De persecuciones y hermanos c...

By MariaRose95

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⌈YoonGi sólo quiere acercarse al lindo omega que acaba de llegar al instituto sin morir en el intento a manos... More

¡Bienvenidos!
¡Intro!
¡Uno!: distracciones bonitas y entrenamientos fallidos.
¡Dos!: vergüenzas constantes y clubes escolares.
¡Tres!: chicos no tan emos y castigos injustos.
¡Cuatro!: padres no tan cariñosos y encuentros que revolotean corazones.
¡Cinco!: omegas presionados y alfas encantadores.
¡Seis!: posibles parejas predestinadas y alfas no tan empalagosos.
¡Siete!: pequeñas señales y personas inseguras.
¡Ocho!: omegas escurridizos y pequeños momentos de sonrisas y sonrojos.
¡Nueve!: amigos preocupados y típicos fines de semana.
¡Diez!: pequeños escondites y malhumores repentinos.
¡Once!: vistazo a una vida conflictiva y más preocupaciones a la lista.
¡Doce!: situaciones incómodas y omegas sacados de quicio
¡Trece!: brownies de chocolate y números telefónicos.
¡Catorce!: pensamientos de enamorados y traumas de hermanos.
¡Quince!: padres molestos y malentendidos dolorosos
¡Dieciséis!: alfas lastimados y sentimientos de tristeza.
¡Diecisiete!: celos repentinos y alfas enloquecidos.
¡Dieciocho!: alfas enojados y madres comprensivas
¡Diecinueve!: peleas insensatas y nuevas amistades.
¡Veinte!: sensaciones complicadas y conciertos de hip-hop (pt.1)
¡Veintiuno!: sensaciones complicadas y conciertos de hip-hop (pt.2)
¡Veintitrés!: emociones conflictivas y fiestas de adolescentes.
¡Veinticuatro!: amigos desaparecidos y omegas enfermos.
¡Veinticinco!: peleas entre amigos y sospechas entre alfas.
¡Veintiséis!: omegas incómodos y besos amorosos.
¡Veintisiete!: partidos de basket y problemas familiares.
¡Veintiocho!: aventones a casa y alfas misteriosos.
¡Veintinueve!: cenas familiares y lobos heridos.
¡Treinta!: regalos sorpresivos y alfas consolados.
¡Treinta y uno!: conversaciones vergonzosas y omegas con olor a rosas.
¡Treinta y dos!: visiones diferentes y mariposas en el estómago.
¡Treinta y tres!: hermanos desesperados y amistades casi románticas.
¡Treinta y cuatro!: betas algo egoístas y alfas competitivos.
¡Treinta y cinco!: "alfas" hipócritas y exámenes finales.
¡Treinta y seis!: confesiones a medias y disculpas necesarias.
¡Treinta y siete!: un omega resignado y un omega enamorado.
¡Treinta y ocho!: vidas aparentemente secretas y finales culminados.
¡Treinta y nueve!: hermanos "egoístas" y citas "complicadas".
¡Cuarenta!: más padres insensibles y preparativos para eventos importantes.
¡Cuarenta y uno!: adolescentes celosos y charlas desagradables.
¡Cuarenta y dos!: desahogos emocionales y hermanos enojados.
¡Cuarenta y tres!: reconciliaciones torpes y conflictos amorosos secretos.
¡Cuarenta y cuatro!: competencias de karate y betas rebeldes.
¡Cuarenta y cinco!: eventos de verano y confesiones traumáticas
¡Cuarenta y seis!: concursos de belleza y alfas atrapados en el baño

¡Veintidós!: citas fallidas y madres salvavidas.

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By MariaRose95

HoSeok se terminó de vestir y se miró con curiosidad en el espejo, esperaba que no se viera demasiado exagerado o muy simple, estuvo quizás cuarenta minutos pensando en qué ponerse y cuando lo logró, salió con una sonrisa de su habitación. En el momento que se asomó por el final de las escaleras observó a sus padres sentados en la mesa de la sala con sus computadoras, sus cuadernos y demás cosas que solían usar a cada momento del día porque no eran capaces de pensar en algo más que no fuera el trabajo.

—Hasta luego, voy a salir —avisó.

—Bien —dijo su padre, su madre asintió.

