Promise┊Chaelisa

By PassionKisser

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Donde Roseanne y Lalisa son amigas desde pequeñas, y mantienen la promesa de no olvidarse jamás. ➷Personajes... More

Prólogo
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By PassionKisser

Al día siguiente la tía Dara y Minji nos despertaron personalmente entre gritos emocionados. Si según ellas Jisoo y yo adorábamos la playa, no tenía idea de lo que sentían ellas con respecto al lugar. Estaban muy pero muy emocionadas, y no sabía si era por estar en el mar o por pasar tiempo juntas. Sea lo que fuere, no me quejé.

Me levanté perezosamente y tomé una ducha rápida antes de salir al balcón para tomar el desayuno con las demás —mi tía y Minji se encontraban muy ocupadas preparando algunas cosas para nuestro día en la playa—, encontrándome con Lisa y Jennie sentadas en la mesa mientras hablaban sobre algún tema en particular. En cuanto Lisa me vio y sonrió en mi dirección, el cosquilleo se hizo presente, haciéndome recordar las hermosas palabras que me dedicó ayer.

Me sonrojé débilmente y tomé asiento a su lado. Inmediatamente Lisa acercó su silla a la mía y me besó la mejilla.

—Buen día, Rosie Pooh —me saludó, sonriendo tiernamente.

Yo correspondí su sonrisa y me incliné lo suficiente para plantar un beso en su mejilla. Noté como se sonrojaba pero aún seguía sonriéndome.

—Buen día, Lili.

—¿Y qué? ¿No hay beso para mí? 

En ese instante recordé la presencia de Jennie y volteé hacia ella, quien mantenía un tierno puchero en sus labios. Me eché a reír y me incliné lo suficiente como para plantar un beso en su mejilla.

—Buen día a ti también, JenJen.

—Buen día, Rosa —me guiñó el ojo y señaló sus labios con el dedo índice—. ¿Qué tal uno aquí ahora? 

Me sonrojé y estuve a punto de contestarle, cuando sentí como los brazos de Lisa se posaron en mi silla, empujándome más cerca de ella y, por ende, alejándome también de Jennie.

—Apártate, Kim —gruñó la rubia, enviándole una mirada de muerte a su mejor amiga.

—Hey, la pregunta era para ella —guiñó el ojo nuevamente, sin borrar esa sonrisa pícara de sus labios—. ¿Qué dices, Rosa? ¿Le darás un besito a JenJen?

Sin saber por qué, observé a Lisa y noté su mandíbula apretada. Cuando entreabrió sus labios para contestarle, Jisoo apareció por la puerta de su habitación con el ceño fruncido y tomó asiento frente a mí.

—¿Puedes dejarla en paz, Kim? Ella no querría besar a alguien como tú ni en un millón de años. 

Jennie se encogió a mi lado ante sus palabras y de repente me embargó la ira. Es decir, no quiero que me malinterpreten, Jisoo es mi mejor amiga en todo el mundo, pero siento que se estaba pasando un poco con las cosas que decía. No tengo idea de qué fue lo que pasó entre ellas, pero no tenía por qué hablarle así. Jennie estaba muy arrepentida e intentaba de todo para que ella la perdonara, pero sin importar lo que hacía Jisoo siempre era sarcástica y cortante con cada cosa. Hasta yo empezaba a hartarme sinceramente.

Por lo que, frunciendo el ceño, me dispuse a defenderla.

—¿Quién dice? 

Las tres me observaron, con expresiones distintas en cada rostro. Jisoo me miraba con confusión y recelo, Jennie se encontraba sorprendida y Lisa, por su parte, me observaba con sus ojos llenos de... ¿tristeza? 

—Podría besar a Jennie si quisiera.

—Rosie Pooh-

—Es una buena persona, ¿por qué alguien no querría besar a alguien como ella?

Jisoo se irguió en su asiento y de repente sus ojos parecieron volverse dos esferas de fuego. Sabía que estaba enojada, pero no iba a parar. Al menos no hasta que dejara de hacer esa clase de comentarios ofensivos hacia la castaña.

—¿Tú qué sabes? No la conoces —farfulló molesta.

—¿Y tú sí? —contraataqué.

—Conozco lo suficiente.

—Conoces lo que se te da la gana, Jisoo. 

—Jennie es una imbécil.

Nuevamente, la castaña se encogió en su asiento y me enojé aún más.

—¿Puedes dejar de ser tan inmadura? Todos cometemos errores, incluso tú.

—Nunca dije que no lo hiciera.

—¡Pues te comportas como si así fuera! —bufé y me volteé hacia Jennie, tomando su rostro con ambas manos—. ¡¿Y qué si quiero besarla?! ¡¿Qué si quiero que ella me bese?!

