Salió al sonar la campana indicando el cambio de hora. Esta era la única hora que Mina y Chaeyoung compartían juntas...pero ella no apareció. Myoui no pudo concentrarse ni un solo segundo debido a la ausencia de su pareja.
Al acabar las clases, salió y se encontró con Dahyun y Tzuyu en los casilleros, estas dos charlaban animadamente entre sí.
— ¡Chicas! ¿D-Donde está Chaeyoung? — Preguntó apoyando su mano contra las taquillas.
— No lo sé. ¿No estaba contigo? — Habló Dahyun acomodando su mochila. Tzuyu calló, miró sus zapatos fijamente mientras comenzaba a balancearse sobre sus talones.
Aquello no pasó desapercibido por Mina, quien no tardó en interrogar a la menor.
— ¿Tzuyu? Sé que sabes algo...por favor dime. — Suplicó.
— U-Unnie, no creo que sea buena idea decírselo. — susurró la taiwanesa.
Aunque ella sabía que sería aún peor no decirle a Mina, Tzuyu solo intentaba proteger los sentimientos de la mayor, solo ella y Nayeon sabían la verdad.
De cualquier forma terminaría dándose cuenta, tarde o temprano. Los enamorados hacen cosas locas por amor...
— Chaeyoung...me pidió que te dijera que te alejaras de ella. — Habló. Mina río, seguramente le estaba jugando una broma.
Al ver que la expresión de Dahyun era de y la de Tzuyu era completamente seria, dejó de reírse.
— ¿No es broma? — La menor negó.
Sin esperar respuesta alguna, dejó a sus dos amigas de lado para ir a buscar a Chaeyoung. Necesitaba escucharlo de su boca, aunque cada una de sus palabras se clavaran en su ser dejando grandes y profundas marcas.
No tardó en adentrarse dentro del gimnasio de la universidad. Como siempre, los chicos jugaban basquetbol mientras que las demás chicas babeaban por ellos.
Su mirada cayó en las graderías, reconoció aquel listón rosa pastel amarrado un lindo moño en la cabellera negra.
La linda joven de listón rosa se encontraba sentada en el regazo de Yugyeom. Se miraban felices, ella en especial. Al momento de que sus labios se juntaron, las lágrimas de Mina no tardaron en salir de sus ojos.
— ¿Q-Que...hice mal?
Se levantó de repente tomando una gran bocanada de aire de inmediato. Miró a su alrededor y trató de asimilar dónde estaba
Su cuerpo temblaba dentro de las cuatro paredes de su habitación. A su lado estaba Chaeyoung, cubierta por la sábana blanca.
5:21 a.m leyó en la pantalla de su teléfono al encenderlo.
Una gota de sudor frío bajaba por su frente. Jamás había tenido una pesadilla que tuviera que ver con Chaeyoung, jamás.
Abrazó sus rodillas por un momento, en un intento por calmarse a sí misma pero no lo logró.
Con cuidado se levantó de su cama procurando no despertar a Chaeyoung. Salió de su habitación dirigiéndose a la cocina a un paso tembloroso. Todo seguía oscuro a pesar de que ya estaba amaneciendo, incluso Prince dormía plácidamente.
Ya en la cocina, abrió el gabinete superior en busca de su taza blanca que siempre se mantenía al lado de la rosada con fresas de Chaeyoung. Extendió su mano y la sacó de ahí dejándola en la encimera.
Se percató de que había un cuchillo sucio en el borde. Seguramente de la cena de ayer, queriendo guardarlo, lo tomó pero no logró su cometido.
Debido a su temblorosa mano, Mina terminó cortándose la palma de la misma. Dejó salir un pequeño grito que fue retenido y poco audible cuando se mordió su labio inferior a la vez en que soltaba pequeñas lágrimas.
La sangre brotaba de manera rápida cayendo hasta el piso. Busco rápidamente el botiquín que guardaban en uno de los cajones. Se hizo un vendaje y haciendo como si nada hubiera pasado, prosiguió a hacer su café.
•••
El sencillo aroma del café logró despertar a Chaeyoung, y lo primero que hizo fue palmear a su lado en busca de Mina. Le extrañó no sentirla ahí. Creyó que ya era bastante tarde y por eso Mina se había equivocado.