Con un suspiró caminó hasta la puerta, tomó sus llaves y salió de la casa sin estar en absoluto sorprendido de que ninguno de los dos le hubiera preguntado a dónde iba.

Con pasos lentos se acercó hasta la parada de autobuses mientras miraba su celular, considerando si debía enviarle un mensaje a TaeHyung o no, quizás si le dijera que estaba en camino el alfa podría sentirse presionado, pero quizás si no enviaba nada el alfa pensaría que no estaba listo ni siquiera.

Ante ambos pensamientos apretó sus labios, mirando con frustración la pantalla de su celular y sintiendo una pequeña molestia apoderarse de su pecho. Bien, ¿y ahora qué? ¿Qué iba a hacer? Las opciones en su cabeza corrían en círculos y los nervios lo estaban comiendo vivo, si tan sólo...

«¡Voy en camino!» leyó en la pantalla y todo pareció relajarse alrededor de él. Le contestó igualmente y con una sonrisa se subió al autobús que había llegado.

Sí, quizás HoSeok era un poco ansioso.

El camino hasta la heladería fue tranquilo y a pesar de que estaba frente a aquel sueño que había tenido todos los días desde que conoció a TaeHyung, no terminaba de asimilar que realmente estaba sucediendo, entonces su corazón no comenzó a latir con fuerza sino hasta que entró al establecimiento y vio al contrario sentado en una de las meses frente al gran ventanal.

Por un segundo consideró seriamente la idea de huir como el cobarde que era, al menos hasta que TaeHyung lo miró y lo saludó con una sonrisa.

Bien, él podía con esto.

Tomó aire y se acercó.

—H-Hola... —se sentó frente al alfa cuidadosamente—, ¿ya pediste algo? Puedo pagar yo —dijo rápidamente—. Uh, aunque si no quieres está bien...

TaeHyung se veía realmente guapo, llevaba unos pantalones negros casi ajustados, una camisa blanca y una chaqueta de jean, era casi como si el estilo del día anterior hubiera desaparecido por completo y se dio cuenta de que quizás el alfa era alguien a quien realmente le gustaba combinar diferentes estilos de ropa.

Le gustaba mucho eso.

—¿Uh? No, no, no se preocupe, yo puedo pagar mi helado —se rió.

Colocó ambas manos sobre sus piernas, tratando de drenar sus nervios.

—¿No llevas mucho tiempo esperando, cierto? —trató de relajarse, estaba seguro de que su cara estaba roja y quizás estaba temblando solo un poco, por lo que se dio ánimos a sí mismo.

—No, está bien —hizo un ademán con su mano.

HoSeok ya podía sentirse un poco más tranquilo, comenzó a pensar que los nervios de hace un momento y las náuseas que había tenido mientras se vestían había sido para nada.

Ahora sí estaba dispuesto a relajarse.

—¿Cuándo crees que van a llegar los demás? —preguntó animadamente.

Y el beta se quedó en blanco un segundo, su sonrisa congelándose.

—¿Cómo? —fingió no escuchar bien, esperaba que fuera el caso.

—Claro, ¿van venir los demás, no? —preguntó dudoso.

HoSeok no supo cómo reaccionar en ese momento y sintió como su alma caía a sus pies, de manera inminente un nudo se formó en su garganta y se negó a ponerse a llorar en ese segundo, TaeHyung no tenía la culpa, por supuesto que no, él se lo había preguntado cuando estaban todos juntos en el autobús, era probable que lo primero que había pensado era en que todos irían por helado, no fue específico... era un idiota.

—Dame un segundo... —le sonrió y se levantó de la mesa, dirigiéndose al baño del local con más velocidad de la que quería demostrar.

Quería llorar.

—Entonces, me cubrieron de agua casi como si estuviera en un parque acuático, fue genial —contaba YoonGi animadamente mientras caminaba por su habitación, escuchando una dulce risa al otro lado—. Oh, y hubieras visto la cara de TaeHyung cuando eso sucedió, creo que ese chico sólo ha ido a eventos de poesía o música clásica —la risa se hizo más fuerte.

—Hyung, se oye realmente genial, me hubiera gustado acompañarlos —decía JiMin sin poder dejar de reírse, su voz tan alegre era música para los oídos del alfa.

