pero cuando estuvimos a punto de doblar frenó de golpe haciéndonos casi rebotar del asiento. Estuve a punto de gritarle una sarta de barbaridades cuando vi lo que él vio. Era la casa de Richard, Tom Ways estaba bajando del vehículo y entrando por el sendero hasta abrir la puerta y entrar sin siquiera llamar.

— ¿Viste lo mismo que yo verdad? — Pregunté, Dyl asintió — ¿No es eso demasiada familiaridad?

Un auto detrás nuestro comenzó a tocar bocina porque obstruíamos el giro, nos pusimos en marcha girando por completo y mientras el auto nos rebasaba nosotros íbamos despacio mirando hacia la fachada de la casa.

Una de las ventanas estaba abierta, podíamos ver apenas la figura de Ways por culpa del mosquitero y la luz del día, estaba hablando con la madre de Richard. Más bien parecían estar discutiendo. Dylan aceleró para estacionar a unos metros, ambos salimos del auto rápidamente y corrimos hacia la casa. Nos metimos por un costado para bordearla y así estar cerca de la ventana.

— ¡Ya te he dicho que termines con esto! — Gritaba Eliza Hudson — No quiero que metas a mi hijo en tus cosas, es un buen chico.

— Si, claro — Me susurró Dylan.

— No te lo estoy pidiendo Eliza — Tom parecía más calmado que ella, pero eso hacía que su voz suene más peligrosa — Tú muy bien sabes que lo necesito, más en este tiempo. No tienes elección. No si no quieres que nada malo pase.

— ¿De verdad? ¿Volverás a amenazarme? — Eliza tenía la voz quebrada, como si aguantara las lágrimas — Estoy harta de ti Tom. Vete de aquí.

— Eliza...

— ¡Vete! — Se escuchó un forcejeo y algo de vidrio que se rompió — ¡Lárgate de mi casa, de mi vida! ¡Y no vuelvas a acercarte a mis hijos!

— ¿Estás demente mujer? — Gritó exasperado Tom Ways — Tú solo eres una zorra. Y las zorras como tú no tienen derecho a abrir sus bocas y pedir nada.

— ¡Bien que te casaste con esta zorra maldito hipócrita!

Miré a Dyl buscando esa confirmación de sorpresa en sus ojos. Eso era información nueva. Él me tomó del brazo e intentó modular algo con sus labios que no pude comprender, le negué con la cabeza y volví mi atención a la conversación.

— Me llevaré a Richard lo quieras o no, tenemos un trabajo que hacer. Y si te sigues metiendo entre mis asuntos, Eliza, algo malo le podría pasar a tu querido Theo.

Escuchamos algunos sollozos provenientes de la mujer.

— No puedes hacerle nada — Su voz sonó baja y ahogada — Mantendrás a mis hijos lejos de tu mierda. Si no lo haces... Entonces todo el mundo sabrá quién realmente eres Tom Ways, créeme que tengo muchas cosas que decir.

— Lo que tienes es muchas cosas que callar — La voz de Tom sonó baja y realmente molesta — Toda esta situación te la hubieras ahorrado, de ser porque te fuiste a meter en los pantalones de otro aún seguiríamos juntos.

— Y aún seguirías torturándome — Ella rio sarcástica — No es como si hubiera cambiado mucho en realidad, sigues siendo el mismo monstruo.

— Y tu la misma mujer estúpida — Escuchamos pasos, con Dylan casi salíamos corriendo pero nos detuvimos al oír que él seguía hablando — Y no te olvides que no es solo tu hijo, es nuestro. Si yo digo que él viene conmigo, él hará lo que le diga ¿Entendido?

Ella no respondió.

Se provocó un silencio tenso donde me faltó el aire, estaba conectando absolutamente todo. Ahora tenía sentido. El hecho de que Tom Ways haya ayudado a Richard en su momento, que le haya "creído".

Dylan tomó mi brazo y me corrió de un tirón. Nos ocultamos en el lateral de la casa cuando la figura del policía caminaba hasta su coche y se adentraba en él para salir con prisa.

— Eso es lo que trataba de decirte — Habló Dyl con voz baja — Tom es el padre de Richard, Theo y Richard tienen ambos el apellido de la madre. Ahora las cosas toman sentido.

— Por eso actuaban tan raro los chicos cuando preguntamos — Le recordé.

— Si, Theo debe saber quién es el padre de su hermano. Pero Tom lo debe tener amenazado para que no cuente nada.

— La cosa es... — Miré a Dyl a los ojos — ¿Qué necesita Tom de alguien como Richard?

Mi amigo frunció sus labios y miró hacia el pasto intentando pensar en algo pero desistió con un movimiento de su cabeza.

— Ya pensaremos en eso, por ahora debemos volver para avisar a Oliver sobre esto.


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Acaba de agarrarme un ataque de inspiración y, de repente, tengo un par de capítulos acumulados.

¿Qué dicen? ¿Quieren un capítulo más hoy?

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