Cierra los ojos, por favor

De Viam29

322K 3.8K 218

"El amor es ciego, la amistad cierra los ojos." Mais

Sinopsis
Este Mensaje Se Borrará En 2 Días
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Nota de autor
¡Más noticias!

Capítulo 1

16.9K 633 79
De Viam29

El reloj de pared que estaba frente a mí se estaba haciendo la burla. Cada vez que levantaba la cabeza para comprobar cuánto tiempo había pasado, la aguja más larga avanzaba un poquito. Solo me estaban haciendo esperar 15 minutos pero yo sentía que eran como 3 horas. Los siguientes 12 meses de mi vida podía definirse hoy y necesitaba saber si cambiarían o no.

Me rendí, tenía que despejar mis pensamientos del maldito reloj y de lo mucho que me estaban doliendo los pies a causa de mis tacones nuevos. Me arrepentía de no haberlos “ablandado” antes. Saqué mi celular del bolso que tuve que comprar porque una mochila vieja no se vería bien para mi entrevista de trabajo.

Entré a Facebook y me puse a actualizar el inicio para ver si había nuevos chismes o noticias que valieran mis megas. Estaban publicadas las fotos del compromiso de Leslie. Sí, Leslie se comprometió con un chico hace una semana. Aún podía recordar la cantidad de sermones que me dio mamá por no haber asistido a la ceremonia. “Hasta Sam vendrá” me dijo mamá por teléfono. Sam me confesó que iría para ver quién era el chico masoquista que decidía ir al altar con Lesie porque digamos que 6 años no la han cambiado. Podía ver las fotos de mis hermanos y evidenciar lo cambiados que estaban y eso no lo notas a menos que no los hayas visto por mucho tiempo. Y en realidad fue así, evitaba regresar a casa con la excusa de que debía estudiar, tenía trabajos grupales, no me dejarían un día libre en el trabajo, no podía gastar dinero en un pasaje porque estaba ahorrando para un departamento nuevo. En fin, creo que este lugar se volvió en mi nuevo hogar, ya no podía imaginarme viviendo en otro lugar. Además todas estas circunstancias me volvieron independiente porque no tenía otra opción.

Después de 6 meses de vivir en casa de mi tía cuando llegué a esta ciudad, y de escuchar sus gemidos en la noche porque tenía una vida sexual activa, decidí que era momento de ahorrar y buscarme mi propio lugar. Al principio imaginaba un súper departamento amoblado, con una súper cama y una cocina grande. Pero lo que conseguí era una habitación, una pequeña cocina, un baño al que debía entrar de lado. Sin embargo no me molestó porque ese era mi inicio. El inicio de una nueva Jaydin. También me corté el cabello, las mujeres solemos hacerlo para representar “un nuevo yo” y conseguí hacerme unos cuantos mechones azul eléctrico. Para mí era un look renovado y hasta me veía bien. Mamá no opinó lo mismo y me amenazó con mandar a Charlotte  a vivir conmigo sino lo despintaba, no le creí hasta que Charlotte me envió una foto de su boleto y fue cuando borré toda evidencia, menos un mechó que lo tengo muy bien escondido.

Melissa ya tenía a su pequeño Max. Sí, así le pusieron. Max Junior tenía 5 años y era terrible. Yo aguanto a niños, enserio, incluso trabajo en cosas relacionadas, pero ese niño se merece unas buenas nalgadas.

Charlotte cambiaba de novios así que nunca creíamos que el “actual” era el definitivo. Esteban ya estaba casado, se casó porque dejó, a su ahora esposa, embarazada. Ahora su esposa estaba con su vientre enorme porque resulta que tendrán gemelos.

Sam está igual, solo que ahora se cree un galán porque las chicas de la universidad hacen sus tareas de él. Increíble lo que una chica puede hacer para llamar la atención de un tonto.

Natty ya tiene 9 años y está enorme y, según mamá, es muy inteligente para su edad. Debe serlo porque ella no dice eso de todos sus hijos, por ejemplo yo.

Y Leslie ni siquiera está embarazada para casarse, creo que ella por fin encontró a alguien que la aguantase completamente o que no quisiera asesinarla mientras dormía.

El recordar a mi familia trajo también recuerdos sobre mi amistad con Alex. Fui al buscador de Facebook y tecleé el nombre de Alex.

Ya no éramos amigos en Facebook, yo lo eliminé cuando dejamos de hablar.  Nuestra relación siguió bien por al menos 4 semanas, hablábamos todas las noches por skype, dábamos un reporte sobre lo que nos pasó en nuestro día y hacíamos planes para cuando ambos lográramos un espacio en nuestras apretadas agendas. También hablábamos por WhatsApp hasta que me dejó en visto y no asistió a varias de nuestras sesiones de Skype y cuando aparecía como “conectado” no me hablaba. Así que después de una discusión acalorada por teléfono y luego por Skype, decidí borrarlo de todo lado y seguir con mi maravillosa vida que no era tan maravillosa.