—A la próxima, vamos a secuestrarte para que puedas acompañarnos —decía en tono de broma y el menor siguió riéndose.

—¡No puede secuestrarme, se meterá en problemas, Hyung! —decía casi sorprendido—. Mal Hyung, muy mal.

YoonGi casi suspira enamorado, no podía creer que JiMin hablara tan adorable.

—Creo que valdría la pena —dijo sincero, sentándose sobre su cama y mordiéndose el labio inferior. Casi podía sentir sus mejillas completamente rojas y de alguna manera, sentía que JiMin estaba exactamente igual—. Uh, creo que no debí decir eso —actuó dudoso, JiMin rió suavemente.

Lo que sentía en su corazón ahora mismo, era algo tan pacífico y dulce que la sonrisa en su rostro no dejaba de brillar.

—No me molesta que piense eso —su voz tranquila hizo sentir al alfa en una nube—, además...

De repente el tono de llamada de YoonGi aturdió sus oídos y miró su celular con duda, HoSeok lo estaba llamado.

—Ya regreso, HoSeok me llama —le dijo un poco desanimado, a pesar de que habían estado hablando prácticamente desde el día anterior, él no quería despedirse aún si fuera por unos minutos—. Vuelvo en un segundo —sonrió.

—Está bien~ —YoonGi suspiró como un tonto enamorado.

Le colgó y contestó la llamada a su amigo, su tono de voz quejumbroso.

—HoSeok~, estaba hablando con Ji...

—Necesito que todos vengan ahora.

YoonGi frunció sus cejas cuando escuchó el tono de voz desesperado de su amigo.

—¿Qué sucede? ¿Tae Hizo algo? —su modo protector salió y se levantó de la cama, pero HoSeok suspiró.

—No hizo nada malo... él piensa que esto es una salida grupal —se oía decepcionado y con voz ahogada—. No quiero explicarle tampoco, honestamente mi energía se fue por completo...

YoonGi frunció sus cejas, pensando en lo idiota que debía ser TaeHyung para pensar algo como eso y con un suspiro caminó hasta su armario.

—Mandame la ubicación, llamaré a Nam —le dijo lanzando una camisa y un pantalón hacia la cama, HoSeok pareció suspirar de alivio.

—Apresúrense por favor, creo que estoy considerando seriamente la idea de ahogarme en el inodoro —comentó con más seguridad de la que YoonGi esperaba y el alfa negó con la cabeza.

—Dame unos minutos, dile a ese alfa estúpido que nos quedamos dormidos —HoSeok le agradeció y colgó la llamada.

YoonGi rápidamente le marcó a JiMin para explicarle por qué debía irse y cuando el omega le contestó, él quizás tuvo una idea un poco ridícula.

NamJoon abrió la puerta de su casa y miró a YoonGi con flojera, el alfa estaba vestido y fresco como lechuga y él honestamente se sintió el doble de cansado. Lo miró en silencio, esperando a que le explicara por qué estaba tan temprano en la puerta de su casa si la fiesta era como a las seis de la tarde, el alfa tampoco estaba sonriendo y él enarcó una ceja.

—HoSeok está en una cita con Tae, pero Tae piensa que vamos a ir todos y HoSeok entró en pánico —explicó, sus manos en los bolsillos y su expresión aburrida daban a entender que tampoco le hacía nada de gracia la situación.

NamJoon alzó ambas cejas, su cara igual de neutral pero ahora quizás tenía más expresión que hace un segundo.

—¿Tenemos que ir a rescatarlo? —preguntó, cruzándose de brazos.

—Básicamente —asintió.

NamJoon suspiró y se metió nuevamente en su casa, YoonGi lo siguió y ambos subieron a su habitación. El alfa se recostó sobre la cama de NamJoon, sintiendo el ligero olor del omega impregnado en las sábanas y se giró cuando este comenzó a cambiarse de ropa, aquello eran algo que ambos hacían desde que tenían memoria y aunque quizás habría sido mucho más fácil para NamJoon dejar a YoonGi afuera de su casa esperando a que se vistiera, él no era tan cruel.

Repentinamente NamJoon recordó el día en el YoonGi visitó su casa por primera vez y se cayó subiendo las escaleras hasta su habitación, perdiendo un diente en el proceso por lo que al día siguiente fueron a comer helado con el dinero del ratón.

