De persecuciones y hermanos c...

By MariaRose95

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⌈YoonGi sólo quiere acercarse al lindo omega que acaba de llegar al instituto sin morir en el intento a manos... More

¡Bienvenidos!
¡Intro!
¡Uno!: distracciones bonitas y entrenamientos fallidos.
¡Dos!: vergüenzas constantes y clubes escolares.
¡Tres!: chicos no tan emos y castigos injustos.
¡Cuatro!: padres no tan cariñosos y encuentros que revolotean corazones.
¡Cinco!: omegas presionados y alfas encantadores.
¡Seis!: posibles parejas predestinadas y alfas no tan empalagosos.
¡Siete!: pequeñas señales y personas inseguras.
¡Ocho!: omegas escurridizos y pequeños momentos de sonrisas y sonrojos.
¡Nueve!: amigos preocupados y típicos fines de semana.
¡Diez!: pequeños escondites y malhumores repentinos.
¡Once!: vistazo a una vida conflictiva y más preocupaciones a la lista.
¡Doce!: situaciones incómodas y omegas sacados de quicio
¡Trece!: brownies de chocolate y números telefónicos.
¡Catorce!: pensamientos de enamorados y traumas de hermanos.
¡Quince!: padres molestos y malentendidos dolorosos
¡Dieciséis!: alfas lastimados y sentimientos de tristeza.
¡Diecisiete!: celos repentinos y alfas enloquecidos.
¡Dieciocho!: alfas enojados y madres comprensivas
¡Diecinueve!: peleas insensatas y nuevas amistades.
¡Veinte!: sensaciones complicadas y conciertos de hip-hop (pt.1)
¡Veintiuno!: sensaciones complicadas y conciertos de hip-hop (pt.2)
¡Veintidós!: citas fallidas y madres salvavidas.
¡Veinticuatro!: amigos desaparecidos y omegas enfermos.
¡Veinticinco!: peleas entre amigos y sospechas entre alfas.
¡Veintiséis!: omegas incómodos y besos amorosos.
¡Veintisiete!: partidos de basket y problemas familiares.
¡Veintiocho!: aventones a casa y alfas misteriosos.
¡Veintinueve!: cenas familiares y lobos heridos.
¡Treinta!: regalos sorpresivos y alfas consolados.
¡Treinta y uno!: conversaciones vergonzosas y omegas con olor a rosas.
¡Treinta y dos!: visiones diferentes y mariposas en el estómago.
¡Treinta y tres!: hermanos desesperados y amistades casi románticas.
¡Treinta y cuatro!: betas algo egoístas y alfas competitivos.
¡Treinta y cinco!: "alfas" hipócritas y exámenes finales.
¡Treinta y seis!: confesiones a medias y disculpas necesarias.
¡Treinta y siete!: un omega resignado y un omega enamorado.
¡Treinta y ocho!: vidas aparentemente secretas y finales culminados.
¡Treinta y nueve!: hermanos "egoístas" y citas "complicadas".
¡Cuarenta!: más padres insensibles y preparativos para eventos importantes.
¡Cuarenta y uno!: adolescentes celosos y charlas desagradables.
¡Cuarenta y dos!: desahogos emocionales y hermanos enojados.
¡Cuarenta y tres!: reconciliaciones torpes y conflictos amorosos secretos.
¡Cuarenta y cuatro!: competencias de karate y betas rebeldes.
¡Cuarenta y cinco!: eventos de verano y confesiones traumáticas
¡Cuarenta y seis!: concursos de belleza y alfas atrapados en el baño

¡Veintitrés!: emociones conflictivas y fiestas de adolescentes.

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By MariaRose95

JungKook suspiró con cansancio mientras miraba el techo y escuchaba canciones de Panic! At The Disco resonar por toda su habitación, sus posters de diferentes bandas de la época de su madre parecían mirarlo con burla, incluso le lanzó una almohada a Gerard Way y se deslizó sobre la cama hasta el suelo, ya que necesitaba descargar su ira de alguna manera.

¿Quizás estaba exagerando? Pues sí, pero no quería pensar en eso ahora, prefería sacar cada mala sensación que tenía en su cuerpo de las maneras que pudiera; el día anterior lo había hecho llorando como un bebé, ahora lo hacía ahogándose en su existencia emo esperando que la música lo hiciera uno con el mundo y así desaparecer...

—Qué miserable debo estarme viendo —comentó al aire, haciendo una mueca con sus labios.

Ahora, en el suelo y mirando al techo, escuchó su celular resonar desde la cama un par de veces, la curiosidad apreció en él pero las ganas de levantarse no estaban por ningún lado. Suspiró, acurrucándose en el piso y abrazando la almohada que se había llevado consigo mientras se arrastraba hasta esa posición, ni siquiera estaba seguro de cuánto tiempo se había mantenido así, su cabeza dando vueltas y su brazos apretujando el suave objeto.

Recordó por millonésima vez la invitación que le hizo HoSeok a TaeHyung y pensó que el beta había sido realmente valiente, él no podría hacer algo así a pesar de que se viera como un alfa ligeramente intimidante y es que ciertamente él era sólo un niño asustadizo.

—¡Kookie! —escuchó a su mami tocar la puerta tratando de hacerse escuchar sobre el sonido de la música y él escondió su rostro en la almohada, aún no quería hablar—. ¡Sé que escuchar música te ayuda cuando te sientes mal, pero bebé, sabes que tu mamá sufre de migraña!

JungKook suspiró recordando ese detalle y se subió a la cama para bajar el volumen de las cornetas que estaban sobre su escritorio a un lado de su laptop, luego de eso escuchó un pequeña discusión de ambas mujeres porque su mamá no quería molestarlo diciendo que le daba igual la música, que ni siquiera se oía tan fuerte y su mami diciendo que no quería que su cabeza doliera tanto porque siempre la veía quejándose al respecto.

Él bufó y se dejó caer sobre la cama, su celular rebotó y le cayó en la cara, provocando maldiciones y que frotara su nariz porque le había dolido. Lo miró con rabia y aunque le hubiera gustado lanzarlo impulsivamente contra el techo, decidió revisar sus notificaciones.

Chat con:

NamJoon - Hyung.

[NamJoon te ha mandado su ubicación a tiempo real]

«TaeHyung es un idiota, entonces vinimos»

«El helado nunca se niega, si quieres venir hazlo»

JungKook revisó la hora y se dio cuenta que había pasado al menos media hora desde el mensaje, hizo una mueca con los labios sin entender a qué se refería y dejó el celular a un lado, tratando de ignorar toda esa situación porque consideraba que aquello era lo mejor en ese momento: mientras menos pensara en el problema, eventualmente, estaría bien.

Al menos eso quería creer.

Se concentró en su almohada nuevamente, abrazándola fuertemente en un intento de liberar frustración porque imaginarse cualquier situación con respecto a la cita de HoSeok y TaeHyung le producía un dolor en su lobo. No podía creer que estuviera pasando aquello, porque cualquiera diría que siendo un alfa debería estar interesado en un lindo o una linda omega, conocía a varios en su salón, entonces él tenía de donde escoger.

Negó con la cabeza frustrado, eso no era lo que debía pensar al respecto, su cabeza estaba tomando un rumbo diferente sólo porque estaba celoso y herido, él realmente no era así.

—Joder... —murmuró al aire, sintiendo sus ojos picar de nuevo.

Entre sus confusos pensamientos y la frustración en su pecho, tomó su celular y revisó de nuevo el mensaje de NamJoon, tratando de descifrar lo que aquella frase significaba. ¿Por qué Tae era un idiota? ¿Le había dicho algo a HoSeok? ¿Y por qué NamJoon lo estaba invitando a comer helado con ellos? ¿Quizás la cita había salido mal? Y sí ese hubiese sido el caso, ¿por qué se sentía tan bien con ello?

La sensación se formó en su pecho pero no pudo evitarlo. ¿En qué momento se había convertido en ese tipo de persona?

Se cruzó de piernas en su cama, pensando que quizás estaba siendo un poco dramático y mientras trataba de descifrar qué hacer, escuchó a su madre tocar la puerta.

—No le hagas caso a tu mami, pon la música que quieras —le dijo la alfa abriendo un poco la puerta, Jeon le sonrió con empatía—. De verdad, no me molesta.

—Mamá...

—A JungKook no le moles... —se quejó la más bajita pero no logró terminar porque la alfa le puso la mano en la cara.

—Dios mío, bebé, deja de ser tan metiche —le dijo ahora con la puerta completamente abierta y Jeon se rió cuando vio a su mami pelear para que la soltaran.

