La Consejera

By LeilaRipiano

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Desde hace tres años tengo un blog llamado "La Consejera". Doy consejos sobre lo que sea, dando mi opinión y... More

La Consejera
Capítulo 1 | Anónimo
Capítulo 2 | El Individuo
Capítulo 3 | El Soborno
Capítulo 4 | Consejo Nº1
Capítulo 5 | El Plagio
Capítulo 6 | La canción
Capítulo 7 | La prima
Capítulo 8 | El gato
Capítulo 9 | El Consejero
Capítulo 11 | La culpa
Capítulo 12 | La cita
Capítulo 13 | La sal
Capítulo 14 | Conejos
Capítulo 15 | La "novia"
Capítulo 16 | La Videollamada
Capítulo 17 | El encuentro
Capítulo 18 | El cumpleaños
Capítulo 19 | El almuerzo
Capítulo 20 | La amistad
Capítulo 21 | Los sentimientos
Capítulo 22 | La cena
Capítulo 23 | El vacío
Capítulo 24 | La distancia
Capítulo 25 | La decepción
Capítulo 26 | La esperanza
Capítulo 27 | La verdad
KYLE | Capítulo 23
Capítulo 28 | El pasado
Capítulo 29 | El presente
Capítulo 30 | Las consecuencias
Capítulo 31 | La inseguridad
Capítulo 32 | La comunicación
Capítulo 33 | La idea
Capítulo 34 | La decisión
Capítulo 35 | La seguridad
Epílogo
EXTRA 🎄✨🎅🏻

Capítulo 10 | El profesor

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By LeilaRipiano

Estoy medio dormida cuando mi celular comienza a sonar y gruño.

―¿Qué? ―atiendo pasándome la mano por el rostro para disipar el cansancio.

―So ―contesta Kyle y suspiro irritada, él se ríe― ¿Por qué estás tan malhumorada?

―Me acabas de despertar de la siesta.

Escucho gritos agudos y alaridos de fondo y frunzo el ceño.

―¿Dónde estás? Parece como si estuvieras matando niños.

―Ganas no me faltan ―suspira― He venido a buscar a mi hermanito a un cumpleaños.

―¿Está en un pelotero inflable? ―pregunto― ¿No tenía doce años?

―Tiene catorce ―me corrige―, y estoy en un salón de fiestas, creo que están jugando a la botellita, pero estoy en el jardín esperando que sean las cinco en punto y salga. Faltan diez minutos.

―Tal vez salen después de la piñata.

―Estos niños son pervertidos, Amy. La piñata no tendría caramelos, tendría condones.

―Kyle, tiene catorce años.

―¡Y no son ningunos santos! ―dijo bajando la voz― Está lleno de padres aquí y... ¡Mierda!

―¿Qué?

―Está el novio de tu hermana.

―¿Qué hace allí? ―pregunto confundida cuando me doy cuenta que Dylan tiene una hermana pequeña― ¡Ah! Seguramente fue a buscar a Clara. Salúdalo.

―¿Estás loca?

―¿Te cae mal? ―pregunto extrañada.

―No, pero no quiero que me pregunte cuál es la fruta de estación de hoy en día y quedar como un idiota porque no la sé. ¡Odio cuando no sé qué responder!

Me río. Dylan sigue llamándolo verdulero.

―Bueno ―prosigue él cambiando de tema― ¿Vendrás esta noche a nuestro partido?

Bufo.

―Sabes que no entiendo nada de baloncesto...

―Vamos, Amy, me has dicho que vendrías con tu amiga... tanto Austin como yo queremos que vengas.

Sonrío y me estiro.

―Está bien, iremos. Nuestro plan sigue en marcha, ¿no? ―me aseguro.

Kyle suspira decepcionado.

―¿Plan darse por vencido?

