La noche anterior...
Guillermo leía unas revistas en la sala común del tercer piso, había un artículo a cerca de una posible pandemia que afectaría al mundo, cuando de repente alguien le garra los brazos de y le quita aquellos papeles, era Aline, quien furiosa comenzó a hablar fuertemente hacia el adolescente.
-Te pillé, te descubrí, falso, mentiroso, traidor, eras tú –decía la chica.
-Espera ¿Qué? No te entiendo, que estás diciendo, de que traición me estás hablando.
-¿Quieres que comience a enumerar todo? Bien, comencemos, primero, llevas actuando raro hace semanas, te desapareces de la nada y ya no andas con nosotros como antes, segundo, nadie, absolutamente nadie en este lugar sabe que el Koke es culpable de la desaparición del Igna, sin agregar que no estabas con los demás cuando el mensaje fue proyectado en la casa del Yerko y si entiendo bien, te vi hablando con los demás cuando llegué con Eliette.
-Ya ¿Y? yo no tengo nada contra los chicos, podría estar hablando con cualquier otro compañero.
-Por supuesto, pero no soy tonta, cuando llegó el Igna, estaba observándolos, se que le pasaste algo al Víctor y después él se lo dio ¿O me vas a negar eso? ¿Me vas a negar que lo evitas para que pensemos que le caes mal? ¿Me vas a negar que él no ha ido a tu casa? Yo lo sé, no me extrañaría si de la nada le hablas, porque así eres tú, vas donde te conviene, sacas provecho de ello y te largas.
-Bueno ¿Y? ¿Acaso el Koke no debe tener alguna consecuencia de sus errores? Todos acá deben pagar por lo que han hecho, y descuida, solo le estaba devolviendo la mano con aquel mensaje, se lo merece –Guillermo se iba a largar de aquel lugar, cuando Aline le gritó por última vez.
-¡Más te vale que guardes silencio, una palabra de lo que le pasó a Eliette ese día y alguien dejará de ser becado! –y salió de aquel lugar.
Guillermo siguió caminando por el pasillo hasta el baño común de aquel piso. Se tomó la cabeza con ambas manos, miró hacia el techo y solo pensaba una cosa: ¡Es lo que debía hacer, tenía que hacerlo!
Aline, había recibido un mensaje mientras discutía, pero no le puso atención hasta que llegó a su dormitorio, donde abrió aquel mensaje que venía de Koke: "Necesito la camisa, no preguntes, solo la necesito, veámonos en 30 atrás del techado".
Sin dudarlo, Aline tomó aquella camisa y la guardó en una mochila. Comenzó a pensar en todo lo que había sido cómplice y de cómo debía vivir con el agobio de sus pares y el enojo de su amado. Cada vez, un deseo inmenso de dejar a Gerardo y todo lo planeado iban quedando atrás, estaba cansada, sí, y el hecho de llevar la camisa donde Koke, también era un alivio, ya que se estaba desprendiendo de una pista que en manos equivocadas podría enjuiciarla para mal.
Así como acordaron, media hora después de aquel mensaje, ambos adolescentes estaban en el lugar y Aline entregó la camisa.
-¿Qué harás con ella? –le dijo Allard.
-Hacer lo que debí haber hecho hace tiempo y no fui capaz.
-¿La devolverás al Igna?
-Ya sé lo que dirás, que cómo se me ocurre, que estoy loco, que debería seguir el trato...
-No, la verdad es que no, si sientes que es lo correcto, pues hazlo.
Koke puso una notable cara de asombro hacia lo que su novia había dicho.
-Espera ¿Aline, eres tú?
-Si Koke, la noche de la fiesta sentí tu pena, y logré entenderte y no me imagino que es lo que estás pasando, nunca había tenido un sentimiento tan fuerte por alguien, y no quiero perderlo. Para que lo sepas, Guillermo fue el del mensaje, el habla con el Igna y quizá que andan tramando, no confíes en él, y esto es lo último que haré, no me voy a entrometer más en nada, si tú quieres hacer las cosas a tu modo, te apoyo, y si sientes que necesitas a alguien, recuerda, siempre estaré yo.