—¡Suéltala! —chilló, levantándose de su asiento con fuerza mientras rechinaba los dientes.

La silla se dio un fuerte golpe contra el suelo, pero a ninguna le importó. Ambas manteníamos una batalla de miradas.

—No voy a soltarla hasta que contestes mi pregunta, Jisoo —balbuceé entre dientes también—. ¿Qué pasaría si yo quiero que Jennie me bese?

Intercambiando la mirada entre la castaña y yo, Jisoo bufó y se cruzó de brazos mientras apartaba la vista.

—No me interesa.

—Bien... —me volteé hacia Jennie  y sonreí—. Jennie, bésame.

—¡¿Qué?! —chillaron las tres. 

—Ya escuchaste, Jennie. Bésame.

Jennie, un tanto nerviosa, tragó saliva y observó por sobre mi hombro. No tenía idea de qué había observado, pero pareció palidecer y negó rápidamente con su cabeza.

—N-no puedo.

—¿Por qué no? Eres lo suficientemente buena como para besarme —fulminé a Jisoo con la mirada al pronunciar aquellas palabras.

—Es que... Eres... Tú no... Yo...

—¿Lo ves? Ella misma sabe que no es suficiente para ti.

—¡Oh por Dios, Jisoo! ¡Cállate ya! —grité, enfureciéndome. 

Me levanté de mi asiento y, tomando a Jennie de las mejillas estampé mis labios contra los suyos, besándola con vehemencia durante unos instantes. 

Al instante escuché el sonido de otra silla contra el suelo y, acto seguido, unos brazos me apresaron para separarme de Jennie. Cuando abrí mis ojos, lo primero que vi fue a la castaña con una cara de asombro y tartamudeando levemente. 

Volteé mi mirada hacia Jisoo, quien parecía echar humo por la cabeza, y seguidamente hacia los brazos que me apresaban. Levanté la vista y noté a Lisa, pero su cara era de todo menos de alegría. Ella también parecía echar humo mientras observaba a Jennie seriamente.

Tragué saliva.

—Yo...

—Aquí están, los deliciosos pancakes que Sandara y yo hicimos para- ¿Qué pasó aquí?

Minji se abría paso desde la puerta de la habitación de Jisoo con una bandeja llena de pancakes en la mano, seguida de la tía Dara, quien traía una jarra de jugo de naranja. Ambas nos observaron perplejas.

Jisoo carraspeó y levantó la silla del suelo, para sentarse en ella después.

—Nada. Sólo... Hablábamos.

Ambas mujeres intercambiaron miradas pero no dijeron nada más. Lisa me soltó y ambas nos sentamos para que ellas pudieran entregarnos el desayuno.

«¿Qué fue lo que hice?»

...

El desayuno había sido completamente amargo. Y no, no me refiero al jugo de naranja o los arándanos que adornaban nuestros pancakes. Todo había sido sumamente incómodo.

Lisa no paraba de observar a Jennie con una expresión molesta en el rostro y, por supuesto, Jisoo me observaba a mí también de esa forma. La castaña y yo compartimos algunas miradas pero no dijimos absolutamente nada.

Al finalizar, en compañía de mi tía y Minji, nos dirigimos a la playa, donde nos sentamos sobre toallas en la arena y con sombrillas para cubrirnos de los rayos solares. Nos aplicamos bloqueador solar en completo silencio, y mientras las mayores se bronceaban, nosotras nos dirigimos al mar luego de ponernos los trajes de baño.

En cuanto Jisoo salió con su bikini puesto, juré ver como los ojos de Jennie se abrían como dos platos al igual que sus labios; incuso se podía ver algo de baba ahí, haciéndome reír. Por lo que sabía, ella y Jisoo habían dejado su trato y ya no mantenían relaciones de ningún tipo, lo cual la entristecía. Y según me contó, no había podido hacerlo con nadie más a pesar de que habían algunas personas interesadas, ella siempre los rechazaba.

Fue mi turno luego de eso, y en cuanto salí con mi traje de baño de dos piezas, pude ver el leve sonrojo en las mejillas de Lisa mientras me halagaba —a pesar de la incomodidad, ella aún seguía siendo muy dulce—.  Jennie y Lisa siguieron después —y juré ver a Jisoo observando idiotizada a Jennie unos instantes— y nos dirigimos ahora sí al mar.

Jisoo entró en él y empezó a nadar, alejándose de nosotras por completo. Lisa, a su vez, permanecía allí, pero no decía absolutamente nada y ya empezaba a darme miedo la forma en la que actuaba.