Y no volvimos hablar desde hace 6 años. El hecho de que no me hablara a mí no significaba que no estuviera en contacto con mi familia cuando iba a visitar a sus padres. Mamá me hablaba de lo bien que le estaba yendo a él en su carrera, los muchos logros que estaba consiguiendo y del partido que me había perdido por no ser más paciente. La verdad es que sí, lo reconocía, actué impulsivamente y lo arruiné todo. Pero también estuvo mi soberbia que me impidió volver a dejarle un mensaje. Pero eso no significaba que no viera su Facebook o cualquier red social que aún no lo ponía en privado… ya saben, necesitaba saber que estaba vivo.

Así que viendo su perfil me encontré con la publicación de una tal Angie Raiznovic. Decía: “Alex, no sabes cuánto te voy a extrañar. Voy a extrañar nuestras largas sesiones de estudio y de risas. Espero que esta oportunidad te sirva de mucho y logres ser el gran doctor que todos sabemos que serás. Estaré visitándote cualquier rato, así que mantén limpio tu departamento. Te quiero y éxito.”

Y mi dedo automáticamente presionó su nombre para que me llevara a su perfil. Su foto de perfil era una de ella y de Alex abrazados, en su foto de portada estaban los dos con sus batas de doctor. Maldita sea, ella era linda y ambos se veían muy bien juntos. Pero no debería importarme esto, ¿cierto? Porque Alex no la tenía como foto de perfil, sin embargo al seguir viendo las fotos de ella podía darme cuenta que no solo compartían momentos en sus clases sino también en restaurants, discotecas, paseos…

— Señorita Stickson, están listos para recibirla. —me llamó la secretaria. Apreté el botón de “atrás” de mi celular y lo guardé en mi bolso. Me puse de pie y entré a la oficina del director.

Esta vez solo estaba él. En mi entrevista también estuvieron presentes otras 3 personas. Me hicieron preguntas sobre mi curriculum, sobre lo que haría en ciertas situaciones.

— Buenas tardes, señorita. — me saludó el director con una sonrisa. Era un señor de unos 60 años aproximadamente. Ya se estaba quedando calvo y su bigote se movía cada vez que hablaba. Sus ojos se ocultaban detrás de unas gafas redondas y gruesas. Pero parecía el típico abuelo buena onda que te regala cosas cuando vas a visitarlo.

— Buenas tardes.

— Lamento hacerla esperar tanto. —se disculpó el hombre, señalándome un asiento para que me sentara.

— Pues no lo lamente tanto si tiene buenas noticias para mí. — bromeé. Ya les dije, lo veo como a un abuelo buena onda. Él soltó una carcajada y sus arrugas se hicieron más evidentes.

— Sería muy descortés hacerla venir para negarle el puesto de trabajo.

— ¿Entonces…?

— Bienvenida a bordo, señorita Stickson. Va a ser un placer tenerla en nuestra institución. — se puso de pie y estiró la mano. Hice lo mismo rápidamente y agité su mano enérgicamente.

Este era el trabajo que necesitaba, uno serio donde podría poner a prueba los años de estudio. Ya había trabajado antes para poder ahorrar y pagar mi departamento, pero eran empleos como ir a dar clases a niños, o hacer de niñera o incluso de camarera. Solía tener 2 turnos así que llegaba muerta a mi departamento y dormía sobre las sábanas sin ni siquiera ponerme el pijama.

Conseguí un trabajo con buena paga y gané a varias postulantes. Podía irme a casa saltando y abrazando a todo aquel que se pusiera en mi camino. Ahora tendría mi propio grupo de niños a los cuales enseñar.

Saqué mi celular y tecleé un número que ya conocía de memoria.

— ¿Hola? — me respondió la voz masculina desde el otro lado de la línea. Sonaba a que recién se había despertado. Revisé mi reloj y vi que eran las 5 de la tarde.

— Vago, son las 5 y ¿sigues durmiendo?

— Ya te expliqué que es mejor tener el cerebro descansado para el examen. — dijo él. Mike era del tipo de personas que no se esfuerza para estudiar pero que de todas formas le va bien en los exámenes.

— ¡Me dieron el trabajo! — exclamé.

— ¿Qué? ¿Es enserio? ¡Genial! — exclamó él también. — Vamos a festejar. Tú invitas.

Siempre terminaba invitando yo, pero no iba a discutir ahora, quería festejar. Acepté y colgué el teléfono.

