La castaña se encontraba en la sala común, sentada en un sillón mientras leía una y otra vez aquella tarjeta que le había enviado el rubio junto con la caja de chocolates. No había podido conciliar muy bien el sueño, ya que le era inevitable no pensar en ello. Y sobre todo porque ese martilleo en su corazón no la dejaba tranquila.
En un descuido, aquella tarjeta le fue arrebatada. Se giró y observó a Fred Weasley, quien comenzó a caminar mientras leía el mensaje. La castaña se levantó con rapidez y comenzó a perseguirlo.
— ¡Devuélvemela Fred! — le exigió mientras lo sostenía del suéter del uniforme.
— Buenos días para ti también, Hermione — bromeó. El pelirrojo estiró su brazo y Hermione estiró su cuerpo, tratando de alcanzar la tarjeta. Con la mano que tenía libre, Fred la llevó hasta su boca y fingió bostezar — Vamos Hermione. ¿Es todo lo que puedes hacer? — soltó una pequeña risa. La chica frunció el entrecejo y gruñó. Optó por saltar y ocasionó que el chico se diese un golpe contra la pared. La de ojos chocolate perdió el equilibrio y acabó recargando su cabeza en el pecho de él.
Se separó rápidamente de él y este se sostuvo el hombro — Oh Fred. Lo lamento.
— No es tu culpa — respondió mientras se alejaba de la pared — yo fui quien quería jugar un poco — le entregó la tarjeta — Draco es todo un cursi. Y es extraño conocer esa faceta de él.
— No lo llames cursi — musitó mientras guardaba la tarjeta en su mochila.
Él soltó una pequeña risa — de acuerdo, no es cursi — aceptó. Se acercó hasta ella y le despeinó el cabello — cada quien tiene su estilo de amar.
— Él no me ama. Solo somos amigos.
— Por ahora — le guiñó el ojo y ella rodó los ojos — y... ¿qué haces a esta hora en la sala común?
— Sabes que me gusta ser puntual. ¿Y qué hay de ti?
El pelirrojo tomó asiento en uno de los sillones — no hay alguna razón en especial — confesó. Un silencio incómodo se apoderó del lugar un par de minutos, ya que Fred decidió ponerle fin — Hermione... ¿Tu sientes lo mismo que él? — preguntó con seriedad. Antes de que la castaña pudiese responder, Harry y Neville aparecieron en la sala común — te salvaste en esta ocasión — susurró para después esbozar una sonrisa inocente. Saludó a sus amigos para después subir hacia su habitación a buscar a su gemelo.
— ¿Todo bien? — preguntó Harry.
— Si. Llegaron en el momento indicado — respondió — ¿Y Ron?
— Apenas se está arreglando — dijo Neville.
— Eso ya no es novedad en él — agregó Harry y los tres comenzaron a reír — ¿quieren esperarlo o nos vamos de una vez?
— De hecho yo pensaba en ir a buscar a Luna — el pelinegro frunció el entrecejo — descuida, no es nada malo. Son... cosas de chicas.
— Oh... en ese caso nos quedaremos a esperar a Ron.
— Si quieres yo puedo acompañarte — los tres se giraron y observaron a George, quien iba bajando los escalones junto con su gemelo — tú y yo estamos buscando a la misma persona.
La castaña alzó una ceja y sonrió, ocasionando que el pelirrojo sonriera para tratar de ocultar su nerviosismo — de acuerdo. Vamos — la castaña agarró su mochila y ambos salieron de la sala común.
— ¿Sabes por qué George quiere ver a Luna? — preguntó Neville a Fred, quien tomó asiento en el sillón.
El pelirrojo se encogió de hombros — tampoco lo sé. Trataré de hablar con él. Pero mientras... — se agachó lo suficiente para sacar debajo del sillón una pequeña caja plateada, donde contenía grageas sabor a mocos, jabón y cera del oído — faltan algunas, al parecer se las comieron varios curiosos. Las he estado recolectando.
— ¿Qué planeas hacer? — preguntó Neville.
— Hermione no tiene por qué enterarse, pero haré que Ron tenga un pequeño disgusto por lo que a ella le ocasionó. Ahora vuelvo — subió rápidamente los escalones, seguido por Harry y Neville.
~ ~ ~
Hermione y George encontraron a Luna Lovegood cerca del aula de la clase de Encantamientos. Estaba recargada en la pared mientras observaba el techo como si fuera la cosa más interesante del mundo. Ambos Gryffindor intercambiaron miradas y tuvieron una pequeña discusión para ver quién de los dos hablaría con ella.
Al final terminó ganando el pelirrojo, quien se acercó rápidamente hacia donde estaba la rubia. Hermione los observó desde lejos y frunció el entrecejo al ver que George le susurraba al oído algo a la Ravenclaw mientras esta asentía lentamente. Un par de minutos después, se despidió de ella y se fue.
La castaña se acercó rápidamente hasta su amiga — ¿Qué fue eso?
— ¿Qué cosa? — preguntó la rubia mientras miraba extrañada a su amiga.
— ¿Qué te dijo George?
— Oh... no mucho. Pero en la tarde quiere que vaya al campo de Quidditch. Y me dijo que te llevara a ti también.
— ¿A mí? — ella asintió — ¿por qué debería de ir yo?
— No lo sé. Pero requiere la presencia de ambas — sonrió — ¿Qué clase te toca?
— Transformaciones.