La menor de las Allard se despidió del muchacho con un beso y se largó hacia su dormitorio. Koke, volvió a la sala común, con un pequeño bolso donde se encontraba la camisa. Pensaba en lo que Aline le decía y aún no se convencía al 100% de lo que había ocurrido, era como si la hubiesen cambiado, pero nunca sintió tanta certeza en las palabras que decía, con otra voz, más tenue, con unos ojos más sinceros, obviamente él estaba enamorado, por lo que la perspectiva sería completamente subjetiva, pero lo que si era real, fue lo que ocurrió en su casa, lo que él vio con sus ojos y nadie se lo contó.
Sacó un lápiz, un papel y escribió una nota, para ponerla junto a un bulto que había armado para entregar aquella camisa. Dieron las 3 AM y ahí la dejo, como se lo había dicho Ignacio.
Fuertes pasos se escuchaban al final del pasillo y se acercaban cada vez con más fuerza. Un fuerte golpe al abrir la puerta hizo que Patricio diera un ligero salto de espanto. Era Gerardo, quien hablaría con Patricio tras ser ignorado repetitivas veces.
-No me diste otro remedio que venir pues, necesito saber que está ocurriendo acá, no contestas nada.
-¿Qué está ocurriendo con qué? Ah, eso, Gerardo, tan obsesionado con la cafetería, si aún hay tanto plazo para comenzar, hay otros proyectos más urgentes que debo atender primer entre la minera y la oficina.
-Pero era nuestro acuerdo, dijimos que apenas estuvieran los recursos nos pondríamos en marcha, iba a ser una gran fusión de ambas marcas.
-Lo sé, es un proyecto ambicioso y por lo mismo requiere de más cuidado y estudio.
-Mira Patricio, tu quédate tranquilo no más, yo mismo traje el contrato para que lo firmes, te ahorré toda la pega porque supuse que no tendrías tiempo para elaborarlo tú.
-A ver, espera un poco, no puedes hacer eso, debo leerlo completo primero, no puedo llegar y firmar.
-¿Estas dudando de tu amigo? ¿En serio? Me extraña, no deberías ser tan desconfiado.
-En el juego y en los negocios siempre hay que desconfiar Gerardo, tu bien que sabes eso ¿No?
-Entonces ¿Hasta cuándo tendré que esperar para que de verdad pase? Es dinero que podríamos ir ganando y no lo estamos generando.
-No necesitamos más dinero del que ganamos Gerardo, con lo que tenemos es más que suficiente, no creo que un par de meses o un año te quite lo que ya has consolidado.
-¿Me estás diciendo que quieres que esperes todo ese tiempo? ¿De verdad piensas que yo te voy a estar esperando todo ese tiempo? Mira Patricio –Nietzsche estaba alterándose en gran medida, pero Vitalli lo interrumpió.
-¡Hasta acá! No te reconozco Gerardo, basta, como tan ambicioso, suficiente, esto se acaba acá, no hay "nosotros", no hay "cafetería", así no se hacen las cosas. Yo mismo llamaré a Bustamante para que descarte el proyecto, por favor, ahora retírate, estoy muy ocupado.
-Te arrepentirás Vitalli, estás dejando escapar el negocio de tu vida ¿No querías incursionar en nuevas fronteras? ¿Abrirle puertas a tu hija en el mundo de la repostería?.
-¡Basta!, se lo que hago, retírate.
Nietzsche salió tan enojado y rápido de la oficina de Patricio, que dejó el contrato sobre el escritorio de éste, el cual tomó y comenzó a leer de forma muy minuciosa. Para sorpresa de él, sus sospechas eran más que acertadas: habían modificaciones en el terreno, porcentaje de ganancia y futura jefatura dentro del negocio, donde favorecía abiertamente a Gerardo, dejando un mínimo de ganancias para Vitalli. Él mismo, guardó en su caja fuerte este contrato, con la fecha y llamó inmediatamente a Bustamante para que sacara copia del original y de todos los movimientos que su ex aliado había hecho. Necesitaba juntar lo mayor cantidad de pruebas posibles.
