La semana había tomado un buen inicio pese a ser un lunes más ocupado de lo usual. Sage atravesaba los pasillos del edificio Jerome Greene Hall con algo más que asignaturas pendientes; había participado de un debate horas antes y obtuvo el reconocimiento de uno de sus profesores, el mas difícil de complacer, de hecho. Con satisfacción y la mente despejada tras un día bastante agitado, caminó junto a sus compañeros de clase y se despidió de ellos al divisar su auto estacionado a un par de metros.
Dejó sus cosas en el asiento de al lado y se colocó el cinturón de seguridad. Sonrió de forma inconsciente al leer un mensaje en su celular. Era de Cameron. Se encontraba devuelta en Nueva Jersey pero tenían planes para este fin de semana, por lo que se verían más pronto de lo usual. Se trataba de un escape al estado de Nevada y ambos estaban ansiosos por ello, pues había sido un plan pospuesto en más de una ocasión por el complicado horario de ambos, sobre todo de él. Pero finalmente se llevaría a cabo y esperaban lo mejor de un par de días fuera de la ciudad, pues a lo mejor era lo que necesitaban para volver a conectar y ser los mismos de antes.
Sage acomodó el espejo retrovisor y encendió su auto, entonces emprendió su camino de regreso a casa. Disfrutaba manejar, para qué negarlo, con un poco de buena música en volumen lo suficientemente alto como para opacar el sonido de las calles, encontraba incluso relajante hacerlo. Evitaba las avenidas principales y calles atestadas, claro está. Luego de alrededor de veinticinco minutos condujo por el bonito vecindario en el cual vivía y redujo la velocidad conforme se aproximaba a casa.
Un preciado y bastante familiar Bentley negro estaba estacionado frente a la propiedad de los Sabath, por lo que Sage, un poco extrañada, tuvo que parquear su auto a unos cuantos metros de donde normalmente lo hacía. Tomó sus pertenencias, cerró la puerta de su auto y activó la alarma antes de atravesar el jardín de la entrada principal.
Cuando ingresó por la puerta, la imagen de su padre estrechando la mano de Richard Everston, el padre de Cameron, fue lo primero que vio. Sentados en la sala, aparentemente compartiendo un vaso de whisky, ambos hombres en traje se pusieron de pie al aparentemente finalizar su conversación y en ese momento se percataron de la presencia de Sage en la habitación.
—Ahí está—el hombre dijo con entusiasmo de verla y sonrió.
—Señor Everston—Sage lo saludó con una sonrisa que más bien expresaba confusión y con pasos desconcertados se acercó a ellos.
—Ven aquí cielo—su padre se aproximó a ella con los brazos extendidos—Acababa de preguntarle a tu madre a qué hora llegarías—le dijo y depositó un beso sobre su cabeza.
—Te estábamos esperando—dijo Richard Everston.
—No tenía idea de que estaría aquí—se dirigió educadamente hacia él a modo de disculpas por la posible espera que pudo haberles ocasionado.
—No te preocupes, quedé con tu padre a último minuto—explicó Richard brevemente—Encantado de hablar contigo, debo retirarme—con un leve asentimiento en dirección a su padre prosiguió a retirarse—Nos vemos linda—se despidió de Sage cuando pasó junto a ella y pronto desapareció por la puerta principal.
Ambos permanecieron con la vista fija en dirección a por dónde el hombre acababa de salir.
—Es un gran tipo—comentó su padre, bebió un poco de licor del vaso que sostenía y dio media vuelta dispuesto a tomar asiento nuevamente.
—Veo que te agrada—comentó ella, mientras se acercaba hacia él con pasos vacilantes.
—Por supuesto—aseveró él. Descansó sus extremidades sobre los brazos de su costoso sillón personal—Tenemos un par de negociaciones en mente—añadió.
—¿Enserio? —Sage tomó asiento en el mueble junto a él—¿Algo concreto?
—Eso está por verse—respondió el sin mucha preocupación—Pero beneficiaría a ambas partes—dijo en alusión a la firma de las dos familias.
Sage asintió pensativamente.
—¿No crees que pudiste consultármelo primero? —le dijo. Se removió algo incomoda sobre su asiento, pero se encontraba bastante tranquila. Su padre frunció el entrecejo.
—¿Hay algún problema cielo? —le devolvió la pregunta y despegó la vista de su móvil para mirarla.
—Ninguno, solo creo que es algo apresurado—dijo ella.
Su padre se mostró desentendido.
—Pensé que todo iba de maravilla entre Cameron y tú—le dijo.
—No tiene que ver con eso—explicó ella, en medio de un suspiro
—¿Entonces? —dijo su padre—¿Sucede algo? —volvió a preguntarle.
La verdad es que ni ella misma lo sabía.
—Solo me hubiese gustado que me lo preguntes—respondió después de un prolongado silencio.
Su padre la observó fijamente. Colocó el vaso de whisky que sostenía sobre la pequeña mesa junto a él y entrelazó las manos. La comunicación entre ambos era clave, aunque a veces resultaba algo difícil. Requirió de un gran esfuerzo restablecer la relación padre e hija entre ambos un par de años atrás, pero debían reconocer que tuvieron gran progreso.
