—Oye, oye ve más despacio.— dijo TaeHyung frunciendo el ceño bastante confundido.— Primero explícame que es un divagante.
—Son velos que murieron y quieren un alma para poseer, y con la misma revivir en su mismo cuerpo.— comenzó a explicar y el ceño fruncido de TaeHyung se relajó.— Básicamente aquella cosa que escuchaste y de la que ella te salvó, fue de que te quitarán el alma y murieras... dolorosamente.
—¿Entonces ella me salvó la vida?
EunBi asintió.
—¿Entonces que hago ahora con esta información?— preguntó TaeHyung y EunBi pareció pensarlo mucho.
—Ella no sabe que tú sabes que es un velo, por eso no la enfrentes tan rápido.— dijo EunBi y rascó su barbilla.— Lo que quiero decir es que, si de alguna manera ella acepta sacar a JungKook de allí, tendremos el problema solucionado.
—¿Y se acabará todo?— preguntó TaeHyung y EunBi asintió haciendo que el rubio pusiera una mano sobre su pecho aliviado.— Deseo tanto volver a ver sus ojos, EunBi.
—Eres un empalagoso, TaeHyung.
Entonces el rubio rodó los ojos sonrojado mientras EunBi reía.
Una sonrisa se ensanchó en el rostro de JungKook mientras los veía desde arriba, la habían encontrado. Y aunque le pareciera una locura que su esposo la tuviera de compañera de trabajo, creía que ella podría acceder a sacarlo de allí.
—¡Es increíble que hayan encontrado a JieUn!— exclamó la abuela del menor y este la miró aún más feliz.— Lástima su actitud, pero yo creo que si TaeHyung le explica la situación, no dudara en sacarte de allí.
—Espero que así sea, abuela.
Vieron llegar a EunJin y JungKook al contarle la noticia, la abuela del menor se retiró lentamente dejándolos hablar más tranquilos. El castaño miró su mano y al recordar la historia de NaeUn, una mueca extraña se coló por su rostro.
—¿Conoce la historia completa de NaeUn?— preguntó JungKook y EunJin asintió lentamente, ambos se sentaron en uno de los bancos mientras un sentimiento de lástima se instalaba en sus pechos.
—Siempre creí que el hilo era muy fuerte, que era indestructible.— comenzó a decir EunJin y miró su mano.— Su historia es demasiado trágica, él no la recuerda. Y ella tampoco quiere hacerle recordar lo que le hizo en un momento de debilidad. En la vida, cuando uno está confundido, todo nos estresa, todo nos lástima y actuamos muy estúpidamente. Jamás, si te soy sincera, había visto un hilo roto, y mucho menos deshilachado.
—Ni yo...— murmuró JungKook.
—Cuando era joven, leía también algunos libros que conseguí en una tienda de garaje en mí vecindario.— dijo EunJin y JungKook la miró.— El tema de las almas es un tema delicado, no sabes en qué momento perderás a alguien, hay personas que perdieron a su alma gemela sin darse cuenta.
—Eso es terrible.— contestó JungKook y agregó.— ¿Y nunca sintieron el hilo?
EunJin negó y dijo.
—No si no están cerca, ahora, cuando digo que el hilo es algo delicado no es una mentira, mucho menos es pura habladurías. Puedes perder a tu alma gemela, en cualquier momento si no te encargas de que el hilo esté en perfecto estado. Si te hubieses enamorado de San, hubieses realmente matado a TaeHyung, en el transcurso de coma, claro. JungKook, eras lo único que lo mantenía con vida. Eras su pilar, y si tu caías, él también lo hacía.
—Pero... siempre se dijo que el hilo es irrompible, que jamás pasa eso.
—NaeUn es una demostración de que el hilo, puede causar eso. Escucha, tu amas mucho a TaeHyung, él hace lo mismo contigo y lo veo muy difícil que ustedes rompan el hilo, es casi nula la posibilidad de que pase eso.
