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Abigaíl Miller
—Thea, por favor, debes ser clara con lo que dices —ella muerde sus uñas y me ignora, sigue caminando de un lado a otro sin parar —No he entendido nada de lo que me has dicho.
—Abby... —se detiene en seco y pone sus manos sobre su cabeza —Besé a Allen.
Me atraganto con mi propia saliva y comienzo a toser —¿Qué?
—Por Dios, él me besó, yo lo besé... nos besamos.
Una enorme sonrisa se forma en mi rostro —No lo puedo creer —inevitablemente comienzo a reír.
—¿Qué te causa tanta gracia? —de verdad luce preocupada —Deberías estar de mi lado, ayudarme, ¡es algo serio!
—Pero no tiene nada de malo, Thea —intento tranquilizarla —Fue solo un beso ¿no?
—Sí... pero él no lo recuerda —la miro confundida, así que ella prosigue —Estaba borracho cuando sucedió, me confesó que le he gustado por muchos años, y luego me besó y no... no lo detuve.
—Aun así no entiendo qué es lo malo.
Finalmente deja de moverse y se sienta sobre el borde de la cama para después asimilar todo lentamente —Es que, no lo sé... no sé lo que siento yo, no quiero jugar con él porque la verdad es que Dereck... —la miro aún más sorprendida ahora, ella se calla al instante —Olvida lo que he dicho, estoy delirando.
—Te sigue gustando Dereck.
Ella me mira como si hubiera dicho algo estúpido —Nunca dije eso, lo estás suponiendo —estoy por abrir mi boca de nuevo, pero se adelanta —Y supones mal, muy mal.
En eso, Chloe y Dereck entran a mi habitación con varios algodones de azúcar en sus manos —Mami, mira lo que hemos traído —mi pequeña se acerca hacia mí y me extiende uno de los algodones —Son vitaminas A.
Arrugo mis cejas —¿Vitaminas A?
—Sí, por eso los algodones empiezan con A, porque son vitaminas A.
Miro fulminante a Dereck, estoy segura de que se trata de una obra de él —Te recuerdo que estás por convertirte en doctor.
—Y yo te recuerdo que algo dulce de vez en cuando no le hace mal a Chloe.
—Bien, yo debería irme —todos volteamos a ver a Thea —Mi madre debe estar buscándome, iré a ver algunos vestidos con ella.
Dereck deja los algodones de azúcar sobre mi tocador —Te acompaño a la puerta —Thea lo ignora brutalmente y sale de mi habitación y mi hermano la sigue.
Mi pequeña y yo nos quedamos solas, así que me agacho hasta donde está ella —Chloe —llamo su atención —Drake dijo que consiguió boletos para la feria y le gustaría mucho que fuéramos con él ¿Qué te parece?
Ella se aleja y se sienta sobre mi cama para después darle un mordisco a su algodón de azúcar —No puedo.
Eso me extraña —¿No puedes? —¿de aquí en cuando mi hija tiene compromisos? —¿Por qué no puedes?
Sus piecitos se mecen de un lado a otro —Porque Eitan vendrá a casa.
Abro mis ojos sorprendida —¿Qué? ¿Quién te ha dicho eso?
—El tío Dereck lo invitó, así que prefiero esperar a que llegue.
Arrugo mis cejas confundida —Pero es la feria, te gusta mucho ir a la feria.
—¿Irá Eitan con nosotros? —niego rotundamente —Entonces no quiero ir, pero gracias mami.
Suspiro sin muchas ganas, de verdad creí que accedería a ir, estaba segurísima. Ahora le tendré que decir a Drake que los planes se cancelan. Me levanto y cargo a Chloe en mis brazos, después ambas bajamos por las escaleras y al hacerlo, encuentro a Dereck y a Eitan entrando por la puerta principal.
—¡Eitan! —al instante Chloe baja de mis brazos y sale corriendo hacia él —¿Podemos jugar?
Dereck la separa delicadamente —Shu, shu, niña rara —comienzo a reír cuando veo que Dereck abraza con todas sus fuerzas a Eitan —Es mío, yo llegué antes que tú.
Chloe le saca la lengua —Viejo tonto.
Dereck me mira esta vez a mí y hace una cara sorprendida —¿Tú le enseñaste a decir eso, Abigaíl? Eres claramente un mal ejemplo.
—Bueno, al menos no miente.
