Koke abrió su teléfono al ver un mensaje desconocido, cuando lo leyó, ya no se sorprendió, sabía que Ignacio conocía su número de memoria y que no dudaría en escribirle, es más, estaba preparado por si algún mensaje de él le llegase. Imaginó dicha situación en su mente por mucho tiempo, desde que Vitalli había desaparecido, tarde o temprano, si estaba vivo, tendrían que verse las caras y ya se estaba cansando de huir cada vez que se encuentra frente a un problema, sin embargo, no contestó dicho mensaje y solo volvió a bloquear su celular mientras observaba una pistola en su pieza, misma pistola con la que disparó hacia el adolescente.
Por otro lado, el día había llegado, Annys se reunió junto a su madre y junto a Benjamín, su hermano, en su casa. Aquel fin de semana era perfecto para hablar del tema de su padre, ya que estarían los 3 reunidos para conversar in interrupciones.
-Bueno, habla mamá, ya nos hiciste esperar bastante, queremos que nos cuentes toda la verdad acerca de mi padre y por qué decidió irse –dijo la muchacha enfadada, pues el tema no le lograba cerrar del todo, quitándole el sueño por algunas noches y afectando su concentración en clases.
-Sí mamá ¿Cómo es posible que nos enteremos por la prensa de algo tan delicado? ¿Qué pasó por tu mente? –agregó Baku.
-A ver, primero, se que debo pedirles perdón, no debería haber mentido con algo así, debí haberles dicho la verdad desde el inicio, pero mi egoísmo y orgullo no me permitieron lograr eso. Sé que no soy la mejor madre del mundo, lo único que he querido siempre es cuidarlos y no quiero que sufran o lloren por causa mía o de su padre, deberíamos darles alegrías y no problemas –antes de que continuara, fue interrumpida por Annys.
-¿Por qué se fue? ¿Por qué nos abandonó y se largó de la noche a la mañana? Lo creíamos muerto mamá, imagínate como me sentía yo, al saber que viajaría y que su avión se estrelló ¡No pude velarlo mamá, no pude despedirme de él! ¿Sabes cuantas cosas extraño de mi padre? Cosas que hacía en mi niñez con él y que quería repetir mucho. ¿Pero qué ocurrió? Estaba al otro lado del mundo, gozando la buena vida, mientras yo le pensaba y recordaba. Dímelo mamá ¿Por qué se fue? –gritaba su hija con lágrimas en los ojos.
-El nunca murió, les dije que tenía que viajar, efectivamente era cierto, iba a España, por su trabajo logró un puesto de investigación allá, pero cuando llegó al país, me dejó, tenía a otra, otra que le convenció de viajar con él para hacer sus vidas allá, fue por trabajo, sí, pero también por amor, el quiso dejarnos, el quiso olvidarse de nosotros, el lo quiso así y yo le prometí, que nunca más iba a saber de nosotros. ¿Creen que para mí fue fácil? ¿Saber que mi esposo se larga con una más joven, dejándote de lado a ti y tus 2 hijos pequeños? Quizá, si hubieran sabido la verdad cuando pequeños, no lo hubieran entendido, por eso fue más fácil decirles que había fallecido –dijo la madre con voz quebrada.
-Creo, que con la edad más avanzada podrías habernos dicho madre, podríamos haberte incluso comprendido, el por qué de tu actuar y tu forma de ver todo, este dolor te lo guardaste por mucho tiempo sola, no vuelvas a hacerlo –agregó su hijo.
-Entonces ¿Nunca se casó? Porque, por algo somos los herederos ¿no? Los medios dijeron que era soltero –añadió Anny un poco más tranquila.
-Exacto, todo cae por su propio peso, al cabo de unos años, supe que esta tipa lo dejó por otro más joven y millonario, de su misma empresa, por lo que se quedó solo, hasta el día de su defunción. Como nunca volvió a Chile y no pidió el divorcio, aún estamos casados y por ende, soy su viuda. Ya me contactaron y me harán traspaso de sus propiedades en España, acá en Chile y de sus acciones, proyectos y parte de su empresa. Sé que es un cambio repentino, pero si tuvimos que trabajar para ganarnos todo lo que tenemos, hoy se nos está dando lo que merecemos de por ley.
-Será un cambio grande mamá –dijo Baku hacia ella. En este instante, Annys se levantó del sillón, abrazó a su madre por un corto tiempo y se largó a su pieza.
-Dale tiempo mamá, ya procesará todo, créeme, no es fácil enterarse de tanto en poco tiempo, pero, estaremos bien, yo se que sí –el chico abrazó a su mamá como símbolo de apoyo y soporte.
