Sage acomodó los mechones de cabello que caían por ambos lados de su rostro y luego se llevó las manos a la cintura. Los aplausos cerca del escenario inundaron aquella playa de Manhattan en la que ella y su grupo de amigos se encontraban. Con un atardecer precioso y la presencia de The Strokes resonando a lo lejos, observó la moto de arena color negro aproximarse a toda velocidad. El viento cortaba por el cuerpo de Vincent a través de su holgada camiseta blanca y, al acercarse lo suficiente a sus amigos, se abrió un poco para dar un giro; las cuatro llantas se arrastraron al frenar y, después de un par de vueltas sobre su eje, el vehículo permaneció estático.
Sus amigos corrieron hacia él y empezaron a saltar uno encima de otro, logrando caer sobre la arena, Sage sonrió ante ello mientras permanecía a un lado, pero pronto sintió sus pies despegarse del suelo y ser cargada hacia ellos. Entre risas dejó caer la cabeza contra el hombro de Maxine, otro de sus buenos amigos, quien la sostenía por detrás, y pronto la dejo caer encima de los demás, para dejarse caer sobre la arena luego.
Cameron, quien se encontraba a un lado conversando tranquilamente con sus colegas de siempre, volteó a observar la escena al percatarse del revuelto. En ese momento una de las jóvenes, quien también era prisionera de aquel abrazo grupal, logró escabullirse del revuelco para hacerse a un lado de rodillas y captar la atención de todos pidiendo que mirasen a la cámara que ahora sostenía.
Cuenta regresiva por todos y soltó un disparo.
La joven de pronto se puso de pie y corrió hacia un grupo de personas situado a unos metros. Le tocó el hombro a uno de los tipos y enseguida regreso corriendo para arrojarse nuevamente hacia sus amigos. La persona llegó tras ella poco después y se puso de cuclillas, con la cámara en manos.
Otra cuenta regresiva y soltó el disparo.
Capturado el momento, poco a poco se deshizo aquel enredo corporal en el que se encontraban y uno a uno se pusieron de pie.
—Hey Sabath—Maxine la llamó. Sage levantó la vista y lo observó acercarse con una mano extendida.
—Iré por otra cerveza, ¿quieres que te traiga algo? —la voz de Cameron a sus espaldas hizo que volteara. De un momento a otro una atmósfera de tensión surgió y Maxine pareció extrañado por ello, pero decidió ignorarlo y hacerse a un lado. Entonces Cameron la ayudó a ponerse de pie.
—Estoy bien—le dijo con una media sonrisa. El asintió despacio y con ternura depositó un beso sobre su frente antes de dar media vuelta y dirigirse hacia el stand de bebidas.
Lo observó alejarse consciente de aquella pequeña escena y echó un suspiro.
—¿Entonces me darás el número de Mia? —escuchó que casi le susurraron al oído. Y es que su interés por ella no sobrepasaba los límites de la amistad. Sage revoleó los ojos y le dio un leve empujón a Maxine antes de dirigirse hacia los demás.
El sol estaba por ocultarse completamente y la música aún resonaba a lo lejos.
—¿Está todo bien? —Alex le preguntó una vez que se encontró junto a ella.
—Sí, ¿por qué? —Sage pareció desentendida. La joven de ojos grises se hizo a un lado para procurar apartarse un poco de los demás.
—Haz estado evadiendo a Cameron todo el día—le dijo. La castaña abrió los ojos al ser tomada por sorpresa, pues no pensaba haber sido tan notoria durante aquella tarde —Si, así es, no lo estas ocultando en lo más mínimo—agregó, casi acusatoriamente. Sage permaneció en silencio y miró en otra dirección, sintiéndose expuesta.
Pareció ir y venir por unos instantes.
—La otra noche Cam y yo...—dijo, dispuesta a contarle y tras meditarlo por unos segundos, sonando un poco perdida y sin saber por dónde comenzar.
—Tuvieron sexo—Alex afirmó—Vaya, qué novedad...—agregó con ironía.
—No—le dijo y apretó los ojos—Bueno sí, pero ese no es el punto—procuró aclarar. La joven frente a ella la escuchó con atención.
—¿Y cuál es? —cuentionó.
Sage largó un suspiro.
—Dijo algo y digamos que yo no lo dije devuelta—le dijo. Alex la escuchó con atención y permaneció en silencio, pues pudo deducir de inmediato a qué se refería.
—Ya veo—dijo al cabo de unos segundos. Suspiró despacio y se echó hacia atrás.
Le había dicho que la amaba. Y ella se había quedado callada.
—No lo sé, supongo que no me lo esperaba—agregó ella mientras se encogía de hombros, casi como si fuese una justificación para sí misma.
—¿Y no deberías estar feliz? —Alex le preguntó.
—Lo estoy—afirmó ella.
—Pero...—Alex cantó. Y la conocía bien, por algo era su mejor amiga.
—No lo sé ¿vale? —se llevó ambas manos a la cabeza con algo de frustración—No lo se...
Los aplausos volvieron a inundar aquella playa y la noche había caído.
—Tal ves deberías darte una oportunidad—opinó su mejor amiga—después de todo él ha cambiado y la única razón eres tu—dijo.
—¿Desde cuándo es tu persona favorita? —le preguntó de forma burlona.
—No lo es—rápidamente le dijo—De hecho está lejos de serlo, pero joder, démosle crédito al niño, se ha esforzado contigo—empujo por el hombro a Sage, quien solo se limitó a bajar la cabeza.
—Tal ves—concordó.
—¿Volverá a Princeton pronto? —Sage dio un leve asentimiento.
—En una semana—informó.
Pese a de pronto haber estado rodeada por su grupo de amigos, estos simplemente parecieron entrar en segundo plano. Sage pareció lo suficientemente sumergida en sus propios pensamientos como para prestarles atención alguna y es que, durante los últimos meses, no había tenido más que sentimientos conflictivos respecto a Cameron. A veces sentía una inmensa sensación de acogerlo en su vida, pero otras solo deseaba alejarse. Esta batalla interna era recurrente y él no era ajeno a esto, pero seguía junto a ella, pese a todo.
Sus ojos de pronto cayeron sobre la imagen de Cameron riendo junto a sus amigos a lo lejos.
Sintió su corazón detenerse y, tras repensarlo un par de veces, caminó hacia él. Sus brazos se envolvieron alrededor de su cuerpo. Él al percatarse de su abrazo la acogió con algo de sorpresa, pero la total disposición que siempre tenía ante ella. Se miraron fijamente por un momento y, con aún muchas dudas en su mente, Sage dejó caer las barreras invisibles.
—También yo—le dijo. En principio pareció confundido, pero sus facciones se suavizaron al caen en cuenta de a qué se refería.
Y la besó.
***
Que me parta un rayo, pensé que hoy era miércoles JAJAJ esta cuarentena me ha hecho perder la noción de mi existencia y sé que a ustedes también así que no fue mi culpa JAJAJ
Espero que le haya gustado este capítulo, denle amor, no olviden votar y contarme qué les pareció.
Las amo!!!
Próximo capítulo este domingo, tranquilas, ya puse el recordatorio en mi teléfono xoxo