—Entiendo.— dijo JungKook y miró su anillo de boda con TaeHyung.— ¿Usted cree que ella consiga la paz algún día?
EunJin tomó delicadamente la mano de JungKook y tocó el pequeño diamante que tenía el anillo.
—No lo sé. Siento pena por NaeUn, desearía ayudarla a qué sonría otra vez. Ella está demasiado arrepentida.— murmuró EunJin y JungKook suspiró.— ¿Crees que algún día le llegue a hablar nuevamente?
—Creo que eso lo dirá el destino.— respondió JungKook y frunció su ceño.— ¿Puedo hacerle una última pregunta?— al ver qué la madre de TaeHyung asintió el castaño miró nuevamente su hilo.— ¿Si el hilo de NaeUn se hubiese roto cuando su alma gemela estuviera viva, que hubiese pasado?
—Ellos jamás se hubiesen conocido en otra vida, JungKook.
—¿Pero el hilo puede llegar a regenerarse si logra que él vuelva a sentir algo por ella?
—Si y no.
—¿Por qué?
—Porque el hilo se puede llegar a regenerar, pero con otra persona.
Entonces EunJin despeinó el cabello del menor y se retiró de allí. JungKook miró a su lado, y al no ver a nadie, suspiró rascándose la nuca.
TaeHyung no sabía disimular frente a JieUn. Era un completo tonto.
La castaña podía sentir su mirada a todos lados que ella vaya. Y no temía para nada de él rubio, sus años de práctica en boxeo la hicieron despreocuparse de tener miedo.
El rubio realmente quería hablarle y decirle que necesitaba su ayuda. Quería explicarle su situación, pero debía hacerlo bien y en el momento adecuado. Sin quedar en ridículo con las palabras justas y necesarias.
—¿Puedo ayudarte?— preguntó JieUn levantando su mirada al rubio de la computadora, que era lo único que iluminaba su rostro.— Puedo demandarte por acoso.
—N-no.— murmuró TaeHyung e intentó no sonar desesperado pero quería realmente sacar a JungKook de allí.— Yo... necesito...
—Tu necesitas...— intentó animarlo la castaña entrecerrando sus ojos y haciendo ademanes para que continuase hablando.— Habla de una buena vez, hombre.
—¿Puedes ayudarme a sacar a un alma del otro plano?— soltó de repente TaeHyung y mordió su lengua para no estrellarse la cabeza contra algún concreto en ese preciso instante.
—¿Disculpa, de que estás hablando?
—Ay no se haga.— respondió TaeHyung y notó la mirada seria de JieUn.— Quiero decir... usted sabe lo que es y yo sé lo que es usted. Necesito que me ayude a sacar a mí esposo de allí arriba, mire.— agregó el rubio enseñando sus anillos.— Es una persona importante para mí y se quedó estancado intentando alejar la mala vibra de nuestro hogar.
—Ajá.— dijo JieUn y soltó una carcajada.— ¿Y qué es un velo?
TaeHyung quedó en silencio y JieUn se levantó lentamente de su escritorio.
—Ayudeme, por favor.— pidió está vez completamente sincero el rubio.— Sé que no son las formas de las cuales me debería presentar, pero realmente quiero devuelta a mí alma gemela.— murmuró y sintió su mirada nublarse por un momento mientras alzaba su mirada.— ¿Puede darme una mano con eso?
La mirada fría y seria de JieUn ya no estaba allí. Parecía algo sorprendida del rostro del mayor, y cuando vió que TaeHyung sorbió su nariz girándose en dirección a la puerta su vos titubeó.
—Te ayudaré.
Entonces el rubio se giró dramáticamente.
—Pero primero dime cómo demonios sabes que soy un velo.
¡Holass!
Vamos a respirar hondo que podemos tener a JungKook dentro de poco señoras, acomoden su peluca.
Espero que les haya gustado el capítulo de hoy gracias por leerme.
Se despide Cami. xoxo
𝐒𝐎𝐅𝐓𝐋𝐘𝐎𝐎𝐍𝐆𝐒©