El lunes llegó y con ello vinieron las primeras evaluaciones en el colegio. El ambiente era algo tenso entre algunos, pero otros lo tomaban muy relajado, como Yerko, quién solo estudiaba lo que veía en clases y no repasaba fuera del aula. Llegando la última hora, Koke fue a su encuentro con Aline. Isadora lo vio acercándose pero no hizo comentario y solo siguió.
-Él me habló –le dijo a ella.
-¿Cómo? ¿Qué cosa? ¿Quién? –le responde bajando un poco la voz.
-El Igna, me habló, me mandó un mensaje, quiere que lo visite... -Aline lo interrumpió de golpe.
-No te atrevas, no puedes, o que ¿Le harás caso ahora? –le contestó.
-No sé, no, no creo que vaya, aparte de ir, es imposible que me reciba ¿no? Porque él, el me odia ¿cierto? –decía el chico.
-Claro que sí, no tienes nada que hacer con él –mientras le respondía, divisó a lo lejos a Ángel conversando con Victor, quién le contaba algo de forma sospechosa.
-Mi amor, debo dejarte, recordé que tengo unos libros en la sala que tengo que sacar para estudiar, nos vemos más rato –Aline besó a su novio y salió en dirección contraria: quería acercarse para lograr escuchar algo de lo que ellos hablaban. Debido al término de jornada, había mucho ruido por todos lados, lo que dificultaba el poder oír con exactitud, pero a la vez, era más fácil acercarse debido a la gran fluencia de personas. Una vez que estuvo cerca, logró oír que Víctor decía: "Yo escuché sus voces, eran ellos reconociendo que habían hecho algo". En ese instante Aline entró en una nube de rabia, sus ojos se nublaron y decidida, fue a encarar a Victor, pero antes de que pudiera hacer algo, alguien le da vuelta el hombro bruscamente: era Isadora.
-¿No te enseñaron a no escuchar conversaciones ajenas, estúpida? –Y le dio vuelta la cara de una cachetada –esto es por mi hermano, por mi y por todas las weas e imbecilidades que haces y piensas.
-¡Tonta, mi cara! –dijo Aline y se abalanzó sobre Isadora haciéndola caer al piso. Ambas chicas protagonizaron una nueva riña, más fuerte que la anterior, los asistentes notaban combos, uñas, incluso un poco de sangre. Parte de los alumnos que se encontraban en aquel lugar, incluyendo Victor y Ángel, intervenían para poder separarlas, pero solo cuando llegaron los profesores con la directora se detuvo el asunto.
-Basta, ustedes dos ya me tienen hasta el colmo, todos tenemos diferencias, deben aprender a lidiar entre ustedes, en la vida no siempre estarán rodeadas de personas afines, están castigadas las 2, señorita Vitalli y señorita Allard, a mi oficina inmediatamente. –la directora estaba muy molesta con la situación y decidió suspender medio día del sábado a ambas, quienes tendrán que realizar un trabajo de ética en la biblioteca, con la advertencia que si vuelve a ocurrir una situación similar, ambas serían expulsadas.
La menor de los Vitalli se largó a su dormitorio, que por desgracia, compartía con Aline, pues, necesitaba un lugar despejado para poder mandarle un mensaje a Ángel: "Ella los estaba escuchando conversar, tengan cuidado". Una vez enviado dicho texto, se dirigió a enfermería, para sanar algunas de las heridas de su rostro.
Cayó la tarde y don Patricio Vitalli se encontraba con su hijo en la visita diaria, había estado conversando con el por largas horas hasta que decidió salir a comprar un café, por lo que salió de la sala. Ignacio se quedó revisando su teléfono, cuando de repente escuchó que la puerta se abrió.
-No pensé que llegarías tan pronto ¿o estaba cerrada la cafetería? –dijo él, pero al no tener respuesta, levantó su mirada y se dio cuenta que no era su padre, era Koke, quien hizo caso al mensaje enviado por Vitalli y decidió ir a verlo.
-No sé a quién esperas, pero no vengo de ninguna cafetería –dijo Nietzsche.
-No pensé que vendrías a visitarme, no pensé que tenías los pantalones para llegar hasta acá –respondió Ignacio.
-Acá estoy ¿Qué quieres?
-¿Que qué quiero? ¿Enserio Koke? Casi me matas y me preguntas ahora como si nada ¿Qué quiero? O sea que quieres tu ¿Qué te pasa?
-Suficiente tengo con verte ya, dime ¿Para qué regresaste? ¿Me quieres hundir? –Koke comenzó a temblar.
-Mira, obvio, resucité como cualquier mortal y vengo a hacerte la vida imposible ahora –dijo Ignacio con tono sarcástico – la preguntas es ¿A quién quieres engañar, Koke?
-No sé a qué te refieres...