—Ya no importa, no quiero escuchar más música —le dijo y la alfa suspiró, soltando a su esposa quien rápidamente se acercó hasta su hijo, haciendo un ademán de abrazarlo que detuvo de inmediato.

—Uh, lo siento, ¿quieres un abrazo? —preguntó ella un poco ansiosa, no le gustaba ver mal a su pequeño y no había podido relajarse desde el día anterior porque JungKook se había negado a hablar con ellas hasta ese momento—. ¿Por favor?

—Bebé... —habló su esposa y ella la miró con desesperación.

JungKook suspiró con una sonrisa en su rostro y se levantó para abrazarla, ella de inmediato rodeó a su hijo con sus brazos y lo acurrucó en un abrazo maternal. La alfa suspiró con alivio y abrazó a ambos con cariño, igual de aliviada que su esposa porque de hecho, nunca habían visto a su hijo pasar por algo así antes.

—¿Quieres hablar ahora? ¿O es algo que no nos concierne? —preguntó la alfa.

—Me gusta alguien a quien no le gusto —confesó y ambas se miraron. Los ojos de Jeon volvieron a llenarse de lágrimas—. Realmente me gusta mucho pero a él... le gusta otro alfa... —los sollozos comenzaron y ambas mujeres abrazaron con más fuerza a su pequeño.

—Mi niño... —la más baja acarició su espalda, dejando que el chico se acurrucara en su cuello a pesar de la diferencia de altura—. Está bien, ¿sí? ¿Estás completamente seguro de que no le gustas ni un poco? Eres muy lindo... —ahora parecía quejarse, sus cejas fruncidas daban a entender que se había ofendido un poco—. Mi hijo es guapísimo, ¿quién demonios...? ¡Ay! —su esposa le había pellizcado un brazo.

JungKook sorbió su nariz, riéndose.

—No lo sé mami, no sé si le parezco lindo... hm... el otro día me dijo algo así pero no lo sé —se limpió las lágrimas con las mangas de su suéter negro—. Hoy tuvo una cita con ese alfa... realmente no sé qué pasó pero un amigo me está preguntando si quiero ir para allá.

—¿Crees que la cita haya salido mal? —preguntó la alfa, separándose un poco del abrazo mientras que su esposa se negaba a soltar a su pequeño bebé.

—¿Estaría mal querer que sí?

—No Kookie, es completamente entendible cariño —apoyó la más baja.

—Tu mami una vez me hizo berrinche porque acepté que una amiga me diera su ensayo para presentarlo como mío —explicó la alfa—, entonces tuve que hacer yo mi propio ensayo y ella se sintió mal por sentirse bien al respecto —la más bajita soltó a su hijo y miró con reproche a su esposa.

—¡Eso no pasó así! —se quejó—. ¡Además, era tu ex!

—Estaba siendo amable, bebé —parecía entretenida con la reacción de la más baja.

—Ella quería comprar tu amor con trabajos gratis —la señaló.

—"¿Por qué tienes que aceptar cosas de ella? ¡Haz tu trabajo, no seas floja!" —imitó a su esposa, haciendo una voz chillona y provocándole un sonrojo—. Luego no querías aceptar mis besitos hasta que te dije que había hecho mi propio ensayo, eres una berrinchuda —agregó, entrecerrando los ojos y sonriendo.

—¡Uhg! ¡Me estás....!

Y ambas fueron interrumpidas por la carcajada de JungKook.

—Ustedes dos son... —siguió riéndose, realmente amaba las historias de sus madres, más aún cuando las hacía discutir por tonterías

La más baja se cruzó de brazos pero le sonrió a su hijo y la alfa colocó su mano sobre la cintura de su esposa, ahora ambas estaban más tranquilas.

—¿Entonces irás? —preguntó de repente la mujer de cabello castaño claro, su tono de voz suave esperando que su hijo no reaccionara mal de nuevo y mirándolo con sus ojos redondos cargados en preocupación.

JungKook pareció dudar, rascándose la nuca.

—Si la cita salió mal tienes otra oportunidad —opinó la mujer de cabello negro corto y peinado hacia atrás, definitivamente Kook había sacado su color—, y si todos tus amigos están, creo que estaría bien.

El alfa parecía más confiado ahora.

—Creo que... lo pensaré —tomó su celular—. Además, les había prometido ir a la fiesta de hoy...

—Hoy es domingo —la alfa enarcó una ceja mientras mantenía una mirada neutra, nada contenta con esa información.

—Uh, ¿no les dije? —se encogió en su puesto mirando a su madre con una sonrisa nerviosa, ella podía ser realmente intimidante cuando quería.

La más bajita zumbó pensativa.

—Mientras no bebas nada de extraña procedencia —comenzó, como si contara con sus dedos—, mucho menos fumes, ni te acuestes con gente al azar, ¡oh, y no...!

—¡No haré nada de eso! —se sonrojó.

—Es domingo... —le recordó a su esposa quien hizo un ademán con su mano que la hizo suspirar y mirar a su hijo con ojos analíticos—... Ven antes de las once.

Entonces el alfa se lanzó a abrazarlas a ambas, la alfa no tan contenta pero la más bajita acurrucándose en los brazos de su pequeño bebé.

Ellos realmente eran una familia unida.

HoSeok botó el envase de helado recién acabado a la basura, un suspiro acompañó el momento y él caminó hacia la salida en donde NamJoon estaba esperándolo, los demás estaban conversando un poco alejados de ellos y antes de que llegaran con el resto, NamJoon se le acercó.

—¿Todo bien? —Jung se encogió de hombros.

—Lo bien que podría estar teniendo en cuenta, ya sabes —respondió—. Al menos YoonGi la está pasando bien —miró a su amigo, quien reía con JiMin y sonrió—, creo que terminarán juntos a pesar de todo —agregó casi celoso.

—Bueno, TaeHyung no es, ya sabes, la mejor cosa en el universo —hizo un ademán con sus manos—. Hay muchos peces en el mar —movió su mano sobre el horizonte tratando de verse filosófico, pero esa acción y su rostro inmutable hicieron reír a HoSeok.

—Eres pésimo para esto —siguió riéndose, contagiándole una sonrisa a NamJoon—. ¿Y tú cómo te sientes? Ayer estabas mal...

—Estoy perfecto, ayer sólo fue un desliz —le restó importancia a pesar de que ahora le molestaba un poco el estómago, pero consideró que lo mejor sería ignorarlo porque siendo honesto consigo mismo, prefería morir en la calle que en su casa con su padre.

Ambos caminaron hacia el resto, actuando como si nada. De repente, una notificación hizo a Nam revisar su celular y con una ceja alzada, miró hacia ambas direcciones en la calle, dándose cuenta que alguien se acercaba a un paso calmado.

—¡JungKook! —saludó Tae, alzando su brazo para saludarlo.

El alfa parecía un poco avergonzado, sonriendo con timidez. Estaba, en esencia, vestido parecido al día anterior porque estaba cubierto de negro, sólo que ahora la sombra de ojos era mucho más sutil y en vez de una chaqueta de cuero llevaba una simple camisa, pantalones negros rasgados en sus rodillas y zapatos Timberland qué era lo único que parecía tener color en su ropa, además del gorro de lana gris que llevaba en la cabeza.

—Miren quien se apareció —comentó YoonGi, una media sonrisa en su rostro mientras veía al contrario acercarse lo suficiente—. ¿Dónde estabas?

—Uh... —miró a HoSeok un segundo antes de desviar la mirada—. Estaba ayudando a mis madres a limpiar la casa, siempre hacemos eso el domingo —se excusó y no era del todo mentira.

—Bueno, justo nos estábamos yendo pero supongo que no iremos a casa, la fiesta debe comenzar en un par de horas más —decía TaeHyung mientras revisaba la hora en su celular.

—Podríamos quedarnos un rato en el parque que queda cerca y luego vamos a casa de ChaeYoung —sugirió HoSeok, ellos realmente no iban a querer regresar a casa porque una vez hecho eso, era probable que no los dejasen salir.

Todos parecieron estar de acuerdo pero YoonGi suspiró y miró a JiMin con una sonrisa ladina, el omega se mordió el labio inferior y desvió la mirada un poco apenado. NamJoon nuevamente hizo una mueca mirando a HoSeok quien, le dio un golpe en el hombro por ser tan inmaduro.

—Tengo que llevar a JiMin de vuelta con su mamá —explicó el alfa y las mejillas del menor se encendieron—. Uh... No creí que sonara tan extraño.