—Bien, bien —Eitan habla para calmar todo —Sé que todo mundo se pelea por mí, pero esta vez es suficiente —y ahí está el Eitan egocéntrico que todos conocemos —Traje palomitas, así que pongan una buena película que podamos ver —dice alzando la bolsa de plástico que lleva en su mano.
—Podemos ver Equestria Girls —exclama Chloe con emoción —Es mi película favorita.
Dereck suspira sin muchas ganas —¿Otra vez, Chloe? Todos los días vemos esa película.
—Pero siempre terminas dormido, tío Dereck.
Rio ante su comentario, mientras que Dereck decide volver a hablar —Veamos otra película ¿bien? Tenemos un invitado esta vez.
—Entonces dejemos que el invitado decida —digo esta vez yo mientras la vista de los tres recae en Eitan esperando por su respuesta.
Él no duda mucho en responder —Equestria Girls parece ser una buena película.
Chloe y yo sonreímos triunfantes y Dereck sólo se retuerce en su asiento. Comienzo a poner la película en la televisión y en cuanto dejo el control, me llega una llamada de Darla.
Salgo de la casa para responder e instantáneamente la voz de Darla se escucha al otro lado de la línea —Abby, siento llamarte hoy, pero de verdad necesito hablar con alguien.
—¿Está todo bien? —me apresuro a hablar —¿Qué es lo que sucede?
—Preferiría que lo habláramos en persona —responde ella —¿Crees que puedas venir al campus?
Retiro el celular de mi oreja para ver la hora —Claro, tengo una clase en una hora, pero puedo llegar antes.
—Perfecto, entonces te espero aquí.
Vuelvo a entrar a la casa y tomo mi mochila, me doy unos cuantos retoques en el cabello y me acerco hasta Chloe, quien mantiene entretenidos a Eitan y Dereck con la película —Debo irme a la universidad, regresaré pronto, solo tengo dos clases hoy —le aviso con un beso en la mejilla, ella asiente.
—No tardes mucho, mami.
—No lo haré, pequeña —aseguro —Y por favor cuida a tu tío Dereck y a Eitan, estoy segura de que la persona más responsable aquí eres tú.
—Shhh, cállate, Abby —exclama Dereck —¿Qué no ves que Twilight está por cruzar el portal para recuperar su corona?
Me echo a reír ante su comentario —Bien, bien, me largo de aquí.
Salgo de la casa al instante y estoy por cruzar la calle, cuando de repente una voz me detiene —¿Irás en transporte, amargada?
—Tomaré un taxi —aclaro.
—Yo te llevo.
—Oh, no es necesario, de verdad.
—No seas terca —para cuando me doy cuenta, él ya está abriendo la puerta de su auto —Métete al auto.
Hago lo que me dice y abrocho mi cinturón, él hace lo mismo y no tarda mucho en arrancar —No tenías que hacer esto —antes de que él pueda decir cualquier otra cosa, me adelanto —Pero gracias.
—Es lo menos que puedo hacer por mi novia ¿no lo crees?
Arrugo mis cejas extrañada y lo miro confundida —¿Qué? —una sonrisa arrogante se forma en los labios de Eitan, eso me confirma que no escuché mal y que se está burlando de mí como el idiota que es.
—La gente cree que sales conmigo, siéntete afortunada.
—¿Por qué lo dices?
—Una chica. Quería salir conmigo, pero me negué, así que pensó que tenía algo serio contigo porque nos vio hablando.
Recuerdo entonces de qué se trata todo esto, fue aquel día en el que Eitan se disculpó conmigo y después una chica me preguntó por él. Creí que le había dejado en claro que no teníamos nada —Que hayamos hablado no dice nada.
—Lo sé —menciona —Hablo con muchas chicas y tú has sido la elegida ¿qué te puedo decir?
—Que he sido maldecida por eso —bromeo —Ah, y el afortunado aquí eres tú, por ser rumoreado de estar en algo serio conmigo.
—Muy graciosa, amargada.
—Muy orgulloso, Harper.
Pasan algunos minutos más hasta que por fin llegamos al campus, él aparca su auto en el estacionamiento y se levanta de su asiento para ir hacia mi puerta y abrirla, quiero reprocharle su repentino acto de caballerosidad, pero me mantengo callada y simplemente agradezco. Bajo del auto y entonces arrugo mis labios al verlo recargado en el auto con sus brazos cruzados, tan calmado —¿Qué harás? —pregunto —¿Te quedarás aquí o qué? Te aviso que si es así, me tardaré un poco más de dos horas, así que no te lo recomiendo.