-Claro que lo sabes ¿De cuándo tan valiente? ¿Tan capaz? ¿De cuándo que te has hecho cargo de tus propios asuntos tu? Que yo sepa, un llamado a tu papá y todo solucionado ¿o no?
-Cállate, no me conoces lo suficiente, por eso pude jugar contigo, logré confundirte y nunca sospechaste de mí.
-Puede ser que sí, en un tiempo dudé, pero termine sabiéndolo todo igual, y obvio, no te conozco tan bien, nunca pensé que alguien como tu podría llegar a lastimarme tanto ¿Pero sabes? Aún así, sigues siendo predecible para muchas cosas, así que no te hagas el que te sabes todo, o que tienes todo, resuelto, veo el miedo en tus ojos, veo la desesperación, veo la soledad, veo el nerviosismo. Sé que no lo haces todo por tu cuenta Koke, se que no.
-¡No!, tú no tienes idea, tú no sabes nada de mí ¡Basta!
-¿Ah no? Y ¿Aline? ¿Dónde está? Obvio, no está, porque viniste a escondidas de ella...
-Mientes, eso no es así, aprende a que no tienes la razón siempre Igna o qué ¿Los disparos no fueron suficiente para que supieras que te quiero fuera?
-Pues mírame, ni siquiera eres capaz de hacer algo por tu propia cuenta bien, sino estaría muerto ¿No? –Ignacio tomó aire y repitió dicha frase más fuerte -¿Sino estaría muerto, cierto?
-Basta, solo tuviste suerte.
-Uh si, tanta suerte que fui capaz de esconderme, sanar mis heridas, llegar en el tiempo oportuno y que mis mensajes los recibieras justo en los momentos indicados cuando estabas solo ¿No te llama la atención? ¿Qué te estés quedando solo y nadie te apoye? ¿Qué nadie te busque? Y lo peor de todo ¿De verdad te gusta estar así? –Ignacio comenzó a levantar su voz.
-¡Basta! Solo es parte de tu juego ¿Por qué no entregas a la justicia y ya?
-La pregunta es ¿Por qué no te entregas tu a la justica y ya?
La enfermera entró a chequear a Ignacio como todos los días a esa hora, por lo que Ignacio decidió parar aquella discusión de golpe y añadió: "Bueno, nos vemos mañana entonces" a lo que Koke no respondió y solo salió de la sala.
En ese momento, Patricio Vitalli iba volviendo al dormitorio de su hijo, cuando de repente se encontró frente a frente con Koke.
-Hijo ¿Cómo está? ¿Vino a ver al Ignacio? –dijo Patricio, por lo que el joven se puso algo nervioso, pero siguió la conversación.
-Hola tío, si bien, venía a ver como estaba, no quise venir antes para no quitar mucho tiempo a la familia, supongo que les ha tomado tiempo ponerse al día.
-Sí, pero, el te tiene mucho cariño, que bueno que viniste a verlo.
Koke, quien miraba hacia la salida del pasillo, se puso blanco del susto al ver que entró su padre, Gerardo Nietzsche por aquel lugar ¿Qué hacía ahí? Pensó en esconderse pero ya era muy tarde, pues su padre, asombrado, lo vio y se acercó al lugar.
-Hola Pato, hola hijo ¿Qué tal? –dijo amablemente mientras saludaba con una mano a Vitalli y abrazaba a su hijo con la otra.
-Bien, acá conversando con tu hijo, gracias por dejarlo venir, como están de exigentes las cosas en el colegio agradezco que se haya dado el tiempo de visitar a mi muchacho.
-Pero por supuesto, son como hermanos, obvio que iba a venir tarde o temprano –decía el padre de Koke, quien estaba muy incómodo por la situación, ya que era evidente que él no sabía que visitaría a Ignacio.
-Oye Patricio ¿Recibiste la presentación que te envié al correo? Habla de nuestro negocio, de cómo se encaminaría de acá al 2028 y se ve bien buena la cosa.
-Sí, lo vi, se ve bien, las cifras nos acompañan pero debo analizarlo mejor con mi hijo, él es quien liderará después y con su aparición he pospuesto un poco el flujo de trabajo. Pero ya la otra semana lo analizaré bien ¿te parece?
-Si por supuesto tu tomate el tiempo que quieras no más, si era solo para avisarte.
-Mira, ahí está la Eliette, la amiga de los niños, esta chica también lo pasó mal pero qué bueno que se mejoró –dijo Patricio.
La adolescente caminaba por el pasillo rumbo a la habitación de Ignacio, para visitarlo y hablar como de costumbre, pero cuando fue llegando se percató que había un chico alto, de piel trigueña, una silueta que ella reconocía, la última figura humana que observó antes de caer en coma: Jorge Nietzsche. Cuando éste volteó a mirarla a los ojos, ella no pudo contenerse y se desmayó en medio de aquel corredor.