—¿Seguro que no te puedes quedar más tiempo, JiMinnie? —TaeHyung preguntó haciendo un puchero exagerado, mientras mejor conocía al contrario mejor le caía.

YoonGi sintió un gruñido formarse en su pecho cuando vio al otro demasiado cerca, pero se notaba que este lo estaba haciendo por molestar así que ignoro los pensamientos asesinos. JiMin negó con la cabeza.

—Mi papá me mataría si se entera donde estoy —dijo con un tono cansado—, y ninguno de ustedes quiere que él envíe a ChanYeol a buscarme —todos menos YoonGi dieron un paso hacia atrás que hizo reír al omega—. Igualmente, la pasé muy lindo hoy, gracias.

—Igualmente —NamJoon fue el primero quien dijo eso, sorprendiendo a HoSeok y a YoonGi, incluso a JungKook—. Espero que no te maten.

—Uh, gracias —ahora su sonrisa se ensanchó.

—Regreso en un rato, los veo allá —dijo YoonGi mientras ambos caminaban en la dirección contraria.

Los restantes se miraron la caras y NamJoon señaló hacia el otro lado, tomando el mando y haciendo que los demás lo siguieran entre risas. Miró un segundo a Jeon y le dio un par de palmaditas en la espalda para que se entendiera que le alegraba verlo ahí, el alfa lo miró un poco confundido pero este hizo una seña hacia HoSeok y se movió para que JungKook caminara a su lado, provocando que un sonrojo se encendiera en sus mejillas cuando el beta comenzó una conversación con él.

NamJoon no era estúpido, no como YoonGi.

En el camino contrario, estaban los dos tortolos caminando a paso calmado y dándose un par de miradas. YoonGi caminaba a un lado de la carretera y su mano izquierda colgaba libre al igual que la derecha de JiMin, ambos podían sentir el rozar de ambas en un par de ocasiones y aunque no dijeron nada, sabían a la perfección que el otro se había dado cuenta.

—Realmente me gustaría que fueras —confesó el alfa.

JiMin no pudo evitar formar una sonrisa en sus labios.

—Sí, a mi también me hubiese gustado, se oía divertido —siguió la conversación, podía sentir su corazón latiendo emocionado como llevaba haciendo desde que salió de su casa.

—No lo sé, esa chica es un poco extraña, adora hacer fiestas los domingos o lunes en la noche porque los únicos que van son los inútiles que prácticamente no hacemos nada en clases —explicó y JiMin rió tiernamente.

—No creo que sea un inútil Hyung, si no pudiera sacar buenas notas no sería el capitán del equipo —razonó y YoonGi negó con la cabeza.

—Estoy pensando en dejarlo —le dijo, JiMin lo miró con sorpresa—. No soy un desastre pero a veces no actúo como un capitán y me cansa en ocasiones porque no estoy tan metido en esto —explicó—, además mis notas no están mejorando, aunque aún no son lo peor de lo peor, pero el entrenador no estará feliz —confesó, ligeramente avergonzado.

JiMin infló su mejilla derecha.

—Los llevé muy lejos el año pasado pero ahora no me emociona tanto hacerlo de nuevo, creo que no es algo a lo que quiero dedicarme —concluyó, y el omega le sonrió comprensivo.

—Bueno Hyung, si esa es su decisión, pues déjeme decirle que es y será mucho mejor capitán que ChanYeol y que espero que no le den el puesto —le dijo con toda la seguridad del mundo y el alfa lo miró completamente contento—. A pesar de que ya no quiera hacerlo, lo hizo muy bien hasta ahora.

—Gracias, JiMinnie —el omega sonrió.

—Bueno —comenzó—, no quiero cambiar de tema pero, yo estoy considerando seriamente la idea de escaparme de casa para ir a la fiesta o no lo sé... para salir a cualquier sitio que quiera —dijo casi seguro y con esa pequeña voz adorable.

El alfa se rió.

—¿Cómo quedaré yo si haces eso? Tu mamá jamás confiará en mí de nuevo y necesito agradarle —dijo sin darse cuenta de las palabras que soltaba y JiMin lo miró por un segundo, haciendo una mueca de confusión fingida en donde sus lindas cejas se fruncieron y sus labios se ladearon en duda.

—¿Por qué necesita caerle bien, Hyung? —lo miró, colocando sus manos detrás de su espalda, viéndose adorable.

YoonGi abrió la boca pero nada salió y se dio cuenta de lo que había dicho, sus mejillas encendiéndose un poco.

—Porque... —se trabó al ver la linda expresión de JiMin—... porque después, quizás, tal vez... tenga que pedir permiso para que salgas...

—¿A dónde, Hyung? —su ojitos lo miraron por debajo de sus pestañas.

YoonGi no podía creer que ese hermoso omega lo estuviera poniendo tan nervioso, lo estaba mirando tan lindo y le sonreía de una manera que hacía a su lobo aullar de pura euforia, JiMin definitivamente era su perdición ya que si le pidiera que le comprara un dulce, él conduciría hasta la mejor dulcería del país.

—A uh... no lo sé —se encogió de hombros, JiMin lo seguía presionando, dando un paso más cerca de él—. ¿Quizás un cine o parque? —se rascó la nuca, desviando su mirada hacia la calle.

JiMin rió tiernamente y relamió sus labios con delicadeza, gesto que YoonGi no se perdió porque justo le echó un vistazo al omega. Quiso llorar, ¿es que acaso JiMin se daba cuenta de lo que hacía?

—Sí me gustaría ir al cine con usted... —dijo con voz pequeña, mirando hacia otro lado que no fuera YoonGi. El alfa quiso chillar de la frustración porque necesitaba besar todo el rostro del omega por al menos, mil horas.

Ellos estaban a punto de llegar al café en donde se encontraba la madre del omega, su tiempo juntos estaba terminando y aunque a JiMin verdaderamente le gustaría poder darse la vuelta y pasar todo el tiempo que pudiera junto con al alfa, él definitivamente no estaba en esos términos con su madre, mucho menos con su padre y bueno, ChanYeol era un tema aparte, el punto de todo era avanzar no retroceder.

YoonGi pareció querer decirle algo cuando estuvieron frente a la cafetería, incluso detuvo a JiMin quien de repente sintió su corazón latir de nervios. ¿Qué sucedía? ¿Acaso le diría algo importante?

—Yo, de verdad, uh...

—¡JiMin~! —lo llamó su madre, estaba saliendo del local y YoonGi se quedó tieso en su puesto, mirando a la mujer con sorpresa—. Estaba a punto de ir a buscarte, ¿nos vamos?

JiMin miró a YoonGi y este imitó la acción, ambos se veían decepcionados y la mujer se dio cuenta, pero a pesar de todo no estaba segura de qué más podría hacer por su hijo. YoonGi le sonrió a la señora y luego a JiMin, una sonrisa que no llegó a sus ojos.

—Nos vemos luego entonces, Hyung —JiMin suspiró.

—Nos vemos luego, JiMinnie —el omega caminó hasta estar al lado de su madre quien los miraba con curiosidad—. Muchas gracias por dejarlo venir, desde que lo conozco no pensé que podría tener un día tranquilo con él —confesó y estrechó nuevamente la mano de la mujer quien se rió suavemente.

—Sé que mi hijo mayor es un poco... intenso —dijo, recordando que había golpeado al chico que ahora estaba enfrente de ella y observando con un poco de culpa los pequeños rastros de heridas que yacían en el rostro de YoonGi—, y lo siento por eso, espero que no haya ocasionado muchos problemas —YoonGi abrió la boca pero, claramente, no iba a decir lo primero que se le venía a la cabeza.

—No... bueno... un poco pero ya sabe... —se rió con nervios y ella asintió en entendimiento, le parecía lindo que a pesar de todo, él no hubiera sido lo suficientemente impulsivo como para hablar pestes de ChanYeol.

—Él cambiará, lo prometo —concluyó ella, segura de que encontraría la manera de hacer que él se relajara un poco porque desde su perspectiva, YoonGi le producía más ternura que una sensación de amenaza—. Vamos, JiMin —le lanzó una mirada de cariño, porque sabía que su hijo no estaba del todo contento con irse.

JiMin suspiró.

—Espero que se diviertan —dijo el omega con una sonrisa suave pero con una expresión triste.

—No creo que sea tan genial, pero trataré —hizo una expresión de dolor, fingiendo que le dolía verlo irse y provocando una risa en el omega, sin embargo, se detuvo cuando la mujer lo miró con duda.

