Audrey corrió rápidamente al baño, saco todo el desayuno, con una mueca de asco se sentó en la tapa del baño y sollozó. Le daba pánico el hecho de pensar en estar embarazada, no estaba preparada para algo así.
— ¡Audrey! — gritó la rubia desde el living. — ¿Dónde estás?
— En el baño — gritó, jaló la cadena haciendo que el vómito se fuera, salió con una mueca y Alessia ya estaba afuera de la puerta esperándola.
— ¿Qué pasó? ¿Otra vez?
— Sí, es la quinta vez que vomito en estos dos días — Dije mientras caminaba a mi cuarto, me tumbe boca a abajo, y Alessia me dio una nalgada.
— Iremos a la farmacia, quieras o no.
— ¿Para qué?
— Prueba de embarazo, baby
— ¿¡QUÉ?! — Gritó Audrey sentándose rápidamente, Alessia soltó una gran carcajada.
Después de un rato de estar convenciendo a Audrey, ambas decidieron ir a la farmacia, de regreso se toparon con un señor que vendía nieves y Audrey y sus antojos obligaron a Alessia a comprarle una nieve de chocolate con limón, al llegar a casa y esperar que Audrey terminara su nieve, Alessia la obligó a que fuera a hacerse la prueba.
— Aless, ¿qué carajo voy a hacer si estoy esperando un hijo?
— Amarlo así como amaste a su papá — dijo sonriente, Audrey sonrió y su vista comenzó a ponerse nublosa.
— Anda ve, ya sonó esa cosa — Dijo Alessia, Audrey se dirigió a la mesita de noche y observó la prueba.
— ¿Y bien? — dijo Alessia con una sonrisa detrás de ella, Audrey volteó con lágrimas en sus ojos.
— E-estoy embarazada... — dijo y Alessia soltó un grito de emoción y abrazó a su mejor amiga.
— UN MINI HERO — gritó, y Audrey solamente sonrió.
Audrey estaba embarazada, y no de cualquier persona, sino del amor de su vida...