―No se llama así, pero sí. Si Jess ha rechazado todas nuestras iniciativas hasta el momento, y luego del episodio en su cumpleaños, debes alejarte. No está bien ir en contra de sus deseos y estar persiguiéndola―

―Lo sé, Amy. Ya entendí tu punto cuando me lo explicaste...

―Pero no te lo tomaste muy bien ―le recuerdo.

―Bueno, pero ese fue el Kyle del pasado, ya aprendí de ello.

―Fue ayer, Kyle ―respondo riéndome.

―¿Y? Uno puede cambiar de la noche a la mañana...

―Piénsalo como plan "Falsa-superación", tal vez a ella le hace bien que te alejes y piense que ya la has superado.

―Sabes que cada vez creo más que Bethany―

―¿Verdulero? ―escucho gritar a Dylan de fondo― ¡Hey! ¿Qué haces aquí? No te había visto.

―Este... yo sí, pero estoy hablando con Amy ―contesta y yo me tapo la boca, eso no le va a gustar.

―¿Estás hablando con Amber y no quiso que yo la saludara? ―pregunta acercándose al celular de Kyle.

―Dylan, me ves todos los días ―le contesto.

―Pero es diferente que sea por casualidad por teléfono, sería como... como salir en televisión.

―¿Qué? ¿Has salido en televisión alguna vez para saber eso?

―Si, cuando mi vecino ganó la lotería.

―¿Y por qué saliste hablar tú? ―pregunta Kyle.

―¿Hablar? Yo salí saludando frenéticamente desde atrás.

Kyle y yo nos reímos.

―Lo siento, Dylan ―dice Kyle―. No quería ir a saludarte por si me preguntabas cuál era la fruta de estación o algo así.

―¿Qué? ―inquiere él indignado―Eso es absurdo. Ya sé que es la frutilla.

―――

Eran las ocho de la noche cuando Lily y yo nos sentamos en los bancos del gimnasio del instituto. Ya había mucha gente de ambos equipos esperando que el juego comience. Algunos jugadores estaban en el centro de la cancha, haciéndose pases y corriendo.

―¡Me siento como en High School Musical! ―exclama Lily– We are all in this together... ―canta y luego me mira―. ¿Dónde están tus muchachos?

Trato de buscar a Kyle y a Austin con la mirada, pero todavía no han salido a calentar.

―No son mis muchachos, y se deben estar cambiando.

―Te han invitado al partido que al parecer es súper importante para que los veas todos sudados.

Arrugo la nariz.

―Claro que no, me han invitado porque al ser un partido importante, necesitan toda la gente que puedan para que los alienten.

―Estoy segura que se mueren por escucharte gritar ―comienza a toser― digo, alentar.

Me río, pero me detengo cuando visualizo a Jess con su mejor amiga, Bethany, y otra de sus amigas, sentadas en frente de nuestra tribuna. Ellas no eran alumnas de nuestro instituto, así que supuse que eran de Doover, el instituto del equipo contrario. Lily sigue mi mirada y alza las cejas.

―¿Están alentando al enemigo?

―Creo que ellas son el "enemigo", deben ir a ese instituto ―suspiro―. A Kyle le va a doler verla allí ―concuerdo.

―Si es que la ve ―comenta Lily, señalándome con el mentón en otra dirección y lo veo.

Kyle había salido finalmente a la cancha de baloncesto y me estaba mirando a mí, sonriendo. Le devolví la sonrisa y Austin se unió a él, nos guiñó el ojo y ambos comenzaron a hacerse pases con la pelota, uniéndose a sus otros compañeros.

―Mira a Jess ―le susurro a mi amiga― ¡Disimuladamente! ―advierto, porque sé que si no va a hacer un giro de 360 grados cual exorcista.

―Está mirando a Kyle ―contesta, impresionada.

―Y lo mira con ternura ―observo con un atisbo de esperanza. Tal vez no está todo perdido después de todo.

―Bueno, ahora por favor, mira a los chicos estirando.