—¿Irán a otro sitio? —preguntó con un poco de cautela, por alguna razón, sentía que debería saberlo. Tal vez podría dejar a JiMin un rato más, quizás por esa razón estaba tan triste.

—Uh, sí, YoonGi Hyung y sus amigos irán a una fiesta —explicó, y ella miró al alfa con curiosidad.

—¿En domingo? —ella puso una expresión ligeramente consternada.

—No planeaba quedarme hasta la madrugada —dijo rápido, una risa nerviosa escapándose—. Sólo es algo tranquilo, un par de amigos y comida —explicó tratando de que la mujer no pensara que era ese tipo de chico.

—Hum... —miró a su hijo luego de analizar la expresión nerviosa de YoonGi—. ¿Tu quieres ir?

—Ah... ¿tal vez? —dijo, mirando sus manos—. Bueno, sí...

Ella zumbó, parecía pensativa, como si estuviera considerando aquella opción y YoonGi podía sentir tu corazón comenzar a latir emocionado por la esperanza de que quizás, se podría.

—¿No se quedarán hasta tarde cierto? —YoonGi negó con la cabeza y levantó su mano derecha como juramento, la mujer rió y sentía en su corazón que el chico no podía ser realmente malo si actuaba como un niño encantado con su hijo, además, JiMin lo miraba como si realmente fuera alguien dulce—. Bien, cuando tu papá duerma, vas... —JiMin pareció estar a punto de gritar—. Pero, regresas a las diez.

Ambos asintieron eufóricos.

—A las diez en punto lo dejaré en su casa, lo juro por la luna —la mujer se carcajeó y YoonGi se sonrojó—. Estará en buenas manos, lo prometo.

—Confío en ti —le lanzó un guiño y miró a su hijo—. Ahora vamos antes de que tu padre se ponga con sus necedades —le dio un par de golpecitos en la espalda y JiMin comenzó a caminar con los nervios a flor de piel.

—Lo veo en un rato, Hyung —le dijo, completamente sonriente.

—Nos vemos —se despidió con la mano, dando pequeños saltitos imperceptibles en su puesto y cuando ambos estuvieron lo suficientemente lejos, corrió de vuelta con sus amigos, su corazón latiendo como loco y su lobo aullando como si la luna hubiera aterrizado frente a él.

Claro, cuando YoonGi le dijo a sus amigos las buenas noticias había más de una cara incrédula, incluso y como era de esperarse NamJoon hizo un comentario al respecto, diciéndole que lo más probable era que la mujer realmente solo hubiera dicho aquello para que no se fueran tristes porque teniendo en cuenta las circunstancias, no era muy posible que la omega en serio estuviera dispuesta a que su hijo fuera con un grupo de extraños sólo porque YoonGi le haya parecido un alfa decente en... los cinco minutos que lo conoció.

Sin embargo, ninguno tenía en cuenta que la mujer realmente conocía más de YoonGi de lo que ellos pensaban, porque JiMin se había encargado de presentarlo como un alfa lindo, tierno y atento, que lo hacía sonreír por cualquier cosa y que siempre tenía algo lindo que decir sobre él. A pesar de que JiMin tampoco lo conociera como sus amigos lo conocían, él tenía quizás la mejor versión del alfa y por algo se empieza. Además, su madre confiaba en su hijo, porque a pesar de todo lo que había sucedido en el pasado, ella consideraba que JiMin podía hacer las cosas por su cuenta... eso, y porque el omega llevaba consigo gas pimienta.

Así que, en resumidas cuentas, ellos ahora estaban frente a la casa de JiMin, un poco escondidos entre los arbustos porque no querían ser descubiertos por ChanYeol o por el señor Park y porque YoonGi había insistido en que fueran todos para que su madre viera que JiMin realmente estaría protegido.

Entonces ahí estaba el omega, vestido aún con sus jeans rasgados y su suéter de rayas sentado en la sala de estar, su padre estaba leyendo unos papeles en la mesa y Yeol escuchaba música en su habitación. JiMin trataba de actuar natural y su madre estaba igual, sacándole conversación a su padre y diciéndole que tenía un poco de sueño.

Eventualmente funcionó y el hombre comenzó a bostezar, quitándose las gafas. JiMin recordaba como cuando era pequeño odiaba que su padre siempre se fuera a dormir temprano, pero ahora lo estaba viendo como una bendición. El hombre pareció querer aguantar un poco más, pero finalmente dejó sus gafas sobre la mesa y se levantó, deseándoles buenas noches a todos. Su madre inmediatamente corrió hasta la puerta de la entrada seguida de JiMin y el omega salió lo más rápido posible, dándole un beso en la mejillas a su progenitora como una pequeña despedida.

La mujer vio cómo el grupo recibía a JiMin y este abrazaba a YoonGi en lo que pareció ser un pequeño acto impulsivo, y sonrió enternecida antes de cerrar la puerta con cuidado. Ahora esperaba que nada saliera mal porque estaba confiando demasiado, si recibía otra decepción, era probable que JiMin no pudiera vivir tranquilo por mucho más tiempo.

—Bueno —carraspeó NamJoon para no tener que ver más el extraño silencio que habían formado el par de tortolos después del abrazo, ambos mirándose con ojos de estúpidos—, ¿iremos o nos quedaremos hasta que ChanYeol salga y nos mate?

—¡Cierto! —dijo TaeHyung de inmediato, adelantándose—. Vamos, vamos, que estamos retrasados~ —comenzó a caminar con emoción, colocando su brazo alrededor del cuello de JungKook quien lo miró mal.

Todos comenzaron a caminar rápido hasta que se alejaron lo suficiente de la casa de JiMin, el omega se sentía emocionado y ligeramente nervioso, no recordaba haber salido con un grupo de amigos antes y quienes hablaban con él en su otra escuela habían desaparecido gracias a ChanYeol, ahora podía sentir que quizás podría tener un grupo de amigos. Aunque bueno, YoonGi era un tema especial.

Las conversaciones fueron divertidas y fluidas como llevaban siendo desde hacía más temprano, JiMin se integraba bien al grupo y parecía entenderse a la perfección con los más jóvenes mientras que YoonGi trataba de llamar su atención con caras de tristeza y pucheros, NamJoon burlándose con HoSeok.

Una vez llegaron a casa de ChaeYoung todos entraron con ojos curiosos y muecas de felicidad, algunos claro, como JiMin, estaban sorprendidos y un poco asustados. La chica era de esas omegas liberales a las que le importaba una mierda lo que los demás pensaran de ella, sus padres viajaban prácticamente siempre y aunque sus notas eran un asco, ellos solían enseñarle que todo estaría perfecto siempre y cuando tuviera dinero.

Claro, ninguno de los recién llegados compartía sus pensamientos, pero sus fiestas eran geniales y no iban a perder la oportunidad. Habían muchas personas y varios olores mezclados, algunos fumaban y conversaban en el patio de la casa, mientras que otros se besaban en los rincones, las habitaciones de los pisos de arriba estaban estrictamente prohibidas y resguardadas por los hermanos mayores de la omega, quienes cumplían todos sus caprichos.

—¡Miren, el trío de raros junto a... tres extras! —dijo ella sin ninguna intención de verse mal, y es que de hecho a ellos les daba igual. Además, se veía ligeramente borracha—. ¡Y tú eres JiMin, oh por dios! ¿Estás aquí, sin ChanYeol? Que no te sorprenda si algún alfa se te quiere acercar —hipó—. Pero si alguien te molesta házmelo saber, dulzura —ella le guiñó un ojo y JiMin sonrió un poco avergonzado.

—Young —saludó TaeHyung y ella le sonrió casi coquetamente—, estás preciosa —halagó con un tono de voz un poco más grave de lo usual, ella rió.

—No tienes que encantarme más, las botellas están en la cocina, cuidado~ —le dio un par de palmaditas en el pecho y antes de irse, apretó una de las mejillas de JungKook.

—Creo que le gustaste —le dijo NamJoon, este lo miró con pánico.

— ¡Tae acaba de coquetearle! —se quejó y Nam se encogió de hombros.

—Ella y yo nos tratamos así —explicó el alfa moviendo ambas cejas.

JungKook bufó y miró a HoSeok, haciendo una cara de disgusto, el beta se rió y acarició su espalda, apoyándolo. Jeon quiso suspirar al sentir la mano ajena, pero sólo sonrió con pena.