Él niega —Por supuesto que no. En verdad quiero regresar a ver Equestria Girls.
Rio ante su comentario —Bien, suerte con eso —menciono —Probablemente se convierta en tu nueva película favorita.
Doy unos cuantos pasos para alejarme e ingresar al campus, pero su voz me detiene —Vendré a recogerte dentro de dos horas y media, así que estate puntual.
Abro mis ojos de par en par, sin poder creer lo que acaba de decir —No es necesario —digo con sinceridad —Puedo tomar un taxi de regreso, ya has hecho mucho con traerme y te lo agradezco.
—No te estoy sugiriendo la opción —ignora por completo la opción del taxi —He dicho que vendré por ti.
Me doy cuenta de que ha hablado en serio y que muy probablemente hará lo que acaba de decir, así que sin afán de discutir, simplemente asiento y continúo caminando hasta entrar en el campus.
Al entrar, me dirijo a mi casillero y saco algunas cosas de él que necesitaré en mis próximas dos clases, para guardarlas posteriormente en mi mochila. Lo cierro y me sobresalto al encontrarme con Darla a lado mío —Maldita sea, Darla —intento calmar mi respiración agitada —Me has dado un gran susto.
—Te mandé algunos mensajes y no respondías —meto mi mano derecha al bolsillo de mi pantalón buscando mi celular, pero frunzo el ceño al no sentir nada y darme cuenta de que en realidad está vacío. —Diablos, creo que lo he dejado en casa.
Darla niega —¿Has estado distraída? ¿Ocupada? ¿Será esa la razón por la que me tuve que enterar por externos de que estás saliendo con Drake?
Intento formar una sonrisa —Lo lamento, no nos hemos puesto al tanto en muchas cosas.
Ella le resta importancia y esboza una sonrisa emocionada —Dime, ¿qué sentiste cuando te lo dijo? Debió haber sido tan romántico. No debí perderme ese baile, hubiera visto una declaración digna de telenovela.
—No exageres —digo entre risas —A decir verdad, me sentí muy halagada y sí... fue algo romántico.
Sus ojos oscuros se iluminan —Aw, qué maravilla, Abby.
Recuerdo de repente la razón por la que decidí llegar más temprano y cambio de tema —Dijiste que era algo importante —menciono refiriéndome a lo que mencionó en la llamada —¿Qué sucede?
—Oh, claro —ella recuerda todo y lame sus labios nerviosa, debe tratarse de algo serio en ese caso —Me he metido en una situación algo controversial.
Saco un paquete de galletas que llevaba en mi mochila y me llevo una a mi boca mientras caminamos por el pasillo, luego le ofrezco una a Darla pero ella niega —¿A qué te refieres con controversial?
—Es que fue algo repentino —responde —He cometido una locura y no sé si sea lo correcto.
Para cuando me doy cuenta, ambas ya estamos saliendo del edificio, con dirección al estacionamiento —Dime de qué se trata —intento hacerla entrar en confianza —No soy experta, pero intentaré ayudarte.
Ella se detiene en seco y quedamos frente a frente, entonces da un largo suspiro y entrelaza los dedos de sus manos —Bien, lo que pasa es que yo... —su mirada divaga hacia otra dirección y entonces se interrumpe a sí misma —Oh por Dios. —La miro confundida y volteo hacia detrás de mí, buscando qué es lo que acaba de ver, cuando por fin lo encuentro, me quedo igual de impactada que ella.
—¿Eitan ya está saliendo con alguien más? —me pregunta incrédula —¿Quién es esa rubia mal teñida? ¿Ese fue el reemplazo que se consiguió para mí?
Parpadeo varias veces al escuchar sus palabras —Es... Emilie —por alguna razón siento un extraño nudo formarse en mi garganta —Ella acompañó a Eitan el día del baile.
—Seguramente ya durmió con ella miles de veces —arrugo mis cejas sin saber qué responder a aquello, ella continúa —Tan solo míralos, Eitan está sonriéndole ¿has visto que Eitan le sonría de esa manera a una chica?
—¿De qué manera dices? Yo lo veo igual que siempre.
