¿Puede esta indiferencia alejarnos al punto de,
en un intento quizá no en vano,
olvidar
(o ignorar, claro)
lo que causaron mis miradas en ti;
la vergüenza de mi piel
cuando tus manos deseadas
por vaya a saber cuántas féminas
recorrían mis piernas?
Siento que nos estamos olvidando,
que pronto dejaremos de ser conocidos,
que nos miraremos como se miran los extraños:
¡con desinterés!
Y me aterra tanto que hasta escribir me es difícil,
porque vivo de lo que
reconfortó mi corazón
Es por eso que no quiero
ni espero indiferencia de tu parte
Pero tranquilo que aunque cueste
lo entiendo, amor mío
Quizá te parezca vergonzoso
recordar confusión,
mis ojos en ebullición cuando hablabas de otra,
tu ropa mojada luego de gimnasia
y mis disculpas (no dichas)
por haberte dado a entender
que te detestaba;
la sonrisa que se nos escapaba
al parecer imposible quedarme tiesa,
las ganas incontrolables de tenerte conmigo amándome,
amándote
¿Logrará este abandono
alejarnos por completo?