— Te acompaño. Quiero que demos un pequeño paseo — enganchó su abrazo a la de la castaña y ambas comenzaron a caminar rumbo al aula de transformaciones — ¿hay algo que quieras contarme, Hermione?
— Ayer no pude dormir.
— ¿Por qué?
— La culpa es de Draco. Su mensaje en la tarjeta ocasionó que no pudiera dormir bien.
— ¿Te dijo algo malo?
— No. Algo bueno... algo que hace que me sienta confundida.
— ¿Puedo ver la tarjeta que te escribió?
Antes de que la castaña pudiese responder, aparecieron Harry y Ron. Las chicas saludaron a los chicos y se acercaron hasta donde estaban ellos. — ¿qué te pasó, Ron? ¿Por qué tienes ese semblante?
— ¿Cómo te sentirías si te metieran en tu boca grageas con sabores desagradables mientras duermes? — dio un pequeño respingo al recordarlo. Ambas chicas comenzaron a reír.
— ¿Quién te manda a volver a quedarte dormido? — acusó el pelinegro. El pelirrojo gruñó en respuesta y metió ambas manos en sus bolsillos.
— En fin — dirigió su vista a Luna, quien se quedó mirando hacia un punto fijo — ¿te pasa algo?
— No es nada — hizo un gesto con la mano, dándole a entender que no tenía de qué preocuparse — me voy a clase. ¡Nos vemos luego! — se despidió de ellos. Se dio la vuelta y comenzó a dar brinquitos mientras se dirigía de nueva cuenta al aula de la clase de encantamientos. El trio dorado la observaba atentamente.
— La veo muy sospechosa — comentó Ron — ¿qué se traerá con mi hermano?
— Nada malo. Ella me dijo que George le dijo que tanto ella como yo fuéramos esta tarde al campo de Quidditch. Pero la verdad... no entiendo para qué sea.
— Porque yo quiero hablar contigo — Los tres se giraron al escuchar aquella voz, y Hermione dio un pequeño respingo al encontrarse con Draco Malfoy — lamento haberte asustado. Hoy no tengo un buen semblante — y acto seguido soltó una pequeña risa.
— ¡Draco, amigo! — exclamó el ojiverde — es muy bueno encontrarte por aquí — se acercó a él y lo abrazó amistosamente pasando su brazo y colocando su mano en el hombro del Slytherin, ocasionando que el rubio se sorprendiera por repentina muestra de afecto — mmm.... Algo no anda bien — el de lentes lo acercó e hizo que quedara al lado de Hermione — mucho mejor — Draco observó a la castaña, y esta de inmediato desvió la mirada.
Harry y Ron se colocaron frente a ellos mientras llevaban sus manos hacia sus barbillas en un gesto de evaluación. El semblante de ambos demostraba orgullo.
— ¡Qué linda pareja harían ambos! ¿Verdad, Harry?
— Claro que sí. Míralos, se ven muy bien juntos — Hermione dirigió su vista hacia sus amigos y entreabrió la boca de la sorpresa.
— Yo no sé por qué aun no son pareja.
— Ron, cállate — dijo la castaña entre dientes.
—... la verdad ya es mucho tiempo — prosiguió con sus palabras, ignorando la orden de su amiga — ya es mucho tiempo para que se sigan viendo solo como amigos. ¡Además! todo Hogwarts sabe que ambos se quieren como algo más — Ron les guiñó el ojo y Harry sonrió perversamente.
Hermione se cubrió el rostro con su mano, mientras que Draco negó con la cabeza mientras sonreía.
— "Weasley, eres hombre muerto" — pensó. Se aceró hasta el oído de la castaña — ¿Es verdad, Hermione Granger? — susurró y ella dejó de cubrir su rostro — ¿Tú me quieres? Porque yo no tengo miedo de admitir que te adoro.
Hermione comenzó a sonrojarse rápidamente. Él se alejó de ella con una sonrisa ladina, mientras que ella comenzó a mover sus manos con nerviosismo.
— ¿Qué ocurre Hermione? — preguntó Ron — ¿te pusiste nerviosa por lo que dije o es porque sí es cierto que a Draco lo quieres más que un amigo?
— Basta, Weasley. Deja de fastidiarla o te romperé esa narizota — respondió Draco con un tono sereno. Hermione lo observó durante breves segundos y le dio las gracias sin articular palabra.
— De acuerdo, me calmo... ¡Pero admitan que es la verdad!... ¡Auch! — se quejó al recibir un pellizco en el brazo, cortesía de Harry Potter.
— ¡Vámonos pronto o llegaremos tarde a clases! Yo no quiero que me vayan a poner retardo — habló Hermione finalmente.
~ ~ ~
¡Hola, hola mis preciosuras! ¿Cómo han estado durante este tiempo? Espero que muy bien. Quiero disculparme por haberme tardado casi ocho meses en publicar (en septiembre de 2019 fue la última actualización). No quiero que suene como excusa, pero tanto la universidad como el bloqueo de no saber cómo seguir fueron los factores por los cuales me demoré tanto. Aunque siendo sincera... no sentí que hubiese pasado tanto tiempo o.o.
Muchísimas gracias por leer, por sus votos y comentarios. Pero principalmente les quiero agradecer por toda esa paciencia que me tuvieron. Daré mi mayor esfuerzo para ser más constante en actualizar y no volverme a tardar tanto tiempo TuT. Espero de todo corazón que este capítulo haya sido de su agrado. ¡Les mando un enorme abrazo y nos vemos en la próxima actualización! 💖✨😊