El Omega sonrió por el recuerdo.

—¿Ya te sientes mejor? —preguntó YoonGi—. Sabes que si te sientes igual que ayer no tienes que salir.

—Dilo cuando sólo me falta ponerme los zapatos —el alfa lo miró, Nam se sentó en la cama para colocarse al calzado y YoonGi se apoyó en su almohada, mirándolo con reproche—. Y sí me siento mejor, lo de ayer habrá sido algo que comí —explicó.

YoonGi hizo una mueca de no creerle por completo y, claro, NamJoon no iba a decirle que de hecho el malestar seguía ahí, no era tan fuerte como ayer pero él no iba a perderse la fiesta de ese día ni mucho menos se quedaría en su casa con su padre si podía evitarlo, aparte, HoSeok los necesitaba a los dos y aquella era una razón más que suficiente.

—Te digo que estoy bien —le sonrió ladino y se levantó—. Vamos.

YoonGi asintió y después de estirarse en la cama ajena, se levantó y siguió a NamJoon.

—Gracias por dejar mi cama apestando a ti —le dijo mientras caminaban hacia la salida, YoonGi le sonrió en grande.

—Para que te acuerdes de mí cada vez que duermas —le dijo, guiñando un ojo, luego miró por sobre su hombro hacia el sofá de la sala.

El padre de NamJoon no parecía estar en la sala, por lo que YoonGi pudo caminar tranquilamente sin tener la mirada de ese hombre pegada en la espalda o algún comentario con respecto a lo que había dicho. Recordaba todas las veces que ese hombre se había burlado de él por su apariencia o había hecho algún comentario despectivo hacia el hecho de que fuera un alfa tan pequeño, NamJoon nunca había profundizado en aquel tema, pero YoonGi sabía que el hombre no era alguien que lo hiciera plenamente feliz.

—¿Dónde es la heladería? —preguntó el omega cuando se sentaron en la parada de autobuses, YoonGi se sentó junto a él, mirando el vehículo llegar.

—A unas tres paradas, te mandé la ubicación antes de llegar a casa por si mi celular se apagaba —le dijo, NamJoon asintió con su celular en la mano y tecleando un mensaje, YoonGi de inmediato se inclinó a ver qué estaba haciendo pero NamJoon lo apartó.

—Metiche —se levantó cuando llegó el autobús.

YoonGi lo miró con ojos de sospecha y subió al vehículo.

JiMin caminaba de un lado a otro en su habitación, nervioso y un poco ansioso.

Sostenía el celular en su mano y en su cabeza se formaban miles de escenarios que le anunciaban lo mal que saldría su plan, era más que obvio que su padre y ChanYeol harían un escándalo por lo que no estaba seguro de cómo se suponía que hiciera lo que tenía pensado.

Claro, YoonGi le había dicho que realmente no era necesario, sabía las limitaciones que tenía JiMin con respecto a todo, pero el omega tenía aquella sensación molesta en el pecho que le decía que el alfa estaría tan jodidamente feliz por verlo ahí, claro, YoonGi no se lo había dicho, sus palabras fueron "si se pudiera, sería genial", pero JiMin tenía la sensación (y no era por ser egocéntrico) que YoonGi habría querido expresar más y, de hecho, él también quería hacerlo.

Se dejó caer sobre su cama, suspirando rendido. ¿Es que acaso todas las personas que se escapaban de casa tenían esa misma culpa y miedo enorme? Aunque no, él no iba a escaparse, simplemente iba a salir un momento sin que nadie se diera cuenta y regresaría antes de que siquiera pudieran notarlo, eso no era escaparse, simplemente estaría omitiendo el paso de pedir permiso y eso no era algo grave.

Gruñó. Claro que era algo grave.

Se sentó con las piernas cruzadas, pensando mil cosas y descartando todas las ideas que se le cruzaban, no había manera de que pudiera salir.

De repente, su madre abrió la puerta de su cuarto.

—JiMin, pensaba hacer galletas, ¿te gustaría ayudarme? —preguntó alegre y el omega la miró sin muchos ánimos.

—Está bien —se levantó de la cama a pesar de todo, nunca le diría que no a su madre.