—Bueno, vayamos a ver qué podemos hacer —YoonGi colocó su mano en la cintura de JiMin antes de comenzar a caminar entre las personas y el omega sonrió, encantado por esa pequeña acción que lo hizo sentir más seguro de lo que creía.

La música no estaba tan fuerte y todo lo que pasaban eran canciones de moda, estuvieron juntos unos minutos pero sin darse cuenta y sin ser necesariamente a propósito, se separaron; NamJoon y TaeHyung yendo por algo para beber, HoSeok sentándose en los sofás junto con JungKook y, bueno, JiMin y YoonGi estaban en el patio trasero cuando el alfa se dio cuenta de que el omega se veía ligeramente incómodo metido entre tantas personas.

Y ahí en una de las habitaciones medio ruidosas de la casa, estaban NamJoon y TaeHyung con vasos llenos de sus propias mezclas. El alfa conocía muy bien esas fiestas y NamJoon sólo podía decir que sabía qué tipo de bebida le gustaba. Ellos no habían tenido demasiada interacción por sí solos, NamJoon no sabía qué temas podría sacar y honestamente le parecía el típico alfa con preguntas estúpidas, pero a HoSeok le gustaba por algo y él no iba a juzgarlo demasiado.

Al menos hasta que Tae abrió la boca.

—¿Por qué casi no suele actuar como omega? —fue la primera pregunta que le hizo, se veía curioso—. No es por juzgar, sólo, bueno, los omegas suelen ser de una manera...

NamJoon pareció analizar la pregunta, pensando que quizás el contrario no la quería decir con mala intención, pero no pudo evitar que le molestara un poco.

—Tae —lo llamó—. ¿Cuál es tu definición de "actuar como omega"? —su mirada parecía un poco más seria y oscura de lo que era normalmente y TaeHyung no estaba seguro de qué cosa responder.

—Uh... sólo decía, lo siento si lo ofendí —NamJoon negó con la cabeza.

—Sólo dime, no estoy ofendido —decía mirando hacia el frente, hacia una pared vacía de color crema con su espalda apoyada en la isla hecha de mármol—. Si lo estuviera me habría ido de aquí, pero te doy una oportunidad porque me agradas —le sonrió, una sonrisa que llegó a sus ojos.

TaeHyung parecía un poco más confiado.

—Bueno —apoyó su espalda sobre la pared detrás de él—, ya sabe, hacen ojitos, sonríen mucho y se visten lindos, con cosas rosas, a veces usan maquillaje... actúan lindo —se encogió de hombros.

NamJoon asintió lentamente. Claro, considerando los grandes estereotipos que regían a la sociedad, era muy extraño que estuviera vistiendo ropa gris, que sus facciones no fueran suaves, que no sonriera siempre y que lo único rosa fuera su cabello. TaeHyung tenía sus razones para preguntar porque estaba envuelto en toda esa maraña de pensamientos retrógrados.

—Entiendo, ¿me ves cara de querer hacer alguna de esas cosas? —lo miró, Tae parpadeó—. ¿O que se verían bien en mi? Si actúo lindo, me pongo maquillaje o si uso ropa rosa me veré como un payaso.

—No creo que...

—A los únicos que les quedan bien esas actitudes son a los omegas más pequeños —lo cortó—, a los lindos por naturaleza, a los de sonrisas hermosas y adorables... Yo no tengo nada de eso, mucho menos quiero tenerlo, todos piensan que todos los omegas debemos actuar como se nos ha conocido desde los tiempos de las manadas —explicó, Tae lo miró con atención—. Existen muchos omegas como yo y muchos alfas como YoonGi, y todos nos critican porque no somos naturales, pero, ¿eso nos quita la etiqueta de "persona"?

Tae soltó aire casi como un jadeo sorprendido.

—Wow, Hyung...

—Y si hablamos de todo esto —se quiso detener, pero no pudo retener el pequeño enojo que se alojó en su lengua—, ¿por qué hueles a alfa pre-fabricado? —TaeHyung lo miró con ojos sorprendidos, una expresión incrédula en el rostro y una risa nerviosa apareciendo repentinamente.

—¿Q-Qué?

—Es decir... es como un coco muy plástico, ¿no te parece? —tomó otro trago de su bebida y TaeHyung negó con la cabeza, concentrándose en su vaso.

—Es sólo mi olor, Hyung —sonrió ladino, un poco nervioso—. Y no creo que tenga que ver con lo que estamos hablando —se rascó la nuca, con una sonrisa que parecía forzada.

—Supongo —se encogió de hombros, volviendo a rellenar su vaso—. Tampoco sudes tanto, es un chiste, todos los olores me molestan de diferentes maneras.

—Bueno —volvió a su expresión de tranquilidad casi natural—, ¿hay algún aroma que no le moleste? —preguntó, tratando de no dejar morir la conversación sólo porque NamJoon fuera alguien tan poco accesible—. No creo que todos los olores de los alfas le molesten porque...

—Soy omega —finalizó NamJoon con tono irónico. 

TaeHyung cerró con los ojos con fuerza.

—Lo siento, no era...

—Tranquilo —miró su vaso, moviendo el líquido en círculos—, no sé si haya alguno, pero a pesar de que hubiera uno que no me disguste, eso no significa que sea algo importante.

Aquello lo dijo más para sí mismo que para TaeHyung, porque ciertamente, el olor a nueces le gustaba demasiado.

En otra parte de la casa, HoSeok y JungKook conversaban animadamente sobre temas triviales, riéndose cuando se daban cuenta de que habían cosas que tenía en común como el gusto por películas románticas llenas de clichés, y que habían cosas en las que estaban en completo desacuerdo, como sus opiniones con respecto a la música actual.

—¡Es un asco! —anunció JungKook entre risas, HoSeok lo miró indignado—. Hyung, lo siento, pero Twice...

—¡¿Me vas a decir que nunca has cantado una canción de ellas? —le preguntó indignado pero entre risas, mirándolo con ojos juzgadores. JungKook abrió la boca pero la cerró—. ¡Ajá!

—¡No, no porque me guste! —le movió la mano frente a la cara, negando ese hecho. HoSeok no paraba de reírse—. ¡Hyuuung!

Ellos habían pensado bailar un poco antes de sentarse en el sofá, pero cuando se dieron cuenta de que les avergonzaba mucho eso, se sentaron, acaparando todo el espacio para que ninguna pareja se sentara a su lado.

HoSeok lentamente aplacó su risa un poco, mirando a Jeon con ojos brillantes y llenos de confianza.

—Me alegra que hayas venido —le dijo, provocando un sonrojo en las mejillas ajenas—. La última vez que vinimos NamJoon se fue a beber y YoonGi a besarse con omegas —le explicó, haciendo una mueca por el nada grato recuerdo—. Si se los dices lo negarán o dirán que no fue la gran cosa, pero estuvieron comprándome el almuerzo por un mes para disculparse —agregó, tomando un trago de una bebida.

JungKook se rió, aquella situación no le sorprendía en absoluto ya que se había dado cuenta de que NamJoon y YoonGi solían estar demasiado atentos a las reacciones del beta. Le parecía una amistad realmente linda, y esperaba sentirse parte de ello.

—Uhg, esto sabe horrible —confesó mirando el vaso que se había servido y riéndose un poco—. Aunque me alegro de haber probado —Jeon levantó una ceja—... Quiero decir... ¿nunca has sentido que tus pensamientos no te dejan ni concentrarte?

JungKook trató de recordar un momento así y asintió cuando la imagen de sí mismo sufriendo más temprano (y el día anterior) apareció en su cabeza, no estaba orgulloso de eso, pero había sido insufrible.

—Bueno, creo que me está ayudando un poco a desaparecerlos —hizo una mueca—... a veces pienso demasiado, suelo hacerlo todo el tiempo sin falta y ahora creo que estoy más tranquilo —explicó, soltando una risita porque aquello sonaba extraño—. Supongo que no es tan horrible, ¿quieres un poco?

JungKook negó.

—Bueno, creo que más para mí —se encogió de hombros, tomando un trago un poco más largo y haciendo una mueca por el sabor.

JungKook lo miró con un poco de preocupación, su madre era prácticamente inmune al alcohol y su mami era... ella sólo vomitaba si se tomaba un vaso, por lo que él no estuvo rodeado de un gusto excesivo por la bebida ni nada parecido, mucho menos sabía si sus límites eran tan fuertes como los de su madre o tan sensibles como los de su mami, por lo que se negaba a beber en algún lugar que no fuera su casa, para no cometer alguna estupidez.

