Mi Secuestrador©

By _PaolaVS

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Melanie es una chica de 23 años, no es la típica chica popular de la universidad, no tiene una vida de lujos... More

Sinopsis
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Reparto
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capitulo 35
Capítulo 36
Capitulo 37
Capitulo 38
Capitulo 39
Capítulo 40
Epílogo
¡Gracias!

Capítulo 29

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By _PaolaVS

Alicia

Me encontraba viendo televisor, si, al fin me he tomado un descanso de mi madre, vaya que si molesta y es muy exigente. ¿Saben? Esto de trabajar, estudiar y encargarme de las cosas de la casa sin él apoyo de alguien, es bastante tedioso y difícil. La película que estaba mirando recién acabo lo que significaba que era hora de ir a cocinar para mi madre aunque ¿saben una cosa? No se para que si siempre termina tirándola y diciendo "Melanie era mejor que tú" uy cuanto la odio. Me puse de pie y cuando estuve por apagar el televisor una noticia del programa de chismes me llamo la atención muchísimo.

–"señoras y señores si están de pie tomen asiento, ¿a qué no saben a quien me encontré en el centro comercial? Y no andaba solo, no no no"– una fotografía de Melanie junto al tipo con el que la llevo a la universidad la última vez que la vi apareció en el televisor, la sorpresa me invadió totalmente.

–¡madre! Ven aquí mira la traidora de Melanie en el televisor apresúrate–

–ya voy ya voy– apareció en la sala con unos rulos y una mascarilla verde en la cara, al parecer sigue malgastando el dinero en esas cosas absurdas del "anti-envejecimiento"

–¿sigues con esas tonterías?– pregunté mirándola mal.

–cállate y escucha–

–"...así como lo ven y escuchan amigos, el poderoso magnate Alejandro Rousseau ya no está solo si no que muy bien acompañando por la hija del empresario multimillonario Miguel Moretti, su nombre es Melanie Moretti ¿será amor del bueno? ¿O un simple truco de corporaciones? No lo sé Mary, a mi me parece que es del bueno, tú qué opin..."– apague el televisor. Estoy tan molesta, echo humo por las orejas ¡como es que lo hace!

–¡estoy tan molesta! ¿Como es que está imbecíl lo hizo?– grite molesta ¿como diablos hace?

–seguro le abrió las patas a la primera, se le notaba lo regalada mosquita muerta– hablo mi madre sentándose en el sofá cruzando sus brazos.

–oh madre eso sí que no, se suponía que todo lo mejor era para mi– suspire, el odio sé ha apoderado de mi por completo –me las pagará–

–¿sabes que creo? Todos se fijaban en ella por su físico y su supuesta increíble belleza ¿sabes que vamos a hacer?–

–no madre, no lo sé y déjate de filosofías que ni siquiera terminaste la secundaria– hablé escupiendo palabras con odio e ira en dirección de ella. Ella negó y rio.

–ay mi pequeña Alicia, no pareces hija mía– dijo poniéndose de pie parándose a mi lado y pasando su brazo por sobre mis hombros –imagina esto– puso su mano abierta frente a mi como si estuviese enseñándome el futuro o algo así.

–habla ya madre, me desesperas–

–a eso voy, imagina esto... nos colaremos en su vida como si fuésemos víctimas y necesitamos de ella– pauso y junto sus manos– luego tú con todo tu potencial y yo con mi inteligencia vamos a averiguar porque y qué es lo que le gusta a él de ella y se lo quitaremos entonces tú cariño tendrás la grandeza y todo lo que algún día quisimos, la dejaremos humillada y horrorizada– termino de hablar parándose de frente a mi.

–madre eres tan inteligente– dije abrazándola.

–lo sé cariño, las calles me forjaron– dijo y se fue a su habitación no sin antes decir –prepárate para hacerte la víctima, mañana iremos con ella– y con eso se fue. ¡Mi madre es una genio!  

Me sentía emocionada, al fin esa mosquita muerta iba a saber lo que se siente la miseria, haré que pierda todo lo que a obtenido y luego haré que sea mío, todo mío incluso su hombre ¡como que me llamo Alicia DiMontes! Dios santísimo mañana será un gran día. Me puse de pie dispuesta a irme a mi habitación pero antes escuché el grito de mi madre decir:

–ni creas que porque mañana vamos a salir de esta miseria y tendremos gente de servicio significa que no cocinarás, muero de hambre–

–¡pero mamá...!– hice berrinche volviendo a la cocina.