Miro a Kyle estirar, sus fuertes brazos tocan el piso. Vaya, qué elongación, yo apenas puedo llegar a mis rodillas al estirar. Su camiseta se levanta un poco dejando ver su espalda.

Desvío la vista hacia Austin, quien está estirando los brazos hacia arriba, su camiseta también se levanta un poco dejando ver su estómago. Desvío la vista. Dios, ¿no pueden comprarse camisetas de talla más grande?

El partido empieza y aunque trato de seguirlo y entender las jugadas, la verdad es que rápidamente se torna aburrido. Mis ojos vuelan de Austin a Kyle. Se nota que tienen química en el juego, ambos saben cuando esperar una jugada del otro o ayudarlo cuando lo necesitan.

A mitad del juego, nuestro equipo está perdiendo y el entrenador no para de gritar indicaciones. Puedo imaginarme el nerviosismo de Kyle y la presión que debe sentir.

―Se está poniendo mucha presión ―susurro.

―¿Qué? ―pregunta Lily antes de darle un mordisco al hotdog que acaba de comprar.

―Kyle ―contesto―, está muy tenso. Mira sus hombros rígidos y la manera en que agarra la pelota, sus nudillos se ponen blancos. Sin mencionar que en estos últimos minutos se ha estado haciendo cargo del juego sin pasar la pelota. Siente que al haberse perdido esa jugada hace un rato... cuando no logró marcar el punto decisivo... ha decepcionado a su equipo y lo quiere remendar, pero se está nublando.

Lily me mira sorprendida guardando silencio.

―¿Qué?

―Nada, solo que ¿Todo eso estás observando? ¿Tienes ojos de halcón o qué? Luego pásame tu oculista porque yo desde aquí no veo el detalle de los nudillos blancos de Kyle, o la tensión de sus hombros. Segundo, creo que has estado prestándole mucha atención a Kyle.

Niego con la cabeza haciendo un gesto de indiferencia con la mano.

―Solo le estoy prestando atención al juego.

―Mhhm ―hace un sonido que demuestra que no me cree nada.

Media hora después, el juego termina y el equipo contrario gana. Creo que nuestro equipo jugó bien a pesar de todo, pero Kyle se acerca a nosotras con cara de abatido. Le paso la botella de agua que tengo en la mano y se la toma entera luego de unos cuantos tragos. Tiene el cabello lleno de sudor y su rostro está colorado.

―A mi me pareció que jugaron bien ―digo, tratando de animarlo.

Logro sacarle una sonrisa espontanea, aquella que lo hace sonreír y cerrar los ojos por un segundo.

―Jugamos horrible ―dice Austin uniéndose a nosotros, también está agitado, lleva una botella de jugo en la mano.

Kyle asiente y su sonrisa se le borra del rostro.

―Siento que hayan venido en este partido ―dice apenado―. Prometo que, si vienen a otro, será mejor.

― No te preocupes ―contesta Lily, sonriéndole―, de todas formas, nos divertimos. Y debo decir que Amber se entusiasmó demasiado tratando de entender a los jugadores.

La miro mal, pero Kyle parece animarse.

―Ey, me alegro que no te haya aburrido. Bueno, ¿Vamos a ducharnos? ―le pregunta Kyle a Austin.

Austin asiente y su mirada se queda clavada en un punto fijo detrás de Kyle, cambia su expresión y vuelve a centrarse en Kyle. Pero era tarde, a Kyle ya le había llamado la atención la expresión de sorpresa en el rostro de su amigo y se da vuelta. A unos metros de él, Jess estaba mirándolo, le sostiene la mirada unos segundos antes de darse vuelta y seguir hablando con sus amigas.

―No la había visto ―murmura Kyle y aunque nos los dice a todos, me mira a mí.

―Estaba en el equipo enemigo ―contesta Lily entrecerrando los ojos y yo niego con la cabeza para que no siga hablado.

―Ella va a ese instituto ―explica―. No esperaba que viniera hoy, de todas formas.