Además, no iba a negar que ver a HoSeok o imaginarlo en una situación relacionada con beber demasiado no le parecía muy agradable. Así mismo, el beta pareció notar su incomodidad y le sonrió de esa manera que quizás lo tenía un poco enamorado.

—Quien debería preocuparte con el alcohol es NamJoon, porque yo de verdad no soy fan de esto —le dijo, adivinando sus pensamientos—, recuérdame buscarlo en un rato por cierto —JungKook asintió rápido.

—¿No cree que...?

—¿Ustedes dos quieren unirse? —ambos escucharon una voz cerca y miraron al alfa que se encontraba sentado en un círculo de personas, una botella en medio de ellos y todos parecían medianamente borrachos—. Nos faltan dos.

Ambos se miraron, JungKook se sonrojó y HoSeok hizo una mueca ligera.

—No estoy seguro... —dijo el beta—. ¿Tú que dices? —lo miró con curiosidad.

—Bueno, hum... —miró a los demás, negando con la cabeza y recordando a su madre decirle que no bebiera nada—. No lo sé, nunca he venido a estas fiestas y yo no...

—¿Nunca? —se rió un poco, mirándolo con sorpresa, JungKook ahora se sentía un poco avergonzado—. No puede ser, Kookie, vamos —viro los ojos y se levantó para sentarse con el grupo—. Vamos a probar —HoSeok parecía estar teniendo un ataque de confianza.

JungKook sintió su corazón latir rápido y siguió al beta, ambos sentándose junto al círculo sin estar muy seguros de lo que sucedería. Claro, el alfa se estaba muriendo de nervios porque habían diferentes vasos frente a ellos servidos con quien sabe que tipo de tragos y él podía imaginarse a su mami haciendo un berrinche porque no le hizo caso, incluso podía imaginarse a la alfa olfateando un poco y mirarlo con esa cara de seriedad que lo congelaba en su puesto.

—Hyung... —comenzó justo antes de que la botella se detuviera, señalando un vaso lleno hasta el tope de lo que parecía ser agua, o de lo que JungKook creyó que era agua.

—Bien, Jackson —comenzó una omega, mirando con ojos coquetos al alfa—. ¿Reto o bebida? —el alfa sonrió ladino.

—Reto, preciosa —dijo con seguridad.

—Quítate la camisa —soltó sin dudar, cada omega en el círculo comenzó a hacer comentarios y Jackson se levantó con la total seguridad que un alfa como él podría tener.

Con una cara de coquetería se quitó la camiseta, mostrando sus músculos. JungKook se sonrojó porque no quería imaginarse en esa misma situación, pero cuando miró a HoSeok, este parecía un poco atontado viendo al alfa antes de mirar a Jeon y reírse por la situación, rojo hasta las orejas.

Jackson modeló un poco, arrancando silbidos y piropos antes de sentarse nuevamente, su camisa entre sus piernas y una sonrisa socarrona que llegaba hasta sus orejas. Jeon sólo hizo una mueca con los labios, se notaba que ese chico sólo hacía un poco de ejercicio superficial.

Decidió quedarse callado y observó como el juego continuaba, algunos se negaban a hacer retos estúpidos y se tomaban un trago de alcohol, uno de ellos fue HoSeok quien se negó a quitarse alguna prenda de ropa y se vio obligado a tomar medio vaso de ron que lo atontó un poco. JungKook era el siguiente y con un poco de presión hizo girar la botella esperando que cayera en alguna bebida suave para no tener que cumplir un reto ridículo.

Observó aterrado como esta se detuvo en el vaso lleno de vodka que creyó que era agua en un principio.

—Oh, ¿tenemos a un temerario o no? —escuchó la voz de un omega, su rostro se veía lindo, lucía como un YoonGi mucho más adorable pero una sonrisa malévola decoraba aquella suave cara—. ¿Qué escoges, bonito?

—Uh... —podía sentir su corazón golpear fuerte contra su pecho, maldiciendo su suerte. Consideró seriamente qué tan malo podría ser beber un vaso grande de vodka y pensó que mínimo debería conocer sus opciones—. ¿Reto?

—¿Por qué no besas a alguno de nosotros, hum? —sonrió en grande, un par de omegas chillaron bajito—. Eso o puedes quitarte la ropa y bailarnos, agradece que te estoy dando opciones.

—JiHoon, te amo —dijo una, mirando con atención a JungKook y prácticamente comiéndoselo con la mirada.

El alfa estaba rojo hasta las orejas, sin saber qué demonios hacer, todos los omegas sentados alrededor parecían mirarlo con emoción, esperando alguna actuación increíble y él quería enterrarse en un agujero.

—Si quieres nos vam... —HoSeok comenzó pero lo callaron.

—Cállate, beta —dijo una omega con voz chillona, HoSeok se mordió el interior de la mejilla y bajó la mirada.

JungKook bufó, enojado. Si él hiciera alguna de esas cosas claramente ninguna sería para ellos, ellos quienes ignoraban su existencia cuando no se vestía como un chico normal. Los omegas que se creían mucho más importantes que los betas estaban completamente equivocados, HoSeok no podía ser callado de esa manera, y para sorpresa de todos, él se sentó frente a Jung.

El beta lo miró con sorpresa, casi parecía preguntarle qué estaba haciendo. Jeon trató de ignorar su corazón acelerado y se inclinó hacia delante, besando con rapidez los labios del beta.

Escuchó un par de quejas y bufidos enojados que lo hicieron sentirse satisfecho y se permitió sentir por unos segundos más los labios ajenos, sin moverse ni un poco hasta el tiempo que creyó suficiente, sin embargo, cuando estuvo a punto de separarse sintió los labios del beta moverse, pensó que estaba tratando de alejarse y lo hizo, pero el centímetro de distancia que formó fue automáticamente cortado por Jung quien presionó sus labios juntos de nuevo, esta vez comenzando con un vaivén suave que hizo a Jeon sentir todo su cuerpo quemar.

El alfa quiso sostener su rostro y abrir su boca, atacar sus labios con todas las ganas que había en su corazón pero no lo hizo, sólo siguió el ritmo que puso el beta; lento y suave, casi como si no pudiera creer que estuviera haciendo eso. JungKook sólo estaba disfrutando de la suavidad tanto como fuera posible sin saber qué demonios podría estar pensando HoSeok, amando el momento sin pensar en lo que podría pasar después.

Ambos se separaron de repente, mirándose con ojos sorprendidos. JungKook sintiendo su corazón a punto de salirse de su pecho, su cuerpo temblando entero sin piedad y HoSeok sólo lucía sorprendido, rojo hasta las orejas y su cuerpo completamente tenso.

—Joder —escucharon a alguien romper su burbuja—. Espero que a la próxima me beses a mi como lo hiciste con él —reclamó JiHoon luciendo jodidamente enojado.

—Él no hará eso —HoSeok murmuró casi con un hilo de voz y se levantó, tomando la mano de JungKook—. Vámonos —lo jaló lejos y dejando a todos con la boca abierta.

JungKook no sabía qué demonios harían ahora.

En el patio trasero, mirando las estrellas e ignorantes de lo que sucedía dentro de la casa, estaban JiMin y YoonGi. Ambos estaban sentados sobre el pasto, con sus cuerpos lo suficientemente cerca para sentir aquel calor ajeno que los tranquilizaba. Llevaban conversando sobre temas triviales hasta que el silencio reinó entre ellos cuando YoonGi comentó que las estrellas se veían hermosas, JiMin no pudo evitar admirarlas y ahora ambos soltaban comentarios sobre esos pequeños puntos brillantes en el firmamento; JiMin mirando al cielo y YoonGi mirando a su hermosa estrella favorita.

—Recuerdo que cuando era niño, pensaba que las estrellas bailaban en el cielo —dijo el omega, riéndose. YoonGi lo miró con ternura.

—Yo pensaba que eran lo más bonito que existía —comentó, JiMin lo miró con duda y él desvió la mirada—, luego vi que me equivocaba —le lanzó una rápida mirada a JiMin.

El omega pareció entender, sus mejillas sonrojándose.

—Hyung... —se rió, cubriendo su boca con su pequeña mano.

—¿Qué? No he dicho nada malo —actuó sorprendido, JiMin seguía riéndose adorablemente—. No sé qué estarás pensando JiMinnie, ¿por qué me miras así, uh? —el omega le dio un golpecito en el hombro, mirándolo con ojos brillantes y esa risa hermosa suya—. Ah, harás que me duela el corazón~.