–nada de peros jovencita, anda– escuche por último y justo cuando estaba a punto de entrar en la cocina volvió a hablar –¡que sea comida italiana nena, extraño nuestra cultura!–

Oh por favor esta mujer va a matarme, si no fuera porque es mi madre no sé qué cosa o qué barbaridad ya le hubiese hecho hace muchísimo tiempo. ¡Pero oigan! Al menos la comida de nuestra cultura es bastante simple y deliciosa.

...al día siguiente...

Bien, estoy tan emocionada que puse incluso una alarma, si lo sé soy una exagerada, pero mi madre el día anterior cuando cenábamos dijo y cito:

–"mañana levántate temprano, ponte lo mejor que tengas, cuando estemos allá te dire que harás"–

Y aquí estoy, a las seis de la mañana con el cabello húmedo buscando el atuendo ideal. Opte por ponerme una mini falda de pequeños lunares blancos y negros ajustada en la cintura y cae estilo tul, junto a una blusa al ombligo de mandas largas de color negra y unos flamantes tacones estilo botines negros, simplemente hermosa como siempre. Seque mi cabello y luego lo planche. Hice un maquillaje como los que se hacía Melanie, según mi madre debía lucir como ella a mi estilo. Tome mi abrigo de felpa, es de esos que es de tiro largo, y un gorro de lana. Me mire en el espejo:

–Dios, mírate nena eres toda una diosa, ahora a acabar con Melanie hermosa– me aventé un beso al aire a mi misma y luego salí hacia mi madre que ya estaba apresurándome.

–aquí estoy– dije y ella se quedó viéndome con adoración.

–esa es mi nenita, hermosa como su mami. Bien vamos el autobús pasa a las 7, en el camino te dire el plan– dijo tomando su bolso y me quede estática ¿autobús? ¿Como demonios se supone que esparciría todo este glamour de pasarela en un autobús? Maldición.

–madre, ten por favor un poco de decencia y pide un Uber, o un taxi no lo sé– dije caminando a la nevera, estamos escasas de comida y la verdad es que mi salario de mierda como mesera no me alcanza para nada. ¡Odio a Melanie! Se fue y nos dejo sin un quinto.

–maldición Alicia, estamos en la inmunda, tenemos suerte si convencemos a la ridícula de Melanie a que nos deje quedarnos en su casa– dijo furiosa –solo tengo dinero para ir, si no nos cree el teatrito tendremos que volver caminando– recriminó tomando su bolso saliendo de la casa.

–pero...–

–trae tu inútil y pálido trasero aquí y muévete, tenemos mucho que hacer– dijo encendiendo un cigarrillo. Camine a su lado y le arrebate el cigarrillo tirándolo al pavimento.

–sabes que no me gusta que fumes madre– hablé caminando como modelo de Victoria Secret, escuche a mi madre seguirme de prisa.

–no lo hiciera si no molestaras con tanta insolencia Alicia, ¡maldición nunca haces lo que digo!– sé que estaba alterada así que mejor la deje en paz para que bajara sus revoluciones, es mejor que esté tranquila no quiero arruinar el plan.

–lo lamento madre– dije tomando asiendo en la estación del autobús. Unos minutos más tarde llego y para nuestra suerte estaba vacío. Tomamos lugar hasta atrás en una esquina y mire a mi madre.

–¿qué? Espera se me pasa un poco el enojo, es un largo viaje así que dame un momento–

...dos horas más tarde...

Bajamos del autobús luego de dos horas de camino, siento mi trasero adolorido. Bien no esperaba que este hombre viviera en medio de la nada con la estúpida de Melanie ¿quien demonios está por tanto tiempo lejos de la ciudad? Mi madre ya me había dejado claro el plan hace unos veinte minutos atrás.

–¿y bien donde está la casa?– mire a los lados.

–oh cariño, está a diez minutos de aquí a pie, así que toca caminar anda– hablo empujándome ¿¡Qué!?

–¿mamá qué demonios te pasa? ¿Que no ves los zapatos que traigo?– pregunté con ironía haciendo berrinche, no puedo creerlo esto es indignante.

–no me hagas enojar otra vez, y valdrá la pena. Vamos mueve tu flacucho trasero– no discutí más con ella porque no tiene caso, mejor comencé a caminar.

• • •

Después de unos doce minutos caminado, más o menos estábamos frente a un gran mural de color café y se miraba muy lujoso, aquí debe ser.