―Su amiga está viniendo hacia aquí ―avisa Austin y todos nos giramos para ver a Bethany caminando hacia nosotros. Se detiene frente a mi y a Kyle y nos mira cruzada de brazos.

―Veo que trajiste a tu prima ―dice y yo me alarmo. Me había olvidado que ella seguía creyendo que era su prima brasilera.

Kyle no responde nada así que intercepto.

―Muito bom o partidiño ―digo y Lily abre los ojos perpleja al escucharme.

Bethany entrecierra los ojos.

―Fue muy malo el partido ―contesta―. Y tú eres aún más pésima hablando portugués.

¡Cómo se atrevía! Había pasado noches enteras escuchando "Ai seu te pego" y practicando mi portugués en Duolingo.

―Admite que solo eres otra más con la que Kyle se ha acostado y hablas tan mal como tu instituto ha jugado hoy.

La fulmino con la mirada.

―Filha da... ―empiezo a decir al mismo tiempo que Kyle se pone en frente de mí.

―Bethany, no sé si te ha mandado Jess o solo te nace ser así, pero no quiero que le vuelvas a hablar así a Amber. Es solo una amiga que quiere ayudarme a superar a Jess y toda esta mierda que pasamos.

Ella sonríe con suficiencia al darse cuenta que estaba en lo cierto. Yo sonrío internamente al ver que Kyle está siguiendo con el plan falsa superación.

―Como quieras, pero Amber ―dice y me mira por encima del hombro de Kyle―. Que sepas que no tengo nada contra ti, lo siento. Solo que me duele lo que él le hizo y espero que no te mienta a ti también.

Luego da media vuelta y vuelve con sus amigas quienes ya se están yendo. Todos nos quedamos en un silencio incómodo.

―Amigo, sabes que no tienes que hacerle caso ―habla Austin finalmente y Kyle asiente distraído.

Lily empieza a temblar y yo la miro sorprendida. Se lleva la mano a la boca y sé que está conteniendo la risa, sus hombros se mueven descontroladamente y un segundo después salta las carcajadas que estaba conteniendo.

―Lo siento ―su tono de voz es avergonzado, pero de todas maneras sigue riéndose―. Es que si en algo tenía razón esa chica es que Amber es horrible con los idiomas.

―¡Hey! ―me quejo ofendida y Austin se une a la risa de Lily, lo miro a Kyle y él está sonriendo.

―Eres bastante mala ―concuerda y mira a Austin significativamente― Hey, ¿Tú no ayudabas a tu hermana con los idiomas?

―Si ―responde, mirándolo con una mirada cómplice.

Lily se mete en la conversación emocionada.

―¡Podrías ayudar a Amber en portugués! Es malísima y siempre trata de copiarse en los exámenes, pero es muy miedosa.

―¡Yo no trato de copiarme! ―protesto.

―Pero tampoco tratas de estudiar ―replica y eso no lo puedo negar.

―Austin puede darte clases ―sugiere Kyle y yo lo miro desconfiada, luego poso mis ojos en Lily quien tiene una sonrisa de oreja a oreja y un brillo en sus ojos que hace creer que nunca antes he tenido contacto físico con un chico y por último miro a Austin que me está mirando con una sonrisa.

Lo pienso por unos segundos, claro que me gustaría que un chico como Austin fuera mi profesor particular. Vaya, tal vez hasta era una fantasía tener un chico de un metro ochenta con una sonrisa que me dejaba sin aliento dándome clases y no un señor de cuarenta años con un mostacho intimidante. Y si Kyle estaba en lo cierto y a Austin le gustaba, era todo más emocionante.

―¿Por qué no? ―contesto sonriendo.

―――――――――――――――――

Tres días después estoy en mi blog respondiendo consejos y comiendo papas fritas mientras Ratón despedaza un muñeco en el borde de mi cama. Un mensaje me llega y lo miro distraída.