—¿Sucede algo? —preguntó antes de que JiMin saliera de su habitación y ella entró por completo, cerrando la puerta detrás de ella—. ¿ChanYeol volvió a...?

—No, él no ha hecho nada ahora —sonrió ladino y miró el suelo—. Es una tontería.

—Sabes que puedes decirme lo que sea, hijo —le dedicó una mirada suave y JiMin no pudo ocultar más su expresión decepcionada.

—Uh... unos amigos me invitaron a comer helado... —dijo, la mujer lo miró con interés.

—¿Por "amigos" te refieres a YoonGi? —preguntó directa, JiMin sintió la cara roja.

—¡N-No...! —se quedó callado un segundo—. Bueno, sí, él me invitó —la mujer sonrió—, pero irán sus amigos, y quiere que vaya... bueno no me dijo eso exactamente, solo dijo que le gustaría que fuera... —por los nervios, ya estaba jugando con sus dedos y haciendo pucheros.

La mujer lo miraba con cariño y JiMin estaba completamente avergonzado, ella ciertamente era más cercana a su hijo menor y a pesar de no haber superado el pasado por completo, ella era una soñadora y creyente de las leyendas, sabía que JiMin no podía estar en un mal lugar si se encontraba con su predestinado y si ese tal YoonGi lo era, ella no podía oponerse aquello.

Claro que su esposo era otra historia, él ciertamente no había dejado ir los malos recuerdos y su instinto de alfa no iba a aplacarse tan fácil como le gustaría, hacía años la protección había sido realmente atractiva pero ahora, la veía como una manera de encierro para su hijo.

—Creo que tengo una idea —le dijo ella, JiMin la miró con ojos brillantes y la abrazó.

El alto alfa en la sala quien revisaba papeles se quitó las gafas y miró a su esposa caminar junto con su hijo menor hacia la puerta de la sala, y miró dudoso a ambos.

—¿A dónde van? —preguntó curioso cosa que no se notaba muy bien por su ya común voz fuerte, ambos se giraron y lo miraron con duda.

—Vamos a comprar cosas para las galletas —explicó ella—, ¿algún problema? —el hombre sintió en su lazo una sensación de estar ofendido y enarcó una ceja.

—No, pero pensé que tenías todos los ingredientes —le dijo, ahora un poco dudoso—. Habías dicho que harías de chocolate.

—Ah, entonces me estabas escuchando —ella dijo con los brazos cruzados, él retuvo las ganas de reírse—. JiMin tenía antojo de galletas de jengibre pero no tengo para hacerlas, entonces iremos por los ingredientes, vamos cariño.

—Bien, ¿pero no quieren que ChanYeol...?

—No, está bien —ella apresuró a JiMin y este salió de la casa—. Nos vemos~ —cerró la puerta.

El hombre cerró la boca y con duda, volvió a regresar su atención a sus papeles.

—Entonces... ¿Sócrates fue asesinado por ser un metiche? —dijo HoSeok con duda, TaeHyung soltó una risita adorable, sus ojos desapareciendo y mostrando aquella sonrisa rectangular que HoSeok podría decir que adoraba.

—Buen resumen —dijo, haciendo un ademán con su mano y señalando a HoSeok—, pero seguro si ponía eso en el examen el profesor Choi me habría lanzado el borrador a la cabeza.

HoSeok rió igualmente y miró a TaeHyung con sus ojos brillantes.

Bien, quizás la cita no había salido como esperaba pero Tae no había dejado de actuar como lo hacía siempre y él no iba a volver incómodo el ambiente tampoco, quizás incluso debería tomar aquello como una señal; no era el momento de pedir citas y debería darle un poco más de tiempo a TaeHyung, además de darle más señales porque ciertamente el alfa nunca se habría dado cuenta de que era una cita a menos que se lo dijera directamente. Pero a pesar de todo, ahora estaban ahí, hablando de las clases de filosofía de TaeHyung y comiendo helado.

Ahora podría decir con más seguridad que sabía cómo pensaba Tae, el alfa sólo era demasiado despistado.

—Oh, empezaron sin nosotros —HoSeok miró hacia arriba y se encontró con la mirada de NamJoon.

En ese momento pudo sentir que un peso era soltado de sus hombros y les sonrió a ambos con alivio.