–¿y la entrada madre?–

–justo allí, anda camina– dijo y me seguía empujando. Justo antes de llegar comencé a retocarme.

–¿como me veo?–

–bien mi nena, no se nota que tuvimos una ardua mañana y ya sabes haces todo como te dije y al pie de la letra si no quieres volver caminando–

–está bien– nos paramos en la caseta de seguridad y suspire poniendo mi cara más triste.

–buenos días ¿se encuentra la señorita Melanie?– pregunté llorando, la verdad es que soy muy buena actriz.

–¿Quien la busca?–

–dígale que es su hermana Alicia, necesito hablar con ella urgentemente– simule limpiar mis lágrimas y el hombre me miraba con cara de preocupación. Unos minutos más tarde el portón que conduce a un bonito camino para peatones se abrió y enseguida entré seguida de mi madre que estaba en personaje.

Había un inmenso jardín delantero, que también tenía una fuente en el centro, un árbol hermoso y muy grande a lo lejos, pero era tan grande que brindaba sombra a la mayor parte del lugar aunque se notaba de un color naranja por la temporada. Habían varias camionetas lujosas estacionadas por el lugar y mucha, cuando lo digo no exagero, mucha seguridad por doquier. Habían también lindos rosales por todo el lugar de la entrada de la casa y todo eso. Hermosas flores adornaban el lugar por completo, es increíble que con este clima no palidezcan al parecer las cuidan muy bien y dedican mucho tiempo, deben haber muchas empleadas en esta casa y que digo casa puedo apostar a que en la parte trasera debe haber una piscina o algo.

Continuamos el camino y toque el timbre, cabe mencionar que también hay demasiadas cámaras. Unos minutos más tarde Melanie habría la puerta riendo, se veía muy risueña y hermosa debo admitir ¡pero a eso he venido! A quitárselo. En cuanto me vio su buen humor desapareció y comencé mi actuación.

–¿qué hacen aquí tan temprano?– hizo una pausa y medito –más bien ¿qué hacen aquí par de arpías?–

–¿quien es cariño?– preguntó un hombre mientras se paraba a su lado. ¡Es él! Alejandro Rousseau. Ambos estaban con batas, al parecer estaban durmiendo o algo.

–un par de arpías, ya se iban– estaba a punto de cerrar cuando comencé mi espectáculo.

–¡no! Espera hermana por favor me vestí elegante para no desagradarte, como ahora eres rica– hablé sollozando –es solo que veníamos a pedirte que nos ayudaras, nuestra casa se incendió y no tenemos donde ir ni a nadie más. Por favor no nos dejes en la calle, no tenemos dinero ni nada más, mamá se ha enfermado porque llevamos días en la calle, tuve que ducharme en la universidad por Dios– seguí sollozando aún más fuerte que antes, ella me miraba con preocupación, creo que se lo ha creído, maldita estúpida.

–de acuerdo de acuerdo, solo lo haré con una condición– dijo cruzando sus brazos.

–¿cual?– hablé "esperanzada" ya estábamos dentro. Una oleada de aire frío nos golpeó y mi gorro salió volando, mi madre aprovechó la ovación y comenzó a toser haciéndose la enferma.

–que sirvan como empleadas de servicio doméstico, el personal está de vacaciones y necesitamos la ayuda extra y ustedes el dinero así que no le veo lo malo– dijo y el odio e ira que siento por ella se encendió más. Mire a mi madre que abrió los ojos muy grandes dándome una afirmación y con la voz más fingida de agradecimiento dije:

–gracias hermana, que Dios te bendiga mucho– hablé y nos invitaron a pasar, diablos el tamaño de este recibidor es del grande de nuestra sala de estar, este lugar derrama lujo por cualquier esquina que mires, aunque está bastante oscuro para mi gusto.

–bien empiezan el lunes, estarán en este lado de la casa y no– hizo una pausa y nos miro seriamente a ambas –no tocarán nada ¿han entendido?–

–si Melanie, estamos cansadas por favor serías tan amable– dije con mi papel de víctima aun mi madre tosió para que fuera más creíble –mi madre necesita descansar un poco, llegamos aquí caminando–

–está bien vamos– dijo comenzando a subir por el lado izquierdo de las escaleras, porque son dos lados, la casa o más bien el nivel de habitaciones está bien dividido. Tiene unos tres niveles está casa y la escalera izquierda no llega hasta allá.

–¿qué hay en el otro lado?– pregunté con curiosidad. Casi olvido mi papel, recibiendo una mirada de mal gusto de parte de Melanie.