Estaba pensando irme caminando hasta mi departamento pero los tacones ya me estaban lastimando. Podía quitármelos e ir caminando descalza, sin embargo no confío en la sanidad de las calles de la ciudad. Tomé un taxi y le di la dirección de mi departamento.

Cuando por fin llegué, me quité los zapatos y me dirigí hacia las escaleras. Vivía en el 3er piso del edificio y sí tenía un ascensor pero era tan viejo que me preocupaba quedarme atorada allí por semanas. Así que solo usaba el ascensor cuando estaba realmente cansada o cuando tenía la suficiente comida para sobrevivir varios días. Hasta ahora no me quedé atorada pero no iba a esperar mi turno para hacerlo.

Saqué mi llave del bolso y abrí la puerta del departamento. Estaba dejando mis zapatos en la entrada cuando noté un papelito sobre el teléfono.

“Tu madre llamó, le dije que le devolverías la llamada. Por si no es obvio salí, te veo en el bar de siempre.”

Boté el papelito al basurero e hice una nota mental de llamar a mamá algún día de esta semana.

Mi departamento era casi lo que siempre quise. Aunque el edificio era viejo, los departamentos parecían nuevos. Tenía una sala con 2 sofás, uno largo y uno personal. Estaban acomodados frente a una televisión que no tenía cable pero que servía para ver películas. Al centro había una mesa de vidrio que compré en una venta de garaje y también había un estante donde ponía las películas que compraba. Las paredes estaban decoradas con algunos cuadros que Mike pintó y me regaló.

La cocina estaba justo al lado, solo separadas por una mesa larga pegada a la pared, parecía esas mesas de bar. Esa era la mesa para almorzar. Había un refrigerador donado por Mike y el resto venía con el departamento, me refiero a la cocina y a los estantes donde guardaba los platos.

Tenía 2 habitaciones y un baño. Se deben preguntar por qué menciono tanto a Mike. Bueno, él es mi compañero de departamento, él paga la mitad del alquiler. Así fue cómo lo conocí hace más de 2 años. Él tiene la habitación más pequeña. Tiene su cama, su escritorio, el armario que venía con el departamento, y en un rincón estaban todas sus maquetas que se negaba a botar pero que tampoco las cuidaba, estaban una encima de la otra.

Junto a su habitación estaba el baño, que tampoco era muy grande pero servía. Tenía un retrete, una ducha, un lava manos y 2 gavetas donde guardábamos las toallas limpias.

La habitación más grande era la mía. Tenía mi cama, una mesita junto a ella donde estaba mi lámpara y mi caja de chocolates. Ahora que tenía que comprármelos yo sola debía cuidar cuántos comía por día. Tenía el armario del departamento y a parte el mío donde guardaba mis libros. A un lado estaba mi espejo de cuerpo completo y había un perchero lleno de mis mochilas y bolsas. Las paredes estaban decoradas con los cuadros abstractos de Mike y con un súper collage de fotos de lugares a los que no había ido y fotos de mi familia… y por ahí estaba filtrada la que solía tener en mi habitación compartida con Leslie.  

Mike  no entraba a mi habitación. Sin embargo, yo si entraba a la suya. Bueno, nuestra relación era complicada de explicar pero a nosotros no nos parecía nada complicada, hasta yo estaba tranquila con todo. Aceptaba que trajera chicas y a él no le molestaba que trajera chicos a la casa, claro que no los metía a mi habitación. Sin embargo con Mike, algunas cosas llevaban a las otras y terminaba durmiendo en su habitación. De todas formas no teníamos nada serio.

Después de una ducha me puse un vestido corto guindo y unos tacones que ya los había suavizado porque eran mis favoritos y siempre que podía los usaba. Aunque aún prefería mis zapatillas deportivas.

Tomé un taxi y me fui al bar que frecuentábamos. Ya me conocían así que me dejó entrar como si nada y me fui a la mesa donde servían las bebidas. Mike me silbó al verme y como respuesta yo di una vuelta.

— Mírate, tener trabajo serio te sienta bien. — dijo él cuando me senté junto a él. — Steve, tráele un Martini por favor.

— Deberías intentarlo, Mike.

— Soy un alma libre, Jay, los trabajos serios no son lo mío. — Y era cierto, porque no duraba ni 2 semanas en eso.

Él ya había empezado a beber antes que yo así que ya se estaba desabotonando la camisa que traía y comenzaba a coquetear con todos, incluyendo hombres. Se creía irresistible y cuando estaba ebrio era aún peor.

Hice durar mi Martini porque siempre me autonombraba “conductor designado” aunque no tuviera auto, bueno, era necesario que alguien esté con sus 5 sentidos ya que el taxista podía secuestrarnos y luego vender nuestros órganos.