—¡Hola! —saludó Tae sonriente—, se tardaron~, ¿qué hacían? —los miró con ambas cejas moviéndose juguetonamente.

—NamJoon quería coger entonces... —el omega le dio un golpe en la nuca tan fuerte que YoonGi pudo sentir su cerebro temblar—. ¡Ay! —lloriqueó.

HoSeok se tragó una carcajada pero TaeHyung no pudo callarse.

—Agradece que no fue una patada en otro sitio —dijo tronando sus nudillos y sentándose al lado de HoSeok, su expresión de pura maldad y el reciente golpe no fueron suficiente para que YoonGi dejara de mirarlo con coquetería falsa—. Sólo habíamos olvidado a qué hora era, nos quedamos dormidos.

—Sí, lo sentimos, ¿deberían pagarnos con helado gratis? —preguntó YoonGi.

—Ustedes llegaron tarde, ¿por qué tendría que darles helados gratis? —decía quejándose y riéndose.

HoSeok miró a ambos con un "gracias" pintado en sus ojos, YoonGi sólo le lanzó un guiño y NamJoon le despeinó su cabello.

—¿Y saben algo de JungKook? —preguntó el peli-gris, todos lo miraron—, ¿o no vendrá?

—Uh... —YoonGi miró a HoSeok y este se encogió de hombros.

—No sabemos, le mandé un mensaje pero no me ha respondido —dijo NamJoon mostrando su celular y dejándolo sobre la mesa—. Pero bueno, eventualmente lo veremos, si es que quiere ir a la fiesta de ChaeYoung.

—Menos mal que van, pensé que iba a pasarla solo —parecía aliviado.

—¿Y todas esas personas que se sientan contigo en el almuerzo? —HoSeok miró mal a YoonGi pero este no iba a detenerse a preguntar—, siempre pareces rodeado de muchos amigos.

TaeHyung sonrió suavemente, una sonrisa que no llegó a sus ojos.

—Puedo ser muy social pero eso no significa que realmente todos ellos sean mis amigos —explicó tranquilamente—, además, son unos idiotas —le dio un pequeña mirada a HoSeok y esta vez, sonrió más brillante para posteriormente meter una cucharada de helado en su boca.

—Si tu principal razón para no hablarles es porque son idiotas, pues tenemos un problema —NamJoon se señaló junto a sus dos amigos y Tae volvió a reírse.

—Ustedes me agradan —sonrió brillante, diciéndolo con honestidad—. No son un montón de egocéntricos pensando en las apariencias.

—Espero que no nos hayas dicho que somos feos indirectamente —NamJoon enarcó una ceja.

—¡Claro que no, Hyung! —se carcajeó, un poco avergonzado—. Simplemente me parecen mejor que los demás con los que me juntaba~ —dijo en un tono cantarín. 

—Eso es bueno, al menos no sabemos que sólo estás con nosotros por la fama —dijo más seguro de lo que debería, cosa que hizo reír a más de uno y hacer que NamJoon lo mirara como si fuera un estúpido—. Entonces puedes ser parte de nuestro genial grupo de raros, tu iniciación será pagar los helados.

Antes de que NamJoon pudiera reclamarle por ser tan estúpido, TaeHyung se levantó, sacando su billetera.

—Bueno, suena justo —YoonGi se levantó, dándole espacio para pasar—, pero no pagaré segundas rondas.

—No tienes que pagarlos —NamJoon trató de detenerlo, pero Tae hizo un ademán con su mano mientras se acercaba a la caja

—No pensé que llegaría tan lejos —comentó YoonGi, sentándose y mirando a los otros dos con una sonrisa, pero NamJoon lo miraba con reproche—. Si no quieres tu helado, me lo das.

—No te voy a dar mi jodido helado —se quejó como un niño, HoSeok se golpeó la frente—. Tae, yo quiero cualquiera menos de menta con chocolate —el alfa le hizo la seña de pulgar en alto.

—Ustedes dos... —HoSeok los miró mal.

De repente, la expresión de NamJoon cambió a una curiosa y confusa, sus ojos fijos en la ventana del local y mirando a espaldas de YoonGi quien, al notar como la expresión de HoSeok se transformó en la misma, frunció sus cejas y se giró.

Entonces, sintió su corazón dar un vuelco.