—¡Yah~! —se quejó, completamente rojo—. Haré que Yeol le pegue —le dijo como broma y YoonGi se puso aún más pálido, provocando una nueva carcajada—. ¡Era broma!

—No digas esas cosas JiMin, pensaré que me odias —le dijo con una voz asustada, el menor no dejaba de reírse—. ¡No te rías de mí! —se quejó con un lloriqueo.

JiMin detuvo sus risas lo más que pudo, mirando con ojos traviesos a YoonGi.

—Lo siento, Hyung —le dijo, un tono de voz gracioso y juguetón que derretía el corazón del alfa—. No haré que Yeol venga por usted~ —asintió, YoonGi suspiró aliviado.

—Él ni siquiera me atacaría porque hice algo malo, sólo lo haría porque sí —hizo un puchero y JiMin lo miró con ojos de entendimiento.

—Él sólo necesita superar lo que sucedió —dijo y el alfa lo miró con curiosidad, JiMin separó ligeramente sus labios con sorpresa—. Oh, nunca le conté, Hyung.

—De hecho, lo había olvidado —confesó—, pero si no quieres contarme...

—Había prometido decírselo y quiero hacerlo —miró sus manos, jugando con sus pequeños dedos—. Si usted quiere, lo haré ahora...

YoonGi se cruzó de piernas, mirándolo con ojos de apoyo y JiMin pudo sentirse con la suficiente confianza para comenzar a hablar.

—No quiero hacer la historia larga, solo... —tomó aire—... en mi otra escuela solía tener muchos amigos, pero había un alfa al que parecía agradarle mucho —una pequeña sonrisa ladina se formó en sus labios, una que no llegó a sus ojos—. Él era bueno conmigo y me llevaba muchos regalos, aún no había tenido mi primer celo y no pensaba mucho en eso, nunca pensé que fuera la gran cosa —suspiró.

YoonGi comenzó a sentirse incómodo de repente, una sensación extraña formándose en su pecho y alterando a su alfa.

—Un día... fui a la escuela y me sentía extraño, pero no sabía por qué, entonces lo ignoré y seguí con mi día... él apareció de repente cuando las clases terminaron, yo me sentía realmente mal y me di cuenta que estaba en celo, estaba oliendo demasiado y... ya sabe... los omegas y el lubricante —se rió un poco avergonzado.

YoonGi no pudo evitar formar una mueca de preocupación, JiMin no lo miraba a los ojos y quiso decirle que podía detenerse si quería pero necesitaba saber lo que sucedió y calmar a su corazón preocupado. Sólo colocó su mano en la cintura ajena, diciéndole que estaba ahí.

—Él cerró la puerta del salón —continuó—, yo estaba asustado, me sentía muy pequeño y comenzó a usar su voz de mando... pensé que no iba a poder defenderme —se calló un par de segundos, YoonGi se inclinó sobre JiMin con cariño y su aroma relajó al omega—. Yo confiaba en él, pero me sujetó con mucha fuerza y dijo muchas cosas, parecía casi poseído, no lo sé... —apretó sus labios—. Pero ChanYeol siempre debía ir a buscarme, se asustó cuando no me vio y comenzó a buscarme... lo siguiente que recuerdo es un fuerte ruido y varios golpes, para cuando pude darme cuenta Yeol estaba llevándome a un hospital... ése alfa estuvo a punto de marcarme... —acarició su cuello, en donde reposaba una marca casi invisible que era la representación de un intento fallido.

YoonGi pudo sentir sus instintos gritar, cada fibra de su cuerpo le gritaba que se levantara y buscara a ese tipo para matarlo a puñetazos, definitivamente entendió a ChanYeol y a sus padres, entendió la incomodidad de JiMin con la gente y su mirada de timidez cuando los alfas se le acercaban en el instituto. No necesitó más explicaciones para saber por qué lo cambiaron de escuela o para saber por qué su madre se veía tan dudosa, mucho menos para dedicarse a abrazar al omega, su lobo aullando en necesidad de protegerlo. JiMin correspondió el abrazo, sonriendo suavemente a pesar de la historia recién contada.

—Yo jamás te haría algo como eso —sintió que debía decirlo.

—Lo sé —murmuró.

—De verdad, te prometo que te cuidaré con mi vida —las mejillas del omega se encendieron en rojo—. Nunca te sentirás asustado de nuevo, jamás, y yo no seré como Yeol, te cuidaré como debe ser...

JiMin podía sentir su corazón latir eufórico, aquella declaración estaba siendo demasiado para su corazón.

—Hyung, sé que no todos los alfas son iguales —dijo cuando el alfa se separó para mirarlo a los ojos, un par de ojos preocupados y llenos de amor que lo miraban fijamente y tan intensamente que solo pudo sentirse feliz—, sé que no todos me harán daño... sé que usted no me hará daño, pude entenderlo pero Yeol no quiere hacerlo...

—JiMin —YoonGi lo llamó—, haré que entienda —dijo con seguridad—, haré que todos lo entiendan , ¿sí?

—Hyung...

—Me gustas muchísimo —confesó, provocando que el corazón del omega diera un vuelco—. Tanto que podría pasar por los puños de ChanYeol las veces que sean necesarias para que me permita estar contigo y cuidarte, tanto que quiero besarte ahora mismo y darte tanto amor como sea posible.

JiMin apretó sus labios y no pudo soltar una risa nerviosa, escondiendo su rostro en el cuello de YoonGi en donde su aroma se sentía tan fuertemente como sus sentimientos por él. Se sentía tan feliz que no sabía qué decir más que...

—Usted también me gusta mucho, Hyung —confesó con una voz pequeña, abrazando al alfa con fuerza.

YoonGi lo abrazó con la misma fuerza, como si en cualquier momento fuera a desaparecer, ambos restregaron sus rostros con el cuello ajeno, impregnando sus olores juntos sin darse cuenta, simplemente disfrutando de aquel hermoso momento. Terminaron recostados en el pasto, rodando entre risas, haciendo una pequeña lucha por quién se mantenía arriba, lucha que YoonGi ganó. JiMin no paraba de sonreír, y YoonGi tampoco, mientras lo miraba con ojos de un estúpido enamorado.

—Me gustas —confesó de nuevo.

—¡Hyung! —se rió, cubriendo sus mejillas completamente rojas.

Lentamente y tomando por sorpresa al omega, YoonGi se inclinó hacia delante y JiMin borró su sonrisa con suavidad, sus ojos cerrándose al igual que los de YoonGi.

—Me gustas mucho... mucho...

Ambos suspiraron cuando sus labios chocaron lentamente, YoonGi se acercó más al cuerpo ajeno sobre el pasto, moviendo su boca con experiencia sobre los suaves y esponjosos labios ajenos que sólo seguían el movimiento con timidez. Las pequeñas manos de JiMin se colocaron en las mejillas del alfa para sostenerlo ahí, abrió y cerró un poco más su boca en un intento arriesgado, un intento que YoonGi tomó como impulso para acercarse un poco más, su boca chupando con suavidad el labio inferior de JiMin antes de moverse con más intensidad.

—¡Oh! —ambos se separaron y miraron hacia el ruido, encontrándose con un NamJoon que se tambaleaba—. ¡Es un.... hip... milagro! ¡Hagamos un brindis! —levantó su vaso lleno.

—¿NamJoon? —YoonGi preguntó con más preocupación de la que esperaba, ambos sentándose en el pasto.

—¿Quién más, idiota? —se rió, apoyándose en una pared antes de tomarse un trago largo de su vaso.

YoonGi se levantó de inmediato mientras JiMin tocaba sus mejillas y trataba de detener el temblor de sus piernas. El alfa lanzó el vaso ajeno al piso y NamJoon lo miró con indignación.

—¡Deja esa mierda, mira como estás! —le reclamó, NamJoon miraba su vaso en el piso—. ¿Dónde están los demás? ¿Por qué no están contigo?

—Tu estas disfrutando de tu... tu mocoso y yo... no necesito que me cuiden —sus palabras eran apenas entendibles—, ¿no puedo disfrutar de mi...? —su queja se detuvo cuando una arcada apareció y el vómito lo hizo inclinarse contra la pared de la casa

JiMin se levantó y corrió al lado de YoonGi, tratando de ayudar a NamJoon a no caerse de cara contra el suelo.

—Joder, NamJoon, ¿acaso no aprendes? ¿Te gusta estar así? —le reclamó enojado.

—Hyung, creo que no es el momento —le dijo JiMin, sus ojos preocupados hicieron al contrario calmarse—. Debemos llevarlo a casa.