5:50 a.m
Le pareció muy extraño. ¿Donde estaba Mina? ¿Se había levantado temprano un pleno domingo?
Fue tanta su curiosidad que decidió salir de la cama. Se estremeció cuando su pie descubierto hizo contacto con la madera fría.
Como era de esperarse, las luces estaban encendidas y el aroma a café la embriagaba aún más. Observó la cafetera con un poco de café sobrante.
Lo sirvió en su taza pero sintió algo pegado a su pie. Se dió cuenta de que era sangre. Trató de mantener la calma pero sabía muy bien quién era la dueña de esta.
Fue hacia el ventanal, ahí estaba Mina observando el cielo gris de la mañana, con su taza entre manos.
— ¿Qué haces despierta? — Preguntó Chaeyoung a sus espaldas.
— Quería café. — Contestó la mayor en voz baja, lo suficiente para que la menor la escuchara.
Se sentó a su lado observando sus rasgos. Desde los rastros de lágrimas en sus mejillas hasta sus manos temblorosas.
Mina no mentía y Chaeyoung lo sabía, la mayor quería un buen trago de café para lograr calmarse pero no lo consiguió. La pesadilla era lo único que rondaba su cabeza.
— Te escuché. — Dijo Chaeyoung rompiendo el silencio consiguiendo que Mina suspirara.— ¿Qué soñaste?
Dejó su taza en el piso para luego tomar la de Mina y dejarla al lado de la suya. Ambas desprendían humo demostrando que aún seguían lo suficientemente calientes, y que seguirían así por un tiempo más
— Nada. — Contestó la japonesa, pasando su mano lastimada por su cabello.
— Te cortaste. — Apuntó Chaeyoung — ¿La desinfectaste? — Mina negó. Había olvidado hacerlo.
La menor fue en búsqueda del botiquín que se encontraba abierto. Tomó el alcohol y el algodón.
Por dentro estaba preocupada por Mina. Seguramente había tenido una pesadilla bastante fuerte como para dejarla en ese estado, tan despistada y asustada, tanto así que terminó lastimándose
Mina no era mucho de tener sueños, cada que su cabeza tocaba la almohada terminaba profundamente dormida.
— Déjame ver — Aún sin mirarla a los ojos le extendió su mano. Por lo menos ya había dejado de temblar, y luego prosiguió a desinfectar la herida. — No cierres tu mano, Minari. — Dijo Chaeyoung notando cómo esta quería realizar dicha acción. Con cuidado pasó el algodón por el corte escuchando como Mina soltaba un chillido. — Lo siento amor, ya pasará.
A Chaeyoung no le gustaba ver a su mayor de esa forma, así que para calmarla un poco, dejó un tierno beso en su mejilla.
— ¡Muy bien! — Felicitó Chaeyoung. Volvió a hacer el vendaje de Mina para después sentarse a su lado pasando su brazo por los hombros de la mayor.
Solo se mantenían en silencio. Chaeyoung sabía que algo no estaba bien con su novia, aunque tampoco quería forzarla a decirle el motivo.
— Tuve una pesadilla. — susurró la extranjera jugando con sus dedos causando ternura en la menor.
— ¿Sobre qué?
— Volvíamos a nuestros tiempos en la universidad. Y-Yo salí de clase a buscarte ya que no habías llegado...
— Bebé, si no quieres seguir es-...
— Me encontré con Dahyun y Tzuyu. Me dijeron que les habías dicho que no me querías cerca. Fui a buscarte al gimnasio y ahí estabas...te mirabas feliz con él...feliz con alguien que no era yo. — Finalizó para luego soltar su primer sollozo frente a su novia
¿Qué tal si ella no era lo suficiente para Chaeyoung?
— Amor, nada de eso es cierto. Con tan solo ver tu sonrisa me das toda la felicidad que necesito. Mina, amor no llores que yo jamás me iré de tu lado, me veo incapaz de estar un minuto de mi vida sin saber que tu no estas conmigo. Fue solo una pesadilla. — La menor la abrazó dejando que Mina llorara hasta que se quedara dormida entre sus brazos.
Chaeyoung haciendo un gran esfuerzo logró recostarse en el sofá dejando que Mina durmiera cómodamente en su pecho.
— Quién diría, que detrás de toda esa frialdad que oculta su mirada de hielo...por dentro hay una pequeña chica frágil que solo quiere ser amada.