—Te falta conocerlo mejor, Abby —estoy por replicar, cuando de repente ambos voltean hacia una dirección cerca de la nuestra. Darla se agacha al instante y se esconde detrás de un auto, luego me jala del brazo para que haga lo mismo.
La observo algo confundida —¿Por qué nos escondemos?
—Porque no puedo permitir que Eitan se dé cuenta de que lo estaba mirando. Pensará que soy rencorosa.
—Darla, perdona que te lo diga —me atrevo a mencionar —Pero si te preocupas por lo que haga o no haga Eitan, sí luces rencorosa.
Ella me mira indignada —¿Tú crees? —asiento con seguridad —Oh, bueno en ese caso creo que deberíamos irnos de aquí...
Antes de que pueda hablar, la voz de un hombre detrás de nosotros se hace presente —Sí, deberían irse.
Ambas volteamos hacia atrás con timidez, entonces vemos que se trata de uno de los profesores, muy conocido aquí por su brillante calva. Él se encuentra cruzado de brazos y mirándonos con el ceño fruncido. Algo me dice que ha estado ahí por un buen rato y no nos habíamos dado cuenta.
Darla y yo nos levantamos —Lo lamentamos —me apresuro a decir mientras sacudo mi ropa —Ya nos íbamos, solo estábamos...
—Más les vale que no hayan intentado hacerle algo a mi precioso bebé —con delicadeza, el hombre comienza a acariciar a su carro tal cual fuera una mascota.
Darla ladea su cabeza —¿Precioso? Ese auto es tan anticuado —dice en un murmullo que por suerte el hombre no logra escuchar.
—Es un auto muy bonito, señor —agrego intentando evitar que piense que hemos hecho algo para hostigarlo. El hombre me lanza una mirada sospechosa y entra a su auto, lo enciende y cuando está por arrancar, sonrío —¡Que le vaya muy bien!
—¡Linda cabellera! Creo que ya necesita un corte —grita Darla, yo le intento callar la boca lo más rápido posible.
Pero la suerte estaba de mi lado hoy, porque para cuando el hombre procesa el comentario de Darla, ya se encuentra lo suficientemente lejos como para regresar. Ahora que hay un vacío en el cajón del estacionamiento, puedo darme cuenta de que Eitan y Emilie están del otro lado, observándonos confundidos.
Darla termina de reír cuando le doy unos ligeros golpes en el brazo para que se dé cuenta de la situación en la que ahora estamos. Ella se enseria, Eitan y Emilie se acercan a nosotros y entonces Harper se me queda viendo desconcertado —Creí que tenías clase.
Claro que la tenía, pero dentro de unos treinta minutos, había olvidado mencionarle que quedé con Darla para hablar del tema que por cierto, no ha logrado contarme —Yo creí que estarías viendo Equestria Girls.
Él había dicho eso, dijo que regresaría a mi casa, yo pensé que lo haría, pero después de todo, quizás la razón por la que desde un principio quiso venirme a dejar al campus, fue porque tenía planeado encontrarse con Emilie, era su excusa perfecta.
Emilie lanza una corta risa al escuchar mi comentario —Creo que no nos hemos presentado formalmente —menciona con una sonrisa —Eres la chica del baile ¿no? La afortunada a la que se le declararon frente a mucha gente. Tu chico debió haber tenido mucho valor para atreverse a hacerlo.
Noto como Eitan suelta una risa y enarca sus cejas —¿Afortunada? Yo no la describiría con esa palabra.
Ruedo mis ojos, aquí va de nuevo a criticar a mi novio. Ignoro a Eitan y vuelvo a dirigirme a Emilie —Y sí... soy yo la afortunada —miro a Eitan fulminante con esa última palabra —Tú eres Emilie ¿no? He oído hablar sobre ti.
Ella me observa sorprendida —Eitan, ¿me extrañas tanto que ahora le hablas de mí a medio mundo? Se nota que mis oportunidades contigo en realidad no han expirado como me dijiste.
¿Oportunidades? ¿Ella tuvo oportunidades con Eitan? ¿De qué tipo de oportunidades estamos hablando?
—Se han expirado —aclara Eitan —Emilie... creo que hay cosas de las que debemos hablar, así que vayamos a un lugar privado.
¿Lugar privado? ¿Qué tipo de lugar? ¿En verdad irán a hablar? ¿De qué rayos tienen que hablar?