—Sage—dijo y se inclinó ligeramente hacia adelante. La observó por unos cuantos segundos más y de un momento a otro se puso de pie—Lo lamento, si no estas cómoda con ello puedo llamar a Richard hoy mismo—dijo.
—No, no, claro que no—enseguida ella también se puso de pie. Su padre pareció aún más desconcertado ante su reacción y se cruzó de brazos—Solo déjame saber a la próxima, ¿vale? —le dijo.
Le pareció realmente absurdo intervenir en los asuntos de su padre por algo tan irrelevante como sus ansias frente al compromiso. William Sabath no pareció no muy convencido por su respuesta; sin embargo, decidió pasarlo por alto.
—Por supuesto cielo—le aseguró y acarició su mejilla con ternura—Por cierto, Leighton está en el jardín esperándote—le dejó saber.
Su padre pronto abandonó la sala de estar mientras que ella permanecía ahí de pie, sumergida en pensamiento que giraban en torno a la conversación que acababan de tener. Exhaló en rendición al asunto y atravesó el corredor que conducía hacia el jardín trasero de la gran casa.
Sentada junto a la piscina estaba Leighton y en sus brazos sostenía a Evan Tomlinson, su pequeño hijo de dieciocho meses. Así es, tras lo que en su momento pareció ser una falsa alarma resultó en la bienvenida al mundo de un nuevo miembro de la familia Sabath, y no podían estar más felices por ello.
—Otra visita inesperada—dijo la castaña cuando llegó junto a la piscina. Habían pasado un par de semanas desde la última vez que la había visto.
—¿Esa es tu forma de decir que me extrañaste? —Leighton volteó a verla con una sonrisa. Sage se inclinó por un abrazo y acarició al pequeño Evan—¿Cómo has estado? —le preguntó.
—No podría estar mejor—respondió ella mientras tomaba asiento frente a ella. La connotación sarcástica en su voz hizo que Leighton enarcara una ceja un poco interrogante; sin embargo decidió ignorarla.
—Pasaba a dejarte la invitación para este sábado—le dijo y sacó de su bolso una sofisticada invitación. Sage la tomó.
"Gala de beneficencia"
—Joder—pronunció cuando leyó el encabezado.
Digamos que no era la primera vez que Sage olvidaba alguna fecha importante y en este caso, se trataba de un evento social organizado por Gregory Sabath, hermano de su padre y padre de Leighton.
—¿Qué ocurre? —le preguntó mientras acomodaba a Evan sobre su regazo. Sage resopló con pesadez mientras removía su cabello de un lado a otro.
—Leigh no creo poder estar ahí—le dejó saber.
—¿Por qué no? —preguntó ella y Sage pudo notar que fruncía el entrecejo a través de sus oscuras gafas de sol.
—Tengo planes con Cam este fin de semana—explicó. Leighton la observó expectante y quitó las gafas de su rostro—Nevada—añadió.
—Joder, finalmente—le respondió al saber que al fin llevarían a cabo aquel viaje pospuesto por lo menos dos veces antes.
—Lo sé—Sage asintió apoyada contra los cojines tras ella.
—No pareces muy emocionada—comentó Leighton.
—Lo estoy, solo tuve un día largo—Sage dijo a modo de justificación por su notoria falta de entusiasmo.
—Ya veo—Leighton asintió despacio y se aclaró la garganta. Sabía mejor que ella misma lo que ocurría, pero no tendrían esa conversación en ese momento—Bueno, sé que llevan planeándolo desde hace meses, asique estás perdonada—le dijo mientras tomaba su bolso dispuesta a ponerse de pie con una sarcástica sonrisa.
—Dile a tu madre que lamento no poder estar ahí—Sage le dijo mientras dejaba escapar una risa.
—Lo haré—respondió. Estuvo a punto de retirarse cuando de pronto bastante pensativa se detuvo y observó fijamente a Sage—Por cierto, ¿Sabes quién estará en Nueva York?
Sage desvió su atención de la piscina y esperó que continuase.
—Harry—finalmente dijo.
El rostro de Sage decayó lentamente en señal de sorpresa. Había pasado mucho desde la última vez que escuchó ese nombre.
—También estoy sorprendida—Leighton concordó en medio de un suspiro al percatarse de su silenciosa reacción—Al parecer tiene una cita en la corte, finalmente dictaminarán lo que ocurrirá con los Gallagher—agregó.
Sage se mantuvo en silencio. Su rostro casi inexpresivo pero con facciones dóciles y ligeras en conmoción.
—Eso es genial—dijo al cabo de unos segundos, con sinceridad.
—Lo es—Leighton concordó. Sage asintió despacio con el entrecejo caído gracias a los rayos de sol contra su rostro—Llámame durante la semana—dijo al cabo de unos segundos. Le lanzó un beso volado y se dispuso a salir de ahí con su pequeño en brazos.
Sage la observó rodear la piscina y desaparecer una vez que se adentró en la casa. Volvió a concertarse en el vaivén del agua y permaneció ahí afuera, pensativa.
***
Les dejó aquí un primer vistazo del futuro reencuentro<3<3<3 déjenme sus teorías de lo que creen que ocurrirá cuando se vuelvan a ver, las leo...
Espero que les haya gustado babes, ¿alguna lleva clases virtuales? yo si y no se si las amo u odio, pero no me quejo lol
No olviden votar y dejar muchos comentarios, próximo capítulo este viernes<3