Sus ojos se encontraron con los de JiMin y sus mejillas se encendieron de inmediato, no pudo evitar sonreír y levantarse de su asiento como si toda la energía del mundo hubiera sido inyectada en sus venas. Escuchó a NamJoon decirle algo, pero él ya estaba caminando hacia la entrada del local para recibirlo, y fue en ese momento que se dio cuenta de que venía con otra persona.

Ahora estaba más rojo.

—Uh, h-hola —saludó lo más amable que pudo, inclinándose un poco hacía la mujer en modo de respeto, la mujer lo imitó extendiendo su mano y YoonGi la tomó en un apretón—. Soy YoonGi —se presentó automáticamente, ella era omega, su olor era suave y frutal como el de JiMin, así que definitivamente era su madre.

La mujer miraba con atención al contrario y YoonGi sintió su existencia entera sudar de nervios. No tenía idea de lo que ella estuviera pensando pero esperaba que no fuera algo malo, sino,¿cómo se casarían sin una bendición? 

A menos que se escaparan... 

—JiMin me ha hablado de ti —ella detuvo el rumbo de sus pensamiento.  El mencionado parecía estar más rojo que YoonGi y el alfa lo miró por un segundo, casi derritiéndose del amor que sentía en ese momento—, es un gusto igualmente, YoonGi-ssi —la mujer le sonrió.

El alfa colocó las manos detrás de su espalda con nervios y se puso derecho tratando de verse lo mejor posible, cosa que nunca hacía y que estaba haciendo que NamJoon se carcajeara a más no poder. Él no esperaba que tuviera que conocer a alguno de los padres de JiMin tan pronto, pero si el menor lo decidía así, pues bienvenido sea, eventualmente pasaría, como la boda en la playa.

—Me avisas de cualquier cosa, ¿sí? —miró a su hijo—. Trataré de que tu padre no enloquezca, pórtate bien —el omega asintió y su madre le dio un abrazo—. Cuídalo —le dijo a YoonGi antes de caminar de vuelta a casa y este asintió rápidamente, provocándole una pequeña risa a la mujer que hizo desaparecer sus ojos en dos líneas, ahora sabía de dónde lo habría heredado JiMin.

Cuando la mujer estaba lejos, JiMin le dedicó una mirada a YoonGi y este, casi suspirando, se hizo a un lado para que pasara. Aún no se podía creer que el menor estuviera ahí frente a sus ojos sin tener a ChanYeol detrás de él y más aún, con su madre dándole permiso. Se sintió realmente feliz y como si JiMin pudiera leer sus pensamientos, él también sonrió.

—¿Crees que le caí bien? —preguntó de repente, JiMin rió.

—Seguro que sí —JiMin cubrió su sonrisa son su pequeña mano y YoonGi tuvo tantas ganas de besarlo en ese momento.

Entonces YoonGi suspiró.

—Sí viniste —parecía no creérselo, embelesado por la cara del menor.

—Sí vine, Hyung —le dijo sonrojado, sin poder mantener la mirada fija en los ojos de YoonGi por más de medio segundo—. No podía quedarme en casa si usted me había pedido que los acompañara —le dijo ligeramente coqueto y YoonGi casi se arrodilla frente a él por lo adorable que lucía.

Joder, si JiMin le ordenara cualquiera cosa, él la haría sin dudarlo. Lo tenía completamente enroscado a su dedo meñique.

—¿Cómo lograste conseguir permiso? —se rascó la nuca, sintiendo cada parte de su cuerpo temblar de la emoción, quería abrazarlo y olfatearlo completo, el aroma de JiMin lo estaba drogando de la mejor manera y no lo sabía, pero lo mismo estaba pasando con el menor.

—Tengo mis métodos —se rió y YoonGi sintió su corazón doler de lo mucho que se apachurró por tan linda voz, tan lindos ojos y rostro—. Y mamá está de mi lado ahora.

—Creo que ahora amo a tu madre —dijo de inmediato y JiMin rió.

—¡Si no vienes me comeré tu helado! —NamJoon los sacó de su burbuja y YoonGi lo miró mal.

JiMin miró un poco dudoso al grupo que estaba sentado a unos metros de ellos, pero YoonGi le dedicó una mirada tranquila e hizo un ademán para que caminara, el omega le sonrió suavemente y ambos caminaron hasta la mesa.