Mike se excusó diciendo que iba a ir al baño así que me quedé hablando con Steve. Él me caía bien y siempre llamaba a un taxi cuando Mike comenzaba a exagerar con la bebida, incluso le ponía agua en vez de alcohol si él quería seguir bebiendo.

Comencé a escuchar varios gritos, eso no era la gran cosa en un bar, pero siempre me divertía ver ebrios que se intentaban golpear pero que nunca le atinaban.

Al parecer la pelea iba enserio porque John, el guardia entró corriendo para separar a los peleoneros.

— ¡Jay! — me llamó John por encima de los gritos y eso me indicó que no era nada bueno para mí.

Me abrí paso entre los espectadores para encontrar a John sujetando a Mike, quien sangraba de la nariz y forcejeaba para soltarse de John. Por suerte este era bastante fuerte.

— Eres un idiota. — solté cuando llegué junto a John.

— Se está metiendo con mi novia. — ladró el otro hombre que sangraba de la boca.

— Mejor llévalo a un hospital. — me recomendó John. Por mí lo dejaba ahí a que solucionara su problema él solo porque no soy su madre, pero Steve ya indicó que el taxi estaba afuera listo para llevarnos al hospital. Puse los ojos en blanco.

— Deja de pelear, ¿entiendes? Iremos al hospital. — solté y lo sujeté del brazo. Empecé a jalarlo y como no me seguía tuve que darle una mirada de advertencia. Como ya me conocía me siguió sin seguir poniendo resistencia.

El taxista nos llevó a gran velocidad, iba a decirle que se tranquilizara porque esto no era grave, pero Mike seguía sangrando.

— Ede idiota. — habló, creo que ni siquiera podía respirar.

— Tú eres el idiota. Cállate, ¿quieres? Yo te haré sangrar la boca.

Llegamos al hospital y nos fuimos a emergencias. Sé que Mike no podía respirar porque escuchaba como intentaba inhalar aire por la boca.

Las enfermeras de turno nos recibieron y se llevaron a Mike a una de las camillas, al parecer no tenían muchos pacientes hoy. Una de ellas me trajo un formulario que debía llenar con los datos de él. Al principio llené bien su nombre, para su fecha de nacimiento tuve que calcular su edad, y después de quedé trabada. No sabía el nombre de sus padres, no sabía sus teléfonos, ni siquiera sabía si estaban vivos porque él no solía hablar de eso. No tenía idea de a qué era alérgico, así que dejé en blanco todo y solo puse mi firma.

— Le hicimos una radiografía y el tabique se movió bastante. Tendremos que hacer una cirugía. — me explicó la enfermera. Asentí y miré mi reloj, odiaba los hospitales y mi idea de pasar una noche festejando estaba muy alejada de dormir en emergencias. — No es una cirugía difícil, vamos a llamar al cirujano general que está de turno.

— Bien.

La enfermera acercó el micrófono a su boca.

— Doctor Alexander Galbraith, se lo solicita en emergencias. — dijo ella y automáticamente desperté.

¿Alexander Galbraith? ¿MI Alexander Galbraith? Quiero decir, el que yo conozco… ¿Está aquí?

— ¿Sabe qué? No se preocupe… voy a llevarlo a casa y si se siente mal mañana lo vuelvo a traer.  — hablé rápidamente. — No creo que no pueda aguantar una noche.

— Señorita, la sangre le impide respirar.

— Entonces solo necesita una limpieza, nada que un cirujano tenga que hacer, eso lo pueden hacer ustedes, ¿cierto?

La enfermera me miraba extrañada, no sé si por lo rápido que hablaba o por mi idea de llevármelo a casa.

— Señorita Garnier, ¿me llamaba? — Esa voz sexy… maldita sea, ¡ESA VOZ!

Alex estaba de nuevo frente a mí… bueno, en realidad detrás de mí. Porque aún le estaba dando la espalda.                                                                                  

Continue lendo

Você também vai gostar

Fácil. De Words From Me.

Ficção Adolescente

99.1K 4.1K 24
Un nuevo año y él sigue siendo el mismo chico popular y mujeriego que se acuesta con todo lo que se le pone en frente -mientras sean mujeres, claro...
4.4K 367 52
¿Estás preparado para convertirte en el nuevo escándalo de 1929? Emma posee una habilidad especial, meterse en problemas. Conoce a alguien nuevo, con...
61.8K 5K 69
~Un mensaje por error. No dejaron de hablar. Pláticas sin sentido. ¿Sentimientos encontrados?~ --------- #847 12/02/16 en historia corta #450 13...
76.7K 3.9K 17
Para lenna el solo era el mejor amigo de su hermano aún si ella quería que fueran más. Para alessandro ella era más que que la hermana de su mejor a...