"Amber, hoy debo ir a tu casa para la clase, ¿Verdad?"

Me levanto de un salto, abriendo mucho los ojos. Mierda, me había olvidado completamente de que era hoy. Pienso en un momento de cancelarlo, pero me doy cuenta que realmente me gustaría verlo. Tecleo rápidamente mientras abro mi guardarropa para ver que ponerme. Me avergüenza darme cuenta que estoy tomándolo como una cita, porque tal vez la intención de Austin realmente es estudiar y ya; pero no tengo una cita hace tanto tiempo que me entusiasma la idea de por lo menos arreglarme un poco.

Veo mi ropa sin tener idea de que ponerme. No quiero parecer exagerada, pero tampoco quiero pasar desapercibida. Revuelvo el los estantes y suspiro frustrada. Voy a necesitar ayuda.

Me apresuro a ir al cuarto de mi hermana para pedirle ayuda. Estoy por abrir la puerta sin siquiera golpear cuando escucho un suave gemido y mi detengo petrificada. Vuelvo a escuchar susurros y ruido de ropa cayendo al piso y me largo de allí corriendo. Miro la hora de mi reloj-pulsera y gruño. ¡Son las cinco de la tarde! Estos chicos no tienen respeto ni por los que viven en su propia casa.

En el camino hacia mi habitación, paso por al lado de la puerta cerrada de la habitación de mis padres y se me cruza por la cabeza pedirle ayuda a mi madre, pero me traumaría de por vida hallarlos en una situación similar así que vuelvo a mi cuarto y agarro mi celular para hacer videollamada con Lily. Lily responde al segundo y me sonrío porque debía estar usando el celular y sin querer aceptó la llama rápido. Mi sonrisa se borra de mi cara cuando la veo solo en sostén y grita asustada al verme; deja caer el celular y puedo escuchar una voz de fondo familiar.

―Linda, todavía no logro llamarte por videollamada desde mi celular, pero sigamos por la aquí, por la computadora. Me encanta verte así―

Cuando mi prima está pronunciando la última palabra, Lily ya había logrado agarrar de nuevo su celular y colgar mi videollamada.

Me quedo mirando el techo, boquiabierta. Oficialmente estoy traumada. Mi mejor amiga y mi prima. Haciendo sexo virtual. Creo que hubiese sido mejor escuchar a mis padres haciéndolo. No, que horror. Ahora que lo pensé, no puedo no imaginármelos y tapo mi cabeza con la almohada. ¿Qué hice para merecerme esto?

Ratón se acerca a lamerme el pie y me alejo.

―¡Tú no me hagas pensar cosas peores perro! ―le digo y veo que en mi celular una notificación. Es un mensaje de Lily.

"Perdón, perdón y mil veces perdón! Iba a contarte que comencé a hablar hace unos días con Jean, pero no había encontrado la oportunidad. Por favor, no te enojes por no habértelo dicho"

Respondo rápido para que no se comience a preocupar de más.

"Lily, no me tienes que dar explicaciones. No estoy enojada porque no me hayas contado que estás hablando con mi prima... ¡Estoy traumada porque casi te veo una teta que iba dirigida hacia mi prima!"

Más allá del episodio que acababa de presenciar, me alegraba que ellas se estuvieran hablando, sea lo que sea que estuviera pasando entre ellas. Sabía que a Lily siempre le había gustado, y no sabía si Jean alguna vez iba a corresponderle. Tal vez era el inicio de algo especial.

O tal vez solo quedaba en sexo virtual y yo lo había presenciado. Lily me responde de nuevo.

"Lo siento!! Era solo sextalk... no iba a mostrarle mi pecho entero, ¡Por lo menos no en la primera llamada!"