Joder, ya basta Abigaíl. ¿Por qué me preocupa eso? No debo ser metiche, son cosas de Eitan, no tengo por qué entrometerme ni andar cuestionando internamente a cada palabra que él y Emilie digan.
—Claro —alejo mis pensamientos de la realidad y trago en seco. Noto que Darla piensa en decir algo, pero la tomo del brazo antes de que lo haga —Ya vámonos.
Me giro con la intención de irnos, pero la voz de Eitan vuelve a llamar mi atención —Amargada —mi piel se eriza al escucharlo llamarme por ese apodo.
Volteo hacia él —¿Sí?
Su mano se alza y para mi sorpresa, me extiende mi celular —Olvidaste esto en mi auto.
Lo tomo rápidamente y le agradezco con una corta sonrisa.
Darla y yo nos alejamos lo suficiente de ellos, ni siquiera me molesto en echarles un último vistazo, cosa que Darla por supuesto hace sin discreción —¿Has visto? —vuelve a hablar después de verlos —Se están dirigiendo al auto de Eitan, ¿crees que su supuesta plática termine con ellos follando?
Rasco mi nuca —No lo sé.
—Por cierto —Darla me detiene a media caminata —¿Por qué estaba tu celular en el auto de Eitan? ¿Llegaste con él? Creí que se odiaban por completo.
Ignoro lo que dice y niego, no pienso dar explicaciones ahora mismo —Darla, dime qué es lo que te sucede para que te pueda aconsejar ahora, quiero llegar temprano a mi clase.
Ella me mira apenada —Ah, cierto... sobre eso.
—Ve directo al grano —insisto —¿Qué es lo que pasa?
—Tú sabes que cuando pasó lo de Eitan me sentí terrible —asiento comprendiendo —Así que aproveché para salir de fiesta y distraerme —. Eso no lo sabía, pero no me sorprende. Aunque no es mi estilo, intentar asistir a fiestas para superar los malos momentos es una buena manera de distracción. —Pero una de las fiestas a las que fui, fue organizada por Nathan y se descontroló...
Arrugo mis cejas —¿A qué te refieres con eso?
—Bueno... Nathan y yo estuvimos coqueteando durante toda la fiesta, nos dimos unos cuantos besos y para cuando acordé ya estábamos en su cama, las cosas pasaron tan rápido que casi no lo recuerdo, pero el punto es que dormimos juntos y...
La miro incrédula —¿Qué? ¿Nathan Nichols? ¿El amigo de Eitan?
Ella asiente con frustración —Ya lo sé, fue estúpido, pero pensé que acostarme con su amigo era una buena manera de lidiar con mi rencor.
Niego —Darla, estás loca —esta vez no iba a contener lo que realmente pienso —¿Saliste lastimada después de lo que sucedió con Eitan y en lugar de buscar una solución adecuada, te metes con su amigo? Saldrás igual de lastimada que antes o peor, si Eitan es un idiota, Nathan lo es el doble.
Darla pasa su mano por su rostro y chilla en un acto de desilusión —Ya lo sé, Abby —su pie comienza a moverse repentinamente, probablemente alterada por la situación —Pero eso no fue lo peor, es que realmente soy idiota. —Doy un largo suspiro en desaprobación, ¿qué puede haber sido peor que acostarse con Nathan? —Estuvimos juntos dos veces más.
Abro mi boca impactada e intento no desmayarme, Darla sí que estaba demente —¿Que hiciste qué? Darla, dime que es una broma.
Sus labios se unen en una línea seria —No lo es.
—Por Dios, Darla ¿por qué hiciste eso?
Ella abre la boca para hablar, pero no logra formular ninguna palabra hasta después de unos segundos —Me dejé llevar, no pude evitarlo. Además, joder... Nathan es una maldita bestia en la cama, si supieras lo increíble que fue cuando...
Niego varias veces —No, no, no. No quiero escuchar detalles, gracias.
—El punto es que creo que él también disfrutó estar conmigo al igual que yo y... al final llegamos a un acuerdo.
Entiendo a dónde va esta conversación —Darla, no me digas que...
—Decidimos ser amigos con derechos.
♡♡♡
Hace mucho tiempo que no publico un capítulo ya revisado jiji
¿Qué opinan de Darla? ¿creen que estas decisiones causen problemas después?
Muchas gracias por su apoyo a pesar de los inconvenientes, no se olviden de comentar ❣