—¡No me van a...! —NamJoon tuvo otra arcada, devolviendo lo único que parecía estar en su estómago.

—¡J-Joder! —TaeHyung apareció de repente, no se veía sobrio pero sí más consciente que NamJoon—. Maldición, lo encontraron —YoonGi lo miró con ojos enojados, casi parecía estar a punto de golpearlo—. No me mires así, se desapareció de repente y cuando lo deje estaba más sobrio que yo —se excusó—, cuando le dije que paráramos se fue enojado.

YoonGi tomó aire, enojado.

—Iré por HoSeok y JungKook, cuidado —dijo metiéndose a la casa, JiMin acariciaba la espalda del omega esperando que las náuseas se fueran y TaeHyung se apoyó sobre la pared, tratando de alejar el dolor de cabeza.

YoonGi se metió entre la gente, llamando a JungKook y a HoSeok, levantando su cabeza entre las personas y maldiciendo el hecho de que la casa fuera tan grande. Por un segundo se chocó con alguien y se disculpó, pero cuando vio quien era su cara cambió a una un poco incómoda.

—Oh, lo siento Baek —le dijo rápido, el omega frunció el ceño con fuerza—, no puedo hablar, tengo que... —recibió una cachetada.

—¡No tengo nada que hablar contigo! —el omega se alejó con toda la dignidad que pudo, y el alfa se sostuvo la mejilla por el dolor.

—Bueno me lo merecía, pero joder... —murmuró, metiéndose entre la gente.

YoonGi maldijo y estuvo a punto de irse de ahí sin ninguno de los dos, pero se detuvo cuando vio a un par de personas besándose en uno de los rincones más apartados de la casa, las manos del más alto sostenían la cintura ajena y el que parecía estar empotrado contra la pared respondía a los besos del contrario con toda la intensidad del mundo, sus manos enrolladas en el cuello del otro. Ambos se veían completamente concentrados en su mundo y YoonGi apretó los labios cuando se dio cuenta que sí eran ellos dos.

—Eh... Hey —ambos se separaron rápido, actuando como si nada sucediera—. Nos vamos —señaló la puerta con su pulgar, su rostro consternado.

—Sí —HoSeok dijo, su voz temblando—. Vamos —trató de sonreír.

JungKook solo asentía.

YoonGi tomó aire y se dio la vuelta, tratando de borrar esa imagen de su cabeza.

No se demoraron mucho en salir de la casa, JungKook y YoonGi ayudaban a NamJoon a caminar y esperaban que no les vomitara encima, todos parecían estar medianamente destruidos menos JiMin, quien lucía igual de lindo que siempre, caminando junto a YoonGi por si necesitaba ayuda. TaeHyung se quejaba de la migraña mientras colocaba su brazo alrededor de los hombros de HoSeok, quien parecía más tenso que de costumbre y YoonGi no podía evitar sentirse jodidamente incómodo después de lo que había visto, aunque bueno, NamJoon cortaba la tensión del ambiente con comentarios ridículos como "quiero un helado con sabor a amarillo" que los hacían reír.

A pesar de todo, ninguno parecía estar consciente de que muchas cosas cambiarían a partir de ese momento.

ChanYeol observó con confusión como su madre estaba sentada en la sala, concentrada en su celular como si estuviera esperando algo, él juraba que ella estaría dormida para ese momento. De inmediato se acercó a ella, mirándola con clara duda.

—¿Mamá? —la mujer pegó un pequeño brinco—. ¿Qué sucede?

—¡Nada! —dijo ella, parecía sorprendida—. Todo está bien... —se levantó, mirándolo con nervios.

—Mamá, eres malísima mintiendo —le dijo casi riéndose.

—En serio, de verdad que no...

De repente, ChanYeol pareció darse cuenta de que el olor de su hermano no se sentía por ninguna parte.

—Mamá, ¿dónde está JiMin? —ella palideció ante la pregunta y ChanYeol automáticamente reaccionó como toro enojado.

—Eso no es de tu incumbencia —el alfa apretó la mandíbula y se dio media vuelta—. ¡ChanYeol!

—¡Papá! —corrió a la habitación del hombre y ella lo siguió entre quejas.

—¡No despiertes a tu padre!

Sin embargo, antes de poder siquiera llegar a la puerta, el hombre ya estaba saliendo de su habitación, preocupado porque había sentido el susto de la mujer desde su lazo y al ver ambas miradas frente a él, supuso que algo estaba sucediendo.

—¿Qué demonios...? —el lazo, aunque muchos no lo supieran, podía transmitir más que solo sentimientos, más aún si los pensamientos eran realmente fuertes y ella no podía evitar pensar en su hijo menor—. ¿Cariño, dónde está JiMin? —preguntó.

Ella se congeló en su sitio, incapaz de responder. El miedo no era por ella misma, porque su esposo jamás le tocaría un pelo con ánimos de lastimarla, su miedo era por el regaño que recibiría su pequeño y el enojo de ChanYeol al enterarse de lo que sucedía, las consecuencias estaban viéndose aterradoras y lo que menos quería ella era que YoonGi o JiMin salieran afectados..

—Escucha, no te enojes, él debería llegar en unos minutos —comenzó y el rostro de Chan pareció encenderse en fuego.

—¡¿Lo dejaste...?!

—ChanYeol —su padre lo calló, tratando de mantener la calma—. Dime dónde está JiMin para que Yeol lo vaya a buscar —dijo con seriedad, la mujer tomó aire.

—No, YoonGi dijo que...

—¡¿YoonGi?! —Yeol exclamó.

—¿Lo dejaste ir con un alfa? —el hombre estaba comenzando a enojarse, ella asintió con seguridad—. ¡¿En qué demonios....?!

—¡Él estará bien, conocí a YoonGi y confío en que no sucederá nada! —Yeol llevó ambas manos a su cabello de pura desesperación, pero ella mantuvo su postura—. ¡Ellos prometieron llegar justo a las...!

De repente, escucharon la puerta abrirse un poco.

—Diez...

El padre de JiMin caminó rápido hasta la puerta y la abrió de par en par, encontrándose con un JiMin asustado y un YoonGi sorprendido. Ambos se congelaron en su puesto y el hombre los miró duramente con los ojos más furiosos que pudo hacer en ese momento. JiMin pareció querer decir algo en su defensa, pero el hombre lo tomó del brazo y lo metió a la casa antes de volver a mirar a YoonGi.

Sin embargo, el alfa no huyó.

—Uh... s-señor Park, e-es un gusto, yo soy... —fue callado cuando la puerta se cerró en su cara.

El padre de JiMin miró a su familia con ojos serios, JiMin fue directamente con su madre y ella lo tomó del brazo completamente de su lado. ChanYeol esperaba el regaño del siglo para que entendieran de una vez por todas que todo se estaba saliendo de control, y no iba a negar que también esperaba que le dejaran salir a buscar a ese alfa imbécil.

—¿Qué hora es? —le preguntó a su hijo menor, su voz parecía controlada.

—Las nueve y cincuenta y nueve —dijo JiMin después de revisar rápidamente su celular, sus ojos mirando el piso y su voz pequeña delataban que tenía miedo.

Su padre asintió lentamente.

—YoonGi es un buen chico, escucha... —comenzó su madre.

—Eso lo decidiré yo —dijo serio y con voz firme, la mujer lo miró extrañada y JiMin sintió su corazón dar un vuelco—. Traelo el próximo fin de semana, que venga a cenar —fue lo último que le dijo a JiMin antes de dirigirse a su habitación.

ChanYeol lo miró con incredulidad, casi riéndose porque todo eso parecía un ridículo chiste. Su madre miró a JiMin y este no pudo evitar chillar un poco por la emoción, ambos abrazándose.

ChanYeol comenzó a desesperarse.

—¡Pero papá...!

—Vamos a dormir, Yeol, guarda silencio —le dijo, antes de entrar a su habitación.

Fuera de casa, YoonGi miraba a todos con tristeza, NamJoon había sido dejado en casa antes y suponía que quizás los padres de JiMin le estaban dando el regaño de su vida, sin embargo, un mensaje lo sorprendió.

Chat con:

💞EL AMOR DE MI VIDAAAA💞

«Hyung, todo está bien»

«Mi papá lo invitó a cenar :D»

Y ahí, a las diez de la noche de un extraño y frío domingo, HoSeok y JungKook trataban de levantar a YoonGi del suelo mientras TaeHyung se reía a más no poder porque el alfa parecía haberse desmayado.

En definitiva, había sido un gran día. 

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