Me río. Vuelvo mi atención a mi ropa y el hecho de que en media hora Austin estará en la puerta de mi casa. Me debato por llamar a Kyle o no... por un lado, lo considero mi amigo y no tendría problema en pedirle su opinión si no fuera porque estoy por encontrarme con su mejor amigo y no quiero que él le diga nada sobre lo que hablemos. Por otro lado, creo que me pondría a llorar si lo llamo y está desnudo manteniendo relaciones sexuales con alguien en vivo.

Al final decido llamarlo, pero antes le hablo por mensaje por las dudas.

"¿Puedes hablar por videollamada?" le envío y unos minutos después me está llamando él.

Atiendo con un ojo entrecerrado por las dudas y Kyle me frunce el ceño mirándome como si estuviera loca.

―¿Se te quedó acalambrado el ojo? ―pregunta, está acostado en su cama y tiene una mano por debajo de la cabeza.

―No tienes ni idea de las situaciones traumáticas que acabo de pasar en los últimos veinte minutos. Pero después te cuento porque no tengo mucho tiempo y ―me detengo cuando Whisky se sube en el pecho de Kyle tapando la cámara―. Aww, ¿Cómo está Whisky?

―Insoportable ―contesta―. Me raya todo, pero lo bueno es que se lleva bien con mi chihuahua, y eso que dicen que son malos. Malo es Ratón que se lo quiere comer entero.

Ratón alza las orejas al escuchar su nombre, pero sigue jugando con su muñeco.

―No le digas así, Ratón no es malo, solo que no se lleva bien con la mayoría. Bueno... necesito que me ayudes.

―Soy todo oídos ―responde mientras acaricia el lomo del gatito.

―Pero me tienes que prometer que nada de lo que hablemos le llegará a Austin ―digo, sintiéndome expuesta.

―Amy eres mi amiga, no tienes que tener miedo en decirme lo que quieras. No voy a contarle nada de lo que hablemos a Austin, así como si Austin me dice algo de ti, no correré a contártelo.

―¿Te dijo algo de mí? ―pregunta mi yo chismosa, pero él me mira alzando las cejas de un modo reprobatorio, así que me retracto― Solo te estoy probando. Mira, voy a encontrarme con él para mi clase de portugués y no sé qué ponerme.

―¿El pijama de bananas en pijama? ―se burla y yo lo fulmino con la mirada― ¡Mentira! ¡No me cortes! Ponte algo con lo que estés cómoda Amy.

―Claro que sí, pero además de estar cómoda me gustaría estar linda, tal vez sepas su gusto o algo así.

―No tengo ni idea qué es lo que le gusta a Austin. Si quieres puedo decirte lo que me gusta a mí personalmente. Pero... no quiero incomodarte.

―No me incomodarás ―le aseguro―. Me gustaría saber lo que piensas.

―Eres hermosa con cualquier cosa que te pongas, Amy ―dice y trago saliva porque no lo esperaba―. Te he visto abrirme la puerta hasta con baba después de que hayas dormido una siesta y sigues pareciéndome hermosa. Así que, créeme cuando te digo que cualquier cosa que te pongas, Austin va a pensar lo mismo.

―Yo... gracias ―contesto sin poder evitar sonreír. Lo que dijo me puso de mejor humor. Revuelvo entre mi ropa y elijo unos jeans y una camisa blanca―. ¿Y qué es lo que te gusta a ti personalmente? ―pregunto con curiosidad repitiendo sus palabras.

Kyle se rasca la barbilla mientras ve como ordeno mi cuarto.

―No tengo una preferencia en cuanto a ropa o algo así, pero creo que tengo una debilidad por el perfume. Abrazar a alguien por detrás y sentir su perfume en el cuello hace que me excite en un segundo. 

Me río y niego con la cabeza. ¿Es que hoy todos me querían mortificar con su sexualidad? Me llega un mensaje de Austin diciéndome que está saliendo de su casa y comienzo a ponerme inquieta.

―Austin está por venir ―le aviso a Kyle―. Iré a cambiarme.