—Hola —saludó a todos con nervios, HoSeok le sonrió y NamJoon sólo comía de su helado.

—Te compraré un helado, ¿de cuál sabor te gusta? —preguntó YoonGi, JiMin lo observó con sorpresa.

—No tiene que comprarlo, Hyung...

—¿Fresa? —adivinó y el menor se sonrojó nuevamente, asintiendo—. Fresa será —le lanzó un guiño y caminó hasta la caja.

NamJoon hizo una expresión de asco solamente para HoSeok y este viró los ojos por lo inmaduro que era.

—Hola chiquitín —saludaba Tae mientras JiMin se sentaba a su lado y soltó una risita cuando el omega estornudó repentinamente—. Salud~.

—Gracias —frunció un poco su nariz, sin entender qué lo había provocado.

—¿También eres parte de este grupo de raros? —le preguntó el alfa a su lado, recibiendo una mirada de duda.

—No creo que sean un grupo de raros —dijo honestamente, NamJoon lo miró un segundo.

—YoonGi jura que nos llamamos así —comentó HoSeok—, aunque no te hizo pagar por los helados así que debes ser su miembro favorito —se rió y JiMin lo miró con una sonrisa avergonzada.

—Creo que me siento halagado —decía completamente alegre.

—¿Entonces amarraron a ChanYeol para que puedas estar aquí o nadie lo sabe? —preguntó NamJoon—. Aunque si te escapaste, no te culparía, sólo que seguro nos matarán si te encuentran aquí.

—Oh, no —negó con la cabeza—. Mi mamá me ayudó, aunque no estoy seguro de cuánto tiempo tenga —dijo con convicción, el omega más alto hizo un sonido de entendimiento.

—¿Entonces tu mamá está de acuerdo con que salgas con personas que no conoces? —preguntó un poco más rudo de lo que se esperaba, JiMin frunció un poco sus cejas y HoSeok miró mal a NamJoon—. Sólo digo...

—A mi me conoce —dijo Tae animado y defendiendo a JiMin—, además, no nos vemos como asesinos potenciales, creo que vio que somos dulces ángeles del cielo —HoSeok rió.

—Seguro~ —apoyó el beta—, o al menos no vio a NamJoon.

Todos en la mesa rieron menos el más alto quien infló una de sus mejillas mientras paseaba su mirada por el local, YoonGi estaba recibiendo su helado.

—¿Irás a la fiesta? —preguntó el alfa sonriente, colocando su hombro sobre el respaldo de los asientos con confianza y JiMin lo miró con confusión.

—¿Fiesta? —ladeó la cabeza.

—Creo que te había hablado de ella hace unas semanas —le dijo YoonGi cuando regresó, dejando un helado frente al contrario y sentándose junto a NamJoon—, pero si no puedes ir está bien, creo que es mucho que te dejen haber llegado hasta aquí.

—Bueno, sí lo veo poco probable —tomó la cucharilla de plástico y se metió un poco de helado a la boca, sonriendo automáticamente por el sabor, una sonrisa completa y directamente dirigida hacia YoonGi—. Gracias, Hyung... —agradeció el helado.

—No hay de que~ —decía YoonGi, apoyando su mejilla sobre su puño cerrado y admirando la belleza de Park JiMin.

NamJoon le acercó a YoonGi el helado que había dejado abandonado y este lo tomó sin dudarlo, comiéndolo feliz.

Después de eso todos comenzaron a conversar sobre temas triviales, algunas veces regresando a las clases de filosofía de TaeHyung y opinando al respecto, JiMin no podía dejar de reír con las ocurrencias ajenas y cada vez que el omega soltaba alguna de sus adorables carcajadas YoonGi lo admiraba como una obra de arte, al menos hasta que NamJoon se hartó y le dio un golpe en la nuca que hizo a JiMin reírse más fuerte y luego disculparse por haberlo hecho. YoonGi se quejó, recibiendo consuelos de su omega soñado, pero NamJoon consideró que si al rubio le divertía ver al alfa sufrir, quizás sí podrían llevarse bien.

No había sido una salida tan mala para HoSeok, pero se preguntaba qué podría estar haciendo JungKook para no haber aparecido.

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