Todo indicaba que era una jornada igual al año anterior, Eliette junto a Annys e Ignacio junto a Ángel en el salón. Profesores entraban y salían, los días corrían y Nietzsche se incomodaba con la presencia de Vitalli, pues, cada vez que volteaba, éste le estaba mirando, y no solo en clases, en las horas de almuerzo, en los recreos e incluso en tiempos libres, el muchacho buscaba con la mirada a su víctima para incomodarlo, pero Koke solo se volvía a girar.
Terminando la clase de Lenguaje, ingresan la directora, quien retira a Ángel del aula, por lo que tuvo que salir de inmediato ante la mirada de sus compañeros.
La jornada terminó y Annys tuvo que salir muy rápido debido a que su madre la estaba esperando en la puerta del colegio.
-Amiga, nos vemos mas tardecito, está mi mamá y necesita hablar conmigo urgente, nos vemos.
-Bueno, hablamos más tardecito –le respondió Eliette, quien se acercó a Ignacio antes que el muchacho abandonara la sala.
-Mira, tengo algo para ti, trabajé en él desde que desperté de mi accidente y lo acabo de terminar hoy. Me demoré porque hice la portada yo misma, y todas las ilustraciones en su interior estás confeccionadas por mí.
Eliette entregó una caja e Ignacio quedó asombrado.
-¿Y esto? No era necesario, no estoy de cumpleaños ni hay nada que celebrarme.
-¡Tonterías!, te debía tu regalo y de verdad necesito darte esto, por favor ábrelo.
Vitalli desarmó la cinta que cubría aquella caja y la abrió, dentro de ella había un libro, grande, de color azul, llevaba por título "Cuando Rick encontró a Morthy" y el chico se emocionó.
-¿Le hiciste una segunda parte? –dijo asombrado.
-La verdad es que sí, reflexione mucho últimamente y siento que debes leerlo.
Ignacio abrazó a su amiga y le dio las gracias por aquel significativo presente.
-Gracias, de verdad, sabes que solo leo lo que me interesa y sin duda leeré esto pronto, ah y no te preocupes, no publicaré nada en ninguna editorial.
Ambos soltaron carcajadas tras aquella frase, ellos se entendían. Mientras esto ocurría, el muchacho sintió que su celular vibró, pero no le prestó atención hasta que terminó su diálogo con Allard, una vez ahí, recién tomó su móvil y lo observó para ver qué era lo que había recibido. Se volvió a asombrar otra vez, pues era una notificación de Guillermo, con un mensaje algo preocupante: "Aline sabe que hablamos, al parecer le dijo a Koke, es necesario mantenernos alerta". Vitalli solo levantó su mirada, tomó el regalo y se marchó a su habitación, pues Nietzsche y Memo aún estaban en el salón.
-Oye Koke ¿Estudiaremos hoy para historia o piensas ir a práctica de baloncesto? –dijo el mismo Guillermo para esperar la reacción del adolescente y así notar algo extraño en su actitud, pero no pasó nada.
-Bueno, estudiemos, aunque debo ir a la práctica igual más tarde porque, no he rendido bien y el profe tiene especial cuidado conmigo, me tiene en la mira, no quiere que falle a nada, así que si quieres, aprovechemos al tiempo de inmediato y vayamos a la biblioteca.
El chico sorprendido decidió seguir el diálogo: "Esta bien, vamos" exclamó.
Koke hizo el que no sabía nada, para no levantar alguna supuesta sospecha, pero lo que en el fondo quería, era que Ignacio supiera, que él no estaría molesto por nada, pues, necesitaba hacer las cosas bien, de forma honesta y necesitaba volver a ser el niño de antes para eso.