Intercambié miradas con Jennie nuevamente, pidiéndole silenciosamente que me permitiera estar a solas con la menor. Ella entendió y me guiñó el ojo, alejándose rápidamente del lugar ante la mirada de Lisa.

Al estar a solas, carraspeé y me acerqué a ella en el agua, la cual nos llegaba poco debajo de los pechos. 

—Lili-

—Así que Jennie, ¿eh? —comentó, jugando con el agua, aún sin observarme en lo absoluto.

—¿Qué?

—No sabía que te gustara.

Rápidamente negué con mi cabeza. Repentinamente sentí la necesidad de explicarle por que lo había hecho. Es decir, no tenía ninguna obligación con ella pero aún así... No quería estar así. Ella merecía saber que era la única con la que compartía mis momentos de... erotismo, y que sus labios eran extrañamente los únicos que me hacían sentir aquel cosquilleo. Y lo había comprobado al besar a Jennie; no había sentido absolutamente nada, a pesar de que debía aceptar que sus labios eran suaves y cálidos, no se comparaban en lo absoluto a los de Lisa.

—Jennie no me gusta —murmuré con una mueca.

Ella me observó unos instantes, antes de regresar la mirada hacia el agua para seguir viendo su reflejo.

—¿Entonces por qué la besaste? —preguntó en un susurro. Noté como su voz se volvió trémula y me sentí mal al respecto.

Coloqué suavemente mi mano en su hombro y lo acaricié con suavidad. 

—Yo sólo... quería mostrarle a Jisoo que no estaba actuando de la forma correcta. Ella ha estado un poco... molesta últimamente. 

Lisa hizo una mueca, sin embargo, no me observó.

—No tenías que besarla. Pudiste... Pudiste hablar con Jisoo en privado y no hacer eso.

—Jisoo no iba a escucharme en privado. ¿Crees que no lo intenté? Siempre me esquiva o cambia de tema... Hice lo único que se me ocurrió.

—Ya, claro. Besarla... Supongo que lo disfrutaste —murmuró entre dientes, golpeando su propio reflejo.

—Los labios de Jennie son suaves.

Ella apretó la mandíbula y me incliné lo suficiente como para besarla suavemente en aquel lugar.

—Pero creo que prefiero besarte a ti —susurré suavemente y en ese momento ella volteó para observarme un tanto sonrojada, haciéndome reír—. Tú eres mejor por mucho. Jennie es mi amiga y sólo intenté defenderla, ese beso no significó nada más para mí.

—¿Nuestros besos significan algo más para ti? —preguntó en un susurro también. 

Supongo que ambas hablábamos así para evitar que alguien escuchara nuestra conversación. Después de todo era un secreto.

Ante aquella pregunta no supe qué responder... Los besos con Lisa eran cálidos, suaves y dulces, pero también apasionados y eróticos. Eran tantas las sensaciones, que creo que al final sí significaba algo... Sólo que aún no sabía bien qué.

—Yo... Yo creo que sí.

—Rosie-

No obstante, esta vez quien interrumpió fue Jisoo, lanzándome un poco de agua con su balde.

Bufé cuando la observé.

—Mamá nos llama —fue lo único que dijo, dando media vuelta para marcharse después de lanzarme una mirada furiosa.

Exprimí mi cabello para que salieran las gotas de agua y tomé la mano de Lisa para caminar directamente hacia Minji.

—Niñas, estábamos pensando que podrían ir a explorar por aquí. 

—¿Explorar? —inquirió Jennie, levantando una ceja.

Ambas asintieron. 

—Ya saben, caminar por la orilla del mar a ver qué nos encontramos.

—Sería estupendo, pero creo que hay demasiado sol como para hacerlo —comenté, luego de la intervención de mi tía.

—Entonces después de almorzar será.

Todas asentimos un tanto incómodas. Desde esta mañana el ambiente se encontraba tan tenso que podíamos cortarlo con un cuchillo, y el que ellas no lo supieran y nos obligaran a convivir lo hacía todo peor.

...

Tal y como habían dicho, después de almorzar nos encontrábamos caminando tranquilamente por la orilla del mar. Cada vez que una ola se aproximaba a la orilla, nuestros pies se remojaban y cosquilleaban. Era una sensación muy placentera en mi opinión.

Minji había comprado helado para todas, y mientras sostenía la mano de Lisa con mi mano derecha, con la otra agarraba fuertemente mi cono de fresa.

Frente a nosotras una Jisoo caminaba tranquilamente disfrutando de su helado de vainilla y jugueteando con sus pies en la arena; parecía tan ajena a todo lo que la chica de cabello castaño sentía... Jennie, a su vez, se encontraba a un lado de Lisa, lamiendo su cono de chocolate y suspirando de vez en cuando al observar a mi amiga. 