―Suerte, Amy. Si quieres un consejo, dile a Austin "Eu quero sua banana―

Le corto antes de que termine de hablar porque eso sí lo entiendo.

Tengo suficiente tiempo para ordenar el escritorio y poner una silla más en el cuarto, cambiarme y arreglarme un poco antes de que suene el timbre.

Obviamente, Ratón sale como un cohete a ladrar a la puerta. Yo bajo a toda velocidad las escaleras. Mi hermana y Dylan están en la sala de estar y me ven con las cejas levantadas.

―Parece que está apurada ―señala Dylan y los miro mal. Apurada estaba cuando los escuché haciendo la chanchada, pensé; pero también está mi padre presente así que me callo.

―Es Austin ―les digo antes de abrir la puerta―. Va a ayudarme con portugués.

Abro la puerta, del otro lado esta Austin con una mochila en un hombro. Estoy un poco nerviosa, pero él sonríe de forma amigable y me tranquilizo. Está vestido con unos pantalones negros y una camiseta que acentúa sus músculos. Recuerdo a Lily comparándolo con Troy Bolton y sonrío. Sinceramente Austin me parece más lindo, con su cabello rubio peinado hacia atrás y sus ojos claros.

Lo hago pasar y todos comienzan a saludarlo. Mi padre agarra a Ratón para que no haga una escena ya que ya está gruñendo.

―¿Este es bajapantalones? ―pregunta mi padre confundido.

A pesar de que mi padre ha visto reiteradas veces a Kyle en este último tiempo, es pésimo ubicando caras. Hasta con mis amigas y las de mi hermana le pasa. Solo puede acordarse de quiénes son por las calles donde viven o, en su defecto, por el apodo.

Austin me mira alarmado. No sabe que llamamos a Kyle bajapantalones y debe pensar que traigo a cualquier sexópata a mi casa.

―No papá, él es el mejor amigo de Kyle ―le digo.

―Papá, ¿Cómo te los confundes? Uno es rubio y otro es morocho ―dice Maia.

―¿Y? Todavía me las confundo a ti y a Amber y son mis propias hijas ―bromea o por lo menos creo que bromea.

Yo carraspeo y le hago un ademán a Austin para que me siga.

―Bueno, iremos a estudiar ―aviso, dirigiéndome a mi cuarto― ¿Quieres algo para tomar? ―le pregunto a Austin en el camino.

―No, estoy bien, gracias ―contesta sonriendo― Así que, ¿Baja pantalones?

Suspiro abriendo la puerta de mi cuarto para que pase.

―Es como le digo a Kyle desde que me bajó los pantalones en jardín.

―Oh si, me ha contado esa historia ―contesta, jugando con el conejo de calcetines que tengo en mi escritorio.

―Seguramente la ha retorcido para que él salga siendo el bueno de la historia ―protesto y me siento en una de las sillas―. Puedes sentarte si quieres.

Él se sienta y abra su mochila, saca un cuaderno y un libro de portugués.

―Bueno, ¿Cuál es tu nivel de portugués? ―pregunta.

―Intermedio ―digo con seguridad y él me mira un poco desconfiado.

―Vamos a tener una pequeña charla a ver como te desenvuelves y empezar a partir de allí. ¿Si?

―Sim ―contesto haciéndome la políglota.

―Bem, olá Amber. Como você está hoje?

―Okay.

Austin sonríe, pero sigue preguntando.

―E o que você fez ontem?

Ahí ya comienzo a dudar, pero respondo.

―Nada.

―E o que você acha do aquecimento global?

―Ehhh... quemchi?

—Amber ―me mira apenado―, siento decirte que tu portugués es bajo... y hay que practicar mucho la pronunciación. Deberíamos repasar, verbos, reglas gramaticales, vocabulario... Podrías repasar con Lily y con Kyle también

―Oh no, ya sé el vocabulario que me enseñaría Kyle, sería puro sextalk.

Y ya he tenido demasiado hoy.

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