Annys, se encontró con su mamá en el vestíbulo inicial, ya que debían decirle algo importante.
-Hola madre, vine a penas salí de clases ¿Qué ocurre? ¿Qué es lo tan urgente?
-Hija hola, mira, te traje esto, es para ti y de ahora en adelante podrás usarla para lo que necesites –la mamá le entregó una tarjeta de crédito a nombre de ella, en el fondo, le estaba entregando dinero sin límite para que pudiese gastar. La cara de asombro de Annys no tenía explicación, era como si un sueño de la infancia se estuviera cumpliendo.
-Por fin el viejo este hace algo bueno por los hijos que dejó, bueno mamá, gracias, la usaré bien, aunque el fin de semana recién podré salir a gastarla, en todo caso, podré comprarme comida ahora acá dentro. ¿Cómo está el Baku?
-Está súper, le ha ido bien, quieren enviarlo a una prestigiosa clínica en Santiago, porque es muy amable y tiene una gran acogida con el público de tercera edad, ya le pasé su tarjeta, lo primero que hizo fue comprarse ropa y unas zapatillas para trabajar más cómodo.
-Me alegro, de verdad se merece lo mejor del mundo mi hermano.
Este cuadro familiar, que se extendió por unos minutos, ocurría al mismo tiempo que Ángel se encontraba con Ignacio y Víctor en los dormitorios.
-Oye ¿Por qué te sacaron de la sala? ¿Pasó algo? –dijo Víctor.
-La verdad es que sí, chicos tengo una noticia que darles –respondió con pena en el rostro.
Ambos se preocuparon, pues, a juzgar por el tono de voz, no eran buenas noticias, pero el muchacho solo los estaba molestando y enseguida cambió su rostro y su tono a uno mucho más alegre.
-¡Me aceptaron en la Universidad de Artes Musicales en España con beca completa! –dijo con una gran emoción. Al instante, Víctor e Ignacio saltaron a felicitarle y comenzaron a celebrar en la habitación este gran suceso, pues, uno de ellos viajaría a estudiar el extranjero ya asegurado.
-Eso sí, hay algo que deben saber también –agregó Salas.
-¿Qué ocurre? –le dijo Ignacio.
-Pasa que, ellos tienen allá un colegio de secundaria, como la media acá, donde comienzan a impartir de antes diferentes asignaturas ligadas a la música y quieren que me vaya lo antes posible.
-Define lo antes posible –dijo Victor.
-El próximo mes –respondió el muchacho. Hubo un silencio que fue roto por Vitalli en seguida.
-¡Pues debes aprovechar!, no hay barrera de idioma y si te están dando esta oportunidad debes solo ir, arriésgate, es algo que siempre quisiste hacer, acá no te pueden dar la educación que necesitas para desarrollarte completamente, tienes que tomar esta oportunidad, debes.
-Sí, quizá cuantas cosas te estás perdiendo por estar acá, se que serás un músico muy exitoso, porque está en ti ese talento, aprovecha no más, todo –dijo el otro chico.
-Gracias, estoy demasiado feliz, de verdad, es una noticia que me alegra mucho, nunca pensé que llegaría tan lejos y eso que es solo el comienzo.
Tocaron la puerta de la habitación fuertemente, e Ignacio se paró de su cama, ya que era el que estaba más cerca de la salida, pero al momento en que llegó a abrir la puerta, no había nadie, solo un sobre con su nombre.
-¿Quién es? -se escuchó desde el fondo de la habitación.
-Nadie, solo hay una carta para mí, nada más.
-Uh, una fan –dijo Ángel.
-Cállate idiota, no creo que sea eso –le respondió Vitalli. Abrió la carta, mientras sus amigos seguían conversando entre ellos, pero se llevó una sorpresa que le puso la piel de gallina y su cuerpo tembló, pues había una nota escalofriante que decía "Se quien atropelló a Eliette y no lo creerías, te espero el sábado, medianoche, paradero 8".