–no preguntes, tú solo asegúrate de no ir allá este es el lugar de las personas de servicio. Y hazme un favor– dijo girándose una vez estuvimos arriba –no me dirijas la palabra, hago esto por Luisa porque a pesar de todo si me dio techo, porque un hogar no es lo que era exactamente vivir con ustedes– dijo llevándonos a la última habitación del pasillo. Era la más alejada de todas.

–¿me prestarías ropa? Y algo de comida para mi madre– hablé y asintió.

–una de las chicas que aún está aquí les llevará comida y ropa, a la primera se van de aquí ¿capicci?–

–si si, entendido– nos dejo en la habitación y cerro la puerta, desde afuera se pudo escuchar como decía a alguno de los tantos hombres de seguridad "no las dejes salir de aquí, y vigila que no maltraten a Jane y Amber". ¡Oh genial! No puede ser.

–bien, ya estamos con un pie dentro y el plan en marcha, trataré de investigar qué harán hoy para ver cuánta oportunidad tenemos– dijo sentándose en la cama encendiendo otro cigarrillo.

–algo de esta casa no se, no me gusta– dije cruzando mis brazos, cuando de un momento se abrió la puerta de golpe dejando ver a una señora y una chica joven a su lado con un carrito.

–tengan, la señorita Melanie envía todo esto para ustedes, a las doce servirán el almuerzo por si desean bajar a comer, para eso si tienen permiso– sonrió amable y seguía a retirarse, pero luego se volvió a mi madre la chica joven y camino hacia ella –señora no está permitido fumar en esta casa– le arrebato el cigarrillo y salió de la habitación.

–cuando seas la dueña legítima de este lugar me dejarás fumar donde quiera– dijo poniéndose de pie yendo a revisar todo lo que nos dejo la amable señora.

–sabes que odio que fumes–

Melanie

Es increíble que ahora debo, porque es la palabra que tengo que usar puesto que Luisa me dio techo durante muchos años de mi vida, debo devolver el favor. Me encontraba con Alejandro en la habitación, no se porque algo en esas dos me tiene preocupada.

–oh vamos, solo vinieron porque no tienen donde más ir, no pienses tanto en eso– hablo volviendo del baño con solo su ropa interior, bueno aunque ambos estábamos iguales hace un rato tomábamos una ducha. Los yacuzzi son muy divertidos. –lo que si me deja un poco atónito es como dieron con mi casa?

–bueno eso es cierto– dije poniéndome de pie yendo en dirección al armario, iría a ver a Lía y en la noche tendríamos la fiesta de disfraces en su empresa. Me detuvo de la cintura y me acercó a él.

–¿porque no te quedas?– pregunto comenzando a dejar besos por mi cuello, está tentándome lo sé, pero quede de acompañar al obstetra a Lía y no quiero llegar tarde.

–cariño debo ir con Lía, prometo regresar antes de las tres de la tarde– dije devolviéndole los besos que me daba, pero no debía, tengo que ir con Lía. Me separé de él y sonreí para seguido buscar algo de ropa.

–te salvaste solo por esta vez, que no se te olvide lo que me hiciste el jueves en la tienda de disfraces– dijo moviendo su dedo. Me reí y solo dije:

–espero que tu venganza sea realmente buena– y seguí lo que hacía. Saque un overol de tela suelta de color gris que quedaba unos cuatro dedos sobre el tobillo, era muy bonito. Luego busqué una blusa de mangas largas negra y mis usuales zapatillas Nike blancas. Una vez con la ropa volví a la habitación y la puse sobre la cama para poder ponerme loción.

–¿puedo ayudar?– preguntó Alejandro detrás de mi, ahora ya está vestido,trae un buzo negro y un pantalón a juego con unos calcetines ¿rosa?.

–si, claro– dije entregándole el frasco donde viene la loción. Y comienza a ponerla por toda la parte trasera de mi cuerpo causándome risa.

–oye ¿donde iras con Lía?–

–iré a acompañarla al obstetra, es su última consulta antes de que dé a luz– dije ahora poniéndome loción yo en la parte delantera –¿porque traes mis calcetines? Ni siquiera te quedan– reí mientras me ponía la blusa y luego el overol.

–bueno son lindas, aparte si me quedan, apretadas pero me quedan– dijo riendo y recostándose en su cama con su laptop. Reí ¿es enserio? Tome dos argollas de plata y puse una en mi dedo meñique y pulgar. Deje mi cabello suelto como lo uso habitualmente y como es lacio lo deje al natural, me puse los zapatos y tome la mochila que utilizo de bolso.