Debía admitir que se veía sumamente hermosa cuando los rayos de sol golpeaban su piel —húmeda gracias al agua que aún permanecía en ella— y sonreía disfrutando de su helado.

Nuevamente, no pude evitar sentir pena por ella.

Caminamos otro poco cuando nos detuvimos frente a lo que parecía ser un juego de volleyball entre algunas chicas. Suponía que eran amigas y no un equipo practicando, puesto que todas se encontraban en trajes de baño y riéndose de lo que decían algunas.

Desafortunadamente, como nos habíamos parado casi en medio de todo, cuando una de las extrañas remató, la pelota salió disparada fuera del cuadro hacia Jisoo.

Iba a gritar su nombre cuando mi amiga cerró los ojos y esperó el golpe... El cual, por cierto, nunca llegó. Por suerte para ella, Jennie había logrado poner su brazo en medio justo antes de que el balón golpeara con fuerza su precioso rostro. Aunque eso le había llevado a que su helado terminara en la arena.

Todas permanecimos en silencio —incluyendo a las chicas que estaban jugando—, observando los movimientos expectantes. 

Jennie retiró su mano y la volteó, mostrando que donde anteriormente le golpeó el balón, ahora se encontraba en gran parte roja. Había logrado golpearla con fuerza.

—¡Cuanto lo siento! —la chica que había golpeado la pelota se acercó con rapidez cuando observó las acciones de Jennie y tomó su brazo entre sus manos—. No era mi intención... ¿Te golpeé muy fuerte?

Observó con sus grandes ojos aterrados a Jennie, pero ella negó con un leve sonrojo en sus mejillas.

—No, no te preocupes. No duele, sólo fue un golpe leve.

—¿Segura? Porque se ve muy rojo.

—Sí, pero he recibido peores.

La chica mordió su labio inferior levemente, antes de negar con la cabeza y pasar sus dedos suavemente por la piel del brazo de Jennie.

—De verdad lo lamento... 

—No es nada, bonita. De verdad. Ya pasará.

Sonrojándose ante el apodo, la chica volvió a negar con su cabeza.

—Aún así... Quisiera compensártelo.

Pero antes de que Jennie pudiera continuar, otra chica se acercó a ella y posó una mano en su brazo con preocupación.

—¿Yewon? ¿La golpeaste muy fuerte? 

—Yo-

—Estoy bien. No tienen que preocuparse, ya pasará. No es para tanto.

—Me siento culpable aún así.

Jisoo, que hasta el momento no perdía detalle de lo ocurrido, se posó a mi lado y cruzó sus brazos murmurando algo acerca del patético papel de culpable que realizaba la contraria.

—Ya te dije que no es nada, ¿sí? Es más, ¿podría unirme a su juego? 

—¿Quieres jugar? ¿Después del golpe?

—Sí —Jennie asintió con una sonrisa y tomó el balón del suelo—. Para demostrarles que estoy bien.

—De acuerdo... Pero faltaría una más. Somos seis y quedaríamos incompletas —murmuró la chica conocida como Yewon.

La otra chica a su lado, un poco más baja de estatura que ella, nos observó con cautela hasta que su mirada se posó en Lisa y sonrió.

—¿Eres su amiga? 

Lisa, aún con su helado de chicle en la mano, asintió. La chica se acercó unos pasos con las manos tras su espalda y sin dejar de sonreír.

—¿Quieres jugar también? Así estaríamos completas.

Fruncí el ceño, no obstante, mi mejor amiga fue quien habló.

—¿Por qué habrían de jugar con ustedes? Ni siquiera las conocemos.

Dándole un rápido vistazo a Jisoo, la chica de flequillo volvió a hablar.

—Soy Eunbi y ella es mi amiga Yewon. 

—Jennie —la castaña correspondió su saludo con una sonrisa, para disgusto de Jisoo, mientras nos señalaba respectivamente—. Ellas son Chaeyoung, Lalisa y... Jisoo.

—Bien, ahora que no somos tan desconocidas, ¿juegan? —volviendo a pararse a su lado, Eunbi sonrió hacia Lisa mientras batía sus pestañas.

Lisa, un tanto desconcertada pero amable, asintió —para mi disgusto total—. 

—¡Genial! Vengan por aquí, les presentaremos a las demás —entusiasmada, se aferró al brazo de Lisa y la guió sin soltarla ni separarse un poco.

Su amiga, Yewon, se sonrojó levemente pero tomó la mano de Jennie y la guió también.

Jisoo y yo permanecimos con los ceños fruncidos mientras las observábamos.

«Esta fue una muy mala idea»

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