–bueno, está belleza se va. Que tengas buen día mi vida– dije despidiéndome de mi hombre, rápidamente baje las escaleras y me llego un mensaje de texto de parte de Lía. Que decía que me esperaba en su casa, quedamos de que me esperaría en el consultorio pero al parecer Francis no la llevo o ella quiere que vayamos juntas.

Alicia

Logre escapar de la habitación y de paso de mi madre porque ya me tenía harta. Iba caminando por los pasillos del lado izquierdo donde me encontraba. La verdad es que es bastante aburrido ¿que estará haciendo el papasito de Alejandro? La verdad es que ese hombre es un Dios, y sin una diosa a su lado da tristeza, pero no se preocupen que esa diosa soy yo y he llegado a reclamar mi lugar. Había bajado las escaleras del lado izquierdo y me dirigía hacia el otro lado cuando una voz me detuvo:

–¿estás buscando a alguien?– era otro chico igual, o hasta me atrevería a decir que más guapo y caliente que Alejandro. ¿Que acaso este lugar solo está lleno de hombres irresistibles?

–te estuve buscando a ti todo este tiempo papasito– dije tocando el borde de mi mini falda.

–¿disculpa?– preguntó claramente ofendido, oh vamos ¿qué tipo de hombres son?

–nada, ¿sabes dónde está Alejandro?– pregunté y elevó su ceja.

–seguro está con su novia, ¿quien eres y qué haces acá?–

–soy hermana de Melanie, así que tengo tanta autoridad como ella así que más respeto– dije con aires de superioridad.

–oh yo cariño, soy Francis el jefe de seguridad y juraría que Melanie no tiene hermanas sólo una perra y aprovechada hermanastra pero bueno, es un placer– dijo y enseguida iba a retirarse.

–Francis hermano te necesito ¿puedes venir?– oh era la voz del papasito mayor.

–claro de una vez, permiso Alicia– dijo pasando por mi lado empujándome adrede, oh una venganza más anotada.

–propio Francisco– dije y me retiré, juro que cuando vuelva a ver a Alejandro le sacaré información.

...al día siguiente...

Bien ayer se fueron disfrazados y la verdad es que se miraban malditamente bien, ambos parecían modelos de revista y eso me hirvió la sangre. Son eso de las dos de la tarde y escuché que Alejandro trabajaría el día entero en su oficina que está aquí en la casa y que la imbecíl de Melanie iría con Lía que ahora se que es la mujer del papasito dos y está embarazada ¿que zorras verdad? En fin.

Justo ahora estoy tomando una ducha, planeo meterme entre ellos sea como sea y mi primer paso es aprovechar que me han dejado sola, mi madre tampoco está así que es perfecto. Luego de tomar una ducha utilice mi loción, esa que siempre vuelve loco a los chicos. Luego me vestí con un short muy ajustado y una blusa de tirantes. Solté mi cabello y baje a su oficina. Toque dos veces y al escuchar un "pase" entre sin pensármelo dos veces. Me miro y así se quedó durante un corto rato.

–¿qué necesita? Estoy algo ocupado— dijo volviendo a mirar sus papeles, lo sabía ninguno se resiste a este cuerpo de infarto.

–pues solo quería conversar, nada más–

–bien señorita la escucho– dijo quitándose unos lentes que lo hacían ver tan sexy y movió lo que hacía a un lado.

–es más bien una pregunta– pause y asintió alentándome a qué siguiera –por cierto puedes llamarme Alicia, ¿qué es lo que te gusta de Melanie?– pregunté inclinándome hacia al frente un poco. El me miro y sonrió de lado.

–¿que no me gusta de esa mujer?– pauso y volvió a hablar –amo su cabello, su sonrisa la manera en como es ella lo coqueta que es siempre, todo en ella me enloquece– hablo de ella como si aludiera a una diosa por Dios santo.

–¿es enserio?– pregunté con ironía poniéndome de pie.

–muy enserio, ¿a eso venia señorita?– pregunto elevando una ceja.

–no, pero viendo como hablas mejor no haré nada de lo que vine a hacer aquí, buen día– dije yéndome de ese lugar echando humo.

¡No puede ser! Me las pagará la niñata está creída, ¿que se cree? Acabaré con esta mierda de relación, como que me llamo Alicia DiMontes. Oh si señor.

(...)

Ay las ocurrencias de Alicia!

Paola's Out🇵🇷💙

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